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Hechos 11 - Comentario Bíblico de Matthew Henry vs Mundo Hispano

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Hechos 11

Hechos 11 - Introducción

La defensa de Pedro. (1-18) El éxito del evangelio en Antioquía. (19-24) Los discípulos nombrados cristianos, el relevo enviado a Judea. (25-30)

Hechos 11:1-18

1-18 El estado imperfecto de la naturaleza humana se manifiesta fuertemente, cuando las personas piadosas se disgustan incluso al oír que la palabra de Dios ha sido recibida, porque su propio sistema no ha sido atendido. Y somos demasiado propensos a desesperar de hacer el bien a los que, sin embargo, cuando son probados, demuestran ser muy enseñables. Es la perdición y el daño de la iglesia, excluir de ella y del beneficio de los medios de gracia a aquellos que no son en todo como nosotros. Pedro lo dijo todo. Debemos soportar en todo momento las debilidades de nuestros hermanos; y en lugar de ofendernos o responder con tibieza, debemos explicar nuestros motivos y mostrar la naturaleza de nuestros procedimientos. Es ciertamente correcta la predicación con la que se da el Espíritu Santo. Aunque los hombres son muy celosos de sus propios reglamentos, deben tener cuidado de no oponerse a Dios; y los que aman al Señor lo glorificarán, cuando se aseguren de que ha dado el arrepentimiento a la vida a cualquier compañero de pecado. El arrepentimiento es un don de Dios; no sólo su gracia gratuita lo acepta, sino que su poderosa gracia lo obra en nosotros, la gracia nos quita el corazón de piedra y nos da un corazón de carne. El sacrificio de Dios es un espíritu quebrantado.

Hechos 11:19-24

19-24 Los primeros predicadores del Evangelio en Antioquía, fueron dispersados de Jerusalén por la persecución; así, lo que estaba destinado a dañar a la iglesia, fue hecho para su bien. La ira del hombre se convierte en alabanza a Dios. ¿Qué deberían predicar los ministros de Cristo, sino a Cristo? ¿Cristo, y él crucificado? ¿Cristo, y él glorificado? Y su predicación iba acompañada del poder divino. La mano del Señor estaba con ellos, para llevar a los corazones y a las conciencias de los hombres lo que ellos sólo podían decir al oído externo. Creyeron; se convencieron de la verdad del Evangelio. Dejaron de vivir de manera descuidada y carnal, para vivir una vida santa, celestial y espiritual. Dejaron de adorar a Dios en forma de espectáculo y ceremonia, para adorarle en el Espíritu y en la verdad. Se volvieron al Señor Jesús, y él llegó a ser todo en todo con ellos. Esta fue la obra de conversión realizada en ellos, y debe ser realizada en cada uno de nosotros. Fue el fruto de su fe; todos los que creen sinceramente, se volverán al Señor, Cuando el Señor Jesús es predicado con sencillez, y de acuerdo con las Escrituras, dará éxito; y cuando los pecadores son llevados así al Señor, los hombres realmente buenos, que están llenos de fe y del Espíritu Santo, admirarán y se regocijarán en la gracia de Dios otorgada a ellos. Bernabé estaba lleno de fe; lleno de la gracia de la fe, y lleno de los frutos de la fe que obra por el amor.

Hechos 11:25-30

25-30 Hasta ahora los seguidores de Cristo se llamaban discípulos, es decir, aprendices, estudiosos; pero a partir de entonces se llamaron cristianos. El significado propio de este nombre es el de seguidor de Cristo; denota a quien, desde un pensamiento serio, abraza la religión de Cristo, cree en sus promesas y hace de su vida su principal cuidado, siguiendo los preceptos y el ejemplo de Cristo. Por lo tanto, es evidente que muchas personas toman el nombre de cristiano a quienes no les corresponde. Pero el nombre, sin la realidad, sólo aumentará nuestra culpa. Mientras que la mera profesión no nos dará ni beneficio ni placer, la posesión de la misma nos dará tanto la promesa de la vida que ahora es, como de la que está por venir. Haz, Señor, que los cristianos se olviden de otros nombres y distinciones, y se amen unos a otros como deben hacerlo los seguidores de Cristo. Los verdaderos cristianos se compadecerán de sus hermanos en las aflicciones. Así darán fruto para alabanza y gloria de Dios. Si todos los hombres fueran verdaderos cristianos, ¡con qué alegría se ayudarían unos a otros! Toda la tierra sería como una gran familia, cada miembro de la cual se esforzaría por ser obediente y bondadoso.


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Hechos 11

(5) Pedro relata la conversión de Cornelio, 11:1-18. La aceptación del pagano Cornelio y de los suyos chocó con la resistencia. Cuando llegó a Jerusalén la noticia de que los gentiles habían recibido la palabra de Dios, aquellos de la circuncisión se enojaron con Pedro. Pedro fue sabio al llevar seis judíos cristianos con él a Cesarea para ser testigos de la conversión de los gentiles. Los enfoques progresistas de Esteban habían lanzado una época nueva para los seguidores de Jesús; la misión de Felipe en Samaria resultó en que Pedro y Juan fueron enviados para investigar ese desarrollo extraño. Subsecuentemente la obra de Felipe en bautizar al etíope causó menos conmoción debido a que no se involucraba ninguna costumbre social, y además esa persona seguía su viaje a Etiopía. Pero la acción de Pedro al comer con hombres incircuncisos exigía una explicación para aquellos en Jerusalén del partido de la circuncisión.

Tanto el etíope como Cornelio eran temerosos de Dios; eran estudiantes gentiles del judaísmo e incircuncisos. Sin embargo había también diferencias: en el caso de Cornelio se involucraba tanto el asunto de las relaciones sociales, como también las condiciones para la salvación. Se hallan entrelazados dos problemas distintos: (1) ¿Pueden ser salvos los gentiles sin la circuncisión? y (2) ¿Puede un cristiano judío comer con un cristiano gentil incircunciso? De ambas cuestiones se ocupa también la carta de Pablo a los gálatas (Gal 2:11-21 y 2:1-10).

En esta etapa del movimiento cristiano se estaba formando un partido definido en la iglesia en Jerusalén del cual salieron los judaizantes que se oponían tan fuertemente a Pablo. Sin duda hay que distinguir entre aquellos de la circuncisión (11:2) y los que se mencionan en 10:45 como los creyentes de la circuncisión. En 10:45 la referencia es solamente a cristianos judíos, pero en 11:2 la referencia es para un grupo definido; y se sugiere que su consigna sería la circuncisión.

Weldon Viertel opina que parte de su problema era el orgullo y parte era una interpretación deficiente del AT (es decir, una hermenéutica débil). El orgullo estaba involucrado en el requisito de que los gentiles fueran circuncidados. Aunque el pueblo judío estaba dominado por Roma, ellos consideraban que su nación era superior porque eran elegidos por Dios. Habían confundido la elección para honor con la elección para servicio. Los extranjeros que deseaban adorar al único Dios que se había revelado a través de Israel debían someterse a rituales que los identificaran con la nación judía. La unión de la religión y la ciudadanía judía se entiende más fácilmente cuando uno considera la teología rabínica de agradar a Dios guardando la ley, lo que resultaría en la venida de un Mesías político.

La relación del hombre con Dios, tal como la expresa el AT, está establecida en términos de un pacto. Aquellos que entraban en la relación del pacto con Dios demostraban sus votos por la señal de la circuncisión. Tristemente la señal llegó a ser un substituto del voto o la relación genuina del pacto. La iglesia cristiana debía resolver el asunto de la manera en que los cristianos demostrarían su relación con Dios a través de Jesucristo. ¿Continuaría siendo la circuncisión el símbolo del nuevo pacto?

Pedro tomó una postura valiente ante los cristianos judíos al mantener que, de veras, los hombres incircuncisos habían recibido el Espíritu Santo y que su conversión era la obra de Dios mismo (vv. 15-17). Hace muy claro que en ningún instante él mismo tomó la iniciativa en esta ocasión. En la venida del Espíritu Santo sobre Cornelio y su casa, Pedro vio en seguida el cumplimiento de las palabras del Jesucristo resucitado, que prometía el envío del Espíritu (1:5). Una vez que el Espíritu había descendido, era imposible negarles el bautismo, porque el hacerlo equivalía a resistir a la expresa voluntad de Dios. Después que el Espíritu Santo llenó a los gentiles como lo había hecho con los judíos en Pentecostés, ¿quién podría estorbar a Dios (v. 17)?

En la luz de la evidencia irrefutable, los cristianos judíos se calmaron y glorificaron a Dios (v. 18). Mas la calma no dura mucho, porque la cuestión volverá pronto a tornarse candente en el seno de la comunidad de Jerusalén (15:1-3; comp. Gal 2:11-14). Presumiblemente el trabajo de Pedro no era entre los gentiles, porque fue conocido como apóstol de la circuncisión (Gal 2:8). La tardanza de parte de los apóstoles en reconocer la igualdad entre gentiles y judíos no es única en la historia cristiana; sólo debe reconocerse la culpa reciente y presente de prejuicio de parte de los cristianos en todas las naciones.

Con la experiencia de Esteban, Felipe y ahora Pedro, el evangelio fue liberado lo suficiente como para incluir a los gentiles temerosos de Dios. Estaba comenzando la batalla para la liberación completa y la destrucción de la barrera de separación entre los judíos y los gentiles paganos.

7. Fundación de la iglesia en Antioquía,Gal 11:19-30.

Entre los resultados que tuvo la persecución desatada contra la comunidad de Jerusalén a raíz del martirio de Esteban y la huida de gran parte de sus miembros, lo que iba a tener mayor efecto histórico fue la fundación de la iglesia en Antioquía de Siria. Esta ciudad se convirtió rápidamente en el centro de la cristiandad y, lo que es mucho más importante, se constituyó en el punto de partida para la evangelización de los gentiles en gran escala. En efecto, fue esta iglesia la que organizó la primera gran expedición misionera formal, en la que Pablo y Bernabé fueron enviados a Chipre y Asia Menor (Gal 13:1-2). No solamente la conversión de Saulo sino también el primer viaje misionero de Pablo se puede trazar indirectamente hasta Esteban.

Antioquía de Siria se fundó en el 300 a. de J.C., por Seleuco I, fundador de la dinastía de los seléucidas (en la época de los macabeos), y le dio este nombre en honor de su padre Antíoco. Según Josefo, Antioquía era la tercera ciudad del Imperio Romano. En el siglo I de la era cristiana contaba con cerca de medio millón de habitantes. Desde el principio tuvo una fuerte colonia judía, a la cual el fundador de la ciudad reconoció los mismos derechos que a los griegos. Josefo elogia su sinagoga como una de las más lujosas. Las relaciones entre judíos y griegos eran intensas.

Aparentemente transcurrieron varios años entre el v. 19, que mira atrás a la muerte de Esteban, y el v. 20 que refiere el momento cuando Saulo ya había estado en Tarso como cristiano (v. 25). La conversión de Saulo fue a más tardar en el año 35 d. de J.C., y el año que pasó con Bernabé en Antioquía sucedió algún tiempo durante el reinado de Claudio (41-54 d. de J.C.). Una parte de los cristianos de Jerusalén dispersos por la persecución (Gal 8:1-4) continuó predicando el evangelio y extendiéndose: en Fenicia, o sea, en la costa del Mediterráneo en torno a las ciudades de Tolemaida (Gal 21:7), Tiro (Gal 21:3), Sidón (Gal 27:3) y también en la isla de Chipre. A dondequiera que llegaron, sembraban la semilla de las buenas noticias, pero exclusivamente entre los judíos residentes en aquellas áreas. Sólo un reducido grupo de fugitivos de Chipre y Cirene en el norte de Africa, que llegó a Antioquía más tarde, decidió apartarse de este modo de obrar y extendió su predicación a los griegos. El éxito fue grande, y lo atribuyeron precisamente a la asistencia del Señor. Aunque no se lo menciona en el texto, el sentido obvio es que los griegos convertidos recibieron el bautismo sin tener que someterse previamente a la circuncisión. Se cuenta aquí el nacimiento de una comunidad cristiana en que se mezclaban indistintamente judíos y gentiles bautizados. El testimonio a los griegos en Antioquía parece haber ocurrido después de la conversión del eunuco y la de Cornelio.

Parece que la iglesia madre de Jerusalén no estaba completamente convencida de que Dios había aceptado a los gentiles en el reino (algo semejante a lo que pasó con Felipe en Samaria, ver 8:14). Ellos enviaron a un representante, Bernabé, para que investigara el informe de que una gran cantidad de gentiles estaba aceptando al Señor. El hecho de que Bernabé fuera seleccionado como representante de la iglesia indica que era maduro y responsable, y a la vez demuestra la providencia de Dios en su elección. Estaba listo para aceptar el plan de Dios. Llega a la convicción de que el nacimiento de esta comunidad en que judíos y paganos entran por una misma puerta es sencillamente providencial, y anima a los convertidos a permanecer fieles al Señor (v. 23). No se declara cuál era específicamente la misión de Bernabé, pero se nota que no regresa a Jerusalén. Más bien debió confiársele que se hiciera cargo personalmente de la situación. La misión era extremadamente delicada, pero Bernabé la debió llevar a cabo con sumo tacto y clara visión de la realidad, pues en poco tiempo mucha gente fue agregada al Señor (v. 24). Y otro gran mérito suyo fue que, viendo que la mies era abundante, va a Tarso (v. 25) en busca de Saulo, el futuro gran apóstol, a quien sabía libre de prejuicios judaicos y con una misión para los gentiles (9:15; 22:21). Ambos regresaron a Antioquía y enseñaron a los nuevos convertidos durante un año. Bernabé fue quien le había introducido ante los apóstoles (9:27) y él es ahora el que le introduce definitivamente en el apostolado.

Características de una iglesia triunfante La iglesia en Antioquía nos presenta las características de una iglesia que triunfa en el ministerio.

1. Osadía en el testimonio evangelístico (11:19-21).

2. Fundamentación en la sana doctrina (11:22-26).

3. Generosidad en las ofrendas (11:27-30).

4. Visión misionera mundial (13:1-3).

Todo principio debe ser practicado para que produzca resultados. Apliquemos estas características en nuestra iglesia, para que sea una iglesia triunfante.

Y los discípulos fueron llamados cristianos por primera vez en Antioquía (v. 26) por aquellos que estaban fuera de la iglesia. Es que hasta entonces, al menos ante el gran mundo, no se les distinguía de los judíos, dado que la nueva religión se predicaba sólo a judíos, y para los que se convertían, la ley y el templo seguían conservando todo su prestigio (2:46; 3:1; 15:5; 21:20). Es ahora, con la conversión también de los gentiles, que comienzan a aparecer ante el mundo como algo distinto y adquieren personalidad propia. Según Barclay, la palabra cristiano comenzó siendo una burla. Era un mote medio burlón y despectivo. Pero los cristianos tomaron la burla y la convirtieron en una palabra que todo el mundo llegaría a conocer. Por medio de sus vidas la convirtieron en un nombre que dejó de ser despectivo para significar valor y amor como virtudes admiradas por todos los hombres. Posiblemente este evento refleja la transición del movimiento cristiano de ser una secta dentro del judaísmo a comenzar a ser un movimiento separado.

Según Stagg, a menos que Lucas no ubique cronológicamente el cap. 12, el hambre a la que se refirió Agabo debe haber ocurrido antes de la muerte de Herodes, en el 44 d. de J.C. Lucas declara que sucedió durante el reinado de Claudio (41-54 d. de J.C.). Los historiadores romanos Suetonio y Tácito señalan que el hambre tomó lugar durante el reinado de Claudio. Josefo, el historiador judío, se refiere a hambres en Jerusalén entre los años 44 y 58 d. de J.C. Por cierto, las palabras en toda la tierra habitada (v. 28) se entienden como la tierra romana y no todo el mundo geográfico.

Los nuevos cristianos gentiles expresaron la autenticidad de su fe enviando una contribución para aliviar la pobreza de los hermanos judíos en Judea. Se pueden palpar dos motivos detrás de la ofrenda: una expresión de amor para aquellos que tienen necesidad y un esfuerzo para aliviar la tensión entre ellos y los judíos. Saulo y Bernabé eran los líderes lógicos para llevar la ofrenda a Judea. La incorporación de los gentiles en la iglesia primitiva había producido tensiones dentro de la fraternidad cristiana pero todavía no la había quebrantado.

Los profetas son prominentes en el libro de Los Hechos: Judas y Silas (15:32), numerosos profetas y maestros en Antioquía (13:1), las hijas de Felipe (21:9), así como Agabo y sus compañeros (11:27, 28; 21:10). Aunque la función de predicción es una actividad menor en el ministerio profético, sí está incluida. Sin embargo la función mayor era aquella de traer un mensaje fresco y reciente de Dios. Un profeta procura interpretar el sentir de Dios para el pueblo y a la vez ayudar al pueblo a interpretarse a sí mismo. Los ancianos eran los hombres maduros de las sinagogas que servían como líderes de las mismas. Aparentemente la iglesia también usaba el término para designar a sus líderes. En las Epístolas Pastorales el término es intercambiable con obispo (Tit 1:5, Tit 1:7). En Act 20:17-28 es también sinónimo de pastor y obispo.




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Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

Comentario Bíblico Mundo Hispano

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