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2 Crónicas 2 - Comentario de Frederick Brotherton Meyer vs Mundo Hispano

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2 Crónicas 2

2. La construcción del templo, 2:1-5:1

A pesar del esplendor material de Salomón demostrado en sus ejércitos, riqueza y posesiones materiales (1:14-17), no son estas cosas las de mayor importancia hoy, ni se supone que las fueran aun en los días del cronista. En la comunidad posexílica era el recuerdo del templo de Salomón el que despertaba más interés entre los israelitas. Este templo idealizado sería, después de todo, el lugar donde Dios el creador del universo sería adorado hasta la aparición del Mesías. Al llegar éste, el templo sería reemplazado por otro nuevo y mejor desde el cual el hombre podría acercarse a Dios sin impedimento alguno (comp. Joh 4:21 y Mat 27:51 y Joh 14:6). El cronista centra su atención en los preparativos para la construcción del templo.

Para los judíos que se encontraban viviendo aquellos días de gran expectativa en el 450 a. de J.C., la construcción del templo constituía una de las prioridades colectivas para el pueblo y su rey. Los ritos y las ceremonias que se llevaban a cabo en el altar indicaban una nueva relación entre Dios e Israel. La liturgia y la arquitectura del templo, así como el orden sacerdotal, apuntarían hacia la cruz del Calvario donde Cristo sería tanto el Cordero del sacrificio así como el Sumo Sacerdote (Heb 7:27; Heb 8:4-5; Heb 9:9-12), porque Dios, en la persona de Cristo, “se hizo carne y habitó entre nosotros” (Joh 1:14). En la proyección del éscaton (fin) y de la parusía (venida, aplicado a la segunda venida de Cristo), ese templo sería hecho teniendo en mente la glorificación del pueblo de Dios, cuando el Israel espiritual se encuentre en la presencia de Dios (Exo 24:18; Heb 9:24).

Es menester notar que el cronista dedica seis de sus nueve capítulos a la construcción del templo en Jerusalén. Este templo ya había sido diseñado por David (1 Crón. 22, 28, 29). A Salomón le correspondió organizar la fuerza laboral con la ayuda de Hiram, rey de Tiro (vv. 11, 12).

Hay algunas semejanzas en la construcción del tabernáculo y del templo: (1) Bezaleel y Salomón tuvieron la responsabilidad de los dos proyectos (Exo 35:30; 1Ch 28:6). (2) Ambos eran de la tribu de Judá. (3) Ambos recibieron el poder espiritual de Dios. (4) Ambos construyeron el altar de bronce (2Ch 1:5; 2Ch 4:1). (5) Ambos construyeron el mobiliario para el tabernáculo y el templo (éxo. 31; 2 Crón. 4). (6) Tanto el tabernáculo como el templo tenían un diseño específico que procedía de Dios (Exo 25:9; 1Ch 28:11-19). (7) El pueblo hizo entrega de ofrendas y obsequios sin presión alguna y generosamente (Exo 25:1-7; 1Ch 29:1-9). (8) Cuando ambas estructuras fueron concluidas, la gloria de Dios se manifestó esplendorosamente (Exo 40:34-35; 2Ch 7:1-3). Estas semejanzas y otras evidencias podrían reforzar las credenciales del origen divino de la inspiración del cronista.

(1) Las negociaciones de Salomón con Hiram,2Ch 2:1-10. Es incuestionable la valiosa contribución literaria de Salomón (Prov., Ecl., Cant.), pero su más célebre contribución sería la construcción del templo, expresado en la afirmación del cronista: Salomón se propuso construir una casa al nombre de Jehová (v. 1a); pero, poco se comenta sobre una casa real para sí (v. 1b). ¿Por qué? Quizá porque el cronista no quiere indicar que el centro de las actividades gubernamentales desde el palacio real podrían distraer la atención del pueblo en las actividades espirituales en torno al templo. ¿Sería esto señal de lo que Dios espera de su pueblo, haciendo que lo secular y personal estén supeditados a los intereses espirituales y colectivos de su reino?

Entonces reclutó (v. 2) a 153.600 cargadores canteros en la región montañosa y supervisores. Estos eran obreros de entre los extranjeros que residían en Israel, según lo había determinado David (1Ch 22:2). Salomón reclutó 30.000 israelitas para laborar en tres jornadas de 10.000 hombres cada una. Estos se turnarían cada tres meses (1Ki 5:13-14), de acuerdo con la práctica laboral egipcia que requería períodos de tres meses para solventar el problema causado por las inundaciones del Nilo.

Salomón decidió enviar una carta a Hiram, reclamando el mismo trato dispensado a David (v. 3). Tiro, la ciudad fenicia, se hallaba ubicada al sur de Sidón en la costa del Mediterráneo. Tiro se distinguía por su activo comercio portuario y por su industria naviera. Salomón aprovechó la ocasión de recibir una delegación fenicia que portaba una carta de implícita condolencia de Hiram por la muerte de David y para felicitarlo por su nuevo ascenso al trono de Israel (1Ki 5:1). No se debe entender que el envío del cedro a David estuviera relacionado con para que edificara para sí una casa en que habitar (3b). El cedro no era para el palacio sino para el templo (ver 1Ch 22:4, 1Ch 22:14).

Por un lado, la casa de Jehová tendría ciertas actividades como el quemar incienso aromático delante de él (v. 4), lo cual se hacía dos veces al día en el altar del incienso, según Exo 30:6-8. Por otro lado, Salomón se esmera en comunicar sus convicciones personales acerca de la persona de Dios, quien es más grande que todos los dioses (v. 5). Este es un testimonio vibrante que se desprende del corazón de un creyente preocupado por compartir su fe con otros. La respuesta de Hiram fue la prueba de que Salomón tuvo éxito en esta iniciativa (vv. 12-18).

No obstante, Salomón era consciente de que una casa hecha por manos de hombres jamás podría contener a Dios con toda su gloria (v. 6). En el hecho de la encarnación de Cristo (Joh 1:14) se confirma esta realidad. La gloria que había de manifestarse en el día de la dedicación del templo.

La técnica y la destreza fenicias todavía eran mejores que las de los israelitas en el campo de la arquitectura, como lo demuestran las excavaciones arqueológicas. Los cedros fragantes del Líbano eran famosos por todo el mundo antiguo, porque resistían el deterioro causado por el tiempo. El sándalo (v. 8), importado de Ofir (vv. 9, 10), era usado para trabajos ornamentales e instrumentos musicales (Joh 9:11; 1Ki 10:12).

El pago ofrecido por Salomón a Hiram era generoso: 20.000 coros de trigo (4.4 millones de litros), 20.000 coros de cebada, 20.000 batos (440.000 litros) y 20.000 batos de aceite (v. 10). Si se tomara en cuenta la narración de 1Ki 5:6, estas cifras parecerían exageradas, pero hay que notar que este dato estadístico se refiere solo a la casa real de Hiram y no, como en Crónicas, a un grupo más amplio de siervos fenicios encargados de cortar la madera. Es más, en 1 Reyes la entrega es anual y repetida, mientras que en Crónicas es un solo pago. Cualquier impresión de ser una suma exorbitante podría hallar justificación en la afirmación de Salomón: ...Porque el templo que voy a edificar ha de ser grande y maravilloso (v. 9). La referencia a las repetidas entregas de trigo (1Ki 5:11), indica que el tesoro del gobierno sí tenía una dura carga, sobre todo, cuando el rey se entregaba a sus proyectos privados de construcción (1Ki 9:10-11).

Tiro y su rey Tiro es una de las ciudades más antiguas. Está situada en la costa mediterránea no lejos de Sidón. La literatura de la antigüedad clásica cita la ciudad de Tiro (cf. La Ilíada VI 290 o XXIII 743, y La Odisea, 14, 84 y XXII, 424). El poeta latino Virgilio en su conocida obra La Eneida, la relaciona con Sidón, ciudad esta no lejos de Tiro. En la Biblia su primera mención se hace en Jos 19:29.

La ciudad de Tiro tenía fama por su industria de los metales. Por eso no es extraño que Salomón acudiera a su rey Hiram, para solicitarle la ayuda de un especialista en el trabajo con “oro, plata, bronce, hierro” (v. 7). Igualmente, Tiro es conocida por sus maestros en el trabajo con maderas nobles como el sándalo, el ciprés y el cedro.

Todo esto es lo que solicitó Salomón de Hiram. Hiram tenía sangre israelita porque su madre provenía de la tribu de Dan. Su padre era de Tiro (v. 14).

El nombre Hiram nos llega a través de la Vulgata. Empezó a reinar cuando tenía 19 años y permaneció 34 años (desde el 1023 al 990 a. de J.C.), murió a la edad de 53 años.

(2) La respuesta de Hiram, el pacto y los obreros,Jos 2:11-18. La respuesta de Hiram (vv. 11-16) incluye palabras de alabanza al Señor como !Bendito sea Jehová...! (v. 11). Esta afirmación ampliada no se registra en 1Ki 5:7. Se espera que un buen hombre de negocios, como lo era Hiram, no escatimara esfuerzo alguno en adular a un buen cliente, muy por sobre las connotaciones teológicas y doctrinales en su afirmación. (Convendría hacer referencia a la fraseología piadosa de Ciro en el 36:22.)

No debe confundirse el nombre de Hiramabi, como "Hiram mi padre", ya que su padre se llamaba Abibaal, sino como un administrador y consejero confiable, según Gen 45:8 y Jdg 17:10. Puesto que su madre era judía y su padre fenicio (v. 14a). Hiramabi no tendría problema ni con la cultura hebrea ni con el idioma. ¡Una buena lección para los esfuerzos misioneros entre étnicos en cualquier estrato social hoy! Hiramabi sabía trabajar en púrpura (v. 14b), teñidor de la púrpura real, de buena calidad y de alto costo.

Jope (v. 16), mencionado como punto de importancia en los documentos egipcios más antiguos, y en Jon 1:3, era el puerto de contacto mejor escogido para los casi 60 km. de recorrido por tierra hasta Jerusalén. Jonás había zarpado de este puerto en su viaje hacia Tarsis.

Los 3.600 supervisores (v. 18) eran parte de los 153.600 extranjeros que trabajaban. Más tarde, se añadirían a estos jefes de los oficiales otros 250 (Jon 8:10) haciendo un total de 3.850. El pasaje paralelo indica (1Ki 5:16) solo 3.300 oficiales; pero menciona un número de 550 (1Ki 9:23) lo cual da una cifra igual a 3.850. Quizá una de las razones se deba al hecho de que el autor de 1 Reyes no hace distinción entre extranjeros e israelitas.




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Comentario Bíblico Mundo Hispano

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