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Mateo 13 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Aquel día salió Jesús de casa y fue a sentarse a la orilla del mar.

2 Se reunió en torno a él tan gran gentío que tuvo que subirse a una barca y sentarse en ella, mientras todo el pueblo permanecía de pie en la orilla.

3 Y les habló de muchas cosas por medio de parábolas, diciendo: 'Salió el sembrador a sembrar.

4 Según iba sembrando, parte de la semilla cayó al borde del camino y vinieron los pájaros y se la comieron.

5 Otra parte cayó en terreno pedregoso, donde había poca tierra; brotó en seguida, porque la tierra no tenía profundidad,

6 pero en cuanto salió el sol se agostó y, como no había echado raíces, se secó.

7 Otra parte cayó entre zarzas; y como las zarzas también crecieron, la ahogaron.

8 Otra parte cayó en tierra buena y dio fruto: una al ciento por uno, otra al sesenta, otra al treinta.

9 El que tenga oídos, que oiga'.

10 Se acercaron a él los discípulos y le dijeron: '¿Por qué les hablas por medio de parábolas?'.

11 Él les respondió: 'A vosotros se os ha concedido conocer los misterios del reino de los cielos; pero a ellos, no.

12 Porque al que tiene, se le dará y tendrá de sobra; pero al que no tiene, aun aquello que tiene se le quitará.

13 Por eso les hablo por medio de parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden.

14 Se cumple en ellos aquella profecía de Isaías que dice: Con vuestros oídos oiréis, pero no entenderéis; miraréis, pero no veréis.

15 Porque el corazón de este pueblo se ha embotado, con sus oídos pesadamente oyeron, y cerraron sus ojos; no sea que vean con sus ojos y oigan con sus oídos y entiendan con su corazón y se conviertan, y que yo los sane.

16 Pero dichosos vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen.

17 Porque os lo aseguro: muchos profetas y justos desearon ver lo que vosotros estáis viendo y no lo vieron, y oír lo que vosotros estáis oyendo y no lo oyeron.

18 Escuchad, pues, el sentido de la parábola del sembrador.

19 Cuando alguien oye la palabra del reino sin profundizarla, viene el Malo y arrebata lo sembrado en su corazón; éste representa lo sembrado al borde del camino.

20 Lo sembrado en terreno pedregoso representa al que oye la palabra y de momento la recibe con alegría;

21 pero no echa raíces en él, porque es hombre que actúa al primer impulso y apenas sobreviene la tribulación o la persecución por causa de la palabra, al momento falla.

22 Lo sembrado entre zarzas figura al que oye la palabra; pero las preocupaciones del mundo y la seducción de las riquezas ahogan la palabra y no da fruto.

23 Lo sembrado en tierra buena representa al que oye la palabra, la entiende y da fruto, en unos al ciento por uno, en otros al sesenta o al treinta'.

24 Les propuso esta otra parábola: 'El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo'.

25 Pero, mientras la gente dormía, vino su enemigo, sembró cizaña en medio del trigo y se fue.

26 Luego, cuando brotó la planta y se formó la espiga, apareció también la cizaña.

27 Los criados del dueño fueron a avisarle: 'Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿Cómo es que tiene cizaña?'.

28 Él les respondió: 'Esto lo ha hecho algún enemigo.' Le dicen los criados: '¿Quieres que vayamos a recogerla?'.

29 Pero él les contesta: 'No; no sea que, al querer recoger la cizaña, arranquéis a la vez el trigo.

30 Dejad crecer los dos juntos hasta la siega; y al tiempo de la siega diré a los segadores: recoged primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla; y el trigo almacenadlo en mi granero'.

31 Les propuso esta otra parábola: 'El reino de los cielos se parece a un grano de mostaza que un hombre tomó y sembró en su campo;

32 con ser la más pequeña de todas las semillas, cuando crece es la mayor de las hortalizas y se convierte en árbol, de modo que los pájaros del cielo pueden venir y anidar en sus ramas'.

33 Otra parábola les dijo: 'El reino de los cielos se parece a un poco de levadura que una mujer tomó y mezcló con tres medidas de harina hasta que fermentó toda la masa'.

34 Todo esto lo dijo Jesús a la muchedumbre por medio de parábolas; y sin parábolas no les decía nada,

35 para que se cumpliera lo anunciado por el profeta: En parábolas abriré mi boca, declararé lo que desde la creación está oculto.

36 Entonces dejó a la muchedumbre y se fue a casa. Se le acercaron sus discípulos y le dijeron: 'Explícanos la parábola de la cizaña del campo'.

37 Él les respondió: 'El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre;

38 el campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, la cizaña son los hijos del Malo;

39 el enemigo que la siembra es el diablo; la siega es el final de los tiempos; los segadores son los ángeles.

40 Pues lo mismo que se recoge la cizaña y se quema en el fuego, así sucederá al final de los tiempos:

41 el Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los escandalosos y a los que cometen maldades,

42 y los arrojarán al horno del fuego. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.

43 Entonces los justos, en el reino de su Padre, resplandecerán como el sol. El que tenga oídos, que oiga.

44 El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo. Un hombre lo encuentra y lo vuelve a esconder. Y se va lleno de alegría, vende cuanto tiene y compra el campo aquel.

45 También se parece el reino de los cielos a un comerciante en perlas finas.

46 Encontró una de mucho valor, fue a vender cuanto tenía y la compró.

47 También se parece el reino de los cielos a una red barredera que se echa al mar para recoger de todo.

48 Cuando estuvo llena, los pescadores la sacaron a la orilla, se sentaron, seleccionaron lo bueno en canastos y echaron afuera lo malo.

49 Así sucederá al final de los tiempos: saldrán los ángeles, separarán a los malos de entre los buenos

50 y los echarán al horno del fuego. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.

51 ¿Habéis entendido todo esto?'. Ellos le responden: 'Sí'.

52 Entonces les dijo: 'Por eso todo escriba convertido en discípulo del reino de los cielos se parece a un dueño de casa que saca de su almacén lo nuevo y lo viejo'.

53 Concluidas todas estas parábolas, Jesús se fue de allí.

54 Y, llegado a su tierra, les enseñaba en la sinagoga, de modo que se quedaron sorprendidos y decían: '¿Pero de dónde le vienen a éste esa sabiduría y esos milagros?

55 ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Santiago y José, Simón y Judas?

56 ¿No viven entre nosotros todas sus hermanas? ¿De dónde, pues, le viene a éste todo eso?'.

57 Y les parecía escandaloso. Pero Jesús les dijo: 'A un profeta sólo lo desprecian en su tierra y en su casa'.

58 Y a causa de su incredulidad no hizo allí muchos milagros.

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Biblia Version de Serafin Ausejo

Copyright © Serafín de Ausejo 1975.

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