El ángel la saludó. “Eres privilegiada en gran manera”, le dijo. “El Señor está contigo”.
Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres.
Gabriel se le apareció y dijo: «¡Saludos, mujer favorecida! ¡El Señor está contigo!».
Llegó el ángel hasta ella y le dijo: 'Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.
Y entrando° en donde ella estaba, dijo: ¡Te saludo,° muy favorecida! ¡El Señor está contigo!°
Y entrando el ángel a donde ella estaba, la saludó: '¡Salve, plena de gracia! El Señor está contigo'.