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Mateo 12 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 En aquella ocasión, atravesó Jesús, un día de sábado, por un campo de mieses; sus discípulos sintieron hambre y se pusieron a arrancar espigas y a comérselas.

2 Cuando los fariseos lo vieron le dijeron: 'Oye, tus discípulos hacen lo que no está permitido hacer en sábado'.

3 Pero él les contestó: '¿No habéis leído lo que hizo David, cuando sintieron hambre él y los suyos:

4 que entró en la casa de Dios y comió los panes ofrecidos a Dios, a pesar de que ni a él ni a sus compañeros les era lícito comerlos, sino sólo a los sacerdotes?

5 ¿O no habéis leído en la ley que, los sábados, los sacerdotes quebrantan, en el templo, el reposo del sábado, sin pecar por ello?

6 Pues bien, yo os digo que aquí hay uno más grande que el templo.

7 Si hubierais comprendido qué significa: Amor quiero y no sacrificios, no habríais condenado a estos inocentes.

8 Porque señor del sábado es el Hijo del hombre'.

9 Se marchó de allí y se fue a su sinagoga.

10 Había un hombre que tenía una mano seca; y para poder acusar a Jesús, le preguntaron: '¿Es lícito curar en sábado?'

11 Pero él les contestó: 'Si a uno de vosotros se le cae en un hoyo, en día de sábado, la única oveja que tiene, ¿no le echa mano y la saca?

12 Pues, ¡cuánto más vale un hombre que una oveja! Por lo tanto, es lícito hacer bien en día de sábado'.

13 Y le dijo a aquel hombre: 'Extiende tu mano'. Él la extendió, y se le quedó tan sana como la otra.

14 Pero los fariseos salieron y, en un consejo contra Jesús, concertaron la manera de acabar con él.

15 Al saberlo Jesús, se alejó de allí. Muchos lo siguieron; y él a todos los curó,

16 pero les encareció con palabras enérgicas que no lo descubrieran.

17 Para que se cumpliera lo anunciado por el profeta Isaías cuando dijo:

18 Mirad a mi siervo, a quien yo elegí; a mi predilecto, en quien se complace mi alma. Sobre él pondré mi espíritu, y él dictará equidad a las naciones.

19 No porfiará ni gritará, y nadie oirá su voz en las plazas.

20 La caña cascada no la quebrará, y no apagará la mecha mortecina, hasta que haga triunfar el juicio

21 y en su nombre pondrán las naciones su esperanza.

22 Entonces le presentaron un endemoniado ciego y mudo y lo curó, de manera que el mudo podía hablar y ver.

23 Toda la multitud estaba asombrada y se decía: '¿No será éste el Hijo de David?'.

24 Cuando lo oyeron los fariseos, replicaron: 'Éste no arroja los demonios sino por arte de Beelzebul, príncipe de los demonios'.

25 Pero él, penetrando en sus pensamientos, les dijo: 'Todo reino dividido en bandos queda devastado, y ninguna ciudad o casa dividida en bandos podrá resistir.

26 Y si Satanás expulsa a Satanás, está dividido contra sí mismo. ¿Cómo, pues, resistirá su reino?

27 Si yo expulso los demonios por arte de Beelzebul, ¿por arte de quién los expulsan vuestros discípulos? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces.

28 Pero si yo expulso los demonios en virtud del Espíritu de Dios, es que el reino de Dios ha llegado a vosotros.

29 ¿Cómo puede alguien entrar en la casa de un hombre fuerte y saquearla, si primero no logra atarlo? Sólo entonces le saqueará la casa.

30 Quien no está conmigo, está contra mí; y quien conmigo no recoge, desparrama.

31 Por eso os digo: cualquier pecado y blasfemia se les perdonará a los hombres; pero la blasfemia contra el Espíritu no se les perdonará.

32 Si alguien dice una palabra en contra del Hijo del hombre, se le perdonará; pero el que la diga en contra del Espíritu Santo no tendrá perdón ni en este mundo ni en el futuro.

33 O tenéis por bueno el árbol y por bueno su fruto, o tenéis por podrido el árbol y por podrido su fruto; pues por el fruto se conoce el árbol.

34 ¡Raza de víboras! ¿Cómo podréis decir cosas buenas, siendo malos? Porque de lo que rebosa del corazón habla la boca.

35 El hombre bueno de su buen tesoro saca lo bueno; y el hombre malo de su mal tesoro saca lo malo.

36 Pero yo os aseguro que de toda palabra dicha sin fundamento que hayan proferido los hombres tendrán que dar cuenta en el día del juicio.

37 Porque tus palabras te justificarán y tus palabras te condenarán'.

38 Entonces se dirigieron a él algunos escribas y fariseos con estas palabras: 'Maestro, quisiéramos ver alguna señal tuya'.

39 Él les contestó: 'Esta generación perversa y adúltera reclama una señal, pero no se le dará más señal que la del profeta Jonás.

40 Porque así como estuvo Jonás en el vientre del monstruo marino tres días y tres noches, así estará el Hijo del hombre en las entrañas de la tierra tres días y tres noches.

41 Los habitantes de Nínive comparecerán en el juicio con esta generación y la condenarán; porque ellos se convirtieron ante la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás.

42 La reina del sur comparecerá en el juicio con esta generación y la condenará; porque ella vino desde los confines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón.

43 Cuando el espíritu impuro sale del hombre vaga por los desiertos buscando reposo, pero no lo encuentra.

44 Entonces se dice: 'Me volveré a la casa de donde salí'. Y al llegar a ella, la encuentra desocupada, barrida y arreglada.

45 Entonces va, toma consigo otros siete espíritus peores que él, entran en la casa y se instalan allí, y resulta que la situación final de aquel hombre es peor que la de antes. Así le sucederá también a esta generación perversa'.

46 Todavía estaba él hablando al pueblo cuando su madre y sus hermanos, que se habían quedado fuera, intentaban hablar con él.

47 [Y le dijo uno: 'Mira que tu madre y tus hermanos están ahí fuera y quieren hablar contigo'.]

48 Pero Jesús le contestó al que le hablaba: '¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?'.

49 Y extendiendo la mano hacia sus discípulos, dijo: 'Éstos son mi madre y mis hermanos.

50 Porque todo el que hace la voluntad de mi Padre, que está en los cielos, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre'.

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Biblia Version de Serafin Ausejo

Copyright © Serafín de Ausejo 1975.

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