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Habacuc 1 - Comentario Crítico y Explicativo Conciso vs Mundo Hispano

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Habacuc 1

CAPITULO 1

LA CONTENCION DE HABACUC CON JEHOVA A CAUSA DEL PREDOMINIO DE LA INJUSTICIA: JEHOVA LLAMA LA ATENCION A SU PROPOSITO DE ENVIAR A LOS CALDEOS COMO VENGADORES. EL PROFETA SE QUEJA DE QUE ESTOS SON PEORES QUE AQUELLOS SOBRE QUIENES SE HARA VENGANZA.

1. cargala sentencia profética.

2, 3. violencia … ¿Por qué me haces ver iniquidad?—Lenguaje similar se usa acerca de los caldeos (vv. 9, 13), como aquí se usa de los judíos: lo que denota que, como los judíos pecaron por la violencia y la injusticia, así aquéllos serían castigados por medio de violencia e injusticia (Proverbios 1:31). El reino de Joacim fué notable por la injusticia, la traición, y el derramamiento de sangre (Jeremias 22:3, Jeremias 22:13). Por tanto los caldeos serían enviados para tratar con él y sus nobles, según los procedimientos de éstos con otros (vv. 6, 10, 11, 17). Véase el altercado de Jeremías con Jehová, Jeremias 12:1; Jeremias 20:8; y Job 19:7.

3. haces que mire molestia—o “agravios.” Maurer niega que el verbo sea activo y traduce: “¿(Por qué) contemplas (sin hacer nada para impedirlo) el agravio?” El contexto favorece la Versión Inglesa. habiendo … quien levante pleito y contienda?—Así Calvino. Pero Maurer, no tan bien, traduce: “Hay pleito, y se levanta contención.”

4. Por lo cual—por cuanto tú dejas andar tales crímenes sin castigar. la ley es debilitada—se enfría. No tiene autoridad, ni goza el respeto. el juicio—la justicia. sale torcido el juicio—se dan decisiones contrarias al derecho.

5. Mirad … maravillaos … obra—(Véase Isaías 29:14.) citado por San Pablo (Hechos 13:41.) en las gentes—En Hechos 13:41 : “Vosotros despreciadores,” de la Versión de los Sententa. As la Versión Siríaca y la Versión Arábiga; quizás de una lección hebrea diferente. En la lección de la Versión Inglesa de Habacuc, Dios, en réplica al altercado del profeta, se dirige a los judíos como próximos a ser castigados: “Mirad (vosotros que estáis) entre las gentes” (con las cuales merecéis ser clasificados y por las cuales seréis castigados, como despreciadores; el sentido implícito, que expresa San Pablo): aprended de ellas lo que os negáis a aprender de mí. Por “maravillaos pasmosamente,” san Pablo, en Hechos 13:41, tiene “entonteceos y desvaneceos,” lo cual da el sentido, no la expresión literal del hebreo, “maravillaos, maravillaos;” eso es, atolondrados de maravilla. Los despreciadores han de ser entregados a su propia estupefacción, y así perecerán. Los israelitas incrédulos no querían creer la profecía tocante a la terrible destrucción que iba a ser llevada a cabo por los caldeos, como tampoco cuanto a la liberación prometida de las manos de aquella nación. Así en forma análoga, en los días de San Pablo, los judíos no querían creer el juicio que se aproximaba sobre ellos de parte de los romanos, ni la salvación proclamada por medio de Jesús. De esta manera la misma Escritura es aplicada a ambos grupos. aun cuando se os contare, no la creeréis—es decir, no lo creeréis, ya que os lo predigo.

6. yo levanto—no se refiere al hecho de que Dios sacara a los caldeos de sus lugares originales a Babilonia (Nota, Isaías 23:13); porque ya hacía más de veinte años (desde la era de Nabopolasar) que estaban en el poder político allí; sino que Dios está ahora por levantarlos como los instrumentos de su “obra” de juicio sobre los judíos (2 Crónicas 36:6). El hebreo es futuro, “yo levantaré.” gente amarga—eso es, cruel (Jeremias 50:42; véase Jueces 18:25; 2 Samuel 17:8). presurosa—“impetuosa.”

7. de ella misma saldrá su derecho y su grandeza—es decir, no reconocen juez alguno sino a sí mismos, y logran para sí su propia dignidad y la guardan, sin necesitar la ayuda de otros. Será inútil que los judíos se quejen de los juicios tiránicos de los caldeos; porque éstos, decreten lo que decretaren, obrarán de acuerdo con su propia voluntad, y no tolerarán a nadie que íntente interponerse.

8. más ligeros que tigres—“que leopardos” (Versión Inglesa). Opiano, La Caza,2 Samuel 3:76, dice del leopardo: “Este corre lo más veloz en línea recta, tanto que uno se imaginaría que estaría volando por el aire.” más agudoslit., “más afilados.” que lobos de tarde—lobos hambrientos habiendo pasado el día sin comer y así más agudos para atacar el rebaño a cubierto de la noche que se aproxima (Jeremias 5:6; Sofonías 3:3; véase Génesis 49:27). Así es que el árabe y el persa al “crepúsculo” se la llama la cola del lobo, y en francés, entre chien et loup. sus jinetes se multiplicarán—o se despliegan, orgullosamente; como en Jeremias 50:11 y Malaquías 4:2, ello denota fuerza y vigo. Asimismo la palabra arábiga análoga. (Maurer.) vendrán de lejos—y sin embargo no estarán fatigados por el largo viaje.

9. Toda ella (gente, v. 6) vendrá a la presa—el único objeto de ellos, no es establecer derechos justos, sino apoderarse de todo lo que puedan por la violencia. sus caras viento solano—se tragarán como si fuera todo lo que esté delante; como el caballo se dice en Job 39:24, que “escarba la tierra confuria y rabia.” Maurer entiende que es de una raíz arábiga, “el deseo de sus rostros,” eso es, el vivo deseo expresado por sus rostros. Henderson, con Símaco y la Siríaca, traduce “el aspecto.” viento solano—el simún, que esparce la devastación por dondequiera que pasa (Isaías 27:8). La interpretación propuesta de hacia el este, como si se refiriese al retorno de los caldeos a su lugar hacia el este desde Judea, cargados con el despojo, es improbable. El que junta en arena, concuerda con la idea de que se trata del simún, pues éste se lleva remolinos de arena levantada del desierto.

10. escarnecerá de los reyes—que son incapaces de resistirlos. amontonará polvo, y la tomará—harán montones de tierra afuera, y así “tomarán toda fortaleza” (véase 2 Samuel 20:15; 2 Reyes 19:32). (Grocio.)

11. Luego—engreídos por sus éxitos. mudará espíritu—con la soberbia, perderá todo lo que hubiese en él de razón o moderación. pasará adelante—por todos los límites y restricciones: su soberbia preparará el camino seguro para su destrucción (Proverbios 16:18). El lenguaje es muy similar a aquel que describe el “cambio” de Nabucodonosor del corazón (entendimiento) de hombre al de bestia, a causa de la soberbia (Daniel 4:16, Daniel 4:30; véase Notas allí). Una coincidencia impensada entre dos libros sagrados escritos independientemente. atribuyendo esta su potencia a su dios—(Daniel 5:4). Arrogancia sacrílega, al atribuir a su ídolo Bel la gloria que pertenecía a Dios. (Calvino.) Grocio explica: “(diciendo que) su poder (potencia) es suyo propio como quien es dios para sí mismo” (véase v. 16; Daniel 3). Así Maurer: “El ofenderá como uno para quien su poder es su dios” (Job 12:6; Nota, Miqueas 2:1).

12. En oposición a la impía deificación del poder de los caldeos como su dios (según Maurer, o según la Versión Inglesa, el atribuir ellos sus éxitos a sus ídolos), con palabras apasionadas dirigidas a Jehová, vindica la existenica de Dios, “desde el principio,” contrastándolo con el así llamado dios caldeo.” Dios mío, Santo mío?—Habacuc habla en nombre de su pueblo. Dios era “el Santo de Israel, ” contra quien se levantaba el caldeo (Isaías 37:23). No moriremos—Tú, que eres nuestro Dios, no permitirás que los caldeso nos destruyan completamente. Esta lección es una de las dieciocho llamadas, por los hebreos, “la ordenación de los escribas;” los rabíes creen que Esdras y sus colegas corrigieron la antigua lección: “no morirás.” para juicio lo [los] pusiste—Los ordenaste para que ejecutasen tus juicios. lo [los] fundaste para castigar—a los transgresores (Isaías 10:5). Pero no para que deificasen su propio poder (v. 11, porque la potencia de ellos viene de ti, y viene solamente por tiempo limitado); no para que ellos destruyan completamente a tu pueblo. El hebreo por “Dios poderoso” es Roca (Deuteronomio 32:4). Por mucho que el mundo se ha sacudido, o la fe del hombre vacile, Dios permanece inconmovible como la Roca de la Eternidad (Isaías 26:4).

13. limpio eres … para ver el mal—sin que te desagrade. ni puedes ver el agravio—los perjuicios injustos hechos a tu pueblo. El profeta se refrena de dejarse llevar demasiado lejos en su reconvención y queja, de poner ante sí los honorables sentimientos de Dios. los menospreciadores—“los traicioneros:” los caldeos, una vez aliados con los judíos, pero ahora sus violentos opresores. Véase “prevaricadores,” Isaías 21:2; Isaías 24:16. Lejos de hablar mal contra Dios, Habacuc va a Dios mismo a buscar el remedio para su perplejidad (Salmo 73:11). destruye … al más justo que él—el caldeo oprime al judío, que, con todas sus faltas, es mejor que su opresor (véase Ezequiel 16:51).

14. Y—vale decir: “Y así …” por dejar a los opresores sin castigar, “haces que los hombres sean como los peces … que no tienen señor;” o sea, que no tienen defensor. Todos pueden pescar en la mar con impunidad; asimismo los caldeos con impunidad afligen a tu pueblo como si éstos ya no tuviesen más al Dios de la teocracia, su Rey que los defendiese. Tú reduces los hombres a un estado tal de anarquía, con dejar de castigar el mal, como si no hubiera Dios. Compara el mundo con la mar; a los hombres con los peces: Nabucodonosor con un pescador (vv. 15-17).

15. Sacará a todos—todas clases de peces, o sea, de hombres como cautivos, y toda la presa que encuentre a su paso. con anzuelo … red—A algunos los prende con el gancho, uno por uno; a otros, en bancos, con la “red” o “el aljerífe.” por lo cual—a causa de sus éxitos—se holgará—se gloriarán en sus crímenes porque les acompaña el éxito (véase v. 11).

16. hará sacrificios a su red—eso es, a sus armas, poderío, y destreza militar, con los cuales ganaron sus victorias; en lugar de hacerlos a Dios. Véase el v. 11, la interpretación de Maurer. Hacen ídolos de sí mismos a causa de su propio poder y destreza (Deuteronomio 8:17; Isaías 10:13; Isaías 37:24) con ellos—con su red y con su aljerife. su porción—figurativamente de un banquete; la presa que ellos han logrado.

17. ¿Vaciará por eso su red—¿Le será permitido gozarse sin interrupción de los frutos de su violencia? por eso—visto que se atribuyen todos sus éxitos a sí mismos, y no a ti. La respuesta a la pregunta del profeta la da él mismo por inspiración en el capítulo dos.


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Habacuc 1

I. TÍTULO, 1:1
Como ya se mencionó, la Biblia no ofrece datos concretos tocantes a la persona y al ministerio del profeta Habacuc. Él solo dejó por escrito esta profecía que recibió del Señor. La palabra profecía (massa H4853) muy bien puede traducirse lit. como “carga”, porque casi siempre se refiere a un mensaje “pesado” que amonesta o anuncia juicio (ver por ej., Isa. 13:1; Nah. 1:1; Mal. 1:1), y el uso en este libro no es la excepción. Predice el juicio y la destrucción tanto de Judá como del imperio de Babilonia. Habacuc vio esta profecía, es decir, ella vino por revelación divina. Más adelante, Jehová le da una visión del futuro (2:2) y el profeta presenta un cuadro impresionante de Dios que ve en la oración que clausura su obra (3:7 ss.).

II. DIÁLOGO ENTRE HABACUC Y JEHOVÁ: EL PROBLEMA DE LA JUSTICIA DIVINA, 1:2–2:20

1. Lamento inicial de Habacuc, 1:2-4

La inquietud que anima al profeta a que inicie un diálogo con Jehová tiene que ver con la justicia divina: ¿Cómo es posible que un Dios justo permita que haya injusticia en su pueblo? Las palabras de Habacuc están en forma de lamento y expresan dos angustiosas preguntas: ¿Hasta cuándo? (comp. Sal. 13:1, 2) y ¿Por qué? (comp. Sal. 22:1). Estas preguntas dan la impresión de que ya había estado orando a Jehová por mucho tiempo y la falta de respuesta lo tiene perplejo y frustrado. En el pasado Dios sí había respondido al clamor de su pueblo (por ej., Éxo. 2:23–25; Jue. 3:9; Sal. 145:19), pero ahora aparentemente se mantiene mudo ante la súplica de los justos (comp. Job 19:7).

El profeta hace énfasis en la gravedad de la situación de varias maneras. Por un lado, en el v. 3, él elabora el concepto de la violencia mencionada en el v. 2, al presentar tres pares de abusos. Usa también una gran variedad de términos: iniquidad/aflicción, pleitos/contiendas, destrucción/violencia. Vocablos similares en otros pasajes dan a entender que Habacuc está describiendo el sistema de injusticia y opresión sancionado por las autoridades de la nación (Job 15:35; Jer. 6:6, 7, 15:10; Amós 3:10). Él describe poéticamente la situación perversa, utilizando la forma literaria llamada quiasmo, que es una estructura en forma de espejo (a b / b’ a’). Esta estructura tiene como uno de sus propósitos subrayar los elementos que se encuentran en el centro de esa estructura o, por lo menos, hacer que el lector ponga su atención en ello. La estructura hebrea de la frase es así: “¿Por qué me muestras (verbo) la iniquidad (objeto) y la aflicción (objeto) me haces ver (verbo)?”. Habacuc quiere que el lector se fije en las palabras “iniquidad” y “aflicción”. Lo que le es aun más inexplicable es que Dios hace que él vea toda esta injusticia.

Como resultado de la extensa iniquidad (1:4), ahora no rige un estado de derecho justo en Judá (2 Rey. 24:4; Jer. 22:13–17). Los fallos de las cortes salen manipulados y no siguen las exigencias de la Ley de Jehová. El justo no puede escaparse de los ataques y del maltrato de los impíos que controlan el sistema y se benefician de la injusticia. En el Pacto Mosaico Dios había advertido que el pecado traería consecuencias graves. Ahora, ante la inactividad de Jehová, su palabra podría perder su impacto y, los llamados proféticos al arrepentimiento, su credibilidad.

¿Quiénes son las víctimas de esta injusticia? Probablemente los seguidores de Jehová son los que se esfuerzan por mantener una vida recta y fiel a la voluntad divina. Es posible que el mismo Habacuc se encuentre entre los acosados, así como su contemporáneo Jeremías. También, el justo puede ser una referencia a individuos inocentes que pierden sus casos en el sistema legal corrupto.

Esta porción introductoria pinta un cuadro bastante negativo de la situación interna del país. Habacuc muestra su angustia e inconformidad a través de un enfático lamento. En estos versículos también aparecen por primera vez ciertos términos que tendrán importancia en el desarrollo de su obra: violencia (1:9; 2:8, 17), “observar” “mirar” y ver (1:5, 13), justicia (1:4, 7). Quedan planteadas las interrogantes del profeta: ¿Hasta cuándo? ¿Por qué? Ahora le corresponde a Jehová dar una respuesta a su siervo.

2. Respuesta inicial de Jehová, 1:5-11

En estos versículos Jehová responde a las inquietudes del profeta. Esta sección se divide en dos partes. Primera, Jehová anuncia que pronto enviará a los caldeos como su instrumento de juicio (1:5, 6), y luego pasa a describir el carácter de estos invasores (1:7–11).

(1) El anuncio del juicio, 1:5, 6. El mensaje divino que corresponde al lamento de Habacuc se dirige no solo al profeta, sino a la nación entera (nótese el cambio al plural en 1:5). Todo el pueblo debe darse cuenta de la obra de Dios. Las palabras que inician esta porción (observad, mirad) en heb. son las mismas del v. 3 (¿Por qué me muestras… y me haces ver?). Jehová había forzado a Habacuc a que viera la triste condición del pueblo; ahora exige que toda Judá se fije en lo que hará por el pecado nacional. Esto indica que Jehová sí estaba consciente de los problemas que el profeta señalaba en sus oraciones. Habacuc pensaba que Dios estaba indiferente. Sin embargo, él veía la situación con más seriedad de la que creía el profeta. Por lo tanto, decide tomar la drástica medida de entregar a Judá en manos de un invasor poderoso y cruel.

¿Por qué estarían los judíos asombrados y atónitos? ¿Por qué razón no iban a creer lo que haría Jehová? La idea de que Dios enviará naciones para juzgar a su pueblo era muy antigua: se menciona en las maldiciones de la legislación mosaica (Lev. 26:17, 18, 33, 36–39; Deut. 28:25, 26, 47–57) y los profetas en el siglo anterior también habían anunciado que un imperio (el asirio) sería la vara del juicio de Jehová (por ej., Isa. 5:26–30, 10:5, 6; Amós 6:14). Entonces, posiblemente para los judíos habría dos realidades sorprendentes. Por un lado, en el pasado, por castigo divino, cuando Judá había sido invadida, Dios la había salvado una y otra vez. El pueblo seguramente conocía las historias de los jueces y de sus grandes reyes guerreros. Hacía 100 años que, durante el reinado de Ezequías cuando los asirios sitiaron a Jerusalén, el ángel de Jehová había herido a gran parte del ejército enemigo para lograr una victoria inesperada (2 Rey. 18–19; Isa. 36–37). De acuerdo con tales acontecimientos y las tradiciones teológicas acerca de Sion y el Pacto Davídico (por ej., 2 Sam. 7; Sal. 2), muchos pensaban que la capital era inviolable. Concebir que la nación y en particular la santa ciudad de Jerusalén serían destruidas, habría sido considerado como blasfemia y una contradicción (ver la reacción al ministerio de Jeremías a nivel popular y oficial; por ej., Jer. 6–7, 28, 36–38).

Por otro lado, el surgimiento de Babilonia como el imperio sin rival en el Medio Oriente fue sumamente acelerado. Entre el año 614 y el año 605 a. de J.C. destruyó al imperio asirio y derrotó a los egipcios. Nadie hubiera imaginado que los caldeos (otro nombre para referirse a los babilonios, por ej., 2 Rey. 24:2, 25:4, 5; Jer. 32:4, 5) alcanzaran tanto en tan poco tiempo. Su llegada a las puertas de Jerusalén sería en vuestros días, o sea en días no muy lejanos.

(2) El carácter del invasor, 1:7-11. En esta porción Jehová describe y califica el carácter del ejército de Babilonia como temible y terrible. Lo compara con la ferocidad y rapidez de varios animales salvajes (comp. Deut. 28:49; Jer. 4:13). Es violento (1:9), orgulloso y burlador (1:10; comp. Isa. 10:8, 9, 13, 14).

Estos versículos también enseñan dos verdades centrales del libro. Primero, se recalca la ley del talión: el juicio corresponde al pecado. El pueblo judío (o por lo menos sus líderes) pervierten la justicia de Jehová (1:4); por lo tanto, tendrán que vivir según la justicia caldea (1:7). La nación está llena de violencia (1:2, 3); ahora sufrirá la violencia del opresor (1:9). Los injustos cercan a los piadosos (1:4); en un futuro cercano multitudes irán amarradas como cautivos (1:9; comp. Lev. 26:33, 34; Deut. 28:36, 37, 63–68). Segundo, esta obra profética intenta presentar a Jehová como el único, incomparable y Dios soberano. Los demás dioses son vanas creaciones humanas. El versículo 11 hace alusión a la idolatría babilónica. El imperio atribuye su éxito a sus dioses (comp. 1:16), algo que más adelante es juzgado por Jehová (2:18, 19; comp. Isa. 40:18–20, 44:9–20, 46:1–7).

Dentro de esta porción se encuentran tres pasajes difíciles de traducir. El primero (1:8) hace referencia a los jinetes de la caballería babilónica. En el Texto Masorético (TM) el término sus jinetes se repite y las dos palabras aparecen juntas. En contraste, el versículo en los Rollos del Mar Muerto (Rollos MM) tiene la forma verbal “se dispersarán” en vez del primer “sus jinetes”. La RVA (ver nota correspondiente) está de acuerdo con esta versión. La repetición de vocablos o de palabras derivadas de la misma raíz es muy común en Habacuc; por lo tanto, se puede mantener el texto de TM (comp. RVR-1960).

El segundo, la frase todos sus rostros en el v. 9, ha causado problemas. RVR-1960, por ejemplo, traduce “el terror”. De acuerdo con la RVA, es mejor presuponer que el término viene de la raíz gamam (“ser abundante”, de allí, “todos”) y no de otras raíces, de las cuales las diferentes versiones basan sus traducciones. La frase todos sus rostros sería paralela a la anterior todo este pueblo. Así que el v. 9 describe el avance incontenible del invasor.

Por último, 1:11 ha sido muy discutido. Existen dos problemas principales. Primero es necesario tomar una decisión acerca de la palabra heb. ruaj H7307 ó H7306. Este término se puede traducir como “espíritu” o como “viento”. La RVA toma la primera opción y la califica como el sujeto (su espíritu pasará). No obstante, se puede traducir como “viento” y asignarle la función de adverbio. La frase entonces se traduciría “pasará como el viento” (RVR-1960 y Dios Habla Hoy tienen: “como el huracán”). Tal vez sea mejor esta segunda opción. En este caso, el versículo sería la continuación de la descripción iniciada en 1:7 acerca de la invasión.

Segundo, algunos comentaristas y versiones cambian la forma verbal de la segunda oración del versículo de acuerdo con los Rollos MM. La forma propuesta es traducida por la RVA (ver su nota) devolverá; mientras que Dios Habla Hoy y RVR-1960 optan por la otra forma verbal. Gran parte de esta culpabilidad ante Dios es el orgullo egoísta del imperio que se asocia con sus dioses. No reconocen que su éxito viene por la voluntad de Jehová que utiliza al imperio según sus planes soberanos.

En resumen, 1:7–11 presenta cómo ha de ser el juicio de Dios. Será una invasión llevada a cabo por el imperio caldeo. Este instrumento de Dios hará una campaña militar relámpago y devastadora. Habacuc quería que Jehová juzgara la injusticia del pueblo. Dios responde que pronto lo castigará a través de un pueblo cruel e idólatra. Esta revelación hace que surjan nuevas inquietudes en la mente del profeta y lo lleva a continuar el diálogo con Jehová.

Cuando las cosas no salen bien

En su libro ¿Quién va allá? (Who goes there? ), Walter Hamilton dice: “Es un tonto el que dice que tiene la respuesta al problema del sufrimiento humano”. Usted puede estar de acuerdo o no con él, sin embargo, casi diariamente estamos enfrentados con problemas sin respuesta. Aunque no tenemos respuesta, nosotros nos preguntamos, ¿por qué?, ¿por qué pasa así conmigo?

Hay varios acontecimientos misteriosos y sufrimientos de la vida que no se pueden entender ni explicar. Aunque no hay explicación, tales hechos nos llevan a averiguar y preguntar. Alguien ha dicho que la esperanza de descubrir algo nuevo da vigor a la vida. Un filósofo dijo: “Si pudiera recoger toda verdad y todo conocimiento y contenerlos en mi mano como a un pájaro cautivo, los soltaría para poder experimentar el gozo de descubrirlos de nuevo”.

Habacuc, el profeta del AT, se enfrentó con grandes problemas en su tiempo. La destrucción y la violencia lo rodeaba. La ley fue débil y no hubo justicia. Hombres malos conquistaban a los buenos. Habacuc tuvo dos preguntas: ¿Hasta cuándo, oh Jehová, clamaré, y no oirás? ¿Hasta cuándo daré voces a ti diciendo: “¡Violencia!“, sin que tú libres? (Hab. 1:2). Y ¿Por qué, pues, contemplas a los traidores y callas cuando el impío destruye al más justo que él? (Hab. 1:13b).

¿Cómo afrontamos nuestros problemas indecifrables? Habacuc decidió así: “En mi guardia estaré de pie y sobre la fortaleza estaré firme. Vigilaré para ver qué dirá y qué tiene que responder a mi queja”. El resultado fue que él ganó una nueva perspectiva. Él pudo ver el panorama, tuvo preguntas, tuvo problemas grandes; no le dio la espalda a Dios, sino que buscó a Dios con más fervor. Dios le mostró a él que iba a hacer una obra, y tal vez por el momento no entenderá, pero el “justo vivirá por la fe”. No hay nada malo en hacer preguntas, solamente recuerda que en medio de las preguntas debes buscar a Dios.

Si tienes preguntas sin respuestas recuerda que fue Jesús quien preguntó: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Mar. 15:34.)

No sé la respuesta a todas las preguntas que hace la humanidad. Solamente sé que Dios dice: “Pero los que esperan en Jehová renovarán sus fuerzas” (Isa. 40:31a).

3. Segundo lamento de Habacuc, 1:12–2:1

En su segunda intervención, el profeta declara que en principio acepta que Jehová levantará a los caldeos para castigar a Judá (1:12). Sin embargo, el hecho de que Dios usara a un imperio pagano que era más violento que su pueblo no le parece una solución comprensible al problema de la injusticia nacional. ¿Es que Jehová juzgará esa injusticia por gente más injusta (1:13–17)? Esta sección termina con la disponibilidad del profeta a escuchar la respuesta divina y con duda en relación a cómo responderá Jehová al reproche (2:1).

Se puede estructurar este pasaje de la siguiente manera: (1) la fe del profeta en el carácter de Jehová (1:12), (2) la inquietud del profeta acerca del juicio de Jehová (1:13–17), y (3) la confianza del profeta en la respuesta de Jehová (2:1). Como se puede observar, (1) y (3) son expresiones de la fe de Habacuc y marcan los límites de esta sección.

(1) La fe del profeta en el carácter de Jehová, 1:12. Habacuc expresa de varias formas su fe en Jehová. Por un lado, se dirige a Dios por medio de títulos de importancia teológica: él es Jehová, el Dios del Pacto Abrahámico y del éxodo (Éxo. 3:4–15, 6:1–8); es el Santo, quien juzga y demanda la justicia (Lev. 11:44, 45; Jos. 24:19; Eze. 39:7); es la Roca, el refugio de su pueblo y de los fieles (Deut. 32:18, 37; 1 Sam. 2:2; Sal. 28:1, 94:22; Isa. 26:4, 44:8). Además, el profeta reconoce que estos títulos, que representan diferentes elementos de la persona de Dios, reflejan su carácter eterno (¿no eres tú desde el principio?). A través de toda la historia de Israel, Jehová ha manifestado estos atributos a favor de su pueblo (Sal. 44:1; 75:5, 11).

En base a estas verdades, Habacuc exclama: ¡No moriremos! Al decir esto, él no está hablando ni de la vida eterna ni de que no habría muertos cuando Babilonia invadiera. Más bien, Habacuc declara que tiene la plena seguridad de que la nación no desaparecerá a pesar de las grandes pérdidas. El Dios de Israel no abandonaría por completo a su pueblo. En sus oraciones había clamado por justicia (1:2–4); ahora entiende que Jehová había levantado a ese imperio “para juicio” y “para castigar”.

Joya bíblica

En mi guardia estaré de pie y sobre la fortaleza estaré firme. Vigilaré para ver qué dirá y qué tiene que responder a mi queja (2:1).

(2) La inquietud del profeta acerca del juicio de Jehová, 1:13-17. Son precisamente todos los atributos divinos mencionados los que crean una contradicción teológica en la mente de Habacuc. Utilizar a los caldeos, cuya falta de ética e idolatría los calificaría como más pecaminosos que los judíos, no tenía sentido para el profeta.

En el v. 13 reaparecen los verbos acerca de “ver”. En 1:2–4 el profeta se quejaba de que Jehová lo forzaba a ver la perversión nacional; en 1:5 Jehová exige que la nación vea su obra de juicio. Ahora Habacuc no comprende cómo es que el Santo puede ver el mal que sería la horrible invasión. No entiende cómo la Roca, el refugio fiel, puede mirar la destrucción de Judá. En 1:2–4 los justos son los piadosos en la nación; en este versículo el justo se refiere a toda Judá, mientras que el impío es Babilonia.

Una vez más, las circunstancias le dan al profeta una imagen inicial bastante negativa acerca de la persona de Jehová. Si al principio Habacuc pensaba que Jehová era indiferente (1:2), aquí tiene la impresión de que él es frío y sin misericordia. Aparentemente, a los ojos de Dios el ser humano no tiene más valor que los animales (1:14).

Comparando a los caldeos con un gran pescador, Habacuc dice que Jehová permite que el imperio tome cualquier pueblo que desee (1:15–17). No concibe cómo Dios deja que Babilonia ofrezca loor a sus armas de conquista por sus victorias (y así seguramente a sus dioses de guerra 1:16). La figura de la red es muy apropiada para el antiguo Medio Oriente; era un símbolo de poder militar y aparece en el arte babilónico donde los dioses recogían a sus enemigos en redes.

¿Era realmente la invasión extranjera una adecuada solución para castigar el pecado de Judá? ¿Sería posible reconciliarla con el carácter de Dios? Habacuc ha levantado por segunda vez un lamento con profundas inquietudes teológicas. Busca resolver la tensión entre la necesidad de un juicio y la manera de realizarlo.




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Comentario Bíblico Mundo Hispano

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