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Marcos 13 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Mientras iba saliendo él del templo, le dice uno de sus discípulos: 'Maestro, mira qué piedras y qué construcciones'.

2 Y Jesús le contestó: '¿Ves esas grandes construcciones? Pues no quedará piedra sobre piedra que no sea demolida'.

3 Y mientras él estaba sentado en el monte de los Olivos, enfrente del templo, le preguntaban a solas Pedro, Santiago, Juan y Andrés:

4 'Dinos: ¿cuándo sucederá esto, y cuál será la señal de que todas estas cosas van a llegar a su final?'.

5 Jesús entonces comenzó a decirles: 'Mirad que nadie os engañe.

6 Muchos vendrán amparándose en mi nombre, y dirán: 'Soy yo', y engañarán a muchos.

7 Pero, cuando oigáis fragores de batallas y noticias de guerras, no os alarméis. Eso tiene que suceder, pero todavía no es el fin.

8 Efectivamente, se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá terremotos en diversos lugares, habrá hambres. Eso será comienzo del doloroso alumbramiento.

9 Pero vosotros mirad por vosotros mismos: os entregarán a los tribunales del sanedrín, seréis azotados en las sinagogas y tendréis que comparecer ante gobernadores y reyes por mi causa, para dar testimonio ante ellos.

10 Pero primero, el evangelio tiene que ser predicado a todos los pueblos.

11 Y cuando os lleven para entregaros, no os preocupéis de antemano de lo que habéis de decir sino que aquello que se os dé en aquel momento, eso diréis. Porque no seréis vosotros los que hablaréis, sino el Espíritu Santo.

12 Y entregará a la muerte el hermano al hermano, y el padre al hijo, y los hijos se levantarán contra sus padres y les darán muerte;

13 y seréis odiados por todos a causa de mi nombre. Pero quien se mantenga firme hasta el final, éste se salvará.

14 Cuando veáis que la abominación de la desolación ha sido instalada donde no debe -entiéndalo bien el que lee-, entonces, los que estén en Judea huyan a los montes,

15 el que esté en la terraza no baje ni entre a recoger cosa alguna de su casa,

16 y el que vaya por el campo, no vuelva hacia atrás para recoger su manto.

17 ¡Ay de las que estén encintas y de las que estén criando en aquellos días!

18 Rogad para que eso no sea en invierno.

19 Porque serán aquellos días de tal angustia como no la ha habido semejante desde el principio de la creación que Dios creó hasta ahora, ni la habrá.

20 Y si el Señor no abreviara aquellos días, nadie se salvaría; pero, en atención a los elegidos que él eligió para sí, abrevió esos días.

21 Entonces, si alguien os dice: 'Mira aquí al Cristo' o 'Míralo allí', no lo creáis;

22 pues surgirán falsos cristos y falsos profetas que harán señales y prodigios. Para engañar, si fuera posible, a los elegidos.

23 Pero vosotros estad sobre aviso; de antemano os lo he dicho todo.

24 Pero en aquellos días, después de aquella tribulación, el sol se oscurecerá y la luna no dará su brillo,

25 las estrellas irán cayendo del cielo, y el mundo de los astros se desquiciará.

26 Entonces verán al Hijo del hombre venir en las nubes con gran poderío y majestad.

27 Y entonces Él enviará a los ángeles y reunirá a sus escogidos desde los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo.

28 Aprended de la higuera esta parábola: cuando sus ramas se ponen ya tiernas y comienzan a brotar las hojas, os dáis cuenta de que está cerca el verano.

29 Igualmente vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, daos cuenta de que él está cerca, a las puertas.

30 Os aseguro que no pasará esta generación sin que todo esto suceda.

31 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

32 En cuanto al día aquél o la hora, nadie lo sabe, ni los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre.

33 Estad, pues, sobre aviso y velad; porque no sabéis cuándo será ese momento.

34 Es igual que cuando un hombre va de viaje: al dejar su casa y dar a sus criados los poderes, encarga a cada uno su trabajo, y al portero le manda que vele.

35 Velad, pues; porque no sabéis cuándo va a venir el señor de la casa, si al atardecer o a medianoche o al canto del gallo o al amanecer.

36 No sea que, viniendo de improviso, os encuentre dormidos.

37 Lo que a vosotros estoy diciendo, a todos se lo digo: velad'.

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Biblia Version de Serafin Ausejo

Copyright © Serafín de Ausejo 1975.

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