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Gálatas 2 - Comentario Crítico y Explicativo Conciso vs Mundo Hispano

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Gálatas 2

LOS APOSTOLES RECONOCEN LA AUTORIDAD COORDINADA DE PABLO COMO APOSTOL DE LA INCIRCUNCISION. SU AUTORIDAD ES COMPROBADA POR LA REPRENSION QUE EL APOSTOL DIRIGE A PEDRO POR SU TEMPORIZACION EN ANTIOQUIA. PABLO PRESENTA SU RAZONAMIENTO ACERCA DE LA INCONSECUENCIA ENTRE LA JUDAIZACION Y LA JUSTIFICACION POR LA FE.

1. Después, pasados catorce añosTradúzcase, “Después de catorce años”; es decir, desde la conversión de Pablo. [Alford.] En el año décimocuarto desde su conversión [Birks.] Se trata de la misma visita a Jerusalén relatada en Hechos cap. 15 (año 50 d. de C.), cuando el concilio de los apóstoles y la iglesia tomó el acuerdo de que los cristianos gentiles no necesitaban circuncidarse. El apóstol no hace ninguna alusión a aquel decreto por los siguientes motivos: (1) Porque su propósito aquí es dar a conocer a los gálatas su propia autoridad apostólica independiente, por lo cual él no desea apoyarse en la decisión de ellos. Vemos pues, que los concilios generales no eran superiores a las decisiones de los apóstoles. [Difícilmente podría llamarse a aquella reunión “concilio general”, pues la componían sólo los apóstoles y los miembros de la iglesia de Jerusalén. Nota del Trad.]. (2) Porque él argumenta el asunto basándose en principios, y no en decisiones autorizadas. (3) Porque el decreto no abarcó toda la posición mantenida por él aquí: el concilio no impuso las ordenanzas mosaicas. El apóstol mantiene que la institución mosaica misma está terminada. (4) Porque los gálatas estaban judaizando, no porque la ley judía fuera impuesta por autoridad eclesiástica como necesaria al cristianismo, sino porque ellos creían que era necesario que fuese obedecida por aquellos que aspiraban a una perfección superior (cap. 3:3; 4:21). El decreto no estaría en pugna de ninguna manera con la opinión de ellos, y por lo tanto habría sido inútil citarlo. Pablo les hace frente a ellos con una confutación mucho más directa: “Vacíos sois de Cristo los que por la ley os justificáis” (cap. 5:4). [Paley.] fuí … a Jerusalem … con Bernabé … también … Tito—Señala a este último a causa de lo que se dice tocante a él en el v. 3. Pablo y Bernabé, y otros, fueron comisionados por la iglesia de Antioquía (Hechos 15:2) para consultar a los apóstoles y ancianos en Jerusalén sobre el asunto de la circuncisión de los cristianos gentiles.

2. fuí por revelación—No por depender absolutamente de los apóstoles en Jerusalén, sino por “revelación” divina independiente. Del todo consecuente al mismo tiempo con que fuese él un diputado de la iglesia de Antioquía, como dice Hechos 15:2. Por esta revelación él fué movido a sugerir el envío de la diputación. Véase el caso de Pedro llevado por visión, y al mismo tiempo por los mensajeros de Cornelio, a ir a Cesarea, Hechos cap. 10. comuniquéles el evangelio—“a los apóstoles y ancianos” (Hechos 15:2); especialmente a los apóstoles (v. 9). particularmente—para que él y los apóstoles en Jerusalén decidieran previamente sobre los principios que serían adoptados y presentados ante el concilio público (Hechos 15). Era necesario que los apóstoles en Jerusalén supiesen de antemano que el evangelio que predicaba Pablo a los gentiles, era el mismo que ellos predicaban, y que había recibido la confirmación divina en los resultados que dicho evangelio obraba en los convertidos gentiles. El y Bernabé contaron a la multitud, no la naturaleza de la doctrina que ellos predicaban (la que Pablo había comunicado particularmente a los apóstoles), sino sólo los milagros obrados en prueba de que Dios sancionaba su predicación a los gentiles (Hechos 15:12). a los que parecían ser algo—Jacobo, Cefas y Juan, y probablemente algunos de los “ancianos”; v. 6. por no correr en vano—Es decir, para que ellos viesen que no estaba corriendo en vano, ni que había corrido en vano. Pablo mismo no temía esto; sino que lo hizo para que no pareciese que él corría en vano o que había corrido en vano, al no darles a ellos alguna explicación. Su carrera consistía en la rápida proclamación del evangelio a los gentiles (véase “correr”, en el margen; Resta … que “la palabra del Señor corra”, 2 Tesalonicenses 3:1); y habría sido en vano si la circuncisión hubiese sido necesaria, ya que él no la exigía para sus convertidos.

3. Mas ni aun Tito, etc.—Tan lejos estaban ellos de considerar que yo corría en vano, que “ni aun Tito, que estaba conmigo, siendo griego (y por lo tanto incircunciso), fué compelido a circuncidarse”. Los “falsos hermanos”, v. 4 (“algunos de la secta de los fariseos que habían creído”, Hechos 15:5), exigían su circuncisión. Los apóstoles, sin embargo, constreñidos por la firmeza de Pablo y Bernabé (v. 5), no obligaron ni insistieron en que se circuncidase. De esta manera ellos virtualmente sancionaron el proceder de Pablo entre los gentiles, y reconocieron su independencia como apóstol, siendo éste el punto que él desea exponer a los gálatas. Por otra parte, siendo Timoteo un “prosélito de la puerta” e hijo de madre judía (Hechos 16:1), él lo circuncidó (Hechos 16:3). El cristianismo no intervino en las usanzas judías que eran consideradas meramente como ordenanzas sociales sin significado religioso, en el caso de judíos y prosélitos, mientras quedaban en pie la política judía y el templo; pero después de la ruina de éste, aquellas usanzas naturalmente cesaron. El haber insistido en la práctica de las usanzas judías entre los convertidos gentiles, habría sido lo mismo que hacerlas parte esencial del cristianismo. El haberlas violado rudamente al principio en el caso de los judios creyentes, habría sido inconsecuente con aquella caridad que (en asuntos indiferentes) “hace todas las cosas a todos los hombres, para que de todas maneras ganase a algunos” (1 Corintios 9:22 : véase Romanos 14:1, Romanos 14:13). Pablo llevó consigo a Tito como ejemplo viviente del poder del evangelio entre los gentiles incircuncisos.

4. Y eso por causa de los falsos hermanos—Es decir, lo que hice en cuanto a Tito (al no permitir que fuese circuncidado) no fué por despreciar la circuncisión, sino por causa de los falsos hermanos” (Hechos 15:1, Hechos 15:24) quienes, si yo hubiera cedido a su exigencia de que fuese circuncidado, habrían pervertido el caso, y lo hubieran tomado como una prueba de que yo consideraba necesaria la circuncisión. se entraban secretamente.—Más bien, “disimuladamente”. para espiar nuestra libertad—Como enemigos en disfraz de amigos, que deseaban destruir y robarnos—nuestra libertad—del yugo de la ley ceremonial. Si hubiéramos circuncidado a Tito por temor de los apóstoles, ellos habrían hecho de esto un fundamento para insistir en imponer el yugo legal sobre los gentiles. para ponernos en servidumbre—El tiempo futuro en el griego da a entender la certeza de la servidumbre y la continuación de ella como resultado.

5. El griego, “A quienes ni aun por una hora cedimos por sujeción.” Alford traduce el artículo griego, “con la sujeción que era exigida de nosotros”. El sentido más bien es; Habríamos cedido gustosamente por amor [Bengel] (si no hubiera estado de por medio ningún principio), pero no por vía de sujeción, pues “la verdad del evangelio” (v. 14; Colosenses 1:5) estaba en peligro (es decir, la verdad fundamental de la justificación por la fe solamente, sin las obras de la ley, en contraste con “otro evangelio”, cap. 1:6). La verdad precisa e inalterable, no abandona nada que le pertenezca, ni admite nada que le sea inconsecuente. [Bengel]. para que la verdad … permaneciese con vosotros—Es decir, los gentiles. Defendimos por amor de vosotros vuestra fe y vuestras libertades verdaderas, las cuales vosotros estáis renunciando.

6. Griego, “De parte de aquellos que parecían ser algo”. Pensaba completar la oración diciendo: “no recibí ningún beneficio especial”; pero cambió la terminación a “nada me dieron”. Empero de aquellos que parecían ser algo—No que parecieran ser lo que no eran, sino que “eran reconocidos como personas de alguna importancia”. El apóstol no pone en duda el que fuesen justamente reputados. Dios no acepta apariencia de hombre—No muestra ninguna parcialidad; “no hay acepción do personas con él” (Efesios 6:9). los que parecían ser algo, nada me dieron—“no me impartieron nada.” La misma palabra griega como en el cap. 1:16, “No conferí (consulté) con carne y sangre”. Así como yo no les consulté ni les impartí nada en mi conversión, así tampoco ellos me dieron algo por añadidura sobre lo que yo ya sabía. Esto prueba a los gálatas su independencia como apóstol.

7. por el contrario—Lejos de añadir nueva luz para mí, ellos dieron su aprobación a la nueva senda en la cual Bernabé y yo, por revelación independiente, habíamos entrado. Tan lejos de censurarnos, ellos dieron aprobación entusiasta a mi carrera independiente, es decir, a la innovación de predicar el evangelio sin demandar la circuncisión para los gentiles, como vieron—por los resultados que eran “obrados” (v. 8; Hechos 15:12). que el evangelio de la incircuncisión—Es decir, la obra entre los gentiles, quienes al convertirse no serían circuncidados. me era encargado—Griego, “se me había confiado”. como a Pedro el de la circuncisión—Pedro habia abierto originalmente la puerta a los gentiles (Hechos cap. 10 y 15:7), pero en la final división de las esferas de labor, los judíos fueron destinados a él (véase 1 Pedro 1:1). Así también Pablo, por otra parte, escribió a los Hebreos (véase también Colosenses 4:11), aunque su obra principal era entre los gentiles. El hecho de que no se mencione a Pedro en la lista de nombres que, iluminado por el Espíritu mencionó Pablo en Romanos cap. 16, demuestra que la residencia de Pedro en Roma, y mayormente su primacía, eran desconocidas. Lo mismo se da a entender por la esfera de labor que aquí le es destinada.

8. el que—Dios (1 Corintios 12:6). hizo por Pedro—obró eficazmente; es decir, el que hizo eficaz la predicación de Pedro para la conversión de los pecadores, no sólo por milagros visibles, sino por el poder secreto del Espíritu Santo. para el apostolado de la circuncisión—a favor de este apostolado. hizo también por mí para con los gentilesTradúzcase como antes, siendo igual al griego, “obró eficazmente”.

9. Jacobo y Cefas y Juan—Jacobo es colocado primero en los manuscritos más antiguos, aun antes de Pedro, por ser aquél obispo de Jerusalén, y por tanto, presidente del concilio (Hechos cap. 15). Fué llamado “el Justo”, por su estricta adherencia a la ley, y así fué especialmente popular entre el partido judaico, aunque no practicaba los extremos de ellos; mientras que Pedro estaba algo apartado de ellos debido a su trato con los cristianos gentiles. A cada apóstol fué destinada la esfera mejor apropiada a su temperamento: a Jacobo, quien era tenaz a la ley, le fué encomendada la obra entre los judíos de Jerusalén; a Pedro, quien había abierto la puerta a los gentiles, pero que estaba judaicamente dispuesto, se le encomendó la obra entre los judíos de la dispersión; a Pablo, quien por lo inusitado de su milagrosa conversión, en la cual todos sus primeros prejuicios judíos habían tomado una dirección completamente contraria, se le encomendó la obra entre los gentiles. No separada e individualmente, sino colectivamente, los apóstoles representaban a Cristo, la única Cabeza, en el apostolado. Las doce piedras fundamentales de colores distintos, son unidas a la gran piedra fundamental sobre la cual ellas descansan (1 Corintios 3:11; Apocalipsis 21:14, Apocalipsis 21:19). Juan había recibido, en la vida de Jesús una intimación de la admisión de los gentiles (Juan 12:20). que parecían ser las columnas—Eran considerados (Nota, vv. 2, 6) columnas, es decir, poderosos apoyos de la iglesia (comp. Proverbios 9:1; Apocalipsis 3:12). nos dieron las diestras de compañía a mí y a Bernabé—Reconociéndome como colega en el apostolado, y que el evangelio que yo predicaba por revelación especial a los gentiles, era el mismo que el que ellos predicaban. Véase esta frase en Lamentaciones 5:6; Ezequiel 17:18.

10. nos pidieron que nos acordásemos de los pobres—de los cristianos judíos en Judea, afligidos por la pobreza en aquel entonces. Pablo y Bernabé ya habían mostrado su interés por los pobres (Hechos 11:23). lo mismo—aquella misma cosa. que fuí … solícito en hacer—“celoso” (Hechos 24:17; Romanos 15:25; 1 Corintios 16:1; 1 Corintios 2 Corintios caps. 8 y 9). Pablo era celoso de buenas obras mientras que negaba la justificación por medio de ellas.

11. viniendo Pedro—“Cefas”, como en los manuscritos más antiguos. La resistencia que Pablo hace a Pedro es la prueba más poderosa de la independencia de su apostolado en relación a los demás apóstoles, y es un argumento en contra de la doctrina romanista de la supremacía de Pedro. Los apóstoles no estaban inspirados siempre; mas sí lo estaban al escribir las Escrituras. Así pues, si los hombres inspirados que las escribieron no eran invariablemente infalibles en otras ocasiones, mucho menos lo eran los hombres no inspirados que las preservaron. Se puede confiar generalmente en los “padres” cristianos como testigos de los hechos, mas no puede confiarse en ellos en asuntos de opinión. viniendo a Antioquía—En aquel entonces Antioquía era la ciudadela del cristianismo gentílico. Allí fué predicado el evangelio por primera vez a gentiles idólatras; allí los creyentes recibieron el nombre de “cristianos” por primera vez (Hechos 11:20, Hechos 11:26); y se dice que en esa ciudad Pedro fué más tarde obispo. La cuestion en Antioquía no fué que si eran admisibles los gentiles al pacto cristiano sin ser circuncidados—siendo aquélla la cuestión resuelta un poco antes en el concilio de Jerusalén—sino que si los cristianos gentiles habían de ser admitidos al trato social con los cristianos judíos sin conformarse a la institución judía. Muy pronto, después de que el concilio hubo aprobado la resolución que reconocía los derechos iguales de los cristianos gentiles, se trasladaron los judaizantes a Antioquía, escenario de la cosecha espiritual de los gentiles (Hechos 11:20), a presenciar lo que a los judíos parecería tan extraordinario, o sea la recepción de varones a la comunión de la iglesia sin la circuncisión. Teniendo aún prejuicios por la resolución tomada, hicieron caso omiso de la fuerza de la decisión tomada en Jerusalén; y probablemente también deseaban espiar para ver si los cristianos judíos entre los gentiles violaban la ley, lo que aquella decisión verbalmente no sancionaba, aunque daba a los gentiles cierta libertad de acción (Hechos 15:19). le resistí en la cara [a Pedro] porque era de condenar—Más bien, “autocondenado”, condenado por sí mismo, su manera de actuar en una ocasión condenaba su manera contraria de obrar en otra ocasión.

12. antes que viniesen unos [hombres] de parte de Jacobo—Tal vez la opinión de Jacobo (en la cual él no era más infalible que Pedro) era que los convertidos judíos todavía habían de guardar las ordenanzas judías, de las cuales, según la decisión de él y el concilio, los gentiles estarían libres (Hechos 15:19). Neander, sin embargo, podrá tener razón en creer que estos delegados de parte de Jacobo no iban realmente de parte de él. Hechos 15:24 favorece esta idea. “Unos de parte de Jacobo” puede querer decir simplemente que ellos fueron de la iglesia de Jerusalén que estaba bajo el obispado de Jacobo. Sin embargo, Jacobo tenía tendencias hacia el legalismo, y esto contribuyó para que tuviese influencia con el partido judaico (Hechos 21:18). comía con los Gentiles—Así como en Hechos 10:10, Hechos 10:48, según el mandato de la visión (Hechos 11:3). Sin embargo, después de todo, este mismo Pedro, por temor a los hombres (Proverbios 29:25), fué infiel a sus propios principios tan claramente expresados (Hechos 15:7). Reconocemos en él la misma naturaleza vieja que le llevó, después de testificar fielmente por el Señor, a negarle por breves momentos. “Fué siempre el primero en reconocer las grandes verdades y el primero en retirarse de ellas”. [Alford]. Esta es una coincidencia impremeditada entre los evangelios y las epístolas en lo que respecta a la descripción del carácter de Pedro. Es hermoso ver cómo los malos entendimientos terrenales entre cristianos se pierden en Cristo, ya que en 2 Pedro 3:15, Pedro alaba las mismas epístolas de Pablo las cuales él sabía que contenían su propia condenación. Aunque separados entre sí, y diferentes en sus características, los dos apóstoles eran uno en Cristo. mas después … se retraíaGriego, “empezaba a retirarse”, etc. Esto da a entender una retirada gradual.

13. a su disimulación consentían también los otros judíos [cristianos]—Griego, “Se unían en hipocresía”, es decir, viviendo como si la ley fuese necesaria para la justificación, por temor de los hombres, aunque sabían que su libertad cristiana de comer con los gentiles provenía de Dios, y se habían aprovechado de ella antes (Hechos 11:2). El caso fué distinto del que se menciona Efesios 1 Corintios caps. 8 AL 10; Romanos 14. No era una cuestión de libertad y de paciencia para con las debilidades ajenas, sino una cuestión que afectaba la esencia del evangelio, el creer que los gentiles debían de ser virtualmente “compelidos a vivir como los judíos” para ser justificados (v. 14). aun Bernabé—Hombre menos apto a ser inducido a semejante error, ya que había estado con Pablo en su primera predicación a los gentiles idólatras; lo cual demuestra el poder que tiene el mal ejemplo y el número de personas. En Antioquía, la capital del cristianismo gentílico, y el punto central de las misiones cristianas, se suscitó primero la controversia, y en el mismo lugar estalló de nuevo. Aquí fué donde Pablo tuvo que vencer primero el partido que más tarde le perseguía en cada escenario de sus labores (Hechos 15:30).

14. cuando vi que no andaban derechamente—“no andaban con pasos directamente hacia adelante”. Comp. cap. 6:16. conforme a la verdad del evangelio—La cual enseña que la justificación por medio de obras y observancias legalistas es inconsecuente con la redención por Cristo. Aquí Pablo solo mantenía la verdad contra el judaísmo, como más tarde la mantuvo contra el paganismo (2 Timoteo 4:16). dije a Pedro—“Cefas” en los manuscritos más antiguos. delante de todos—(1 Timoteo 5:20). Si tú, etc.—“Si tú, aunque eres judío (y por tanto, uno que podría parecer más ligado a la ley que los gentiles), vives (habitualmente, sin escrúpulos y por convicción, Hechos 15:10) como los gentiles (comiendo de todo alimento y viviendo en otras respectos como si no justificaran de ninguna manera las ordenanzas legales, v. 12), y no como judío, ¿cómo es que (así leen los manuscritos más antiguos, por “¿por qué?”) estás constriñendo (virtualmente, por tu ejemplo) a los gentiles a vivir como viven los judíos?” (lit., a judaizar, es decir, a guardar las costumbres ceremoniales de los judíos. Lo que antes había sido obediencia a la ley, ahora es mero judaísmo). El poderoso ejemplo de Pedro constreñiría a los cristianos gentiles a considerar como necesaria a todos la judaización, puesto que los cristianos judíos no pueden tener comunión con los convertidos gentiles si éstos no judaízan.

15, 16. Júntense estos dos versículos, y léanse con la mayoría de los manuscritos más antiguos. “Pero” al empezar el v. 16: “Nosotros (tu y yo, Pedro) por naturaleza (no por proselitismo) judíos, y no pecadores (como el idioma judío llamaba a los gentiles) de entre los gentiles, PERO sabiendo, etc., aun nosotros (reasumiendo el “nosotros” del v. 15, “nosotros también”, lo mismo que todos los pecadores gentiles; rechazando el confiar en la ley) hemos creído”, etc. el hombre no es justificado … por las obras de la ley—No son una base para la justificación. “Las obras de la ley” son aquellas que tienen la ley por objeto, es decir, aquellas que se efectúan para cumplir la ley [Alford]. sino porTradúzcase: “Sino sólo (de ninguna otra manera) por la fe en Jesucristo”, como el medio e instrumento de la justificación. la fe de Jesucristo hemos creído en Jesucristo—En el segundo caso, léase como en los manuscritos más antiguos, “Cristo Jesús”, pues viene a tener prominencia el oficio del Mesías en el caso de los creyentes judios, así como “Jesús” en el primer caso, retiriéndose a la proposición general. para que fuésemos justificados por la fe de Cristo—Es decir, por Cristo, el objeto de la fe, como la base de la justificación. por cuanto por las obras de la ley ninguna carne será justificada—Termina su argumento con un axioma de teologia, refiriéndose al Salmo 143:2 : “Moisés y Jesucristo; la ley y la promesa; el hacer y el creer; las obras y la fe; el salario y el don; la maldición y la bendición—son representados como diametralmente opuestos”. [Bengel.] La ley moral, con respecto a la justificación, es más legal que la ley ceremonial, la que era un evangelio elemental y preliminar: Así el “Sinaí” (cap. 4:24), que es más famoso por el Decálogo que por la ley ceremonial, es hecho preeminentemente el tipo de esclavitud legal. La justificación por la ley, sea la moral o la ceremonial, es excluída (Romanos 3:20).

17. El griego, “Mas si buscando ser justificados en (esto es, en la fe que nos une a) Cristo (quien en la teoría del evangelio ha cumplido la ley por nosotros), nosotros (tú y yo) también fuéramos hallados (en tu comunión y en mi comunión anterior con los gentiles) pecadores (como seríamos considerados desde el punto de vista judío, por haber rechazado la ley; habiéndonos así puesto en la misma categoría que los gentiles, quienes, siendo sin ley, son, en opinión de los judíos, pecadores, v. 15), ¿es pues, Cristo el ministro de pecado?” (¿Hemos de asentir a la conclusión, en este caso inevitable, de que Cristo, habiendo dejado de justificarnos por la fe, ha venido a ser para nosotros el ministro de pecado, por ponernos a nosoros en la posición de “pecadores”, como la teoría judaica, si fuera correcta, nos pondría, junto con otros que están “sin la ley”, Romanos 2:14; 1 Corintios 9:21; y con quienes, por comer con ellos. nos hemos identificado?) La mente cristiana se subleva contra una conclusión tan chocante, y así. contra la teoría que resultaría de ella. Todo el pecado está, no con Cristo, sino con aquel que haría necesaria una inferencia tan blasfema. Según esta teoría falsa, aunque “buscamos” parte de Cristo, no hemos “hallado” la salvación (en contradicción a las palabras mismas de Cristo, Mateo 7:7), mas “hemos sido hallados”. nosotros mismos también (como los gentiles)”, “pecadores” por haber entrado en comunión con los gentiles (v. 12).

18. El griego, “Si las cosas que derribé (por la fe en Cristo), las mismas cosas vuelvo a edificar (es decir, la justicia legal, por someterme a la ley). me muestro (lit., “me recomiendo”) “pecador”. En vez de recomendaros como buscabais hacerlo (v. 12), meramente os recomendáis como transgresores. El “yo” pensaba Pablo que Pedro tomaría para sí mismo, ya que es el caso de él, y no el de Pablo, el que éste describe. “Transgresor” es otra palabra que significa “pecador” (en v. 17), porque el “pecado es la transgresión de la ley. Tú, Pedro, al declarar que la ley es obligatoria, te estás mostrando “pecador”, o “transgresor” al haberla rechazado viviendo como los gentiles, y con ellos. Así, por tu transgresión te excluyes de la justificación por la ley, y te excluyes de la justificación por Cristo, puesto que en la teoria tuya él viene a ser ministro de pecado.

19. Aquí Pablo parece pasar de sus palabras exacias dirigidas a Pedro, al propósito general de su argumento sobre la cuestión. Sin embargo, parece que su discurso directo a los gálatas no se reanuda hasta el cap. 3:1, “¡Oh gálatas insensatos!”, etc. Porque—No soy “transgresor” al abandonar la ley, “porque”, etc. Aquí con indignación el apóstol niega el hecho de que “Cristo sea ministro de pecado” (v. 17), y las premisas que resultarían de ello. Cristo, lejos de ser ministro de pecado y de muerte, es el que establece la justicia y el que da la vida. Estoy enteramente en él. [Bengel]. yo—aquí enfático. Pablo mismo, no Pedro, como en el “yo” del v. 18. por la ley—que fué mi “ayo para llevarme a Cristo” (cap. 3:24); la cual, por el temor que ella inspira (cap. 3:13; Romanos 3:20) me impulsó a buscar a Cristo como el refugio de la ira de Dios contra el pecado, y, al ser entendida espiritualmente, me enseñó que ella misma no es permanente, sino que tiene que dar lugar a Cristo, a quien prefigura como su primordial fin (Romanos 10:4); y la cual me acercó a Cristo por sus promesas (en las profecías que forman parte de la ley del Antiguo Testamento) de una justicia mejor, y de una ley de Dios escrita en el corazón (Deuteronomio 18:15; Jeremias 31:33; Hechos 10:43). soy muerto a la leylit., “morí a la ley”, y así estoy muerto a ella, es decir, salido de bajo su poder con respecto a la no justificación o condenación (Colosenses 2:20; Romanos 6:14; Romanos 7:4, Romanos 7:6). Así como una mujer una vez casada y ligada a un esposo, deja de estar ligada a él cuando interviene la muerte, y legalmente puede contraer matrimonio por segunda vez, así, por una unión de fe con Cristo en su muerte, nosotros considerados muertos con él, somos separados del anterior poder de la ley sobre nosotros (véase cap. 6:14; 1 Corintios 7:39; Romanos 6:6; 1 Pedro 2:24). para vivir a Dios—(Romanos 6:11; 2 Corintios 5:15; 1 Pedro 4:1).

20. Con Cristo estoy juntamente crucificadolit., “he sido crucificado con Cristo”. Esto particulariza más lo dicho antes, “estoy muerto” (v. 19; Filipenses 3:10). y vivo, no ya yo, mas vive Cristo en mígriego, “sin embargo vivo, no más (en verdad) yo”. Aunque fuí crucificado, vivo; pero no vive más aquel viejo hombre como lo era yo una vez (véase Romanos 7:17). Saulo el judío ya no existe (cap. 5:24; Colosenses 3:11, sino “otro hombre”, compárese 1 Samuel 10:6). Ellicott. etc. traducen: “Y no soy más yo quien vivo, sino Cristo quien vive en mi”. Pero la clara antítesis entre “crucificado” y “vivo” exige la traducción, “Sin embargo”. lo que ahora vivo—Como un contraste con mi vida antes de mi conversión. en la carne—Mi vida parece una vida meramente animal “en la carne”, pero ésta no es mi vida verdadera; “no es sino un disfraz de la vida bajo el cual vive otro, es decir, Cristo, quien es mi vida verdadera”. [Lutero.] lo vivo en la fe del Hijo de Diosgriego, “En la fe en (es decir, que descansa en) el Hijo de Dios”. “En la fe”, corresponde por contraste a “en la carne”. La fe, no la carne, es el verdadero elemento en el cual vivo. La frase “el Hijo de Dios,” trae a nuestra memoria que su divina filiación es la fuente de su poder vivificador. el cual me amó—Su amor gratuito y eterno es el eslabón que me une al Hijo de Dios, y el que “se haya entregado a sí mismo por mí” es la prueba más poderosa de aquel amor.

21. No desecho la gracia de Dios—No la hago vana, como tú, Pedro, la haces judaizando. porque si por la ley fuese la justicia—Pablo aquí justifica la fuerte expresión que usó al decir “no desecho” o “invalido la gracia de Dios”. por demás murió CristoGriego, “Cristo murió sin necesidad”, o “sin causa justa”. El hecho de que Cristo murió, muestra que la ley no tiene poder para justificarnos; porque si la ley puede justificar o hacernos justos, entonces la muerte de Cristo es superflua. [Crisóstomo.]


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Gálatas 2

b. La aceptación apostólica, 2:1-10. Después de haber argumentado su independencia de los apóstoles en relación con el origen de su evangelio, Pablo comienza a escribir acerca de la unidad que existía entre él y los apóstoles de Jerusalén. En contra de las acusaciones de los judaizantes que decían que el evangelio de Pablo no era igual al dado por Jesús a los doce apóstoles, Pablo argumenta que es el mismo evangelio.

El Apóstol continúa su narración histórica y menciona que después de catorce años él subió a Jerusalén (v. 1. Aquí se menciona por tercera vez la palabra griega epéita G1899 que se traduce después). Es lógico asumir que Pablo se refiere a catorce años después de la visita a Jerusalén mencionada en 1:18. Hay dos razones por que tomar este punto de vista. Primera, la palabra griega epéita que se traduce después en 1:18 tiene referencia al versículo anterior (v. 17) que incluye la salvación de Pablo y su viaje a Arabia y Damasco. El después en 2:1 tiene que ver con la visita a Jerusalén mencionada en 1:18 y no a su salvación remota. Segundo, la palabra griega pálin G3825 (otra vez) en 2:1 tiene referencia a su visita a Jerusalén y no a su conversión.

Es de importancia escribir un poco acerca de la visita de Pablo a Jerusalén según 2:1. Entre los eruditos de las Sagradas Escrituras hay un debate en cuanto a esta visita. Sería de ayuda presentar un esquema de las visitas de Pablo a Jerusalén según Hechos y las que Pablo menciona en Gálatas.

Según Lucas Según Pablo

Act 9:26-30 Gal 1:18-24

Act 11:27-30 Gal 2:1-10

Hechos 15

Act 18:22

Act 27:17 s.

Subí otra vez a Jerusalén 2:1

Pablo menciona las varias veces que fue a Jerusalén.

1. Fue para dar testimonio de la experiencia salvadora en el camino a Damasco (Act 9:26).

2. Fue para entrevistarse con Pedro y Jacobo (Gal 2:1) y posiblemente Hechos 15.

3. Fue con Bernabé y Timoteo para explicar los resultados de la evangelización de los gentiles (Hech. 15).

4. Fue con ofrendas para los pobres (1Co 16:1-4).

5. Fue con el propósito de seguir a Roma (Act 21:15-40).

El argumento entre los eruditos es dónde poner la visita de Pablo a Jerusalén mencionada en Gal 2:1-10 con las cinco referencias mencionadas por Lucas en Hechos. Las dos interpretaciones más comunes son: Gal 2:1-10 es la misma visita mencionada por Lucas en Act 11:27-30 (algunos exponentes de este punto de vista son F. F. Bruce y William Ramsey). El segundo punto de vista es que Gal 2:1-10 es la narración de Lucas en Hechos 15 (algunos exponentes de este punto de vista son J. B. Lightfoot y A. T. Robertson). En realidad los dos enfoques tienen sus argumentos fuertes y sus problemas pero es mejor seguir el punto de vista tradicional, que afirma que Gal 2:1-10 es la misma visita en Hechos 15. Algunos de los argumentos que hacen esta interpretación más fuerte son los siguientes. Los participantes son los mismos. Pablo y Bernabé son prominentes en Hechos 15 y Gálatas 2. También Pedro y Jacobo estaban envueltos en este evento. Un problema en relación a los participantes es: ¿Por qué Tito no es mencionado en Hechos 15? Este problema se puede contestar diciendo que Tito fue incluido con los otros en Act 15:2. Otro argumento que favorece este punto de vista es que el problema es el mismo. En las dos narraciones el problema era el de la circuncisión de los gentiles convertidos. Pablo estaba en un conflicto serio con los judaizantes acerca de la circuncisión, lo que llevó al concilio de Jerusalén en Hechos 15. Finalmente, la cronología apoya este punto de vista. Si sumamos los tres años Deu 1:18 con los catorce años en 2:1, el resultado encaja mejor con el tiempo del concilio en Hechos 15.

Un argumento fuerte que vale la pena mencionar contra el primer punto de vista (Gal 2:1-10 es el mismo incidente que Act 11:27-30) es que en Hechos 11 Pablo trajo ayuda para los pobres y sería una falta de cortesía que los apóstoles insistieran a Pablo que recordara a los pobres (Gal 2:10).

Una pregunta que hay que contestar es: ¿Por qué Pablo solamente menciona aquí dos de sus cinco visitas a Jerusalén según Hechos? Esta pregunta se puede contestar diciendo que el propósito de Pablo no era el mencionar todas sus visitas a Jerusalén sino sólo algunas que podían apoyar su argumento contra los judaizantes.

El Apóstol subió a Jerusalén acompañado por Bernabé y Tito (Gal 2:1). Bernabé no era su nombre original sino José; los apóstoles le pusieron el nombre de Bernabé, que traducido es "hijo de consolación". Este nombre mostraba su carácter (Act 4:36). Bernabé era un levita nacido en Chipre (Act 4:36) y su primo era Marcos (Col 4:10). No sabemos nada acerca de su conversión, pero mucho en cuanto a su naturaleza espiritual. Bernabé era un hombre con una naturaleza muy generosa, y vendió su heredad para ayudar a los pobres (Act 4:37). También Bernabé probó en su vida que en realidad era un hijo de consolación. El tomó a Pablo en el comienzo de su vida cristiana y lo llevó a los apóstoles en Jerusalén para que tuviesen compañerismo con él. Fue Bernabé quien también buscó a Pablo para que fuera a Antioquía y ministrara allí por un año (Act 11:25-26). El ministerio de Bernabé y Pablo creció y después la iglesia de Antioquía los envió a Jerusalén con una ayuda para los pobres (Act 11:29-30). Después Pablo y Bernabé fueron comisionados por la iglesia como misioneros (Act 13:2-4). Bernabé fue con Pablo en el primer viaje misionero y más tarde regresaron a Antioquía (Act 14:24-28). En Antioquía, la iglesia reconoció el liderazgo de Pablo. (Lucas mencionaba primero a Pablo y después a Bernabé según Act 15:2, Act 15:35.) El trabajo unido de estos dos grandes siervos terminó por una discusión que tuvieron en relación con Marcos, el primo de Bernabé, antes del segundo viaje misionero (Act 15:36-41). Pablo no quería llevarlo porque Marcos no quiso seguir en el primer viaje misionero y regresó a Jerusalén (Act 13:13). Bernabé quería llevar a Marcos en un programa de discipulado y ánimo, pero Pablo no estuvo de acuerdo. Entonces Bernabé tomó a Marcos y se fue a Chipre. Pablo partió con Silas en su segundo viaje misionero. Bernabé tuvo éxito en el discipulado de Marcos. El apóstol Pablo más tarde reconoció el cambio en Marcos. Personalmente pide que le ayude en su ministerio (Col 4:10; 2Ti 4:11; Flm. 24). Después de esta discusión, Bernabé sale del retrato narrativo de Lucas en Hechos. Si alguien hubiese escrito un libro acerca de la vida de Bernabé, yo creo que tendría muchos relatos de personas que testificarían de la influencia que Bernabé tuvo en ellos; el apóstol Pablo sería uno de ellos. Este desacuerdo no terminó la amistad entre Pablo y Bernabé. En 1Co 9:6 Pablo menciona a Bernabé como colaborador.

Compañeros en el ministerio (Pablo y Bernabé(

Las experiencias de estos dos siervos del Señor nos dan ejemplo de las maneras en que podemos experimentar el compañerismo en la obra del Señor.

1. Ambos habían tenido experiencias dramáticas de conversión.

2. Ambos cambiaron el rumbo de su vida al convertirse, para ser misioneros.

3. Ambos tenían carácter fuerte, que se prestaba para diferencias de opinión en cuanto a la estrategia en la obra (Act 13:13).

4. Ambos llegaron a madurar en la fe, para ser más amplios en aceptar los puntos de vista de otros (1Co 9:6).

Algunos se pueden preguntar: ¿Quién tuvo la razón, Pablo o Bernabé? La respuesta es que los dos la tuvieron. El punto de vista de Pablo era expandir el reino de Dios; en este enfoque no hay mucho tiempo para equipar y animar. El punto de vista de Bernabé era el equipar y animar a los hijos del reino y ésto toma tiempo. Los dos puntos de vista son correctos y deben ser ejercitados en las iglesias. Lo bueno de esta discusión fue que Pablo siguió en lo que el Señor le había llamado y Bernabé siguió en su ministerio. También continuaron como amigos y hermanos en Cristo según 1Co 9:6. Este debe ser un ejemplo cuando hay discusiones entre hermanos; seguir como amigos y hermanos en el Señor y lo más importante es seguir en la obra donde el Señor les ha colocado.

Otra persona que Pablo menciona que fue con él a Jerusalén es Tito. El era un gentil incircunciso (Gal 2:3). También fue un colaborador con Pablo. Tito era pastor (2Co 8:23; 2Co 12:18). No sabemos cuando Tito se juntó con Pablo en las actividades misioneras. La referencia más temprana de Tito está en Gal 2:1, Gal 2:3. Una de las epístolas pastorales fue enviada a Tito, que estaba trabajando como pastor en Creta (vea la epístola de Tito).

El apóstol Pablo explica que subió a Jerusalén de acuerdo a una revelación (v. 2). Algunos eruditos argumentan que Gálatas 2 no es el mismo incidente que el concilio de Hechos 15, porque Lucas no menciona nada acerca de esta revelación. Podemos decir que fue posible que el Espíritu Santo haya podido hablar por medio de los líderes de Antioquía y también por Pablo, como lo había hecho antes cuando comisionó a Pablo y Bernabé a ir a Jerusalén para llevar ayuda a los pobres (Act 11:17-30; Act 12:24-25). El silencio de Hechos 15 acerca de la revelación de Pablo no la niega, pero sencillamente no fue mencionada por Lucas. Un ejemplo de una exclusión de Lucas es Act 9:29-30 donde Pablo huye de Jerusalén. Aquí no se menciona nada de una revelación pero en Act 22:17-21 Pablo explica que fue por una visión que salió de Jerusalén. De la misma manera Pablo subió a Jerusalén porque sabía que era la voluntad de Dios (Dios se lo manifestó por medio de una revelación); aunque Lucas no la menciona, no quiere decir que no ocurrió.

La pregunta en este versículo (Act 2:2) es: ¿Qué quiso decir Pablo cuando escribió: ... no corro ni he corrido en vano? Pablo no quiso decir que él no estaba seguro de su evangelio y por eso fue a Jerusalén para recibir una confirmación apostólica. El estaba totalmente convencido del evangelio y estaba dispuesto a no ceder ni un centímetro de su mensaje (Gal 2:3-5). Es mejor interpretarlo como que el Apóstol tenía miedo de que el evangelio que él predicaba fuera mal entendido y eliminado públicamente por los líderes de Jerusalén. Si ésto sucedía, su evangelio vendría a estar en la lista negra y los judaizantes ganarían la acreditación para predicar un evangelio contaminado. El ministerio de Pablo sería perjudicado y todo su trabajo vendría a ser en vano. La unidad del evangelio sería dividida entre salvación más la ley o salvación más nada. El Apóstol menciona la misma idea cuando exhorta a los filipenses en cuanto a su carácter cristiano (Phi 2:16).

Antes del concilio público en Hechos 15, el Apóstol expuso su evangelio previamente. Pablo lo hizo así para conocer la posición de los líderes en Jerusalén y que ellos también supieran más acerca del evangelio que él predicaba entre los gentiles. Además el Apóstol quería evitar conversaciones y decisiones públicas que podían ser de estorbo para la obra entre los gentiles. Algunos podían preguntarse: ¿Por qué la reunión en privado no es mencionada por Lucas en Hechos 15? Act 15:4-5 nos dice que hubo una reunión en la cual Pablo y Bernabé dieron un informe de su ministerio y más tarde en los vv. 6-12 comenzó la reunión más formal.

Otra pregunta que se puede hacer en este punto es: ¿Por qué Pablo no resolvió este problema cuando fue a Jerusalén por primera vez? Posiblemente el problema de los judaizantes no había sido de una gran oposición en el ministerio temprano de Pablo. También la naturaleza de la primera visita era de conocer a los apóstoles y saber más acerca de Jesús cuando estuvo en el mundo.

Pablo continúa diciendo que Tito (que era un gentil incircunciso) no fue obligado a ser circuncidado, mas fue recibido como hermano en la fe. Posiblemente Pablo llevó a Tito para mostrar lo que el Espíritu Santo estaba haciendo entre los gentiles. Pablo menciona a Tito en este punto para argumentar contra la pretensión de los judaizantes que querían que los gentiles fuesen circuncidados para ser salvos. Si la circuncisión es importante, entonces: ¿Por qué Tito no fue forzado a hacerlo por los de reputación en Jerusalén?

Sería buena idea explicar brevemente qué es la circuncisión. Circuncidar quiere decir "cortar" circularmente una porción del prepucio. La circuncisión en el AT era una señal del pacto que Dios tuvo con Abraham (Gen 17:10-11). Este rito externo era observado por el pueblo de Dios en el AT (Gén. 17; Exo. 4; Jos. 5) y debía ser una señal de un cambio interno hecho por Dios (Deu 10:16; Deu 30:6). En el NT este rito externo no tenía ningún significado en la vida espiritual de una persona (Rom 4:10-11; Gal 5:6). Sabiendo la influencia tremenda que la circuncisión tenía en el pueblo de Israel por siglos, podemos entender el celo ferviente que los judaizantes tenían por la ley y la circuncisión.

Una pregunta que algunos lectores se pueden hacer es: ¿Por qué Pablo animó a Timoteo a circuncidarse (Act 16:3) y también defendió a Tito para que no se circuncidara (Gal 2:5)? ¿Era Pablo inconsecuente? La contestación es que Pablo no fue inconsecuente. El caso de Timoteo es diferente al de Tito. Timoteo se circuncidó para evitar pleitos entre los judíos no salvos en Jerusalén; Timoteo no quería ser piedra de tropiezo para ellos. Se hizo como ellos para ganarlos para Cristo. En el caso de Timoteo la circuncisión no era para salvación sino para evitar pleitos, siendo él en parte judío (Act 16:1). El caso de Tito era totalmente diferente. Pablo se opuso a la enseñanza de que hay que circuncidar a los cristianos gentiles para salvación. Pablo quería mostrar que los gentiles eran salvos sin la circuncisión. El caso de Tito tenía más que ver con el mensaje de salvación y la ley.

Los judaizantes, a quienes Pablo se refiere en el cap. 2, eran falsos hermanos. El Apóstol no estaba diciendo que ellos eran hermanos en la fe sino al contrario, eran hombres que se hacían pasar como hermanos pero en realidad eran falsos. Estos hombres falsos se infiltraron secretamente (v. 4). La idea aquí es que estos falsos hermanos eran puestos en las congregaciones por algún grupo de afuera. Pablo no dice quiénes eran pero los gálatas sabían quiénes eran los responsables. Posiblemente el grupo que investigaba esta clase de actividad eran ex fariseos o ex sacerdotes judíos que se llamaban cristianos en Jerusalén. Estos falsos hermanos tenían un lema que era: Si no os circuncidáis de acuerdo con el rito de Moisés, no podéis ser salvos (Act 15:1). Según Pablo, los falsos hermanos tenían dos objetivos. El primero era de espiar la libertad que los cristianos gentiles tenían en Cristo. Cuando Pablo menciona la palabra libertad (v. 4), él no se está refiriendo a una libertad de hacer lo que le venga en gana, sino a una libertad de los ritos y reglamentos de la ley que eran impuestos por los líderes judíos. El segundo objetivo era de esclavizar a los cristianos más débiles a observar las leyes y ceremonias del AT.

El Apóstol explica que esta clase de enseñanza no fue tolerada ni practicada en su ministerio para que el evangelio de libertad se siguiera proclamando (v. 5). Algunos eruditos piensan que Tito sí fue circuncidado. Ellos argumentan que en algunos manuscritos las palabras ni por no aparecen (en el griego son las palabras hois oude y no aparecen en el texto occidental); la lectura de este versículo sin las palabras "ni por" tiene el significado de que Tito se circuncidó para no traer problema. Tito no fue forzado pero aceptó la circuncisión y así el Apóstol y Tito accedieron por un tiempo. Este punto de vista es inconsecuente con la firmeza de Pablo acerca de su evangelio de libertad. También el tono de la epístola es totalmente contrario a la idea de la circuncisión para los gentiles. Es mejor interpretar este versículo como que Tito no se circuncidó.

El apóstol Pablo regresa a lo que dijo en el v. 2 acerca de exponer su evangelio a aquellos con reputación en Jerusalén y llega a la conclusión de que ellos no agregaron nada nuevo a su evangelio dado directamente por Cristo (v. 6). El Apóstol no tenía falta de respeto para los apóstoles en Jerusalén, al contrario, él fue para que ellos escucharan su evangelio. Pablo estaba reaccionando contra aquellos judaizantes que ponían a los apóstoles de Jerusalén como la máxima autoridad y a Pablo como un apóstol falso, que tenía un evangelio inventado por él. Estos grandes hombres tenían una reputación de haber caminado con Jesús y de ser apóstoles en Jerusalén, donde se originó el mensaje verdadero y el cristianismo. Posiblemente los judaizantes usaban estas credenciales para mezclar el evangelio con la ley. Pablo reacciona contra tales hombres (no contra los apóstoles) y menciona que el hecho de que estos apóstoles hubieran caminado con Jesús en otros tiempos no les daba más favor ante Dios que a él, que llegó a ser apóstol más tarde. Los judaizantes sabían que Dios no hace acepción de personas. En el concilio de Jerusalén Pedro confirmó esta verdad (Act 15:9).

El Apóstol regresa al concilio de Jerusalén y menciona una de las decisiones que se tomó (v. 7). Se reconoció que el evangelio dado a Pablo venía de Cristo y se tomó la decisión de que a Pablo se le había encomendado el evangelio por Cristo para ser predicado a los gentiles (Act 15:12) y a Pedro, que era un líder destacado entre los apóstoles en Jerusalén, el evangelio para los judíos (Act 15:7-11). Cuando Pablo menciona el evangelio para la incIrcuncisión y para la circuncisión, él no se está refiriendo a que hay dos evangelios, sino que el mismo evangelio se predicase a dos grupos diferentes. El mismo Espíritu Santo que actuó en Pedro también actuó en Pablo (v. 8). En otras palabras, el evangelio tenía que ser uno porque el autor es uno y es el mismo Espíritu Santo que llamó a estos dos grandes siervos a un ministerio diferente. Cuando se dice que Pablo es apóstol a los gentiles y Pedro a los judíos, no necesariamente se eliminaba la evangelización a los otros grupos, sino que en general el ministerio de Pablo era para los gentiles y el de Pedro para los judíos.

El Apóstol continúa su defensa contra los judaizantes y menciona a tres personas que los judaizantes usaban para combatir el evangelio de gracia que Pablo predicaba. Les dice que ellos (Jacobo, Pedro y Juan) aprobaron el ministerio del apóstol Pablo (v. 9). No sabemos de seguro por qué Pablo menciona a Jacobo primero. Posiblemente Jacobo llegó a ser el más prominente en la iglesia de Jerusalén. Pedro y Juan también fueron mencionados. Pablo escribe liberalmente el nombre de Cefas en vez de Pedro; posiblemente Pablo usaba los dos nombres intercambiadamente. El Juan que Pablo menciona es probablemente el hijo de Zebedeo (Mat 10:2-4). Esta es la única oportunidad en que el nombre Juan es mencionado en las epístolas paulinas. Según el libro de Hechos, Juan estuvo con Pedro en diferentes ocasiones (Hech. 3:1-4:22; 8:14-25). Estos apóstoles eran pilares en la obra de Jerusalén. El término columna (v. 9) es simbólico de una persona que muestra apoyo y defensa (en el sentido de enseñanza) por los suyos. Entre los judíos, la palabra columna tenía que ver con un gran maestro. Rev 3:12 menciona la palabra columna para aquellos que son vencedores. Fueron estos hermanos de gran prestigio en Jerusalén los que dieron la mano de compañerismo a Pablo y Bernabé. La mano derecha (déxios G1188, "la mano"), tenía que ver como un acto simbólico que representaba un acuerdo o amistad entre dos grupos o personas. Estos líderes estaban de acuerdo con el ministerio de Pablo para los gentiles. Lo único que los hermanos le pidieron fue el recordar a los pobres, lo cual Pablo estaba haciendo. En la reunión no hubo ninguna indicación de que el evangelio paulino tenía defectos sino al contrario hubo unidad entre los líderes de Jerusalén y Pablo.

La petición de recordar a los pobres por los líderes de Jerusalén no es mencionada por Lucas en Hechos. Tenemos que concluir que aunque no fue mencionada por Lucas, esta fue una petición que los apóstoles hicieron, posiblemente en la reunión privada en Act 15:4. Esta petición no cambiaba nada en el evangelio de Pablo, al contrario lo apoyaba.

Semillero homilético Llamados para ser apóstoles




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