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2 Corintios 13 - Comentario Crítico y Explicativo Conciso vs Mundo Hispano

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2 Corintios 13

LES AMENAZA CON UNA PRUEBA SEVERA DE SU AUTORIDAD APOSTOLICA, PERO PREFIERE QUE ELLOS LE AHORREN LA NECESIDAD DE ELLO.

1. Esta tercera vez voy a vosotros—no simplemente preparándose para ir. Esta prueba una visita intermedia entre las dos registradas en Hechos 18:1, etc; Hechos 20:2. En la boca de dos o tres testigos consistirá todo negocio—Cita de Deuteronomio 19:15, según la Versión de los Setenta. “No juzgaré sin examen, no dejaré de castigar habiendo pruebas debidas” [Conybeare y Howson]. No estaré más entre vosotros “en toda paciencia” para con los ofensores (cap. 12:12). El apóstol, en este caso, donde había de haber testimonio ordinario, no espera una revelación inmediata ni manda que los culpables sean echados de la iglesia antes de su llegada. Otros entienden que los “dos o tres testigos” quieren decir sus dos o tres visitas que establecerían o (1) la verdad de los hechos alegados contra los ofensores, o (2) la realidad de sus amenazas. Yo prefiero la primera explicación a cualquiera de estas últimas.

2. Más bien: “Ya he dicho antes (en mi segunda visita). y ahora os digo de antemano, así como dije cuando estuve presente la segunda vez, así también ahora en mi ausencia (los manuscritos más antiguos omiten el “escribo”) a los que antes habrán pecado (es decir, antes de mi segunda visita, cap. 12:21) y a todos los demás” (que habrán pecado después de mi segunda visita, o están en peligro de pecar), etc. si voy otra vez, etc. es decir, en cualquiera otra oportunidad que vaya otra vez (Hechos 20:2). Estas fueron probablemente las mismas palabras de su amenaza anterior, las cuales repite ahora.

3. Pues—El motivo por qué no perdonará: Puesto que me desafiáis a que presente “prueba” de que Cristo habla en mí. Sería mejor si “os probarais (“examinarais”) a vosotros mismos” (v. 5). Esto refuta la afirmación de algunos de que en ninguna parte las Escrituras sostienen la infalibilidad de sus escritores. el cual—Cristo. no es flaco—en relación con vosotros, por mí y en esta misma Epístola, en ejercer sobre vosotros disciplina fuerte. poderoso en vosotros—ha dado muchas pruebas de su poder, en milagros y aun en castigar a ofensores (cap. 5:11, 20, 21). No tenéis necesidad de ponerme a mí a prueba en esto, pues hace tiempo Cristo ha manifestado grandes pruebas de su poder por medio de mí entre vosotros (cap. 12:12) [Grocio]. No es, pues, que me injuriéis a mí sino a Cristo: es la paciencia de él la cual probáis al despreciar mis admoniciones, desacreditando mi autoridad [Calvino].

4. aunque—Omitido en algunos de los manuscritos más antiguos; entonces tradúzcase: “Porque fué aun crucificado”, etc. por flaquezaGriego, “desde flaqueza”; es decir, su asunción de nuestra debilidad fué el origen, o condición necesaria, desde donde fluyó la posibilidad de su crucifixión (Hebreos 2:14; Filipenses 2:7). por—griego, “desde”; “debido a”. potencia de Dios—el Padre (Romanos 1:4; Romanos 6:4; Efesios 1:20). somos flacos con él—en virtud de nuestra unión con él y según su modelo, la debilidad predomina en nostros por un tiempo (manifestada en nuestras “enfermedades” o flaquezas, y “presencia corporal” débil, cap. 10:10; 12:5, 9, 10; y también en el que no ponemos en operación inmediata nuestro poder de castigar ofensores, así como Cristo por un tiempo tenía en reserva su poder). viviremos con él—no sólo en el mundo futuro con él, libres de nuestras flaquezas actuales, en la vida de resurrección (Filipenses 3:21), sino luego en el ejercicio de nuestra autoridad apostólica contra los ofensores, la cual fluye hasta nosotros respecto de vosotros de parte del poder de Dios, por “flacos” que os parezcamos. “Con él”, aun como él ahora ejerce su poder en su vida resucitada y glorificada, después de su flaqueza por un tiempo.

5. ExaminaosGriego, “Poneos a prueba”. probaos a vosotros mismos—Esto debería sér vuestro primer empeño, más bien que “buscar una prueba de que Cristo esté hablando en mí” (v. 3). a vosotros mismos—No necesito hablar mucho en prueba de que Cristo está en mí, vuestro ministro (v. 3), porque si os probáis a vosotros mismos, veréis que Cristo está en vosotros también [Crisóstomo] (Romanos 8:10). Hallando que Cristo habita en vosotros por fe, bien podéis creer que él habla en mí, por cuyo ministerio habéis recibido esta fe [Estio]. Dudar esto sería el pecado de Israel, quien, después de tantos milagros y pruebas experimentales de la presencia de Dios, todavía clamaba (Éxodo 17:7): “¿Está Jehová entre nosotros o no?” (cf. Marco 8:11). si ya no sois reprobados—El griego suaviza la expresión, “algo reprobados”; es decir, no quedando en la “prueba” (aludiéndose a la misma palabra en el contexto): cayendo cuando probados. Figura tomada de los metales (Jeremias 6:30; Daniel 5:27; Romanos 1:28).

6. nosotros no somos reprobados—no incapaces de permanecer bajo “la prueba” a la cual nos sometisteis (v. 6). “Mas yo espero que” vuestro propio cristianismo será reconocido por vosotros (obsérvese, “conoceréis” corresponde a “examinaos a vosotros mismos”, v. 5) como “prueba” suficiente de que no sois reprobados, sino que “Cristo habla en mí”, sin necesitar una prueba de mí más difícil a vosotros. Si dudáis de mi apostolado, tendréis que dudar de vuestro cristianismo, porque vosotros sois los frutos de mi apostolado.

7. no para que nosotros seamos hallados aprobados—no para ganar crédito para nosotros, ministros vuestros, por vuestra conducta cristiana, sino para el bien vuestro [Alford]. La antítesis a “reprobados” me lleva a explicar con Bengel: “No oramos que aparezcamos nosotros aprobados”, por refrenaros cuando hacéis mal; “sino para que hagáis vosotros lo que es bueno”. aunque nosotros seamos como reprobados—aunque por ello seamos privados de la ocasión de ejercer nuestro poder apostólico (es decir, en castigar), y así aparezcamos “como reprobados” (incapaces de producir la prueba de que Cristo hable en nosotros).

8. Nuestro poder apostólico nos es dado, no para que lo usemos contra la verdad, sino para el adelantamiento de la verdad. Donde vosotros estéis libres de falta, no hay objeto en el ejercicio del poder; y esto es lo que yo deseo. Lejos sea de mí usarlo contra los inocentes, simplemente para aumentar mi propio poder (v. 10).

9. que seamos nosotros flacos—no teniendo ocasión para desplegar nuestro poder; y así pareciendo “flacos”, como rodeados de “enfermedades” (cap. 10:10; 11:29, 30). vosotros estéis fuertes—“poderosos” en la fe y en los frutos del Espíritu. y—Falta en los manuscritos más antiguos. deseamosgriego, “oramos por”. vuestra perfecciónlit., “perfecta restauración”; como la de un miembro descoyuntado. Cf. v. 11, “seáis perfectos”, la misma palabra griega; también en 1 Corintios 1:10, “seáis perfectamente unidos en una”; Efesios 4:12, “para perfeccionamiento de los santos”.

10. Por tanto—Porque deseo que la “dureza” se halle en mis cartas más bien que en los hechos [Crisóstomo] para edificación, y no para destrucciónpara levantamiento … no para derribar. El usar “dureza” parecería derribar, antes que edificar; por esto prefiere no tener que usarla.

11. tengáis gozo—frase griega de despedida; así al despedirse al terminar la carta, vuelve al punto de donde partió: “somos ayudadores de vuestro gozo” (cap. 1:24; Filipenses 4:4). seáis perfectos—Venid a ser perfectos por completar lo que falta en vuestro carácter cristiano (Efesios 4:13). tengáis consolación—(cap. 1:6; 7:8-13; 1 Tesalonicenses 4:18).

13. La bendición, la que prueba la doctrina de la Trinidad divina en unidad. “La gracia de Cristo” viene primero porque es sólo por ella que llegamos al “amor de Dios” el Padre (Juan 14:6). La variación en el orden de las Personas prueba que “en esta Trinidad ninguno es antes o después de otro”. [Atanasio, Credo]. participación—compañerismo conjunto en el mismo Espíritu Santo, que une en una iglesia única universal tanto a judíos como a gentiles. Quien tiene la “participación del Espíritu Santo” tiene también “la gracia de nuestro Señor Jesucristo” y “el amor de Dios”, y vice versa. Porque los tres beneficios son inseparables, como lo son las tres Personas de la Trinidad misma [Crisóstomo]. La doctrina de la Trinidad no fué revelada clara y plenamente hasta que vino Cristo, cuando el plan completo de nuestra redención fué manifestado en él, y conocemos más a los Santos Tres en Uno en su relación con nosotros (tal como se presenta sumariamente en esta bendición), que en sus relaciones mutuas entre sí (Deuteronomio 29:29). Amén—Omitidos en los manuscritos más antiguos. Probablemente fué agregado más tarde por las exigencias del culto público.


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2 Corintios 13

1. Pablo declara su intención de hacer frente a los que han desobedecido en Corinto, 13:1-4

“La tercera vez” (v. 1a) pone en claro que hubo dos visitas anteriores a Corinto (una visita para establecer la iglesia y, después, la visita “dolorosa”). La idea de realizar un juicio o tener una investigación formal con Pablo como juez está implícita en el v. 1. La cita es de Deu 19:15, como lo indica la nota en RVA. Las cosas que preocupaban a Pablo eran bien conocidas en la iglesia. Algunas autoridades sugieren que los “dos o tres testigos” (v. 1b) podrían haber sido la visita dolorosa de Pablo y los capítulos 10 al 13 (el sumario legal del caso, como quien dice), como dos testigos en contra del pecado en Corinto. Lo más probable es que Pablo estaba hablando en términos generales de que comenzaría un juicio y que los corintios no podrían decir que no lo sabían, debido a su advertencia anterior y el hecho de que ha pasado tiempo en que ellos podrían haber arreglado todos los asuntos, si hubieran estado dispuestos a hacerlo. “Todo asunto” (v. 1c) aclara que nada pendiente se dejará sin resolver durante su próxima visita. “A los que antes han pecado y a todos los demás” (v. 2d) es una frase que incluye a todos los pecadores que no se han arrepentido en Corinto. Los pecados de impureza sexual y los pecados de contiendas, chismes, celos, etc. son un testimonio de un rechazo al evangelio puro y a su mensajero, Pablo el Apóstol.

Pablo reconoce el derecho de los corintios de examinar su obra (“buscáis una prueba” v. 3a), pero el criterio escogido para la evaluación es incorrecta (ver 10:12; 11:12; 12:11-18). La clave es probar que él está en Cristo y que Pablo está listo. Los corintios no habían podido reconocer el poder de Cristo (“no es débil… sino que es poderoso en vosotros” v. 3). Tampoco habían reconocido el poder en Pablo que estaban por experimentar.

En el v. 4, el Apóstol vuelve al tema del poder en la debilidad. Cristo es el ejemplo: “fue crucificado en debilidad, pero vive por el poder de Dios” (v. 4). El poder transformador de la resurrección tuvo su impacto. “Porque fue… pues… también” (4 a, b) son palabras que relacionan a Pablo con Cristo irrevocablemente en la experiencia del poder a través de la debilidad. Pablo es valiente en señalar que el mismo poder de Dios en Cristo es el mismo poder que obra en él. Este principio fue ilustrado magistralmente por Pablo en Filipenses, donde en 2:7 y 8 habla de “debilidad” y en 2:9 habla de “poder”. Compare Rom 6:4 y 8:11 donde estos conceptos están ligados por la cruz y la resurrección, y nótese que la cruz y la resurrección no eran concebidos simplemente como eventos pasados en la experiencia de Cristo sino como realidades presentes y continuas en la vida del creyente.

Pablo y los corintios no tenían el mismo concepto del poder, lo interpretaban por lo que veían en las personalidades agresivas y ostentosas de los superapóstoles. Lo que ni ellos ni los superapóstoles comprendían era que el poder demostrado por Jesús en su crucifixión era la misma clase de poder que operaba en Pablo (ver 12:10). Tanto para Jesús como para Pablo había una cruz, “el emblema de afrenta y dolor” (como cantamos en el himno), pero a través del cual el poder de Dios está activo eternamente. “Somos débiles… pero viviremos con él por el poder de Dios” (v. 4b). Pablo se presentará ante los corintios durante su tercera visita en el poder de Dios. “Para con vosotros” (v. 4b) es una frase que revela un profundo secreto espiritual. Detrás de estas palabras se encuentra la idea de desarrollo; quiere decir que el poder de Dios es dado a Pablo para edificar y desarrollar a los corintios. Ese es el resultado final que desea, aunque la aflicción y confrontación sean el único camino que conduzca a ese resultado. ¡Cuán cierto es esto en el siglo XXI para quienes sirven al Señor en nuestra generación a través del compañerismo de creyentes en la iglesia! El camino de un ministerio fructífero cuesta sacrificio, valentía y confrontación con las ideas no cristianas que agobian al pueblo de Dios.

A la luz de esta gran verdad (cruz, debilidad es igual a resurrección, poder) como una realidad actual, Pablo tiene todo derecho de insistir que los corintios enfoquen el reflector de la verdad hacia ellos mismos, más que hacia él.

2. Pablo insta a que se hagan tres exámenes, 13:5-10

(1) Una autoevaluación de los corintios, 13:5. Existen varios pasos en el proceso de una autoevaluación que llevaría a los corintios, y a nosotros, a una valoración de la calidad espiritual de nuestra vida. “Si estáis firmes en la fe” (v. 5a) es una frase que señala el primer paso. Hay que reconocer que “en la fe” es un giro que puede tener varios significados. Previamente Pablo había exhortado a los corintios a estar firmes en la fe (ver 1Co 16:13). Esa exhortación implicaba una aceptación del kerugma G2782; el mensaje básico del cristianismo. Otro sugiere que la fe conlleva la idea de cierta confianza del lado humano y mucha fidelidad de parte de Dios. Un concepto más sencillo es ver “la fe” como una religión genuina (cristianismo, ¡por supuesto!). En nuestro texto “la fe” puede implicar todas estas ideas mencionadas, y aún más, una nueva situación y una nueva existencia como cristiano (comp. 5:17). Finalmente, Pablo les advertirá en cuanto “en la fe”, significando adherencia a su evangelio en contraposición con “el evangelio diferente” de sus opositores.

Esta frase es tan crucial que debemos hacer una pausa y preguntarnos “¿Cuál es esa ‘fe’ en la que los corintios fueron exhortados a permanecer firmes?”. La fe se expresa mejor con la palabra kerugma. Pablo usa esta palabra cuando escribe en 1Co 1:21 : “A Dios le pareció bien salvar a los creyentes por la locura de la predicación”. Un predicador era un heraldo (kerux G2783) que levantaba su voz y anunciaba buenas nuevas. En ese pasaje Pablo no está diciendo que la salvación se hace posible porque los hombres predican, es decir, por el acto de predicar, sino por lo que se predica (el contenido). En la predicación de los primeros años del NT, kerugma llegó a significar las creencias centrales acerca de la revelación de Dios en Cristo. Es el evangelio (las buenas nuevas) a ser proclamado al mundo no creyente. El primer sermón cristiano que se registró fue el de Pedro en Act 2:14-40. Otros sermones se encuentran en Act 3:12-26; Act 5:29-32; Act 10:34-43. El esbozo básico de estos sermones es: (1) Dios ha cumplido sus promesas hechas en el AT y trajo salvación a su pueblo (Act 2:16, Act 2:21, Act 2:23; Act 3:18, Act 3:24; Act 10:43). (2) Esto se realizó a través del ministerio, muerte y resurrección de Jesús (Act 2:22-24; Act 3:13-15; Act 10:37-39). (3) Jesús ha sido exaltado como Señor y Cristo (Act 3:26). (4) El Espíritu Santo en la iglesia es la señal del poder y la gloria presente de Cristo (Act 2:33; Act 5:32). (5) La salvación alcanzará su conclusión con la segunda venida de Cristo para juzgar a los vivos y a los muertos (Act 3:21; Act 10:42). (6) Habiendo sido escogidos para proclamar las buenas nuevas (Act 2:32; Act 10:40-41) terminaban su predicación con un llamamiento al arrepentimiento y ofrecían el perdón del pecado y el don del Espíritu Santo a quienes creyeran (Act 2:38-39; Act 3:25-26; Act 5:31; Act 10:43).

Las verdades arriba mencionadas constituyen “la fe” que los corintios y nosotros somos llamados a afirmar y vivir. Permanecer fieles a las verdades del evangelio de Cristo Jesús es fundamental. Adherirse al kerigma debe resultar en un estilo de vida que es moralmente sano, éticamente correcto y prácticamente eficaz como testimonio de un compromiso espiritual que refleja el amor de Dios en Cristo Jesús.

Pablo confronta a los corintios con la necesidad de cambiar, de arrepentirse, como corolario de su fe. Les ha asegurado que si las condiciones indicadas en 12:21 no son encaradas y cumplidas, él tratará con ellos severamente. Solo una actitud de arrepentimiento que resultara en un cambio de perspectiva y de conducta sería aceptable. De otra forma, no será indulgente con ellos.

La pregunta: “¿no conocéis… que Jesucristo está en vosotros?” (v. 5b) señala una prueba muy básica. Ellos afirman ser de Cristo, pero ¿pasan el examen de que él en realidad está en ellos y entre ellos? Si el resultado es positivo, ellos reconocerán total y completamente que Cristo está entre ellos y que son verdaderos miembros del cuerpo de Cristo. Pablo espera que fijen sus ojos críticos hacia ellos mismos y honestamente averigüen si están “en Cristo”. Irónicamente, Pablo añade: “a menos que ya estéis reprobados” (v. 5b). La naturaleza de la frase no es poner en tela de duda la experiencia o la validez de su salvación. En varias ocasiones Pablo siempre ha expresado en sus escritos a los corintios la autenticidad de su fe.

(2) Una evaluación de Pablo como apóstol a los corintios, 13:6. Es interesante que Pablo sigue esta súplica de una autoevaluación, por parte de los corintios, con una declaración de una esperanza mayor en cuanto a la evaluación de parte de ellos acerca de él como apóstol. Esa esperanza es que, al pasar el examen de su autoevaluación, él pasará el examen que ellos le han hecho. Afirma que no ha sido rechazado o que no es un fracasado, sino un apóstol verdadero. Los corintios estaban acorralados. Al poner en duda la validez de su apostolado, ellos, como iglesia, han perdido su validez como una comunidad de fe porque él es su padre espiritual.

Se acompaña un pensamiento práctico en el razonamiento de Pablo. él desea que los corintios no hagan mal, que no tomen decisiones equivocadas en cuanto a quién seguir, no tengan una conducta no cristiana, no sean maliciosos el uno con el otro (ni hacia él). Su pensamiento está expresado en forma de una oración que él comparte con los corintios. Una alternativa es considerar una estructura de oración diferente en la que Pablo estaría esperando que Dios no le hiciera ningún daño o que ellos no hicieran nada malo para que no les tuviera que hacer daño.

(3) Una evaluación de oraciones y relaciones, 13:7-10. Como parte de esta evaluación Pablo quiere que los corintios eviten hacer lo malo, con el resultado de que Pablo sea reivindicado (“no para que nosotros luzcamos como aprobados” 7b). No quería aprobar un examen y ser aprobado a costas del fracaso o mal que lo reivindicaría. En estos versículos uno capta que las oraciones del Apóstol dan otra fuerza que los corintios deben tener en cuenta. Pablo llevaba la carga del bienestar de la iglesia con su corazón de pastor. Anhelaba ver a los corintios en relaciones adecuadas con el Señor y con él mismo. Con todo, hay unas advertencias finales (v. 10), donde él dice no tener reticencia en usar su autoridad apostólica en pro del bienestar de la iglesia, si llega a ser necesario. Y el factor final (vv. 8 y 9) es un optimismo de que la verdad prevalecerá; él espera que todo resultará bien.

La afirmación de Pablo de que su obligación a decir la verdad es algo como una espada de dos filos, y que usará la espada de su inteligencia para cortar, dañar o pervertir la verdad. Al contrario, es pro activo en vivir la verdad, aun cuando corta o daña. ¿Es posible que el tema de la fortaleza en la debilidad forme la base de este versículo (v. 8)? Si los corintios se arrepienten, no se necesita la espada porque no luchará solo para probar su virilidad a los falsos apóstoles (y dañar la verdad), aunque aparecerá como débil ante ellos. Ser pro activo a favor de la verdad puede involucrar confrontación, corrección y disciplina, y la espada de la verdad en sus manos será una tarea que no lo entusiasma, pero que quizá tenga que hacer.

Al resumir su pensamiento, está dispuesto a ser “débil” (ante los ojos de sus disidentes) si los corintios se hacen fuertes por medio del arrepentimiento. Una vez más expresa la esperanza de que todo se corregirá antes de que él llegue (v. 10a).

¡Qué modelo dio Pablo al pastorlíder cristiano del siglo XXI para experimentar el poder y la autoridad en el nombre del Señor: “que el Señor me ha dado para la edificación y no para destrucción” (v. 10b). Vemos que todo esto está en armonía con las buenas intenciones de Dios para con sus hijos. De verdad, la amorosa bondad y buena voluntad de Dios hacia su pueblo abarcan todas las páginas de la Biblia. Aun en tiempos difíciles y en la secuelas de la rebelión, Dios continúa sus planes constructivos de redención para su pueblo. Jeremías escribió a los cautivos en Babilonia llamándoles a cuentas por su rebelión y por haber escuchado a los profetas falsos (tal como lo hicieron los corintios). El profeta dijo a los israelitas: “No os engañen vuestros profetas… pues ellos os profetizan falsamente” (Jer 29:8-9). Luego, les da la razón: “Porque yo sé los planes que tengo acerca de vosotros, dice Jehovah, planes de bienestar y no de mal para daros porvenir y esperanza” (Jer 29:11).

XVIII. CONCLUSIóN,Jer 13:11-14

Pablo estaba muy seguro de los planes de bienestar que Dios tenía para los corintios si se arrepentían, volvían al evangelio verdadero y adoptaban un estilo de vida cristiano, digno del Salvador quien les había dado la salvación. Pero la Biblia mantiene un silencio en cuanto a la respuesta de la iglesia a la epístola de 2 Corintios (especialmente de los capítulos 10 al 13). Ante las muchas preguntas no contestadas, hay un optimismo cauteloso entre los comentaristas en cuanto al resultado de la tercera visita de Pablo a Corinto. Si esta visita tomó lugar durante la visita a Grecia, registrada en Act 20:2-3, y si escribió la carta a los romanos durante los tres meses que estuvo en esa área, la ausencia de cualquier inquietud expresada en cuanto a la situación en la iglesia de Corinto, ya fuera en Hechos o Romanos, es un argumento de que la relación entre Pablo y los corintios tuvo una conclusión favorable. Se espera que los corintios sí contribuyeron a la ofrenda para los santos en Jerusalén. Suponemos que los corintios estén incluidos entre los de “Macedonia y Acaya” mencionados en Rom 15:26.

Sin embargo, no conviene construir castillos en el aire en cuanto al resultado final de los esfuerzos permanentes de Pablo de ministrar a una iglesia inestable como la de los corintios. De una fuente no canónica (1 Clemente ) escrita alrededor del año 96 d. de J.C., se nos da la triste noticia de que Corinto había vuelto a su antigua manera de conducta. Sea como fuera, Pablo rehusó terminar su carta a ellos sin asegurarles de su amor y sus mejores deseos para una vida espiritual saludable y por el bienestar de la iglesia. Hizo esto yendo más allá de la conclusión normal de una carta debido a la compasión de su corazón pastoral misionero. Deseaba que los corintios tuvieran en cuenta su buena voluntad hacia ellos; deseaba darles todo el buen estímulo para un futuro positivo, a pesar de cómo él encajara en el cuadro. El v. 11 vibra con emoción y amor al desearles: (1) Gozo. La emoción infalible que puede mantener a una iglesia unida y celebrando su fe en el Señor Jesucristo. (2) Madurez cristiana. Una meta hacia la cual deben enfocarse y esforzarse por alcanzar con diligencia perseverante. (3) Consuelo y bienestar. (4) Unidad. Que remediaría sus discordias y los soldaría en un solo cuerpo. (5) Armonía y paz. Elementos que pueden crear el espíritu apropiado para la adoración y el servicio. (6) La presencia del Dios de paz y de amor, de quien “es poderoso para guardaros sin caída y para presentaros irreprensibles delante de su gloria con grande alegría” (Jud. 24; comp. Heb 13:20-21).

Su palabra final es evocar sobre los corintios las bendiciones de la Trinidad (aunque la palabra no se menciona): “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros”; y todo el pueblo debió decir: “Amén”.




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