Isaías 66 - Biblia Serafín de Ausejo 19751 Así dice Yahveh: 'El cielo es mi trono, y la tierra el escabel de mis pies. ¿Qué templo me edificaréis y cuál el lugar de mi descanso? 2 Pues todas estas cosas las hizo mi mano, todas ellas son mías -dice Yahveh-. Pero en éste me fijo: en el humilde y contrito, el que tiembla a mi palabra. 3 Quien inmola un toro, también mata a un hombre; quien sacrifica una oveja, también desnuca a un perro; quien ofrece libación, también ofrece sangre de cerdo; quien presenta incienso, también alaba a un ídolo. Como ellos eligen sus propios caminos y su alma se complace en sus horrores, 4 también yo elijo sus ultrajes y traeré sobre ellos todo lo que temen, pues llamé y nadie respondió, hablé y no me escucharon; hicieron lo malo a mis ojos y lo que no me agrada eligieron'. 5 Escuchad la palabra de Yahveh, los que tembláis a su palabra: dicen vuestros hermanos que os odian, que os rechazan por causa de mi nombre: ¡Muestre su gloria Yahveh y veamos vuestra alegría! Pero ellos quedarán avergonzados. 6 ¡Una voz en la urbe! ¡Una voz en el templo! Es Yahveh, que ajusta las cuentas a sus enemigos. 7 Antes de sentir los dolores dio a luz; antes de venirle los espasmos alumbró un niño. 8 ¿Quién oyó cosa parecida? ¿Quién vio cosa semejante? ¿Nace un país en un solo día? ¿Es dado a luz un pueblo de una sola vez? Pues apenas sintió los dolores, Sión dio a luz a sus hijos. 9 ¿Abriría yo la matriz y no dejaría dar a luz? -dice Yahveh-. Yo, que hago dar a luz, ¿cerraré la matriz? -dice tu Dios-. 10 Alegraos con Jerusalén y exultad por ella, todos los que la amáis; alegraos por ella, gozosos, todos los que por ella hicisteis duelo; 11 para que maméis a sus pechos y os hartéis de sus consuelos; para que chupéis y os solacéis de su abundante seno. 12 Porque así dice Yahveh: 'Aquí estoy yo dirigiendo hacia ella, como un río, la paz; y, como un torrente desbordado, la gloria de las naciones. Mamaréis; en el regazo seréis llevados, y acariciados sobre las rodillas. 13 Como uno a quien su madre consuela, así os consolaré yo: en Jerusalén seréis consolados'. 14 Lo veréis y se alegrará vuestro corazón, y vuestros huesos germinarán como el césped. Se manifestará la mano de Yahveh a sus siervos, y su cólera a sus adversarios. 15 Pues mirad que Yahveh avanza en el fuego y sus carros como el torbellino, para desfogar con furor su ira y su indignación con llamas de fuego. 16 Porque Yahveh va a juzgar con el fuego y con su espada a todo mortal, y muchas serán las víctimas de Yahveh. 17 Los que se santifican y purifican para entrar en los jardines tras uno que ocupa el centro, los que comen carne de cerdo, cosas abominables y ratas, a una serán exterminados dice Yahveh-. 18 Pero yo vengo a reunir a todas las naciones y lenguas: ellas vendrán y verán mi gloria. 19 Pondré entre ellas una señal y enviaré salvados de ellas a las naciones: a Tarsis, Put y Lud, a Mésec y Ros, a Tubal y Yaván, y a las islas lejanas que no han tenido noticia de mí ni han visto mi gloria. Ellos anunciarán mi gloria en las naciones. 20 Traerán a todos vuestros hermanos de todas las naciones, como oblación a Yahveh en caballos, en carros y en literas, en mulos y en dromedarios, a mi santa montaña, a Jerusalén -dice Yahveh-, como traen los hijos de Israel la oblación en vasos puros al templo de Yahveh. 21 Y también de entre ellos tomaré sacerdotes y levitas -dice Yahveh-. 22 Pues como el cielo nuevo y la nueva tierra que yo hago permanecen ante mí -dice Yahveh-, así permanecerá vuestra estirpe y vuestro nombre. 23 Y de luna nueva en luna nueva y de sábado en sábado vendrá todo mortal a postrarse ante mí -dice Yahveh-. 24 Y cuando salgan, verán los cadáveres de aquellos que se rebelaron contra mí, pues no morirá su gusano, ni se extinguirá su fuego, y serán un horror para todo mortal. |
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