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Malaquías 4 - Comentario Popular de la Biblia de Kretzmann vs Mundo Hispano

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Malaquías 4

Malaquías 4:1

Porque he aquí, viene el día, todo el período del Nuevo Testamento se considera un día de zarandeo y de juicio, porque culmina en el Día del Juicio, que arderá como un horno, que contiene el fuego del refinador; y todos los soberbios, sí, y todos los que hacen maldad, serán rastrojo, bajo el fuego de su ira, Cf Mateo 3:10 ; y el día que vendrá los consumirá, dice Jehová de los ejércitos, Cf Isaías 5:24 , Isaías 5:24 ; Sofonías 1:18 , que no les dejará ni raíz ni rama, siendo la destrucción final y eterna de los impíos coincidente con el Juicio Final. Tal es el terrible destino de quienes no se benefician de la misericordia del Señor.

Malaquías 4:1-6

El sol de justicia y su precursor.

El profeta, habiéndose dirigido a los burladores con palabras de advertencia, en conclusión describe los resultados de la designación por parte del Señor de ese día del que había hablado.

Malaquías 4:2

Mas a vosotros que teméis mi nombre, los que creen en Jehová, el Dios del pacto, y su redención, el Sol de justicia, el Mesías, con la plenitud de su salvación, se levantará con curación en sus alas, en los rayos. de Su misericordia enviada a través de Su Palabra; y saldréis, con la cabeza alzada con gozo, y creceréis como becerros del establo, alimentados por la Palabra de Verdad y Gracia. Cfr. Juan 1:14 .

Malaquías 4:3

Y hollaréis a los impíos, cuya destrucción final está profetizada constantemente en las Escrituras; porque serán ceniza debajo de las plantas de vuestros pies, impotentes y sin valor, el día que yo haga esto, ha dicho Jehová de los ejércitos. Todos los creyentes están felices en su fe, en el disfrute de la misericordia de Jehová; disfrutan de la verdadera libertad y finalmente celebrarán una victoria eterna sobre todos sus enemigos. Por tanto, el profeta, al concluir su mensaje, añade una amonestación:

Malaquías 4:4

Acuérdate de la ley de Moisés, mi siervo, que le mandé en Horeb para todo Israel, con los estatutos y juicios, la Palabra que contenía su pacto solemne.

Malaquías 4:5

He aquí, os enviaré a Elías, el profeta, profeta como él, a saber, Juan el Bautista, precursor del Mesías, Mateo 11:10 ; Mateo 17:10 ; Lucas 1:17 , antes de la venida del día grande y terrible del Señor, Joel 2:31 , es decir, antes de que el Señor mismo comenzara Su ministerio, que marcó el comienzo del período del Nuevo Testamento, culminando en el Juicio Final;

Malaquías 4:6

y él hará que el corazón de los padres se vuelva hacia los hijos y el corazón de los hijos hacia sus padres, al hacer que ambos se den cuenta del amor de Jehová al enviar al Mesías y en la subsiguiente salvación obrada para todos los hombres, Lucas 1:17 , para que no venga y golpee la tierra con maldición, es decir, en el caso de que los hombres no escuchen la predicación del arrepentimiento para el perdón de los pecados.

Los judíos como nación rechazaron al Mesías y han caído bajo la maldición. Pero esto no resultó en el derrocamiento del reino de Dios y Cristo. El Israel espiritual, más bien, ha escuchado y está prestando atención a la Palabra de Gracia y está disfrutando de la plenitud de las bendiciones prometidas a lo largo del Antiguo Testamento y cumplidas tan gloriosamente en la Nueva Dispensación.


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Malaquías 4

Con el tema de el día se muestra la clara diferencia entre los justos y los malvados. Para los primeros ese día será de perdón (3:17) y de salvación plena (4:2); para los segundos, ese será un día de castigo y destrucción (4:1, 3).

Con el tema del “día de Jehová” el profeta Malaquías se une a la tradición de sus antecesores (Amo 5:18; Isa 2:12; Isa 13:6; Isa 49:8; Jer 30:7; Eze 30:3; Joe 1:15; Joe 2:11, Joe 2:31) y, parafraseando, lo define así: “El reconocimiento de la presencia de Jehová en su constante actividad de juicio y salvación” (vv. 1, 2). Y más específicamente: “El gran día en que Jehová salvará de una vez por todas a su pueblo” (v. 3).

El NT recoge esta tradición y la presenta en los pasajes apocalípticos de los Evangelios (Mar. 13; Mat. 24; Luc. 21) y especialmente en la gran proclamación del libro de Apocalipsis (ver especialmente los dos últimos capítulos).

VII. DIOS ENVIARá AL PROFETA ELíAS,Joe 4:4-6

El libro termina con una exhortación y con una promesa. De la obediencia a la instrucción depende el resultado de la promesa.

1. Una exhortación,Joe 4:4

Al final del libro se unen las tres instituciones clave del AT: sacerdote, profeta y mesías. En la unidad de los tres se da la clave de la restitución y salvación del pueblo.

Malaquías termina donde empieza el AT: con la Ley de Moisés. Así se da un salto hacia el principio para crear una unidad teológica. Todo el AT (Biblia hebrea) está alimentado por la instrucción del Señor (la Torah), porque en ella está la vida (Sal. 1).

2. Una promesa,Joe 4:5-6

Pero Malaquías también termina donde el mensaje del Evangelio del NT empieza: la llegada de “Elías” que convocará y preparará al pueblo para recibir al Mesías de Dios (Mar 1:2-8).

El mensaje de Malaquías es a la vez fin y principio; es la voz de Dios para el “tiempo intermedio”. Es la instrucción para una comunidad de transición. ¡Qué actual resulta para nuestras comunidades latinoamericanas, llamadas hoy a sacudirse de las tentaciones de una sociedad y una cultura que valorizan lo material y atienden al consumismo! ¡Qué actual se muestra para los cristianos latinoamericanos, que son convocados a vivir en el triunfo del Resucitado para luchar por la vida contra la muerte, por la justicia contra la opresión y por la paz contra la guerra!

Con este libro de Malaquías, los profetas del AT llegan a un fin con un castigo severo sobre el pueblo por la inmoralidad evidente, por la infidelidad escéptica y por la adoración inadecuada al acercarse a Dios. Pero esta parte del canon llega también a un fin con una mirada distintiva hacia adelante, una esperanza en los actos futuros de Dios de poder y de bendición. Los sacerdotes eran culpables por despreciar al Dios que los amaba y los había redimido y al cual ellos servían. La gente había llegado a dudar de que Dios tenía algún significado en absoluto. De esta forma, se les advirtió: “Y luego, repentinamente, vendrá a su templo el Señor a quien buscáis…”. Aquel que vendría traería juicio sobre los que se habían apartado del Señor. Sin embargo, estaba la promesa de un libro delante de Dios, con los nombres de aquellos que eran fieles en su servicio al Señor. Juicio y esperanza, promesa y cumplimiento, gente pecadora y un Dios que se les enfrenta: sobre estas notas terminan los profetas del AT, habiendo preparado el camino para aquel que era el último mensaje de Dios a la humanidad.

Nuevamente Dios nos convoca; y a cada uno, en cada uno, y a través de cada uno, él quiere decirle al mundo entero: He aquí yo envío a mi mensajero… (v. 5).




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Comentario Bíblico Mundo Hispano

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