x

Biblia Todo Logo
idiomas
La Biblia Online


«

Marcos 8 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Por aquellos días se reunió de nuevo una gran multitud y, como no tenían qué comer, llama junto a sí a sus discípulos y les dice:

2 'Me da lástima este pueblo, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer;

3 y si los mando a casa sin tomar nada desfallecerán por el camino, pues algunos han venido de muy lejos'.

4 Sus discípulos le respondieron: '¿Y cómo se podría saciar de pan a todos éstos aquí en despoblado?'.

5 Él les preguntó: '¿Cuántos panes tenéis?'. Ellos contestaron: 'Siete'.

6 Mandó al pueblo sentarse en el suelo y tomando los siete panes, dijo la acción de gracias, los partió y los iba dando a sus discípulos para que los distribuyeran; y ellos los distribuyeron al pueblo.

7 Tenían además unos cuantos pececillos; y, después de haberlos bendecido, mandó distribuirlos también.

8 Comieron hasta quedar saciados; y de los trozos sobrantes recogieron siete cestas.

9 Eran unos cuatro mil hombres. Luego los despidió.

10 Y subiendo en seguida a la barca con sus discípulos, llegó a la región de Dalmanutá.

11 Salieron los fariseos y se pusieron a discutir con él, pidiéndole, para ponerle a prueba, una señal venida del cielo.

12 Él, suspirando en su espíritu, dice: '¿Para qué pedirá esta generación una señal? Os aseguro que a esta generación no se le dará señal alguna'.

13 Y volviéndoles la espalda, se embarcó otra vez y se fue a la otra orilla.

14 Los discípulos se olvidaron de llevar pan; solo tenían uno en la barca.

15 Él se puso a recomendarles: '¡Estad alerta! Tened cuidado con la levadura de los fariseos y con la levadura de Herodes'.

16 Ellos comentaban entre sí que eso era porque no tenían pan.

17 Al darse cuenta de ello, les dice: '¿Por qué estáis comentando que no tenéis pan? ¿Todavía no entendéis ni comprendéis? ¿Tan embotado tenéis el corazón?

18 ¿Teniendo ojos no veis, y teniendo oídos no oís? ¿Pues no os acordáis

19 de cuando repartí los cinco panes entre los cinco mil hombres, cuántos canastos llenos de pedazos recogisteis?'. Ellos le responden. 'Doce'.

20 'Y cuando repartí los siete panes entre los cuatro mil hombres, ¿cuántos cestos llenos de pedazos recogisteis?'. Contestan: 'Siete'.

21 Y les decía: '¿Aún no comprendéis?'.

22 Llegan a Betsaida. Entonces le traen un ciego y le suplican que lo toque.

23 Tomando de la mano al ciego, lo sacó fuera de la aldea, le puso saliva en los ojos, le impuso las manos y le preguntó: '¿Ves algo?'.

24 Comenzando a entrever, decía: 'Veo hombres; me parecen árboles, pero me doy cuenta de que andan'.

25 Después impuso otra vez las manos sobre los ojos del ciego, y éste comenzó a ver claro, recobró la vista y distinguía todo perfectamente desde lejos.

26 Luego lo mandó a su casa, advirtiéndole: 'Ni siquiera entres en la aldea'.

27 Luego Jesús se fue con sus discípulos hacia las aldeas de Cesarea de Filipo. Y en el camino preguntaba a sus discípulos: '¿Quién dicen los hombres que yo soy?'.

28 Ellos le respondieron: 'Pues que Juan el Bautista; otros, que Elías; y otros, que uno de los profetas'.

29 Entonces él les volvió a preguntar: 'Pero vosotros, ¿quién decís que soy yo?'. Tomando la palabra Pedro, le dice: 'Tú eres el Cristo'.

30 Y severamente les advirtió que a nadie dijeran nada acerca de él.

31 Entonces comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre tenía que padecer mucho, que sería reprobado por los ancianos, por los pontífices y por los escribas, y que sería llevado a la muerte, pero que a los tres días resucitaría;

32 y les hablaba con toda claridad de estas cosas. Pedro, llevándoselo aparte, se puso a reprenderlo.

33 Pero él, volviéndose y mirando a sus discípulos, reprendió a Pedro, y le dice: 'Quítate de mi presencia, Satanás, porque tu pensamiento no es divino, sino humano'.

34 Y llamando junto a sí al pueblo, juntamente con sus discípulos, les dijo: 'El que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, cargue con su cruz y sígame.

35 Pues quien quiera poner a salvo su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí y por el evangelio, la pondrá a salvo.

36 Porque, ¿qué aprovecha a un hombre ganar el mundo entero, y malograr su vida?

37 Pues, ¿qué daría un hombre a cambio de su vida?

38 Porque, si alguno se avergüenza de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles'.

»
Biblia Version de Serafin Ausejo

Copyright © Serafín de Ausejo 1975.

Síguenos en:




Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos