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Josué 1 - Comentario Bíblico de Matthew Henry vs Mundo Hispano

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Josué 1

Josué 1:1-4

1-4 Josué había servido a Moisés. Aquel que fue llamado a un honor, había estado mucho tiempo acostumbrado al trabajo. Nuestro Señor Jesús tomó sobre sí la forma de un siervo. Josué fue entrenado bajo mandato. Los más aptos para gobernar son aquellos que han aprendido a obedecer. La partida de hombres útiles debería estimular a los supervivientes a ser más diligentes en hacer el bien. Levántate, cruza el Jordán. En este lugar y en este momento, las orillas estaban desbordadas. Josué no tenía puente ni barcas, y sin embargo, debía creer que Dios, habiendo ordenado que el pueblo cruzara, abriría un camino.

Josué 1:5-9

5-9 Josué debe tomar la ley de Dios como su regla. Se le encarga meditar en ella día y noche, para que pueda comprenderla. Cualquiera que sean los asuntos de este mundo en los que tengamos que ocuparnos, no debemos descuidar la única cosa necesaria. Todas sus órdenes al pueblo y sus juicios deben ser conforme a la ley de Dios. Josué mismo debe estar bajo mandato; la dignidad o el dominio de nadie lo sitúa por encima de la ley de Dios. Debe animarse con la promesa y la presencia de Dios. No dejes que el sentido de tus propias debilidades te desanime; Dios es completamente suficiente. Te he mandado, llamado y comisionado para hacerlo, y me aseguraré de respaldarte en ello. Cuando estamos en el camino del deber, tenemos razones para ser fuertes y valientes. Nuestro Señor Jesús, al igual que Josué aquí, fue sostenido bajo sus sufrimientos por consideración a la voluntad de Dios y al mandato de su Padre.

Josué 1:10-15

10-15 Josué dice al pueblo: Pasaréis el Jordán y poseeréis la tierra, porque Dios se lo había dicho a él. Honramos la verdad de Dios cuando no vacilamos en la promesa de Dios. Las dos tribus y media debían pasar el Jordán con sus hermanos. Cuando Dios, por su providencia, nos ha dado descanso, debemos considerar qué servicio podemos hacer a nuestros hermanos.

Josué 1:16-18

16-18 El pueblo de Israel se compromete a obedecer a Josué; Todo lo que nos mandes hacer, lo haremos de buena gana, sin murmurar ni disputar, y adondequiera que nos envíes iremos. Lo mejor que podemos pedir a Dios por nuestros gobernantes es que tengan la presencia de Dios; eso los convertirá en bendiciones para nosotros, por lo que al buscar esto por ellos, consultamos nuestro propio interés. Que seamos capacitados para alistarnos bajo la bandera del Capitán de nuestra salvación, para obedecer sus mandamientos y librar la buena batalla de la fe, junto a todos los que confían en su nombre y aman su autoridad; porque aquel que se niega a obedecerlo debe ser destruido.


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Josué 1

I. ALCANZANDO LA TIERRA PROMETIDA, 1:1-12:24

1. Cruzando el Jordán 1:1-5:12

(1) Preparación para el cruce, 1:1-18. Los preparativos para el cruce del río Jordán estuvieron acompañados del encargo que Jehová hace a Josué y que este extiende a los oficiales del ejército que marcharán delante del pueblo para la posesión de la tierra prometida.

a. Llamamiento a Josué, 1:1-9. Uno de los actores principales de este proceso de ingreso a Canaán fue Josué, hijo de Nun, quien había sido objeto de un cambio en su nombre por Moisés (Num 13:16). Este cambio no parece hacer una gran diferencia de significado, puesto que el nombre Hosea u Osea (el que antes tenía) es similar al de Josué o Joshúa; en ambos casos hay la connotación de “salvador”. La diferencia parece radicar en que “Josué” tiene una combinación con el nombre divino de Jehová y que implica su soberanía en esa salvación. Por lo tanto, Josué no es simplemente un “salvador” sino que es portador de una verdad tangible en la historia de Israel: “Jehová es salvación”. Esto no disminuye en manera alguna la importancia de Josué en la campaña militar que llevó a la posesión de Canaán. La trayectoria de Josué evidenciaba una estrecha familiaridad con la historia del pueblo, ya que sus antecesores eran de la casa de José, que ostentaba gran autoridad en esta etapa de la historia de Israel. Su experiencia en el desierto (Num 32:11), su servicio personal a Moisés (Exo 24:13), su posición en el tabernáculo de reunión (Exo 33:11) son factores que le permitieron afianzarse en el liderazgo del pueblo y le hicieron el sucesor lógico de Moisés en esta etapa clave del peregrinaje del pueblo de Dios.

Los límites del territorio que se va a poseer (v. 4) no fueron alcanzados en su totalidad. Algunos comentaristas advierten dificultades en el original hebreo para precisar el significado correcto de tales fronteras y prefieren decir que el autor del libro menciona estos límites para mantenerse fiel al esquema de la promesa de Dios (Deu 11:24-25) aunque en verdad aquí se puede observar una versión más detallada de esas fronteras.

Hay en este pasaje dos principios para el ejercicio de un buen liderazgo: Un primer principio consiste en que Jehová garantiza su presencia a Josué mientras le encarga la tarea de llevar a su fin la promesa de poseer una tierra donde el pueblo pueda disfrutar con alegría del fruto de su trabajo. La expresión “no temas ni desmayes” (v. 9) cierra con broche de oro semejante responsabilidad de reemplazar a un líder de la talla de Moisés. El acompañamiento de Jehová significa también una confirmación de la misión encomendada a Josué pues “como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré ni te desampararé” (v. 5). Estas palabras le dan seguridad al nuevo líder quien por su experiencia sabía cómo había actuado Jehová en medio de las dificultades y el desánimo del pueblo. Compárese Deu 31:6, Deu 31:8 y 1Ch 28:20. Nótese también que esta promesa es citada en Heb 13:5. La promesa de Jehová, que garantiza su compañía a Josué, ejemplifica lo que va a ser la presencia de Jehová en medio del pueblo en esta nueva etapa, pues aunque ya eran obvias las acciones redentoras de Dios, la incertidumbre de lo nuevo y la ausencia del líder experimentado podían provocar desorientación respecto al propósito de Dios para con su pueblo.

El segundo principio consiste en la responsabilidad con la cual Josué debe asumir no solo el nuevo cargo, sino el hecho de la fidelidad divina para su ministerio. La expresión “esfuérzate y sé valiente” (vv. 6, 7) sintetiza el requerimiento que Dios hace a Josué en dos direcciones. La primera está relacionada con la actitud que debe tener hacia la tarea encomendada: “...porque tú harás que este pueblo tome posesión de la tierra...”(v. 6). Quiere decir que Josué será un mediador de la acción divina, y para ello se requiere esfuerzo y ánimo pues la experiencia vivida con Moisés había demostrado que no siempre el pueblo tuvo la paciencia necesaria para esperar la acción redentora de Jehová. La tierra prometida está al frente, pero hay que cruzar el río Jordán. Este cruce tiene implicaciones muy grandes, pues al otro lado del río también hay reyes que con sus dioses se resistirán a la llegada del pueblo de Jehová.

La segunda dirección también está relacionada con la obediencia que el líder debe tener a la ley de Dios. Hay que esforzarse y ser valiente para “cuidar de cumplir toda la ley que mi siervo Moisés te mandó” (v. 7b). Esta no era otra cosa que lo que Jehová había mandado como ordenamiento social y espiritual para el pueblo escogido (Deu 5:30-33). El cumplimiento de esta ley significa fidelidad al Dios que los sacó de la esclavitud en Egipto, pero es posible que se puedan buscar excepciones a la ley. Irse a la izquierda o a la derecha de ella para hacer arreglos que convengan a algunos grupos, y que pueden amenazar la unidad del pueblo y su fidelidad al llamamiento para ser un pueblo nuevo será algo peligroso. De ahí que Jehová insiste en que se debe “cuidar” el cumplimiento de esa ley, porque es susceptible de una desatención fatal para los planes de Dios y la vida del pueblo.

El éxito del liderazgo de Josué radica en la fidelidad que tenga hacia esa ley (v. 8) la cual puede ser guardada en la medida en que es consultada con frecuencia, meditada constantemente y cumplida incondicionalmente.

El v. 9 presenta demandas antitéticas: “...que te esfuerces y seas valiente” y “No temas ni desmayes...” A la vez son expresiones de confianza en un Dios que ha prometido acompañarlos y un reconocimiento que él, siendo el Señor de la historia, puede cumplir sus promesas.

b. Comisionamiento a los oficiales,Deu 1:10-18. La segunda parte de este capítulo traslada la comunicación de los propósitos de Dios a los oficiales (shoterim H7860) que encabezarían el paso del Jordán y al pueblo en general que participará de alguna forma en la posesión de la tierra prometida. Lit. la palabra traducida “oficiales” significa un escritor o un escriba; llegó a denominar un supervisor en cuya oficina se combinaban varios deberes; aquí parece tener esa amplitud, fusionando deberes civiles y militares.

Los vv. 10 y 11 muestran a Josué ejercitando sus dotes de líder militar. Como tal, él ha comenzado con los preparativos para el cruce del río Jordán y se muestra con mucha seguridad: “...mandó a los oficiales...” (v. 10). Al mismo tiempo este hecho refleja que hay una organización previa más de tipo militar, que es muy diferente a la que tuvo el pueblo que salió de Egipto. La organización implica que todo el pueblo haga preparativos en lo que concierne a los “alimentos” (v. 11b), pues no se sabe con exactitud lo que se va a encontrar ni el tiempo que durará la travesía y la toma de las ciudades cananeas. La idea de “alimentos” se refiere a granos, ovejas, etc. que les garantice sustento durante un tiempo indefinido. Son los preparativos típicos previos a un combate que trastorna la rutina de la vida cotidiana del pueblo. La frase “dentro de tres días” (v. 11c; comp. Exo 3:18; Exo 19:11; Est. 4:16; Jon 1:17) puede sugerir que había preparativos ceremoniales también.

Los vv.12-18 muestran a Josué hablando a los rubenitas, a los gaditas y a la tribu de Manasés que era una bifurcación, junto con Efraín, de la tribu de José. Josué les compele a cumplir una promesa hecha a Moisés. Estas tribus habían tomado posesión de tierras al este del río Jordán (Num 32:20-22) amenazando la unidad de las tribus de Jehová. Finalmente se les había permitido hacerlo con la condición de que cuando el resto del pueblo pasara el Jordán ellos serían los primeros en avanzar hacia Canaán, aunque después de posesionadas las demás tribus ellos regresarían al otro lado del Jordán (Num 32:28-32).

La disposición de estas tribus a cumplir con su promesa demuestra la autoridad que se le reconoce a Josué (v.16) quien comienza su liderazgo haciendo cumplir lo prometido a su antecesor Moisés. El nuevo líder se muestra enterado de todos los asuntos y acuerdos previos; no comienza de cero sino que logra articularse con un proceso y unos acuerdos previos. La frase “Acordaos de lo que os mandó Moisés...” (v. 13a) no es para él un tropiezo en el ejercicio de su nuevo papel; no pretende borrar de la memoria del pueblo el nombre de Moisés, sino que por el contrario reafirma acerca de él que era “siervo de Jehová”(v. 13b), el mismo a quien Josué sirve ahora. Además esta disposición de los líderes de las tribus es una demostración de obediencia a Jehová y un compromiso para preservar la unidad del pueblo. La palabra traducida “armados” (v. 14b; jamushim H2571) se deriva de la misma raíz que el número cinco y puede significar una formación militar de cinco cuerpos (comp. Num 2:2-31 y 10:11-28; BLA traduce “en orden de batalla”). Todos los que estaban en capacidad de combatir lo harían en solidaridad con sus hermanos que aún no disfrutaban de la tierra que Jehová les había prometido. De ahí que resulte digna de aplausos esa actitud porque quienes van a ir adelante para el combate son aquellos que ya tienen algo que perder: sus familias y la tierra poseída al este del Jordán, mientras que el resto del pueblo tenía aún mucho por ganar pues estaban solo de paso en este lado del Jordán.

La respuesta de los líderes de las tribus establecidos en la Transjordania denota un reconocimiento de la autoridad que Josué estaba ejercitando. La expresión: “Sólo que Jehová tu Dios esté contigo, como estuvo con Moisés” (v. 17b) no implica que estén condicionando la obediencia a Josué. Tampoco significa que estén exigiendo alguna demostración o evidencia que les permita comprobar que en verdad Josué era el líder a quien debían obedecer. La respuesta de ellos expresa más bien un deseo de que Jehová esté acompañando a Josué como lo estuvo con Moisés.

En este período se destaca la unidad que las tribus tenían alrededor de la fe en Jehová, el Dios que los salvó durante el desierto de todos los peligros; y esta confianza mediaba a través de la figura del líder Moisés. Y ahora, para estos hombres aun las implicaciones de la desobediencia a Moisés deben continuar ahora con Josué (v. 18a).

El capítulo cierra la narración de los preparativos con la misma recomendación que Jehová hizo a Josué: “¡Solamente esfuérzate y sé valiente!” (v. 18b) Pero ahora esta expresión viene de parte de los líderes de las tribus transjordánicas quienes solo animan a Josué a hacer su parte porque puede contar tanto con la ayuda de Jehová como con el apoyo y obediencia de sus guerreros.




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Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

Comentario Bíblico Mundo Hispano

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