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Eclesiastés 12 - Comentario de Frederick Brotherton Meyer vs Mundo Hispano

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Eclesiastés 12

"El fin del asunto"

Eclesiastés 12:1

Esta comparación del cuerpo humano con una casa es extremadamente hermosa. La inferencia es obvia de que nuestros cuerpos no somos nosotros mismos, sino solo nuestra vivienda. Nuestra estadía en este mundo es la tenencia de un inquilino. Los guardianes de la casa son, por supuesto, los brazos y las manos. El rechinamiento es bajo ya que al avanzar la vida perdemos los dientes. La puerta es el mes, porque con la edad hablamos y reímos menos, y nuestros labios se aprietan.

La voz suena y murmura. El almendro , con sus flores blancas, es, por supuesto, un símbolo apropiado de la vejez. La lámpara de la vida finalmente cae con estrépito al suelo y la rueda se rompe.

Entonces, ¿cuál es la conclusión de todo el asunto? Esto: que los placeres terrenales son pasajeros; que todo lo que este mundo puede ofrecer es una posada por hospedaje, no es nuestro hogar; que el alma debe emprender su gran búsqueda a la hora de la muerte; y que entonces la única consideración más importante será: ¿Cuál ha sido su actitud hacia Dios? Amemos a Dios con el temor amoroso de entristecer a Aquel que echa fuera el temor que tiene el tormento. Este es todo el asunto; ese es el único asunto de importancia eclipsante.


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Eclesiastés 12

12:1

Acuérdate de tu Creador... antes que vengan los días malos (12:1). La palabra “Creador” es bara H2154, un plural de majestad en el original, y una manera de enfatizar la autoridad de Dios: el barro no puede altercar con el alfarero (Rom 9:20-21). ¡Buscar a Dios en la plenitud de la vida!, este es el consejo del sabio.

Los días malos... los años de los cuales digas: “No tengo en ellos contentamiento”. Ya no hay alegría en el vivir, queda sólo la carga de la vida. Si en estas circunstancias se busca a Dios se lo busca para la muerte y no para la vida.

Los vv. 2 al 5 contienen una serie de figuras poéticas para describir la extrema ancianidad. Un ejemplo que podemos recordar es el de Isaac (Gén. 27), acabado, engañado, burlado. La muerte ha aparecido ya algunas veces en el escrito del Predicador, pero hasta aquí habló el sabio; ahora habla el poeta. No ahorra tintes oscuros al poema, como, por ejemplo los endechadores, que hacen duelo por dinero, y que andan esperando el momento del desenlace. Pero no se debe olvidar que esto mismo se puede vivir de dos maneras: con Dios, o sin él; y sobre todo no se debe olvidar que es necesario buscar a Dios antes de que lleguen esos días.

Antes que se oscurezcan el sol... la luna... las estrellas (v. 2). Justo J. Serrano cita aquí el Targum: “El sol es la cara; la luz, los ojos; la luna las mejillas y las estrellas, la niña de los ojos.”

Y las nubes vuelvan tras la lluvia. Después de la lluvia, no sale el sol, se acumulan nuevas nubes. Es una figura patética de los continuos achaques de la senectud.

El v. 3 contiene figuras poéticas, y no todas son de fácil interpretación, de hecho el Talmud presenta distintas formas de hacerlo. El Predicador va describiendo un organismo humano que poco a poco va perdiendo sus fuerzas hasta llegar a la misma muerte. Los guardianes de la casa se interpreta generalmente como los brazos y las manos. Otros los interpretan como las ijadas y las costillas. Los hombres valerosos son las piernas que sostienen el cuerpo que se debilitan con la edad. Cuando estén inactivas las muelas. Las muelas se refiere a los dientes, y es una alusión a la falta de apetito del anciano si se compara con su juventud. Los que miran por las ventanas se refiere a los ojos que pierden su visión con la edad.

Se cierran las puertas de la calle, o sea, los labios, o quizá mejor la dureza de oído típica del anciano. Y se debilite el ruido del molino. El ruido del molino, motivo de alegría (Jer 25:10; Apoc. 18:22) que deja de oírse por alguna calamidad o por la sordera progresiva del anciano. Se levanta ante el gorjeo de un pajarito, es referencia al sueño liviano del anciano, y dentro de esto, el insomnio que lo hace despertar temprano. Todas las hijas del canto sean abatidas es referencia a las notas musicales “hijas del canto” que apenas se oyen por la sordera. Ver la nota de nuestra versión.

Cuando se tenga miedo de la altura... (v. 5). Cualquier altura se hace peligrosa para el anciano y se limitan sus paseos. Cuando florezca el almendro; los comentadores judíos ven en esta figura los “picos de loro” que aparecen como artrosis en la extremidad inferior de la espina dorsal y causan dolores y dificultades para caminar. Otros ven en la flor del almendro el color de las canas que “florecen” en la cabeza del anciano.

La langosta se arrastre pesadamente y se pierda el deseo. La langosta que se arrastra, ¿será símbolo de la agilidad perdida? Ver en la nota al pie de la página la otra traducción para “y se pierde el deseo”. Si se entiende por “deseo” el deseo sexual, y por la “alcaparra” que pierde su efecto un afrodisíaco que ya no es efectivo, se tiene la misma idea. El hombre se va a su morada... y los que hacen duelo rondan alrededor... Se refiere a la vecindad de la muerte con sus ritos. Un fin melancólico de las figuras de la ancianidad.

Antes que se rompa el cordón de plata (v. 6). Cuatro figuras del momento de la muerte, las que es el mejor tomar como una descripción total del suceso. En el Targum “la cadena es la lengua; la lámpara, la médula; el cántaro, la vesícula con su hiel y la rueda, el cuerpo” (J. J. Serrano).

En los vv. 7 y 8 el Predicador ve en la muerte el cumplimiento de la antigua sentencia contra el hombre (Gen 3:19; Pro 3:20), comparar Job 10:9; Job 104:29). La muerte, si no hay otra instancia distinta que la vida debajo del sol, es la total vanidad. Y el espíritu vuelve a Dios, quien lo dio. Una tenue luz hasta que llegue la perfecta claridad del Nuevo Testamento.

CONCLUSION,Job 12:9-14

Llegamos al epílogo escrito seguramente por un discípulo. Algunos distinguen dos epílogos: uno sobre el hombre (vv. 9-11) el otro sobre su obra (vv. 12-14). El epílogo contiene lo que podemos llamar la primera interpretación del Eclesiastés, la moraleja que nos puede servir de interpretación para nuestra propia interpretación hoy. Hay que buscar maneras de entender una obra tan controvertida como ésta, y poner final a una obra que ha desafiado y desafiará aún la comprensión humana.

Tanto más enseñó sabiduría (v. 9). A pesar de las limitaciones que tiene sabiduría y que el Predicador ha ido destacando a lo largo de su obra, la nota editorial afirma que lo que el Predicador había alcanzado a conocer, esto también lo enseñó. Los sabios tenían en alta estima las enseñanzas que permiten al hombre orientarse en la vida. Para ellos la fuente primaria de sabiduría está en la misma naturaleza que es el libro de texto de Dios (Job 35:10, 11; Pro 12:7-8), pero no descartaban en absoluto la sabiduría que un hombre prudente podía comunicar a otros. Nos han dejado testimonio de la lamentación de quien no oyó los sabios consejos de sus mayores (Psa 5:11-13). Transmitir la comprensión que se ha logrado era tenido como un deber (Job 4:3, 4). La vida misma es una gran maestra (Job 8:9, 10) y sobre todo, especialmente en el libro de los Salmos, Dios, sin duda a través de su ley, es el gran maestro de la vida. También sopesó, investigó y compuso muchos proverbios. Estudió el trabajo de sabiduría anterior a él para aquilatar su valor, pero también hizo un trabajo original. Era la manera ordinaria de proceder.

En el v. 11 vemos que las palabras de los sabios son como aguijones. Es decir, estimulan el pensamiento del interlocutor y hacen progresar el pensamiento ético. De ahí la forma enigmática que tienen. Forman parte de una colección significa que debían existir en aquellos tiempos series de proverbios para educar a los jóvenes en las diversas circunstancias que les tocaba vivir. Primero debieron circular en forma oral y luego en la forma escrita que ahora presentan. La literatura universal de este tipo pasó por ese proceso. Expuestas por un Pastor (v. 11) : Pastor de almas, aunque el epíteto no deja de llamar la atención. Algunos suponen que la expresión está sugerida por el término “aguijón” usado anteriormente. Los pastores del rebaño que es Israel, según Ezequiel eran las clases dirigentes del pueblo. El texto de Ezequiel 34 es el que usa Jesús para expresar la naturaleza de su persona y su misión, resulta de esta forma un texto mesiánico. El Job 23:1 es muy conocido para no recordar en esta circunstancia.

Teme... guarda (v. 13). Temer a Dios, en el sentido de contar con él en toda circunstancia. Dios es comienzo, contenido y final de la verdadera sabiduría. Esto es el todo del hombre (v. 14). Así el epiloguista contesta a la pregunta que inició el camino del Predicador: ¿Dónde encontrar el sentido de la vida? El sentido de la vida se ha de encontrar en la manera de vivir de cara a Dios, quien finalmente ha de juzgar la vida del hombre.




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Comentario Bíblico Mundo Hispano

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