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Hechos 11 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Oyeron los apóstoles y los hermanos que vivían en Judea que también los gentiles habían recibido la palabra de Dios.

2 Cuando Pedro subió a Jerusalén, tuvo una discusión con los de la circuncisión,

3 porque le echaban en cara: '¡Has entrado en casa de hombres incircuncisos y has comido con ellos!'.

4 Pedro empezó a explicárselo punto por punto, diciendo:

5 'Yo estaba orando en la ciudad de Jope, cuando vi en éxtasis una visión: una especie de recipiente a modo de un mantel grande que descendía, bajado del cielo por sus cuatro puntas, y que llegaba hasta mí.

6 Yo lo consideraba con la vista fija en él, y vi cuadrúpedos de la tierra y bestias y reptiles y aves del cielo.

7 Oí asimismo una voz que me decía: 'Anda, Pedro, mata y come'.

8 Pero yo dije: 'De ninguna manera, Señor; jamás cosa profana o impura entró en mi boca'.

9 Y me respondió de nuevo la voz del cielo: 'Lo que Dios ha declarado puro, tú no lo llames profano'.

10 Esto se repitió hasta tres veces, y de nuevo fue retirado todo al cielo.

11 Al instante se presentaron en la casa donde estábamos tres hombres, enviados desde Cesarea para buscarme.

12 El Espíritu me dijo que fuera con ellos sin dudar lo más mínimo. Vinieron también conmigo estos seis hermanos, y entramos en la casa de aquel hombre.

13 Él nos contó cómo había visto en su casa al ángel que se le presentó y le dijo: 'Envía a Jope a buscar a Simón, por sobrenombre Pedro;

14 él te dirá palabras en virtud de las cuales serás salvo tú y toda tu casa'.

15 Y en cuanto comencé yo a hablar, descendió el Espíritu Santo sobre ellos, como al principio sobre nosotros.

16 Recordé entonces la palabra del Señor cuando decía: 'Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados en Espíritu Santo'.

17 Si, pues, Dios les otorgó el mismo don que a nosotros cuando creímos en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo para poder impedírselo a Dios?

18 Al oír esto, se tranquilizaron y glorificaron a Dios diciendo: 'Según esto, Dios ha dado también a los gentiles la conversión que conduce a la vida''.

19 Entre tanto, los que se habían dispersado a partir de la persecución que sobrevino cuando lo de Esteban habían llegado hasta Fenicia y Chipre y Antioquía, aunque sólo predicaban la palabra a los judíos.

20 Había, con todo, entre ellos algunos de Chipre y de Cirene que, al llegar a Antioquía, comenzaron a hablar también a los griegos, anunciándoles el evangelio del Señor Jesús.

21 La mano del Señor estaba con ellos y fue grande el número de los que, abrazando la fe, se convirtieron al Señor.

22 Llegó esta noticia a oídos de la Iglesia de Jerusalén y enviaron a Antioquía a Bernabé,

23 el cual, al llegar y ver la gracia de Dios, se alegró y exhortaba a todos a permanecer con firmeza de corazón unidos al Señor,

24 pues era un hombre de bien, lleno de Espíritu Santo y de fe. Y se agregó al Señor una gran muchedumbre.

25 Fue entonces Bernabé a Tarso en busca de Saulo;

26 lo encontró y se lo trajo a Antioquía. Durante un año entero convivieron como huéspedes de la comunidad y enseñaron a una muchedumbre considerable. Fue en Antioquía donde, por primera vez, se llamó a los discípulos 'cristianos'.

27 Por aquellos mismos días llegaron a Antioquía algunos profetas de Jerusalén.

28 Uno de ellos, por nombre Ágabo, predecía, en virtud del Espíritu, que se abatiría sobre toda la tierra una gran hambre: fue la que sobrevino en tiempos de Claudio.

29 Entonces los discípulos, cada uno conforme a sus facultades, decidieron enviar ayuda a los hermanos que habitaban en Judea.

30 Así lo hicieron, y se la remitieron a los ancianos por medio de Bernabé y de Saulo.

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Biblia Version de Serafin Ausejo

Copyright © Serafín de Ausejo 1975.

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