Dios creó a la mujer como una parte especial de su plan perfecto. El valor de la mujer no es un valor basado en sus posesiones, sino uno que surge de su interior, de un corazón lleno del amor de Dios que busca bendecir a los demás a través de su comportamiento y con sus palabras, como hijas de Dios, la Biblia debe ser nuestra guía en todo momento, pues estudiar su palabra nos ayuda a entender mejor el corazón del Padre y su amor para con cada una de nosotras. En este día de las mujeres, es importante recordar que todas tenemos un propósito único y especial en la vida, cada una tiene dones y talentos que pueden marcar la diferencia en el mundo. Dios ha diseñado a las mujeres para ser valientes y amadas, capaces de influir positivamente en su entorno y en la sociedad. Así que hoy, reflexionemos sobre el increíble valor y el papel fundamental que desempeñan las mujeres en nuestras vidas y en el mundo. Apreciemos su valentía, su compasión y su determinación. Oremos por ellas y por todas las mujeres que aún enfrentan desafíos y discriminación. Y recordemos que en los ojos de Dios, cada mujer es hermosa, amada y preciosa. «Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; La mujer que teme a Jehová, esa será alabada». Proverbios 31:30
Ahora pues, no temas, hija mía; yo haré contigo lo que tú digas, pues toda la gente de mi pueblo sabe que eres mujer virtuosa.
El corazón de su marido está en ella confiado, Y no carecerá de ganancias.
Le da ella bien y no mal Todos los días de su vida.
Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; Y su marido también la alaba:
Muchas mujeres hicieron el bien; Mas tú sobrepasas a todas.
Fuerza y honor son su vestidura; Y se ríe de lo por venir.
Abre su boca con sabiduría, Y la ley de clemencia está en su lengua.
Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas.
Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; La mujer que teme a Jehová, esa será alabada.
La casa y las riquezas son herencia de los padres; Mas de Jehová la mujer prudente.
Alarga su mano al pobre, Y extiende sus manos al menesteroso.
No tiene temor de la nieve por su familia, Porque toda su familia está vestida de ropas dobles.
Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre.
Goza de la vida con la mujer que amas, todos los días de la vida de tu vanidad que te son dados debajo del sol, todos los días de tu vanidad; porque esta es tu parte en la vida, y en tu trabajo con que te afanas debajo del sol.
Sea bendito tu manantial, Y alégrate con la mujer de tu juventud,
Como cierva amada y graciosa gacela. Sus caricias te satisfagan en todo tiempo, Y en su amor recréate siempre.
¿Y por qué, hijo mío, andarás ciego con la mujer ajena, Y abrazarás el seno de la extraña?
Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa; Tus hijos como plantas de olivo alrededor de tu mesa.
Mas también si alguna cosa padecéis por causa de la justicia, bienaventurados sois. Por tanto, no os amedrentéis por temor de ellos, ni os conturbéis,
Pero en el Señor, ni el varón es sin la mujer, ni la mujer sin el varón;
porque así como la mujer procede del varón, también el varón nace de la mujer; pero todo procede de Dios.
Pues como el joven se desposa con la virgen, se desposarán contigo tus hijos; y como el gozo del esposo con la esposa, así se gozará contigo el Dios tuyo.
Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos,
sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad.
Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.
Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido.