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Isaías 13 - Comentario Bíblico de Matthew Henry vs Mundo Hispano

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Isaías 13

Isaías 13 - Introducción

* Los ejércitos de la ira de Dios. (1-5) La conquista de Babilonia. (6-18) su desolación final. (19-22)

Isaías 13:1-5

1-5 Las amenazas de la palabra de Dios presionan fuertemente a los impíos, y son una carga dolorosa, demasiado pesada para que puedan soportarla. Las personas reunidas para arrasar Babilonia son llamadas santificadas o designadas por Dios; diseñado para este servicio y capaz de hacerlo. Se les llama los poderosos de Dios, porque tenían su poder de Dios, y ahora debían usarlo para él. Vienen de lejos. Dios puede hacer que esos sean un azote y una ruina para sus enemigos, que están más alejados y, por lo tanto, menos temidos.

Isaías 13:6-18

6-18 Tenemos aquí la terrible desolación de Babilonia por los medos y los persas. Aquellos que en el día de su paz estaban orgullosos, altivos y terribles, están bastante desanimados cuando surgen problemas. Sus rostros serán chamuscados con la llama. Toda comodidad y esperanza fracasarán. Las estrellas del cielo no darán su luz, el sol se oscurecerá. Tales expresiones son empleadas a menudo por los profetas para describir las convulsiones de los gobiernos. Dios los visitará por su iniquidad, particularmente por el pecado del orgullo, que humilla a los hombres. Habrá una escena general de horror. Los que se unen a Babilonia deben esperar compartir sus plagas, Apocalipsis 18:4. Todo lo que los hombres tienen, lo darían por sus vidas, pero la riqueza de nadie será el rescate de su vida. Haga una pausa aquí y pregúntese que los hombres deberían ser tan crueles e inhumanos, y vea cuán corrupta se vuelve la naturaleza del hombre. Y que los pequeños infantes sufren así, lo que demuestra que hay una culpa original, por la cual la vida se pierde tan pronto como comienza. El día del Señor, de hecho, será terrible con la ira y la ira feroz, mucho más allá de todo lo aquí mencionado. Tampoco habrá ningún lugar para que el pecador huya o intente escapar. Pero pocos actúan como si creyeran estas cosas.

Isaías 13:19-22

19-22 Babilonia era una ciudad noble; Sin embargo, debe ser totalmente destruido. Nadie morará allí. Será una guarida de bestias salvajes. Todo esto se cumple. El destino de esta orgullosa ciudad es una prueba de la verdad de la Biblia y un emblema de la ruina inminente de la Babilonia del Nuevo Testamento; Una advertencia a los pecadores para que huyan de la ira venidera, y alienta a los creyentes a esperar la victoria sobre cada enemigo de sus almas y de la iglesia de Dios. Todo el mundo cambia y puede deteriorarse. Por lo tanto, demos diligencia para obtener un reino que no pueda ser movido; y con esta esperanza retengamos esa gracia por la cual podemos servir a Dios aceptablemente con reverencia y temor piadoso.


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Isaías 13

III. PROFECIAS EN CONTRA DE NACIONES EXTRANJERAS, 13:1-23:18

Los caps. 13-23 constituyen el grupo de oráculos o profecías acerca de las naciones vecinas de Israel y de las potencias mundiales de aquellos días. El libro de Jeremías también tiene una sección similar en su última parte. A estos oráculos sigue otro que presenta de manera global el juicio universal (cap. 24) y una sección de alabanzas por la justicia divina (25:1-27:5). La evidencia se inclina a indicarnos que en una etapa del proceso editorial del libro de Isaías, esta sección también constituyó el final de una colección de profecías de Isaías hijo de Amoz.

1. Babilonia, 13:1-14:23

La evidencia interna muestra que esta profecía, tal como la tenemos ante nuestra vista, no pertenece a la época de Isaías hijo de Amoz, sino a una fase cuando los medopersas, con el rey Ciro al frente, estaban movilizándose contra Babilonia. Los medos son mencionados en 23:17. Los “montes” a que se refiere 13:4 parecen ser la región montañosa de Elam, al este de Babilonia, donde surgieron los medopersas. Y 14:1, 2 alude al cautiverio babilónico. Todos estos factores indican dos posibilidades:

(1) Que ésta es una profecía aislada, de algún profeta desconocido que vivió posteriormente.

(2) Que la profecía constituya una reformulación de una antigua profecía que realmente perteneció a Isaías hijo de Amoz, acerca de Babilonia, como lo indica la nota editorial en 13:1. La reformulación editorial puede pertenecer a un editor posterior. Parece que Isaías hijo de Amoz sí pronunció una profecía acerca de Babilonia, formulada quizá en términos más generales que específicos. La historia bíblica nos muestra que en sus días Babilonia comenzó a asomarse a la escena política como un imperio poderoso, y él profetizó que su poderío sería trágico para el reino de Judá. En 39:6, 7 dice Isaías: He aquí, vienen días en que todo lo que hay en tu casa, lo que tus padres han atesorado hasta el día de hoy, será llevado a Babilonia... Y de tus hijos que procederán de ti, que tú habrás engendrado, tomarán para que sean eunucos en el palacio del rey de Babilonia.

El hecho de que la profecía sea una reformulación de una antigua profecía de Isaías hijo de Amoz explicaría el por qué de su ubicación en esta parte del libro. Ver más adelante el comentario de la sección 21:1-10, que presenta problemas similares.

En 13:2, la expresión agitad la mano para que entren por las puertas de los nobles parece ser un irónico juego de ideas basado en el nombre de la ciudad de Babilonia, el cual en acadio se compone de Bab, “puerta” e ilu, “dios” (“dios” también puede referirse a nobles o personas muy poderosas).

En 13:3 se alude a los medopersas con las palabras mis consagrados, que constituyen un término técnico de la guerra santa: Ellos son los que van a ejecutar la ira de Dios contra Babilonia. En 13:5 los llama los instrumentos de su ira. Y en 14:1-3 se refiere a un fenómeno histórico religioso, en cierto sentido nuevo, que tiene que ver con una considerable cantidad de babilonios que se convirtieron al judaísmo mientras los judíos permanecieron cautivos en Babilonia. Ellos optaron por compartir el destino de Israel, aunque el profeta todavía no logra esconder su rencor contra ellos. A este fenómeno también se refiere la segunda parte de Isaías, aunque en términos más positivos y cariñosos (56:1-8).

El juicio contra Babilonia se vislumbra como un día sombrío, como el mismo día de Jehová (13:9, 10). Ante la cercanía de ese día se contempla un éxodo masivo de Babilonia, hasta el punto de que la gente que quede en ella sea tan poca como el oro, considerado caro por su rareza (13:12, -14-16).

Se vislumbra la total destrucción de Babilonia por mano de los medos. En 13:19 y 20 se dice: Y Babilonia, el más hermoso de los reinos, la gloria y el orgullo de los caldeos, será como cuando Dios trastornó a Sodoma y a Gomorra. Nunca más será habitada, ni será poblada de generación en generación. Aunque las cosas no sucedieron así inmediatamente después de la caída de Babilonia, porque a la verdad la ciudad no fue destruida como esperaba el profeta, esta profecía expresa el fuerte sentimiento de amargura contra Babilonia que se cobijaba en el fondo del corazón de los judíos del cautiverio. Con el paso de los siglos Babilonia sí tuvo el final profetizado, tras ser destruida por Seleuco Nicator, rey de Siria, en el año 312 a. de J.C. Habían transcurrido en el intervalo el apogeo y la decadencia del imperio persa y del imperio macedónico.

En 14:3-8 se vislumbran los días de sosiego y de regocijo que experimentarían todos los países de la tierra tras la caída del imperio babilónico. Sobre todo en el v. 8 se personifica a los cipreses y a los cedros del Líbano, diciendo: “Desde que tú pereciste, no ha subido contra nosotros el talador.“ La región del Líbano fue indiscriminadamente arruinada por los babilonios para aprovechar la madera de sus bosques; de ello hay muchas evidencias en las fuentes acádicas.

En 14:9-20 se describe el descenso del rey de Babilonia al Seol, sin gloria ni funerales. El recibe la bienvenida satírica de todos los reyes que él mismo había hecho descender al Seol. Ellos se levantan de sus tronos, estremecidos por el gran acontecimiento de la caída del rey de Babilonia. Las sombras de dichos reyes se dirigen hacia él, y le dicen con asombro: “¿También tú te has debilitado contra nosotros y has llegado a ser como nosotros?“ (14:10).

En 14:12-17 hay una referencia al encumbramiento del rey de Babilonia al mismo cielo, la morada de los dioses, para luego caer hasta el mismo Seol. En 14:12 se le llama “lucero, hijo de la mañana“. La palabra “lucero, así como la palabra “estrella”, se refiere a un rey en toda su gloria (comp. Num 24:17). La expresión viene del trasfondo de la mitología babilónica, heredada luego por los griegos, que atribuía a Venus, la estrella de la mañana (o de la aurora) el ser hija del dios Sol y de la diosa Aurora (Shájar H7837, griego, Eos H2193). En los documentos bíblicos estas referencias literarias al rey de Babilonia no aparecen aun en los términos del midrash intertestamentario que describen la rebelión del príncipe de los ángeles y su expulsión del cielo. En Eze 28:1-10 se dicen palabras semejantes para el rey de Tiro.

En los vv. 19-21 la referencia es la sepultura ligera de soldados muertos en batalla. Por regla general, un rey recibía una sepultura con más pompa.

Nabucodonosor La historia de este nombre tan famoso es doble. Se menciona dos veces:

Nabucodonosor I: Rey de Babilonia que gobernó aproximadamente entre 1146 y 1123 a. de J.C. Luchó con éxito contra elamitas y asirios y sometió a la mayor parte de la Caldea.

Nabucodonosor II: Rey de Babilonia (604-561 a. de J.C.), sucesor de Nabopolasar, fue uno de los monarcas más poderosos de todos los tiempos. Reinó 45 años. Venció a los egipcios (605) y destruyó la ciudad de Jerusalén (586), sometiendo al pueblo judío a cautividad. Luchó nuevamente y con éxito contra los egipcios (567). La caída de Jerusalén provocó el ministerio profético de Jeremías, Ezequiel y Daniel. Isaías y Miqueas habían predicho la caída de Jerusalén, 100 años antes.

Del reinado de este Rey datan los principales vestigios de Babilonia, a la que embelleció en gran manera.

Filistea Era una pequeña nación enemiga de Israel. Ocupaba la costa del Mediterráneo al norte de Egipto. Estos eran descendientes de Cam. De su nombre se deriva la palabra "Palestina", que dio nombre a toda la región, hasta el establecimiento de la república de Israel.

La historia de los filisteos puede dividirse en tres etapas: (1) Desde su llegada a Palestina hasta ser derrotados por David, (1188-965 a. de J.C.). (2) Desde el reinado de Salomón hasta el reinado de Acaz (960-735 a. de J.C.). (3) Desde la dominación asiriobabilónica hasta la incorporación por los helenos (735-586 a. de J.C.).

Durante el reino de Acaz, los filisteos ocuparon algunas ciudades de la Sefela y el Neguev (Isa 9:12 y 24:28-32). Tiglatpileser II invadió Palestina y capturó Ascalón y Gaza, en el año 734 a. de J.C.

Los filisteos pagaron tributo a los asirios y sobretodo proporcionaron soldados para el ejército asirio. Posteriormente se aliaron con los egipcios. Nabucodonosor atacó esta coalición y deportó a los habitantes de las principales ciudades filisteas.

Los filisteos desaparecieron como entidad racial, porque fueron asimilados por los fenicios y por los pueblos helénicos.

Para los israelitas, los filisteos representaron siempre al enemigo por excelencia del pueblo de Dios.

Ayudas prácticas

1.




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Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

Comentario Bíblico Mundo Hispano

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