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Salmos 103 - Comentario Bíblico de Matthew Henry vs Mundo Hispano

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Salmos 103

Salmo 103 - Introducción

* Una exhortación para bendecir a Dios por su misericordia. (1-5) Y a la iglesia y a todos los hombres. (6-14) por la constancia de su misericordia. (15-18) para el gobierno del mundo. (19-22)

Salmo 103:1-5

1-5 Por el perdón del pecado, se nos quita lo que nos ocultó las cosas buenas, y somos restaurados al favor de Dios, quien nos otorga cosas buenas. Piensa en la provocación; fue pecado, y sin embargo perdonado: ¡cuántas provocaciones, pero todas perdonadas! Dios todavía está perdonando, ya que todavía estamos pecando y arrepintiéndonos. El cuerpo encuentra las melancólicas consecuencias de la ofensa de Adán, está sujeto a muchas enfermedades y también el alma. Solo Cristo perdona todos nuestros pecados; es él solo quien cura todas nuestras enfermedades. Y la persona que encuentra su pecado curado, tiene una garantía sólida de que está perdonado. Cuando Dios, por las gracias y las comodidades de su Espíritu, recupera a su pueblo de sus descomposiciones, y los llena de vida y alegría nuevas, lo que es para ellos un fervor de vida y alegría eternas, entonces se puede decir que regresen a los días. de su juventud, Job 33:25.

Salmo 103:6-14

6-14 Verdaderamente Dios es bueno con todos: es de una manera especial bueno con Israel. Se les ha revelado a sí mismo y su gracia. Por sus maneras podemos entender sus preceptos, las formas en que nos obliga a caminar; y sus promesas y propósitos. Él siempre ha estado lleno de compasión. ¡Qué diferentes son aquellos para Dios, que aprovechan cada ocasión para reprender y nunca saben cuándo cesar! ¿Qué sería de nosotros si Dios tratara así con nosotros? La Escritura dice mucho de la misericordia de Dios, y todos lo hemos experimentado. El padre se compadece de sus hijos que son débiles en conocimiento y les enseña; se compadece de ellos cuando son malvados, y tiene paciencia con ellos; se compadece de ellos cuando están enfermos y los consuela; los compadece cuando están caídos, y los ayuda a levantarse; se compadece de ellos cuando han ofendido y, tras su sumisión, los perdona; se compadece de ellos cuando se les hace daño, y los endereza: así el Señor se compadece de los que le temen. Mira por qué se compadece. Considera la fragilidad de nuestros cuerpos y la locura de nuestras almas, lo poco que podemos hacer, lo poco que podemos soportar; en todo lo cual aparece su compasión.

Salmo 103:15-18

15-18 ¡Cuán corta es la vida del hombre e incierta! La flor del jardín es, por lo general, más selecta y durará más, por estar protegida por la pared del jardín y por el cuidado del jardinero; pero la flor del campo, con la que se compara la vida aquí, no solo se está marchitando en sí misma, sino que está expuesta a las ráfagas de frío y es probable que las bestias del campo la pisoteen y la pisoteen. Así es el hombre. Dios lo considera y se compadece de él; que lo considere él mismo. La misericordia de Dios es mejor que la vida, porque la sobrevivirá. Su justicia, la verdad de su promesa, será para los hijos de los niños, que pisan los pasos de la piedad de sus antepasados. Entonces se les preservará la misericordia.

Salmo 103:19-22

19-22 El que hizo todo, gobierna todo, y ambos por una palabra de poder. Él dispone a todas las personas y cosas para su propia gloria. Hay un mundo de santos ángeles que siempre lo alaban. Que todas sus obras lo alaben. Tal habría sido nuestro deleite constante, si no hubiéramos sido criaturas caídas. Tal será, en cierta medida, si nacemos de Dios. Tal será para siempre en el cielo; ni podemos ser perfectamente felices hasta que podamos disfrutar sin descanso de una obediencia perfecta a la voluntad de nuestro Dios. Y que el sentimiento de cada corazón redimido sea, bendice al Señor, alma mía


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Salmos 103

SALMO 103 : HIMNO DE ALABANZA DE UN ALMA AGRADECIDA

Los himnos constituyen una parte importante del salterio (ver Contenido); son cantos de adoración a Dios. En general contienen una estructura sencilla de: a) Introducción, un llamado a la alabanza (103:1, 2); b) el cuerpo principal, que explica los motivos de la alabanza: atributos o hechos de Dios (103:3-19); y c) conclusión, una síntesis o se repite la invitación a adorar (103:20-22). Los cristianos, a través de los siglos, han usado muchos de estos himnos para adorar a Dios.

El Salmo 103 ha sido descrito como “una de las mejores flores en el árbol de la fe bíblica”. El salmista relaciona su experiencia personal de Dios con el entendimiento de la fe que venía de la larga y rica tradición explicada en el Pentateuco y los Profetas. Hace un doble énfasis en la reverencia ante la grandeza y la santidad de Dios y la entrega a la misericordia y el amor de Dios.

No hay una clara indicación de la fecha. Por causa de ciertos arameísmos algunos lo consideran posexílico, pero otros ven detalles que señalan tiempos mucho más tempranos y lo fechan antes del exilio.

Este Salmo y el 104 parecen haber sido relacionados; por lo menos empiezan y terminan con las mismas frases.

El título de David podría indicar que fue escrito por David o que se dedica a David. Una tradición judía dice que David lo escribió cuando ya era anciano.

1. Invitación a alabar a Dios, vv. 1-5

Bendice, oh alma mía es un automandato. El salmista dialoga consigo mismo. Nótese que toma una decisión definida de alabar a Dios. La Biblia manda que amemos a Dios. El amor involucra los sentimientos, pero es también un asunto de la voluntad. Hemos de decidir alabar a Dios. Conocer más a Dios requiere tiempo en adoración y comunión con él.

Podemos preguntar por qué dice bendice; ¿no es Dios quien bendice al hombre? Sí, pero lleva la connotación de agradar a Dios; el salmista quiere que Dios se goce con esta alabanza.

Todo mi ser utiliza una palabra que significa todo lo interior, todo que está adentro. El salmista involucra todos sus pensamientos, sus recuerdos, su mente, sus emociones, toda su persona en esta ofrenda de adoración.

No olvides llama la atención a nuestra tendencia de olvidar lo bueno que Dios ha hecho en nosotros. Es el orgullo del corazón humano que lo hace ingrato y olvidadizo (cf. Deu 8:12-14). La palabra heb. traducida beneficios significa hechos de bondad.

En los vv. 3-6 el salmista enumera específicamente los beneficios que motivan la alabanza a Dios. En el heb. se usa una serie de participios: el que perdona, el que sana, el que rescata, el que corona, etc.

Empieza con el beneficio más grande, el perdón de los pecados. ¡Qué motivo para glorificar a Dios es la seguridad de que todas nuestras iniquidades son perdonadas! Sin el perdón de pecados, aun el bien terrenal más grande no es más que una tumba blanqueada detrás del cual se esconde la muerte.

El segundo beneficio es la sanidad. Varios pasajes de los Salmos hablan de Dios como sanador (Deu 30:2; Deu 41:4). Jesús dedicó mucho tiempo a sanar a los enfermos. Dolencias viene de una palabra que significa todo tipo de sufrimiento interior y exterior. Dios sana física, psíquica y espiritualmente.

El que rescata (v. 4). Nótese cómo el lenguaje del éxodo (rescatar) se usa para otros hechos de Dios en la vida de su pueblo. Aquí algunos prefieren traducir “corrupción”, pero la palabra es “pozo” y el salmista probablemente se refiere a una crisis que le llevó cerca a la muerte. Muchos también pueden testificar de ser sacado de un hoyo de desesperación moral y espiritual.

La palabra traducida anhelos es discutida. Algunos encuentran el significado, “ornamento” y otros “mejillas”, por eso usan “boca” en la traducción. De cualquier manera es claro que Dios colma con buenas cosas la vida de sus hijos. El águila es símbolo de fuerza y vigor como en Isaías 40.

2. El amor y perdón de Dios, vv. 6-10

Hace justicia y derecho (v. 6). Este tema se enfatiza mucho a través de la Biblia. Si Dios hace justicia, los hombres también son responsables por la justicia. Y precisamente es la falta de justicia la que produce los “oprimidos”. (La frase “los que padecen violencia” traduce la palabra heb. para oprimidos.)

En todo el proceso del éxodo y peregrinaje en el desierto Dios mostró sus obras a los hijos de Israel. Era un proceso de entrenamiento con lecciones para nosotros (1 Cor. 10). Pero Moisés iba más a fondo, pidió conocer los caminos de Dios (Exo 33:13).

El salmista recalca la gran misericordia de Dios. Calvino dijo que nuestra peor falla es la arrogancia que roba a Dios la alabanza que merece.

No contenderá para siempre (v. 9) no significa aquí lo mismo que en Génesis 6; aquí el salmista recalca que Dios perdona y olvida. El v. 10 sigue ampliando el tema, pues nuestros pecados merecen muchísimo más castigo, pero Dios ha provisto una redención en amor. En los sacrificios, que señalan hacia la muerte de Jesús, Dios muestra su misericordia sin violar su justicia.

3. La grandeza de su misericordia, vv. 11-14

En este párrafo el salmista usa figuras para explicar la grandeza infinita de la misericordia de Dios. Primero dice que es inmedible, pues es como la altura de los cielos sobre la tierra. Es cierto que hoy podemos medir las distancias a los planetas y estrellas, pero son tan grandes que el efecto es lo mismo: la misericordia de Dios es sin explicación y sin medida, sobre los que le temen.

La otra figura enfatiza lo mismo, cuando Dios perdona los pecados, no los trae a la memoria de nuevo; tampoco debemos hacerlo nosotros. El que cree lo que dice Dios en pasajes como 1Jo 1:9 no sufrirá de un sentido de culpa.

Todavía el salmista agrega otra comparación, la compasión del padre hacia sus hijos. ¡Qué tremendo es ser hijo de Dios en Cristo y saber que él nos cuida así! Además, Dios entiende nuestras debilidades; fuimos hechos del polvo y todavía lo somos. A la vez el NT no deja esto como excusa de seguir en pecado, pues el creyente tiene al Espíritu Santo y la victoria en Cristo.

4. Su misericordia es eterna, vv. 15-18

En este párrafo el salmista contrasta lo pasajero del hombre con la eternidad de Dios. Es cierto que el hombre a menudo florece, puede hacer grandes proyectos; pero no duran mucho. Aun la palabra hombre (v. 15) es ?enosh H582 que lleva la connotación de debilidad. Reconocer que nuestra vida es muy breve y pasajera debe hacernos evaluar bien nuestro valores, nuestros propósitos, y vivir a la luz de la eternidad.

Desde la eternidad y hasta la eternidad es un eco del Job 90:2. La misericordia de Dios es estable y duradera, no cambia. Tampoco cambia su norma de justicia ni su pacto. Los seres humanos siempre anhelan la seguridad; ¿qué puede proveer más seguridad que la misericordia de Dios? Así Pablo dice: Por lo cual estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo porvenir, ni poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor nuestro (Rom 8:38-39).

5. Llamado universal a la adoración, vv. 19-22

Este Dios cuya misericordia es eterna también posee el poder y la autoridad para cumplir su voluntad, pues su reino domina sobre todo. Este sobre todo abarca todo el universo. ¡Qué privilegio es ser parte de su reino! El NT aclara que los creyentes somos parte del reino de Dios.

El corazón del salmista está tan lleno de alabanza a este Dios tan grande que ahora invita a sus ángeles a participar. La alabanza humana no es suficiente; se agregan las huestes celestiales. Aquí se enfatiza el poder de los ángeles (“héroes de poder”); son poderosos y también adoran al Todopoderoso. Dos veces el salmista menciona que ellos obendecen la palabra de Dios.

Todos sus ejércitos (v. 21). Keil sugiere que estos son los espíritus celestiales alrededor de los ángeles de rango más alto; que existe cierta jerarquía de seres espirituales que sirven a Dios (Luk 2:13; Heb 1:14). Además todas la obras de Dios deben bendecir a Dios.

El salmista da un círculo completo; termina como empezó: ¡Bendice, alma mía, a Jehová! ¿Cuánto tiempo dedicamos a la adoración de Dios? El merece más. Es un gran desafío y un privilegio participar con los ángeles, las huestes espirituales y toda la obra de Dios en honrar, adorar y glorificar a Dios. Un día lo haremos con perfección; este es uno de los grandes temas del libro de Apocalipsis.




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Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

Comentario Bíblico Mundo Hispano

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