y gritó con voz muy fuerte: “¡Cuán bendita eres entre las mujeres, y cuán bendito será el hijo que nacerá de ti!
y exclamó a gran voz, y dijo: Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre.
Elisabet dio un grito de alegría y le exclamó a María: —Dios te ha bendecido más que a todas las mujeres, y tu hijo es bendito.
y exclamó en alta voz: '¡Bendita tú eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre!'
Y exclamó a gran voz, y dijo: ¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!
y exclamó a voz en grito: '¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre!