Cuando piensas en la palabra de Dios, encuentras la calma que necesitas. En medio de las peleas diarias en tu mente, la mejor manera de vencerlas y salir victorioso es concentrarte en las escrituras. Te sugiero que te aferres a la Biblia y la conviertas en uno de tus libros favoritos. En ella hallarás dirección, sabiduría, conocimiento, libertad, restauración y mucho más. Hoy es el día de reconsiderar lo que llena tu mente, deshacerte de lo que no te beneficia y dejar que Dios llene tu ser a medida que meditas en su palabra.
Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío.
Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.
En tus mandamientos meditaré; Consideraré tus caminos.
Me regocijaré en tus estatutos; No me olvidaré de tus palabras.
Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.
Me acordé de los días antiguos; Meditaba en todas tus obras; Reflexionaba en las obras de tus manos.
En la hermosura de la gloria de tu magnificencia, Y en tus hechos maravillosos meditaré.
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;
Entonces Jesús, mirándolos, dijo: Para los hombres es imposible, mas para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios.
Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.
ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.
Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones.
quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.
Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.