Mateo 27 - La Biblia Textual 3a Edicion1 Y llegada la madrugada, todos los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo tomaron consejo contra Jesús para matarlo. 2 Y habiéndolo atado, lo llevaron y lo entregaron a° Pilato, el procurador. 3 Entonces Judas, el que lo había entregado, viendo que había sido condenado, sintió remordimiento° y devolvió las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y ancianos, 4 diciendo: Pequé entregando sangre inocente. Pero ellos dijeron: ¿Y a nosotros qué? ¡Allá tú! 5 Y arrojando las piezas de plata en el santuario, se retiró y se marchó de allí, y se ahorcó. 6 Y los principales sacerdotes, tomando las piezas de plata, dijeron: No es lícito echarlas en el tesoro,° por cuanto es precio de sangre. 7 Y una vez tomado consejo, compraron con ellas el campo del alfarero como cementerio para los forasteros. 8 Por lo cual, aquel campo fue llamado Campo de Sangre° hasta hoy. 9 Entonces se cumplió lo dicho por el profeta Jeremías,° cuando dice: Y tomaron las treinta piezas de plata, Precio de Aquél cuyo valor fue estipulado, A Quien tasaron de parte de los hijos de Israel, 10 Y las dieron para el campo del alfarero, Como me ordenó el Señor.° 11 Jesús fue llevado delante del procurador,° y el procurador le preguntó, diciendo: ¿Eres tú el rey de los judíos? Jesús dijo: Tú lo dices. 12 Y al ser acusado por los principales sacerdotes y los ancianos, nada respondió. 13 Pilato entonces le dice: ¿No oyes cuántas cosas testifican contra ti? 14 Pero° no le respondió ni una palabra, hasta el punto que el procurador se asombró en gran manera. 15 Ahora bien, en cada fiesta, el procurador acostumbraba soltar un preso a la multitud; el que querían. 16 Y tenían entonces un preso famoso llamado Barrabás. 17 Estando ellos pues reunidos, les dijo Pilato: ¿A quién queréis que os suelte: a Barrabás° o a Jesús, el que llaman Mesías? 18 (Porque sabía° que por envidia lo habían entregado.) 19 Y estando sentado él en el tribunal, le mandó a decir su mujer: No tengas nada que ver con ese justo, porque hoy sufrí mucho en sueños a causa de él. 20 Pero los principales sacerdotes y los ancianos persuadieron a las multitudes para que pidieran a Barrabás y mataran a Jesús. 21 Y respondiendo el procurador, les dijo: ¿A cuál de los dos queréis que os suelte? Ellos dijeron: ¡A Barrabás! 22 Pilato les dice: ¿Qué pues haré a Jesús, el llamado Mesías? Dicen todos: ¡Sea crucificado! 23 °Él dijo: Pues, ¿qué mal hizo? Pero ellos gritaban más fuertemente, diciendo: ¡Sea crucificado! 24 Viendo Pilato que nada se lograba,° sino que más bien se estaba formando un alboroto, tomó agua y se lavó° las manos delante del gentío, diciendo: ¡Inocente soy de la sangre de éste!° ¡Allá vosotros! 25 Y todo el pueblo respondió y dijo: ¡Su sangre sea sobre nosotros y sobre nuestros descendientes!° 26 Entonces les soltó a Barrabás; y habiendo azotado a Jesús, lo entregó para que fuera crucificado. 27 Los soldados del procurador, llevando entonces a Jesús dentro del pretorio,° reunieron a toda la compañía° alrededor de Él, 28 y lo desnudaron y lo cubrieron con un manto de púrpura.° 29 Y trenzaron una corona° de espinas y la colocaron sobre su cabeza, y pusieron una caña en su diestra; y arrodillándose ante Él, se burlaron, diciendo: ¡Salve,° rey de los judíos! 30 Y escupiendo en Él, tomaron la caña y lo golpeaban° en la cabeza. 31 Después de burlarse de Él, le quitaron el manto, le pusieron su ropa, y lo llevaron para crucificarlo. 32 Y al salir, hallaron a un hombre cireneo llamado Simón. A éste obligaron para que llevara su cruz. 33 Y llegando a un° lugar llamado Gólgota (esto es: lugar de la calavera), 34 le dieron a beber vino mezclado con hiel, pero después de probarlo, no lo quiso beber. 35 Y lo crucificaron, y se repartieron sus ropas echando suertes,° 36 y allí sentados, lo vigilaban.° 37 Por encima de su cabeza pusieron escrita la acusación° contra Él: ÉSTE ES JESÚS, EL REY DE LOS JUDÍOS. 38 Y con Él fueron crucificados dos ladrones:° uno a la derecha y otro a la izquierda. 39 Y los que pasaban lo insultaban meneando la cabeza° 40 y diciendo: ¡El que derriba el santuario y en tres días lo edifica!° ¡Si eres Hijo de Dios, sálvate a ti mismo y baja de la cruz! 41 De igual manera, los principales sacerdotes, burlándose junto con los escribas y los ancianos,° decían: 42 A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar. ¡Rey° de Israel es! ¡Baje ahora de la cruz, y creeremos en él! 43 Ha confiado en Dios, líbrelo ahora si lo quiere,° porque dijo: Soy Hijo de Dios. 44 Y del mismo modo lo insultaban también los ladrones° que habían sido crucificados con Él. 45 Desde la hora sexta° hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora novena,° 46 y alrededor de la hora novena, Jesús exclamó° con gran voz, diciendo: Eli, Eli ¿lema° sabajtani? (Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me desamparaste?)° 47 Y algunos de los que estaban allí, al oírlo, decían: A Elías llama éste. 48 Al instante, uno de ellos corrió y tomó una esponja, y empapándola en vinagre, la puso en una caña y le dio° de beber.° 49 Pero los demás decían: Deja, veamos si Elías viene a salvarlo. 50 Entonces Jesús, clamando otra vez a gran voz, entregó el espíritu. 51 Y he aquí el velo° del santuario fue rasgado en dos, de arriba abajo, y la tierra fue sacudida, y las rocas fueron partidas, 52 y los sepulcros fueron abiertos, y muchos cuerpos de los santos que habían dormido° fueron resucitados, 53 y saliendo de los sepulcros después de la resurrección de Él, entraron en la santa ciudad y se aparecieron a muchos. 54 Y el centurión y los que estaban con él custodiando a Jesús, viendo el terremoto y lo que estaba sucediendo, se atemorizaron en gran manera, diciendo: ¡Verdaderamente éste era Hijo de Dios! 55 Mirando desde lejos, estaban allí muchas mujeres, las cuales habían seguido a Jesús sirviéndole desde Galilea, 56 entre las que estaba Miriam de Magdala, Miriam, la madre de Jacobo y José, y la madre de los hijos de Zebedeo.° 57 Llegado el atardecer, vino un hombre rico de Arimatea, de nombre José, el cual también se había hecho discípulo de Jesús. 58 Éste se acercó a Pilato y pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato mandó que le fuera dado.° 59 Y José, tomando el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia 60 y lo puso en su sepulcro nuevo que había excavado en la roca; y después de hacer rodar una gran piedra a la entrada del sepulcro, se retiró. 61 Y Miriam de Magdala y la otra Miriam, estaban allí sentadas frente al sepulcro. 62 Y al día siguiente, que es después de la Preparación, los principales sacerdotes y los fariseos se reunieron ante Pilato, 63 diciendo: Señor, recordamos que aquel impostor, estando aún vivo, dijo: Después de tres días, soy resucitado.° 64 Manda pues que sea asegurado el sepulcro hasta el tercer día, no sea que lleguen sus discípulos° y lo hurten, y digan al pueblo: Fue resucitado de los muertos. Y sea el postrer error peor que el primero. 65 Pilato les dijo: Tenéis una guardia. Id, aseguradlo como sabéis. 66 Y ellos fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra en compañía de la guardia. |
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