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Hebreos 9 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 La primera alianza tenía unas normas litúrgicas y un santuario terrestre.

2 Se construyó, en efecto, una Tienda, en cuya parte delantera estaba el candelabro, la mesa y los panes presentados a Dios. Esta parte se llamaba 'lugar santo'.

3 Detrás de la segunda cortina estaba la Tienda llamada 'lugar santísimo';

4 en ella había un altar de oro para el incienso y el arca de la alianza, toda recubierta de oro, en cuyo interior se encontraba una urna de oro con el maná, la vara florecida de Aarón y las tablas de la ley.

5 Encima del arca estaban los querubines de gloria, cubriendo con su sombra el propiciatorio. Pero no es el momento de entrar en detalles.

6 Así construido, los sacerdotes entran continuamente en la primera parte de la Tienda para celebrar el culto.

7 Pero en la segunda entra sólo el sumo sacerdote, una vez al año, no sin llevar sangre que ofrecer por sí mismo y por los pecados del pueblo.

8 Con esto, el Espíritu Santo da a entender que, mientras la primera parte esté en pie, no está aún abierto el camino que conduce al 'lugar santísimo'.

9 Y esto es símbolo dela situación actual, en la que se ofrecen dones y sacrificios que no pueden perfeccionar la conciencia del que oficia en el culto,

10 pues todo se reduce a alimentos, bebidas y diversas abluciones, o sea, a observancias extrínsecas, vigentes hasta el tiempo de la institución correcta.

11 En cambio, Cristo se ha presentado como sumo sacerdote de los bienes definitivos: por medio de una Tienda más grande y más perfecta, no de hechura humana, es decir, no de este mundo creado.

12 Entró en el 'lugar santísimo', de una vez por siempre, no por medio de sangre de machos cabríos ni de becerros, sino de la suya propia, consiguiendo la redención eterna.

13 Porque, si la sangre de machos cabríos y de toros y la aspersión con las cenizas de una becerra consagra a los impuros, devolviéndoles la pureza externa,

14 ¡cuánto más la sangre de Cristo, que, en virtud del espíritu eterno, se ofreció a Dios como sacrificio sin mancha, purificará nuestra conciencia de las obras muertas, para que rindamos culto al Dios vivo!

15 Por eso, él es mediador de una nueva alianza, para que, habiendo intervenido una muerte que redime de los pecados cometidos durante la primera alianza, los que han sido llamados reciban la promesa de la herencia eterna.

16 Cuando se trata de un testamento, tiene que constar la muerte del testador;

17 porque un testamento sólo es efectivo cuando se produce el fallecimiento, ya que nunca entra en vigor mientras vive el testador.

18 Así, resulta que tampoco la primera alianza fue promulgada sin efusión de sangre.

19 Porque, tras haber leído Moisés a todo el pueblo el conjunto de las prescripciones legales, tomando la sangre de los becerros y machos cabríos, juntamente con agua, lana escarlata e hisopo, roció al libro mismo y a todo el pueblo,

20 diciendo: Ésta es la sangre de la alianza que Dios ha concluido con vosotros.

21 Y, de la misma manera, roció con sangre la Tienda y todos los objetos del culto.

22 Según la ley, casi todas las cosas se purifican con sangre, y sin efusión de sangre no hay perdón.

23 Si, pues, fue necesario que las figuras de las realidades celestiales fueran purificadas con estos procedimientos, entonces las realidades celestiales mismas requieren sacrificios aún más excelentes.

24 Cristo no entró, en efecto, en un santuario de hechura humana, imagen del auténtico, sino en el propio cielo, para aparecer ahora en la presencia de Dios en favor nuestro.

25 Ni tiene que ofrecerse muchas veces, como el sumo sacerdote, que entra, año tras año, en el 'lugar santísimo' con sangre ajena;

26 pues, en tal caso, habría tenido que padecer muchas veces desde la creación del mundo. Pero, en realidad, ha sido ahora, al final de los tiempos, cuando se ha manifestado de una vez para siempre, a fin de abolir el pecado con su propio sacrificio.

27 Y así como es destino de los hombres morir una sola vez y, tras de esto, el juicio,

28 así también Cristo, ofrecido una sola vez para quitar los pecados de muchos, se aparecerá, la segunda vez, sin relación ya con el pecado, a los que a él aguardan, para darles la salvación.

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Biblia Version de Serafin Ausejo

Copyright © Serafín de Ausejo 1975.

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