x

Biblia Todo Logo
idiomas
Bibliatodo Comentarios





«

Gálatas 1 - Comentario Crítico y Explicativo Conciso vs Mundo Hispano

×

Gálatas 1

INSCRIPCION. SALUDOS. EL MOTIVO DE SU CARTA ES EL PRONTO ABANDONO DE ELLOS DEL EVANGELIO QUE EL LES ENSEÑO. LA DEFENSA DE SU ENSEÑANZA: SU LLAMAMIENTO APOSTOLICO ES INDEPENDIENTE DE LOS HOMBRES. Los maestros judaizantes habían persuadido a los gálatas de que Pablo les había enseñado la nueva religión imperfectamente y de segunda mano; que el fundador de su iglesia sólo poseía una comisión en representación de otros, pues el sello de la verdad y autoridad lo tenían los apóstoles que estaban en Jerusalén. Además, que a pesar de lo que pudiera profesar entre ellos, Pablo mismo en otras ocasiones y en otros lugares había apoyado la doctrina de la circuncisión. Para refutar esto, él apela a la historia de su conversión, y a su entrevista con los apóstoles cuando se encontró con ellos en Jerusalén y declara que lejos de ser derivada de ellos la doctrina que él enseña, o que ellos ejercieran sobre él alguna superioridad, ellos simplemente aprobaron lo que él había predicado ya entre los gentiles; predicación que no fué comunicada a él por ellos, sino a ellos por él. [Paley]. Semejante epístola apologética no podría ser una falsificación posterior, pues las objeciones aparecen sólo incidentalmente, no siendo introducidas forzadamente como lo hubiera hecho un falsificador; y también son objeciones que sólo podrían suscitarse en los primeros tiempos del cristianismo, cuando Jerusalén y el judaísmo todavía ocupaban un lugar prominente.

1. Pablo, apóstol—En sus epístolas más tempranas, las dos a los Tesalonicenses, por humildad, él no hace uso de título de autoridad; mas asocia consigo a “Silvano y a Timoteo”; pero aquí, aunque algunos “hermanos” están con él (v. 2), no los nombra, mas da prominencia a su propio nombre y apostolado; evidentemente porque ahora necesita ser vindicada su comisión apostólica contra los que la negaban. no de los hombresgriego, “de parte de”. Pablo expresa el origen de su misión, “no de parte de hombres”, sino de parte de Cristo y del Padre. “Por” expresa el agente inmediato activo en el llamamiento. No sólo fué el llamamiento de parte de Dios como origen esencial, sino que fué hecho por Cristo y el Padre como agente inmediato al llamarle (Hechos 22:15 y 26:16-18). La imposición de las manos efectuada por Ananías (Hechos 9:17) no es una objeción a esto; porque dicho acto no fué sino una señal del hecho, no una causa auxiliar. De modo que, cuando el Espíritu Santo le llama para esta misión especial (Hechos 13:2), él ya era apóstol ni por hombre—En número singular; para señalar el contraste con “Jesucristo”. La oposición entre los términos “Cristo” y “hombre”, y la colocación del nombre de Cristo en conexión más íntima con Dios el Padre, dan a entender su divinidad. mas por Jesucristo y por Dios el Padre, que lo resucitó de los muertos—Dando a entender que, aunque él no había visto a Cristo en su humillación como los demás apóstoles (lo cual era una objeción que tenían contra él), le había visto, y había sido constituído apóstol por él en su poder después de su resurrección (Mateo 28:18; Romanos 1:4). Compárese con la ascensión, consecuencia de la resurrección, y el motivo por el cual constituyó “apóstoles”, Efesios 4:11. Cristo resucitó también para nuestra justificación (Romanos 4:25); así Pablo prepara el camino para el tema prominente de la epístola: la justificación en Cristo, no por la ley.

2. todos los hermanos—No soy solo en mi doctrina; todos mis colegas en la obra del evangelio, que viajan conmigo (Hechos 19:29, Gayo y Aristarco en Efeso; Hechos 20:4, Sopater, Segundo, Timoteo, Tiquico, Trófimo; algunos, o todos éstos), se unen a mí. No que todos éstos fuesen autores asociados de la epístola; sino que se unían a Pablo en sus sentimientos y salutaciones. La frase “todos los hermanos” es la misma que se usa en la fecha cuando tuvo muchos compañeros de viaje, teniendo él y ellos que llevar juntamente el dinero recolectado para los creyentes pobres en Jerusalén. [Conybeare y Howson]. a las iglesias de Galacia—Pesino y Ancira eran las ciudades principales; pero sin duda había muchas otras iglesias en Galacia (Hechos 18:23; 1 Corintios 16:1). No da ningún título honroso a las iglesias de Galacia, como a las de otros lugares, porque se sentía disgustado a causa de la judaización de ellas. Véase 1 Corintios; 1 Tesalonicenses, etc. La Primera Epístola de Pedro fué dirigida a los cristianos judíos residentes en Galacia (1 Pedro 1:1), así como a los que residían en otros lugares mencionados en dicha carta. Es interesante, pues, hallar al apóstol de la circuncisión, así como también al apóstol de la incircuncisión, quienes una vez tuvieron un conflicto entre sí (cap. 2:7-15), cooperando ahora en edificar las mismas iglesias.

3. paz de Dios—Más bien, de parte de Dios; omítese el segundo “de”, pues el griego une a Dios el Padre y a nuestro Señor Jesucristo de la manera más estrecha, no habiendo sino una preposición para los dos.

4. El cual se dió a sí mismo—(cap. 2:20)—en su muerte, como ofrenda. Frase que se halla sólo en ésta y en las Epístolas Pastorales. El griego es diferente en Efesios 5:25 (Nota). por nuestros pecados—Los que nos esclavizaban al presente mundo malo. para librarnos de esteGriego, “de entre este”, etc. Se dice que el Padre y el Hijo “nos libran”, etc. (Colosenses 1:13); por el Hijo, no el Padre, “se entregó por nosotros” para librarnos y hacernos ciudadanos de un mundo mejor (Filipenses 3:20). El apóstol da a entender que los gálatas, al desear volver a la esclavitud legalista, están renunciando a la liberación que Cristo obró en nuestro favor. Esto lo repite él más completamente en el cap. 3:13. “Librar” es la misma palabra usada por nuestro Señor cuando se refiere al libramiento que él hacía de Pablo mismo (Hechos 26:17); y es una coincidencia indeliberada el hecho de que Pablo y Lucas usaran la misma palabra. siglo malo—Traducido “mundo” en algunas versiones. Lit., “siglo” o “edad”. Es decir, el sistema o curso del mundo, considerado desde el punto de vista religioso. El siglo presente se opone a la “gloria” (v. 5) de Dios, y está bajo la autoridad del Malo. Pablo hace un contraste entre las expresiones “por siglos de siglos” (griego, v. 5) y “este siglo malo.” conforme a la voluntad de Dios y Padre nuestroGriego, “De Aquel quien es a la vez Dios (el Creador soberano) y Padre nuestro” (Juan 6:38; Juan 10:18, hasta el final). Sin que tengamos nosotros mérito alguno. La soberanía de él como “Dios”, y nuestra relación filial con él como “el Padre nuestro”, deberían guardarnos de mezclar nuestras ideas propias (como estaban haciendo los gálatas) con la voluntad y los planes de Dios. Esto prepara el camino para su argumento.

5. Al cual sea la gloria—La gloria que es peculiar y exclusivamente suya. Comp. Efesios 3:21, nota,

6. Sin sus expresiones usuales de gratitud por la fe de ellos, etc., él se lanza impetuosamente a su tema, celoso por “la gloria” de Dios (v. 5), la cual estaba siendo rebajada por la caída de los gálatas del evangelio puro de la “gracia” de Dios. Estoy maravillado—Dando a entender que él había esperado de ellos cosas mejores; y que de allí surge su sorpresa dolorosa de que ellos resultaran tan diferentes de lo que él esperaba. de que tan pronto—Después de mi última visita; cuando creía que estabais sin contaminación por parte de los maestros judaizantes. Si esta epístola fué escrita desde Corinto, el intervalo sería un poco más de tres años; período que sería demasiado breve para que ellos “se traspasasen”, si aparentemente en la ocasión de su visita, habían estado libres de contaminación. El cap. 4:18, 20 da a entender que entonces no había notado síntoma de contaminación, tal como ahora sabe que hay entre ellos. Véase Introducción. Si fué escrita desde Efeso, el intervalo no sería más de un año. Birks sostiene que la epístola había sido escrita desde Corinto después de su primera visita a Galacia; porque esto concuerda mejor con el “tan pronto” aquí; y con el cap. 4:18: “Bueno es ser celosos en bien siempre, y no solamente cuando estoy presente con vosotros”. Si ellos hubieran perseverado en la fe durante los tres años que duró la primera ausencia de él, y se hubieran traspasado sólo después de su segunda visita, no podrían haber sido acusados justamente de adherirse a la verdad sólo cuando él estaba presente; porque su primera ausencia fué más larga que sus dos visitas, y ellos habrían obedecido más tiempo en su “ausencia” que en su “presencia”. Pero si su decaimiento había empezado inmediatamente después de que él los dejó, y antes de su regreso a ellos, será justa la reprensión. Pero véase nota, cap. 4:13. os hayáis traspasadoTradúzcase, “os estáis traspasando”, es decir, os estáis permitiendo ser removidos tan pronto (ya sea desde el tiempo de mi última visita, o desde el tiempo de la primera tentación presentada a vosotros) [Pareo] por los seductores judíos. De este modo él suaviza la censura dando a entender que los gálatas fueron tentados por seductores que provenían de afuera, sobre quienes caía la culpa principal; y el tiempo presente del verbo, “estáis siendo removidos”, da a entender que su seducción estaba en proceso de ser efectuada, no que estuviera efectuada del todo. Wahl, Alford, etc., entienden el griego como en la voz media, reflexiva, “Os estáis traspasando”. Pero al traducirse así, se pierde la fuerza de la referencia indirecta de Pablo a los corruptores de ellos; y en Hebreos 7:12 la misma palabra griega se usa pasivamente, lo que justifica que se traduzca así en este lugar. Acerca del carácter impulsivo y voluble de los galos, de quienes descendieron los gálatas (otra forma de celtas, los progenitores de los ersos, galos, címricos y belgas), véase Introtroducción y César Bella Galla, 3:19. del que os llamó—Dios el Padre (v. 15; cap. 5:8; Romanos 8:30; 1 Corintios 1:9; 1 Tesalonicenses 2:12; 1 Tesalonicenses 5:24). a la gracia de Cristo—Más bien, como el griego, “en la gracia de Cristo”, como el elemento en que y el instrumento por el cual Dios nos llama a la salvación. Véase Nota, 1 Corintios 7:15; Romanos 5:15, “el don por (griego, “en”) la gracia de (el) un hombre.” “La gracia de Cristo” es la justificación, reconciliación y vida eterna, en Cristo, compradas y otorgadas gratuitamente. a otro evangelio—Más bien, como el griego, “a un segundo y diferente evangelio”, es decir, a un evangelio así llamado, diferente completamente del único evangelio verdadero.

7. No que hay otro—Palabra griega distinta de la del v. 6. Aunque se llamaba evangelio (v. 6), en realidad no lo era. En verdad no hay sino un evangelio, y ningún otro evangelio. sino que … os inquietanTradúzcase, “solamente que hay algunos que os inquietan”, etc. (cap. 5:10, 12). Con el término “otro evangelio”, quise significar la perversión por parte de algunos, del único evangelio de Cristo. quieren pervertir el evangelio—Realmente no podían pervertir el evangelio, aunque podían pervertir a los que profesaban el evangelio (comp. cap. 4:9, 17, 21; 6:12, 13; Colosenses 2:18). Aunque ellos reconocían a Cristo, insistían en la circuncisión y en las ordenanzas judaicas, y profesaban apoyarse en la autoridad de otros apóstoles, es decir, de Pedro y Jacobo. Pero Pablo no reconoce ningún evangelio sino el evangelio puro.

8. Mas aun si nosotros—Por importantes que parezcan los “que os inquietan”. Es decir, yo y los hermanos conmigo, por importantes y numerosos que seamos (vv. 1, 2). El griego da a entender un caso supuesto que nunca ha ocurrido. o un ángel—En cuyo carácter me recibisteis al principio (comp. cap. 4:14; 1 Corintios 13:1), y cuya autoridad es la más alta posible después de la de Dios y la de Cristo. Una revelación nueva, aunque fuese aparentemente acreditada por milagros, no ha de recibirse si contradice la revelación ya existente. Porque Dios no puede contradecirse a sí mismo (Deuteronomio 13:1; 1 Reyes 13:18; Mateo 24:24; 2 Tesalonicenses 2:9). Los maestros judaizantes se amparaban bajo los nombres de los grandes apóstoles, Jacobo, Juan y Pedro; “no me traigas estos nombres, porque aunque un ángel del cielo”, etc. No que él quiera decir que los apóstoles en realidad apoyaran a los judaizantes; sino que desea mostrarles que cuando la verdad es puesta en duda por personas notables, no es justificable el que se acepte su opinión por el respeto debido a ellas. [Crisóstomo]. os anunciare otro evangelio del que os hemos anunciado—El griego no significa “algún evangelio diferente del que nosotros hemos predicado” sino más bien “algún evangelio al lado de aquel que predicamos” Esta idea se opone claramente a las tradiciones de la iglesia de Roma, las cuales están a la vez al lado de y contrarias (la palabra griega incluye ambas ideas) a la Palabra escrita, nuestra única regla aprobada.

9. Como antes hemos dicho—Cuando estábamos visitándoos (el término “antes” aquí significa la misma que en 2 Corintios 13:2). Comp. cap. 5:2, 3, 21. Tradúzcase: “Si alguno os predica algún evangelio al lado de aquel que” etc. En el griego se usa el modo indicativo, y no el subjuntivo o condicional. El hecho es asumido, no meramente supuesto como una eventualidad, como en el v. 8, que dice “Si … os anunciare”. Esto da a entender que ya había observado Pablo (durante su última visita) las maquinaciones de los maestros judaizantes; pero su sorpresa (v. 6) de que ahora los gálatas fuesen extraviados por ellos, da a entender que antes, aparentemente, no habían sido extraviados así. Así como en el v. 8 él había dicho, “que os hemos anunciado”, así aquí, con aumento de fuerza dice: “que habéis recibido”; reconociendo que ellos verdaderamente lo habían aceptado. sea anatema—Un resultado contrario aparece en el cap. 6:16.

10. Porque—Explica el fuerte lenguaje que acababa de usar ¿persuado yo ahora a hombres—Reanuda el “ahora” del v. 9. “¿Estoy ahora persuadiendo a hombres?” [Alford], es decir, ¿los estoy conciliando? ¿Es lo que acabo de decir, prueba de que trato de agradar a los hombres, de lo cual soy acusado? Sus adversarios le acusaban de ser un interesado adulador de los hombres, “haciéndose todas las cosas a todos”, para formar un partido para sí, observando en esta forma la ley entre los judíos (por ejemplo, circuncidando a Timoteo), y persuadiendo a los gentiles a renunciar la circuncisión (cap. 5:11) (para adular a éstos, teniéndolos realmente en un estado subordinado, al no permitir que fuesen admitidos a los plenos privilegios de que gozaban los circuncidados solos). Neander explica el término “ahora,” así: Antes, como fariseo, yo era movido sólo por respeto a la autoridad humana [y para agradar a los hombres, Lucas 16:15; Juan 5:44], pero ahora enseño responsable a Dios solo. (1 Corintios 4:3). o a Dios?—Sólo Dios debe ser digno de nuestro respeto, si todavía agradara a los hombres—“Si todavía estoy agradando a los hombres”, etc. (Lucas 6:26; Juan 15:19; 1 Tesalonicenses 2:4; Santiago 4:4; 1 Juan 4:5, Joel 4:5). Sobre el término “todavía”, comp. el cap. 5:11. no sería siervo de Cristo—ni le agradaría a él en todas las cosas (Tito 2:9; Colosenses 3:22).

11. os hago saber—“el evangelio predicado por mí, no es según hombres”, es decir, no de, por, o de parte de hombres (vv. 1, 12). No está de acuerdo con el ser humano; no está modificado por meras consideraciones humanas, como lo sería si fuese de origen humano. hermanos—Todavía se dirige a ellos como a hermanos.

12. Tradúzcase: “Pues ni aun yo mismo (más que los otros apóstoles) lo recibí de parte de hombres, ni fuí enseñado en el evangelio (por hombres)”. La expresión “lo recibí”, implica la ausencia de esfuerzo para adquirirlo. “Fuí enseñado” da a entender el esfuerzo que se hace al aprender. yo lo recibí … por revelación de Jesucristo—Por habérmelo revelado Cristo. Probablemente esto sucedió durante los tres años, parte de los cuales él residió en Arabia (vv. 17, 18) cerca del lugar donde Dios hizo entrega de la ley; lugar apropiado para la revelación del evangelio de la gracia, el cual reemplaza la ley ceremonial (cap. 4:25). El, como otros fariseos que aceptaron el cristianismo, al principio no reconocía su independencia de la ley mosaica, mas combinaba las dos cosas. Ananías, su primer instructor, fué estimado universalmente por su piedad legalista, y por lo tanto no era probable que le enseñara a separar el cristianismo de la ley. Esta separación fué parcialmente reconocida después del martirio de Esteban. Pero Pablo la reconoció por revelación especial (1 Corintios 11:23; 1 Corintios 15:3; 1 Tesalonicenses 4:15). En Hechos 22:18 se menciona una visión que tuvo Pablo del Señor Jesús en ocasión de su primera visita a Jerusalén (v. 18); pero ésta parece haber sido posterior a la revelación aquí referida (comp. vv. 15-18), y haber sido limitada a un mandamiento en particular. La visión a que Pablo se refiere cuando dice que ocurrió “hace catorce años” (2 Corintios 12:1), etc. aconteció en el año 43, todavía en una fecha posterior, es decir, seis años después de su conversión. Así pues, Pablo es un testigo independiente de la autenticidad del evangelio. Aunque no había recibido enseñanza de los apóstoles sino del Espíritu Santo, sin embargo, cuando se encontró con ellos, el evangelio de él concordaba exactamente con el de ellos.

13. habéis oído—Aun antes de que llegara yo a vosotros. acerca de mi conducta—“la manera en que yo vivía anteriormente”. en el judaísmo—La religión de los judíos. La palabra “hebreo” indica el idioma; “judío”, la nacionalidad, como distinta de la de los gentiles “Israelita”, el título más elevado, que indica los privilegios religiosos como miembro de la teocracia. perseguía … la iglesia—Aquí en número singular, señalando su unidad, aunque estaba constituída de muchas iglesias particulares, bajo la única Cabeza, Cristo. (Creemos que se usa la expresión “la iglesia de Dios”, en número singular, porque en la época de la persecución mencionada por Pablo, la iglesia de Jerusalén era de veras una unidad. Después de la dispersión causada por la persecución, se organizaron muchas iglesias cristianas independientes. La única unidad que existía era la espiritual. Nota del Trad.) de Dios—Esto se añade para hacer énfasis en el enorme pecado en que se hallaban por su alejamiento de Dios (1 Corintios 15:19). la destruía—Lo cual era contrario a “edificarla”.

14. aprovechaba en el Judaísmogriego, “adelantaba en mis conocimientos; “hacía progreso”. sobre muchos—más que otros. de mis igualesgriego, “de mi misma edad entre mis paisanos”. tradiciones de mis padres—Es decir, las tradiciones de los fariseos, siendo Pablo “fariseo, e hijo de fariseo” (Hechos 23:6; Hechos 26:5). La expresión “mis padres” indica que no se hace referencia en un sentido general a las tradiciones de la nación.

15. cuando plugo a Dios, que me apartó—“Me colocó aparte”, en los propósitos de su amor soberano (comp. Hechos 9:15; Hechos 22:14), para manifestar en mí su “buena voluntad”, siendo ésta la única conclusión a que uno puede llegar al pensar en lo que originó su salvación. Su “apartamiento” por Dios para la obra que le sería señalada. se menciona en Hechos 13:2; Romanos 1:1. Por vía de contraste, diremos que tal vez se hace una alusión al término “fariseo” que se deriva de la palabra hebrea, farash, “separado”. Antes me llamaba fariseo, o separatista, pero Dios me ha separado para algo mucho mejor. desde el vientre de mi madre—Así que, no había méritos de su parte al señalar las causas para su llamamiento (Romanos 9:11). Es la gracia la única causa (Salmo 22:9; Salmo 71:6; Isaías 49:1, Isaías 49:5; Jeremias 1:5; Lucas 1:15). y me llamó—en el camino a Damasco (Hechos 9).

16. Plugo pues a Dios. revelar a su Hijo en mí—Dentro de mí, en mi alma íntima, por el Espíritu Santo (cap. 2:20). Comp. 2 Corintios 4:6 : “Resplandeció en nuestros corazones”. El que yo revelase a su Hijo a los gentiles no hubiera sido posible si primero Dios no hubiera revelado a su Hijo en mí al principio, en mi conversión; pero especialmente en la revelación subsiguiente de parte de Jesucristo (v. 12), por la cual aprendí que el evangelio era independiente de la ley mosaica. para que le predicase—El griego aparece con el tiempo presente: “para que le predique”, dando a entender que la función aun continuaba entonces. Esta fué la misión principal a él encomendada (cap. 2:7, 9). luego—Expresión relacionada principalmente con “fuí a Arabia” (v. 17), y que indica la aptitud inmediata del apóstol para su misión. Así se entiende también Hechos 9:20 : “Luego en las sinagogas predicaba a Cristo”. no conferíGriego: “No consulté (además de la revelación) con carne y sangre”. La revelación divina me fué suficiente. [Bengel.] con carne y sangre—(Mateo 16:17).

17. Ni fuí a Jerusalem—la sede de los apóstoles. sino que me fuí a la Arabia—Este viaje (no mencionado en Los Hechos) aconteció durante el período de su permanencia en Damasco, llamado por Lucas (Hechos 9:23), “muchos (griego, número considerable de) días”. Es curiosamente confirmatorio de la autenticidad de la expresión “muchos días” para indicar “tres años”, el hecho de que dicha frase ocurre exactamente en el mismo sentido en 1 Reyes 2:38. Arabia era un país de gentiles; sin duda él predicó aquí como lo había hecho antes y después (Hechos 9:20, Hechos 9:22) en Damasco; y así él manifiesta la independencia de su comisión apostólica. Aquí también él tuvo aquel retiro tranquilo que tanto le hacía falta, después del primer fervor de su conversión, para prepararse para la gran obra que tenía por delante. Nótese el caso de Moisés (Hechos 7:29). Su familiaridad con el escenario de la entrega de la ley, y las meditaciones y revelaciones que tuvo allí, aparecen en el cap. 4:24, 25; Hebreos 12:18. Véase nota, v. 12. El Señor desde el cielo conversó con él, así como en la tierra, en los días de su encarnación, conversó con los otros apóstoles. volví de nuevo—a Damasco, de donde había salido.

18. pasados tres años—contando desde su conversión, como parece por el contraste con “luego” (v. 16). fuí a Jerusalem a ver a Pedro—Esta es la misma visita a Jerusalén que se menciona en Hechos 9:26, y en esta misma visita tuvo la visión relatada en Hechos 22:17. El incidente que le hizo salir de Damasco (Hechos 9:25; 2 Corintios 11:33) no fué la causa principal de su ida a Jerusalén. De modo que no hay discrepancia en la afirmación que aquí se hace de que fué “a ver a Pedro”; o más bien, según el griego, “fué para conocer a Pedro”. Los dos manuscritos más antiguos leen “Cefas”, nombre hebreo dado a Pedro en esta epístola, así como Pedro es el nombre griego (Juan 1:42). Nombre muy apropiado aquí en su carácter como apóstol especial a los hebreos. Es notable que Pedro mismo, en sus epístolas, hace uso del nombre griego Pedro, tal vez para hacer resaltar su antagonismo hacia los judaizantes, quienes retendrían la forma hebraica. El era prominente entre los apóstoles, aunque Jacobo, como obispo de Jerusalén, ejercía la autoridad principal allí (Mateo 16:18). estuve con él quince días—Sólo quince días; en contraste con el largo período de tres años, durante el cual, anteriormente, había ejercido una comisión independiente en su predicación; hecho que prueba a las claras, cuán poco debía él a Pedro en cuanto a su autoridad o instrucción apostólicas. La palabra griega por “ver” da al mismo tiempo la idea de “visitar a una persona importante para conocerla”, tal como lo era Pedro. Las “intrigas de los judíos impidieron que quedara allí por más tiempo (Hechos 9:29). Así mismo, la visión le ordenó que se fuera de Jerusalén a los gentiles,, porque el pueblo allí no recibiría su testimonio (Hechos 22:17).

19. Véase Hechos 9:27, donde Lucas, como historiador, relata en forma más general lo que Pablo, como protagonista de la historia, detalla más particularmente. El historiador menciona “apóstoles”; y la mención que hace Pablo de un segundo apóstol además de Pedro, reconcilia la epístola con la historia. En ocasión del martirio de Esteban y la persecución subsiguiente, los otros diez apóstoles, de acuerdo con el mandato de Cristo, parece que pronto (aunque no inmediatamente. Hechos 8:14) salieron de Jerusalén para predicar en otros lugares. Jacobo se quedó a cargo de la iglesia madre, como su obispo. Pedro, el apóstol de la circuncisión, estuvo presente durante los quince días de la permanencia de Pablo; pero él también más tarde salió (Hechos 9:32) en una gira por Judea. Jacobo el hermano del Señor—Esta designación, para distinguirlo de Jacobo hijo de Zebedeo, era apropiada, mientras aquel apóstol vivía. Pero antes de la segunda visita de Pablo a Jerusalén (cap. 2:1; Hechos 15), el hijo de Zebedeo había sido decapitado por Herodes (Hechos 12:2). Por consiguiente, en otra mención de Jacobo en esta epístola (cap. 2:9, 12), no es designado por este epíteto distintivo: una coincidencia pequeña e indeliberada que prueba la autenticidad del relato. Jacobo fué hermano del Señor, no en un sentido estricto como nosotros lo entendemos, sino en el sentido de “primo” o “pariente” (Mateo 28:10; Juan 20:17). Sus hermanos nunca se llaman “hijos de José”, como si fuesen hermanos propios de Jesús. Sin embargo, véase Salmo 69:8 : “He sido extraño a los hijos de mi madre”. En Juan 7:3, Juan 7:5, la frase “sus hermanos” que “no creían en él”, puede ser que se refiera a sus parientes cercanos, sin incluir sus dos hermanos, o parientes (Jacobo y Judas), que estaban entre los doce apóstoles. En Hechos 1:14 “sus hermanos”, se hace referencia a Simón, a José y a otros (Mateo 13:55) de sus parientes que no eran apóstoles. No es probable que hubiese dos pares de hermanos, con nombres iguales, de tanta prominencia como lo eran Jacobo y Judas. Lo más probable es que los apóstoles Jacobo y Judas fueron también los escritores de las epístolas y los hermanos de Jesús, y que Jacobo y José fuesen hijos de Alfeo y María, hermana de la virgen María. (No entendemos cómo el autor pueda suponer que los “hermanos de Jesús” fuesen únicamente “primos”, o “parientes cercanos”, y no los hijos propios de José y María. En los evangelios “los hermanos” de Jesús aparecen casi siempre en relación cercana con María la madre de Jesús, por ejemplo Mateo 12:47; Mateo 13:55, lo que no sería tan probable si aquellos “hermanos” fuesen solamente sobrinos de ella. Sólo aquellos que están a favor de la doctrina de la “virginidad perpetua” buscan semejantes explicaciones, para tratar de hacer creer que José y María no llevában una vida normal de matrimonio después del nacimiento de nuestro Señor. Mateo 1:25, indica que sus relaciones de marido y esposa eran normales, y por lo tanto es muy probable que hayan tenido más familia. Nota del Trad.)

20. en esto que os escribo … no miento—Solemne protesta de que su afirmación es verdadera, y que su visita fué sólo de quince días y que no vió sino al apóstol Pedro y a Jacobo. Probablemente los judaizantes habían dicho que Pablo había recibido un largo curso de enseñanza de parte de los apóstoles en Jerusalén desde el principio. De aquí pues su anhelo por establecer los hechos contrarios.

21. Después fuí a las partes de Siria y de Cilicia—“anunciando la fe” (v. 23), y estableciendo así, sin duda, las iglesias de Siria y Cilicia, las cuales más tarde confirmó en la fe (Hechos 15:23, Hechos 15:41). Probablemente fué primero a Cesarea, el puerto principal, y de allí por mar a Tarso, su ciudad natal (Hechos 9:30), y de allí a Siria; teniendo Cilicia sus conexiones geográficas con Siria, más bien que con Asia Menor, ya que las montañas Toros la separan de ésta. El hecho de que Pablo coloque en el orden de palabras a Siria antes que a “Cilicia”, se debe al hecho de que Antioquía era más importante que Tarso, así como también a su residencia más larga en aquella ciudad que en ésta. También “Siria y Cilicia”, por su conexión geográfica estrecha, vino a ser una frase genérica geográfica, y se menciona Siria primero por ser el distrito más importante. [Conybeare y Howson]. Este viaje por mar explica la razón por la cual el apóstol no era “conocido de vista a las iglesias de Judea” (v. 22). No menciona su segunda visita a Judea y a Jerusalén (Hechos 11:30), sin duda porque el objeto limitado y especial de llevar limosnas ocuparía sólo pocos días (Hechos 12:25), y se había desatado entonces en Jerusalén una furiosa persecución, por causa de la cual Jacobo, hermano de Juan, fué martirizado; Pedro estuvo en la cárcel, y Jacobo parece haber sido el único apóstol presente (Hechos 12:17). Era inútil, pues, mencionar dicha visita, ya que él no pudo en tal ocasión recibir las instrucciones que los gálatas alegaban que él había recibido de la principal fuente de autoridad, los apóstoles.

22. no era conocido de vista—Tan lejos estaba yo de ser discípulo de los apóstoles, que aun era yo desconocido a las iglesias de Judea (salvo a la de Jerusalén, Hechos 9:26), las cuales fueron el escenario principal de los trabajos de ellos.

23. Solamente habían oído decirTradúzcase como el griego: “Solamente oían” noticias que les llegaban de tiempo en tiempo. [Conybeare y Howson]. Aquel que en otro tiempo nos perseguía—“nuestro perseguidor de antes” [Alford]. El apóstol era mejor conocido entre los cristianos por esta designación que por su nombre “Saulo”.

24. glorificaban a Dios en mí—“en mi caso”. Habiendo entendido el cambio completo que se había operado en el lobo de antes, quien ahora hace las veces de pastor, se gozaban en el hecho con acciones de gracias”. [Teodoreto] ¡Cuán diferente él da a entender a los gálatas, es el espíritu de ellos del vuestro!


×

Gálatas 1

I. LA DEFENSA DE PABLO DE SU AUTORIDAD Y DEL EVANGELIO, 1:1-2:21

1. Introducción, 1:1-9

(1( Saludo, 1:1-5. El apóstol Pablo quiere que sus lectores sepan que él tenía autoridad apóstolica. Pablo es un apóstol con la misma autoridad que los doce apóstoles que caminaron con Jesús. Como los apóstoles, Pablo fue comisionado por Jesús (Act 9:15; Act 20:24). Su apostolado no vino por medio de hombres sino fue recibido directamente por medio de Cristo y Dios Padre. El ministerio de Pablo está basado en Jesucristo, que vive y no está muerto. La resurrección de Cristo es mencionada una sola vez en Gálatas y es aquí, para mostrar que el mismo Cristo que comisionó a los apóstoles también llamó a Pablo (Hech. 9).

Después de haber defendido su autoridad como apóstol, Pablo menciona algunos hermanos en la fe que estaban en unidad con él en su evangelio y en sus preocupaciones por los gálatas. Los destinatarios de esta epístola eran las iglesias que estaban en Galacia (ver el argumento en la Introducción acerca de si Pablo escribió a las iglesias de Galacia del Norte o del Sur).

Saludos que edifican 1:1-3

1. El autor del saludo es un apóstol amado.

(1) Los apóstoles son llamados, no por los hombres, sino por Dios.

(2) Otros hermanos creyentes mandan saludos.

2. Los destinatarios del saludo abarcan a todos los hermanos en las iglesias de Galacia.

(1) Territorio perteneciente a Roma.

(2) Territorio donde Pablo y otros habían predicado anteriormente, estableciendo las iglesias allí.

3. El contenido del saludo es amplio.

(1) Gracia, favor inmerecido.

(2) Paz de parte de Dios, saludo común entre judíos.

La palabra griega cáris G5485 (v. 3) es traducida gracia. Tiene la idea de la bondad o el favor inmerecido que Dios tiene hacia el pecador. El hombre no tiene méritos para agradar a Dios fuera de Cristo. La paz (v. 3) es el estado de vida que una persona tiene cuando deposita su fe en Jesucristo. Los originadores de la gracia y la paz son Dios Padre y Jesucristo.

La gracia y la paz de Dios se muestran en la muerte de Cristo (v. 4). Jesús se dio a sí mismo por nuestros pecados. El énfasis del evangelio no está en lo buena que es la humanidad sino en el sacrificio de Cristo. En su gracia, él pagó a la justicia de Dios por nuestros pecados. La salvación de Dios no se puede comprar con obras porque Cristo ya la pagó; el regalo de la salvación es recibido cuando es aceptado; el resultado de la salvación son las buenas obras. La voluntad de Dios en la salvación se manifiesta en librarnos de la presente época malvada (v. 4). El tema del evangelio no es simplemente justificación por la fe sino también santificación. El creyente es salvo para caminar en santidad, en hacer aquello que agrada a Dios; ésta es la voluntad de Dios. En otras palabras, Jesucristo rompió las cadenas del pecado. El nos compró para servirle, somos libres para servir a Dios. Este concepto es diferente al de los judaizantes, que enseñaban la justificación por hacer las obras legalistas. El hacer el bien en Cristo Jesús (no para ser salvos sino porque somos salvos) es la voluntad de Dios para el creyente.

La salutación de Pablo concluye con una alabanza: A quien sea la gloria; la alabanza brota de la verdad mencionada en el v. 4.

(2( El tema principal, 1:6-9. Después de la salutación, el apóstol Pablo menciona el problema que existía con los gálatas. Después que Pablo había compartido el evangelio de gracia, los cristianos en Galacia habían aceptado otras enseñanzas que eran contrarias al evangelio apostólico. Pablo comienza su exhortación (v. 6) con sorpresa de que se hubieran alejado del evangelio. La palabra griega methístemi G3179 (v. 6) tiene la idea de remover (la misma palabra se usa en Act 7:16 donde los huesos de los patriarcas fueron trasladados o removidos). Los gálatas estaban a punto de dejar el evangelio apostólico para trasladarse a otro. El otro evangelio era una falsificación del verdadero. La palabra evangelio (euaggélion G2098) significa buenas nuevas y son las que el Apóstol mencionó en el v. 4. El mensaje de los falsos maestros era de imponer a los cristianos requisitos de la ley (especialmente la circuncisión) como parte del evangelio.

El apóstol Pablo aclara que hay un solo evangelio (v. 7), pero que algunos tenían en mente hacer cambiar a los gálatas en sus creencias originales (perturban tiene la idea de levantar una seducción para estorbar la bendición que los gálatas tenían en el evangelio de gracia). El método de cómo hacer esta perturbación era de cambiar el evangelio. Cuando se cambia el contenido del evangelio (o también la Palabra de Dios en general), la fe es contaminada con otras ideas que no son de Dios. El cambiar el evangelio es la peor tragedia que puede ocurrir.

El apóstol Pablo escribe una exhortación fuerte en base a la gravedad de cambiar el evangelio (v. 8). Notemos que en la exhortación hay dos cosas: Primera, lo más importante no es el mensajero sino el mensaje. Los maestros falsos pueden tener una máscara de piedad pero su mensaje es venenoso. Segunda, no hay otra nueva revelación celestial dada a los hombres para ser salvo. El autor nos dice que ni un ángel del cielo, para aclarar la realidad que no hay un nuevo evangelio dado por Dios a los hombres por medio de agentes celestiales. Es interesante que en los tiempos que vivimos muchos ponen su fe en una persona o en experiencias sin tener en mente el contenido bíblico. El veredicto apostólico para aquellos que predican un evangelio falso es de maldición. La palabra anatema (anáthema G331, v. 8) tiene que ver con la maldición divina. El Apóstol usa esta palabra en Rom 9:3 donde él desearía ser anatema para la salvación de los judíos. La idea en Rom 9:3 es separado de la salvación de Cristo, fuera de la gracia de Dios. Podemos decir que la palabra anatema tiene la idea de la maldición total de Dios, algo o alguien que es entregado al juicio divino.

¿A quién busca agradar? 1:10-12

1. Algunos buscan agradar a los hombres con sus actos. Cristo condenó a tales personas (Mat 6:1-4).

2. Algunos quieren agradar a Dios, no importa lo que piensan los hombres (Jos 24:15).

3. Algunos buscan agradar a Dios y a los hombres (Mat 22:37-40).

Esta exhortación es tan seria que el autor la repite (v. 9). Hay dos interpretaciones con respecto a la exhortación paulina (como ya lo hemos dicho). Algunos piensan que se refiere al versículo anterior (v. 8) donde Pablo menciona la exhortación por primera vez. Otros piensan que fue en persona en una de sus visitas. Cualquiera de los dos puntos de vista con que el lector esté de acuerdo, no cambia el pensamiento que esta exhortación fue repetida por el Apóstol a los gálatas para mostrar la gravedad de cambiar el evangelio que les fue dado.

2. La defensa del evangelio dado a Pablo, 1:10-2:21

Algunos podían decir que el evangelio que Pablo predicaba no era de Dios. El Apóstol argumenta que su evangelio es de Dios. El da dos razones generales: una es el origen del evangelio y otra la realidad del evangelio en la vida del Apóstol. Antes él perseguía a la iglesia de Cristo con la meta de destruir el cristianismo, pero Cristo lo salvó para predicar el evangelio.

(1( El origen del evangelio, 1:10-12. El apóstol Pablo se defiende contra algunas acusaciones de los judaizantes. Según ellos, Pablo agradaba a los hombres con su evangelio. Cuando estaba con los judíos predicaba la circuncisión y la importancia de cumplir la ley. Pero cuando predicaba a los gentiles, el Apóstol ponía el énfasis en la libertad. Podemos entender que sus enemigos interpretaron mal el método del Apóstol para ganar almas. Me hice débil para los débiles, a fin de ganar a los débiles. A todos he llegado a ser todo... (1Co 9:22). El Apóstol usaba su libertad como cristiano para ganar almas. El evangelio que fue comisionado por Cristo no fue cambiado. El Apóstol no era siervo de los hombres sino de Cristo. Su Maestro lo comisionó a predicar un evangelio para todos los hombres. El deseo intenso de Pablo era agradar a Dios, el mensaje de él era para agradar a Dios y no a los hombres (1Th 2:4-7). Aquí hay una lección que debemos tener en mente. Los métodos para compartir el evangelio son muchos y diferentes, pero el contenido del mensaje es uno y no cambia. Tenemos que ser fieles en compartir el evangelio que no cambia. Los acusadores de Pablo no podían ver la diferencia entre un método de compartir y el evangelio de gracia.

El evangelio que el Apóstol predicaba no tiene su origen en fuentes humanas sino que vino de Dios (v. 12). Como los apóstoles que estaban en Jerusalén habían recibido el evangelio de Cristo, también Pablo lo recibió directamente por revelación divina (v. 12). Esta verdad es contraria a algunos que decían que Pablo había recibido el evangelio de los otros apóstoles.

(2( La realidad del evangelio dado a Pablo, 1:13-2:21

a. La conversión de Pablo, 1:13-24. Los judaizantes podían preguntar: ¿Podía Pablo comprobar a los gálatas que su evangelio era de Dios? El Apóstol comienza a argumentar con su propio testimonio. Pablo les recuerda cómo era su vida antes de tener un encuentro personal con Cristo en el camino hacia Damasco (Hech. 9). Pablo antes era conocido como Saulo y era un hombre que tenía una buena reputación en el judaísmo (Phi 3:5-6). Saulo perseguía a la iglesia de Dios en gran manera (la palabra ferozmente en el v. 13 tiene el significado de un grado extraordinario o más allá de lo normal). Esta persecución era una con un celo fanático para destruir (el verbo asolar, es porthéo G4199, que tiene el significado de destruir, tratar de destruir, aniquilar. La persecución era una con un celo fanático que tenía en mente destruir por completo el cristianismo (comp. Act 8:1-4; Act 9:1-2, Act 9:13-14; Act 22:4-5).

Después de mencionar su vida como perseguidor de la iglesia de Cristo, el Apóstol continúa con su testimonio en el v. 14. Su persecución estaba vestida con un manto de religiosidad. Pablo, en su vida pasada, era un devoto del judaísmo y se destacaba en él (la palabra griega prokópto G4298 que se traduce destacaba en el v. 14 tiene la idea de “avanzar”, “crecer”. Esta palabra fue también usada en Luk 2:52 para describir el crecimiento de Jesús: El avanzó en sabiduría, estatura y gracia). Tanto fue su amor y celo en el judaísmo que creció más que sus contemporáneos. El Apóstol no solamente conocía y vivía el AT sino que su celo iba un paso más hacia las tradiciones de los padres (las tradiciones tenían que ver con la ley oral que fue dada por la escuela de los fariseos. La base de estas tradiciones eran interpretaciones de la ley mosaica, ver Mat 15:2-3, Mat 15:6; Mar 7:3, Mar 7:5, Mar 7:8-9, Mar 7:13). La vida anterior de Pablo era importante para contrarrestar a los judaizantes que querían desacreditar al Apóstol. Saulo fue un perseguidor de la iglesia de Cristo y también era un fariseo que se destacaba entre sus contemporáneos. No fue hasta que Cristo lo confrontó y le encomendó predicar el evangelio a los gentiles que la vida del Apóstol cambió.

El Apóstol explica cómo cambió cuando Jesús se le reveló (vv. 15, 16). Su conversión no fue por influencia de hombres sino directamente de Dios (la conjunción adversativa de que se traduce pero en el v. 15, es una de contraste). Su conversión no se puede explicar en una lógica humana, sino que fue un hecho de Dios. ¿Cómo se puede explicar que un perseguidor y destructor de la iglesia se haya convertido para unirse a ella? Notemos en los vv. 13 y 14 el énfasis de la primera persona; el Apóstol comenta lo que era antes de su conversión. El era una persona que quería agradar a Dios en su religión. En los vv. 15 y 16 el enfoque está en lo que Dios ha hecho por él. Lo que Dios hizo en Pablo fue por su propio deleite (la palabra dokéo G1380 que se traduce como tuvo a bien tiene que ver con “estar contento o satisfecho; deleitarse en”, comp. 1Co 1:21). En el caso de Pablo, Dios se agradó de escogerlo como instrumento para su servicio. Hay tres cosas importantes que Dios hizo por Pablo.

La primera cosa que Dios hizo fue una separación desde el vientre de su madre (v. 15). El verbo apartar no significa haberlo hecho en un sentido físico, sino que Dios dedicó a Pablo o lo apartó para un propósito muy especial. El mismo verbo se menciona en Rom 1:1 y Act 13:2. En el AT esta expresión es mencionada por el profeta Jeremías (Jer 1:5). También Isaías menciona que Dios lo separó para predicar a Israel (Isa 49:1-6). El ser apartado es un hecho de Dios para un servicio.

La segunda realidad fue que Dios llamó a Pablo cuando él perseguía a la iglesia de Cristo. Este llamamiento tomó lugar en un contexto histórico. Es un llamamiento de salvación. El Apóstol recalca que este llamamiento fue por la gracia de Dios. En verdad la gracia de Dios brilló en la vida de Pablo como un rayo de luz en una noche oscura. La gracia de Dios es la base del amor de Dios hacia Pablo (la palabra griega cáris G5485 quiere decir amor inmerecido, bondad, misericordia). Esta palabra aparece en Eph 2:5-9, en relación con la salvación.

La tercera verdad es que Dios lo comisionó para predicar entre los gentiles (v. 16). Jesús se reveló a Pablo (es mejor interpretar revelar a su Hijo en mí en el v. 16 en el caso locativo, “en la esfera de mí”, que significa una revelación externa). La palabra revelar (apokalúpto G601) afirma la idea de que fue una revelación personal. Después que el Apóstol menciona su glorioso encuentro con Jesús, escribe acerca del propósito de su ministerio, que es predicar a los gentiles. El llamamiento a la salvación fue acompañado por el llamamiento a servir. Estas tres verdades están marcadas en cada uno de los hijos de Dios. Nosotros fuimos apartados desde el vientre de nuestras madres para un trabajo específico en la grey de Dios. Nacimos con talentos y personalidades diferentes, con el propósito de algún día servir a Dios. Después fuimos llamados para ser salvos. En nuestra salvación el Espíritu Santo nos da dones espirituales para edificar su iglesia. La salvación tiene el propósito de proclamar a Cristo a otros. Como Pablo, nosotros también somos muy especiales a los ojos de Dios y también tenemos un propósito en este mundo.

Apartado por Dios para el ministerio 1:15

Pablo llenó el requisito más importante para el ministerio: sintió que había sido apartado por Dios para tal tarea. No era el resultado de ambición personal, sino que fue la mano de Dios que le apartó para el evangelio. Seguramente está pensando en las prácticas de contar los animales y apartar cada décimo animal como diezmo que debe ser consagrado a Dios.

Los eruditos han luchado con la cronología de la vida de Pablo después de su conversión. Cuánto tiempo pasó en Damasco antes de partir para Arabia no está muy claro; ni tampoco los detalles de su ministerio antes de subir a Jerusalén. Ni tampoco sabemos si este viaje era el relacionado con lo que llamamos el Concilio de Jerusalén, o si fue otro viaje posterior. Lo cierto es que Pablo estaba activo en testificar de la conversión y la transformación que había venido como consecuencia de tal experiencia.

Después que el Apóstol menciona brevemente su testimonio, aclara que el evangelio no le vino a través de comunicación con otra persona. El Apóstol no consultó a nadie acerca de su evangelio (v. 16b). Tampoco subió a Jerusalén para comparar su evangelio con el de los apóstoles que caminaron con Jesús (v. 17). Cuando Pablo menciona apóstoles, él tenía en mente a los doce apóstoles que caminaron con Jesús. La palabra griega apóstolos G652 quiere decir “uno que se manda a una misión”. Esta palabra se puede usar primeramente para los doce que caminaron con Jesús. A ellos Jesús les dio una autoridad muy especial (Mar 3:14-15; Mar 6:30). Los doce eran un grupo muy especial y necesario para la fundación de la iglesia de Cristo (Eph 2:20). Había dos requisitos para ser parte de este grupo. El primero fue haber tenido un compañerismo personal con Jesús en su ministerio, que se llevó a cabo desde la predicación de Juan el Bautista hasta su ascensión (Act 1:21-22). Segundo, los doce apóstoles eran testigos de la resurrección de Cristo (Luk 24:45-48; 1Jo 1:1-3). Matías tomó el lugar de Judas Iscariote, el que entregó a Jesús (Act 1:21-26). El apóstol Pablo, aunque no era parte de los doce, era apóstol en la misma categoría (Gal 1:1, Gal 1:16). El Señor Jesús lo comisionó para ser apóstol a los gentiles (Gal 2:8). La Biblia menciona a otros como apóstoles (Act 14:4;; Act 14:14; 1Th 2:6; Rom 16:7). Bernabé y Silvano no eran apóstoles de la misma categoría que los doce que edificaron la fundación de la iglesia (Eph 2:20). Ellos eran apóstoles en el sentido de ser mandados como misioneros. El Apóstol tenía en mente a los apóstoles que caminaron con Jesús.

El Apóstol continúa argumentando acerca de su evangelio que le fue dado directamente por Cristo (v. 17). Después de su conversión, Pablo fue a Arabia (v. 17). Arabia aquí puede ser la península que se extiende hacia el sur, que incluye el área de Sinaí donde la ley fue dada a Moisés. Es mejor interpretar Arabia como el desierto cerca de Damasco que era parte de Arabia en el tiempo de Pablo. El punto entonces es que el Apóstol no consultó a los apóstoles ni fue a Jerusalén, sino que fue al desierto probablemente a estudiar y pensar en su experiencia. También fue al desierto a conocer más acerca del evangelio que se le había encomendado. Este viaje a Arabia posiblemente se llevó a cabo un tiempo después de su conversión (Act 9:10-22). Lucas, en Los Hechos, no menciona esta época en el desierto porque era una etapa del crecimiento espiritual del Apóstol y no tanto de sus viajes misioneros. Después de un tiempo, Pablo regresó a Damasco (no sabemos cuánto tiempo estuvo en el desierto. Algunos eruditos piensan correctamente que fue tres años).

El Apóstol continúa la narración histórica de su vida después de su conversión. La palabra luego, en el v. 18, es una que indica progresión. (En griego es epéita G1899, que se traduce “después” o “siguiente”, y es una palabra que se menciona tres veces en este capítulo para mostrar una progresión en la experiencia paulina. Las otras dos ocasiones en que se encuentra esta palabra están en 1:21 y 2:1.) Pablo escribe que después de tres años fue a Jerusalén. Hay un problema en determinar si los tres años comenzaron después de su conversión o desde el regreso de Damasco que fue mencionado en el v. 17. Es mejor interpretar los tres años después de su conversión, que fue el punto de partida en su argumento para mostrar que el evangelio le fue dado directamente por Dios y no por hombres. Después de tres años, el Apóstol fue a Jerusalén con el propósito de ver a Pedro. En Act 9:23-25, Pablo se va de Damasco porque algunos judíos procuraban matarle. De Damasco, el Apóstol fue a Jerusalén como lo afirma el doctor Lucas en Act 9:26-31. Fue en esta visita que el Apóstol vio a Pedro y estuvo con él quince días (v. 18).

La pregunta que hay que hacerse es: ¿Por qué fue Pablo a Jerusalén a ver a Pedro? Su visita no fue para recibir el evangelio de Pedro, porque este evento se llevó a cabo después de tres años y ya Pablo estaba predicando el evangelio que Cristo le había dado, después de su conversión. Pablo tampoco fue a Jerusalén porque tuviera dudas en cuanto a su evangelio o para recibir la aprobación apostólica. El Apóstol fue a Jerusalén para conocer a Pedro, que era el principal orador entre los apóstoles (comp. Act 2:14-40; Act 3:11-26; Act 4:8-20; Act 5:3-32; Act 8:20-25). Vemos aquí a dos grandes hombres con ministerios diferentes pero con un mismo evangelio y un mismo propósito. Pablo decide ver a Pedro para tener compañerismo. Aquí hay una lección muy importante para los obreros en la viña del Señor. Aunque tengamos diferentes ministerios, el evangelio es el mismo. Es necesario humillarse y buscar el compañerismo de otro sabiendo que en la unidad hay fortaleza (comp. Joh 17:21-26).

En este compañerismo, el apóstol Pablo quería saber más acerca de la vida de Jesús cuando estaba con los apóstoles en la tierra. Posiblemente fue en esta visita que Pablo aprendió acerca de cómo Jesús se apareció a Cefas y a los doce apóstoles. (1Co 15:5), y que también se apareció a más de quinientas personas a la misma vez (1Co 15:6). La palabra griega que Pablo usa en el v. 18 es istoréo G2477 que se traduce entrevistarme. Es la misma palabra que usamos como historia. Esta palabra es mejor traducida como una narración o informe. En el compañerismo, el apóstol Pablo quería saber más acerca de Jesús en su encarnación. Los quince días que Pablo estuvo con Pedro fue tiempo suficiente para conocerlo y conocer más de su Maestro cuando caminó por Israel.

Pablo comenta que en su estadía en Jerusalén no vio a los otros apóstoles excepto a Jacobo (v. 19). Hay tres preguntas que contestar antes de seguir en este comentario. Primero, ¿dónde estaban los apóstoles? Segundo, ¿era Jacobo un apóstol? Y, tercero ¿cómo se puede correlacionar lo que escribió Pablo, que no vio a los apóstoles, con Act 9:27 donde dice que Bernabé trajo a Pablo a los apóstoles? (esta es la primera visita de Pablo que se menciona en Act 9:26-31). La primera pregunta se puede contestar suponiendo que los otros apóstoles podían haber estado en una misión de supervisar otras iglesias de Judea, Galilea o Samaria, como Pedro lo estuvo haciendo en Act 9:32-43 cuando visitó a los hermanos en Lida.

La segunda pregunta demanda determinar si Jacobo era un apóstol. Antes de contestar esta pregunta necesitamos saber quién era Jacobo. El Jacobo aquí era el hermano de Jesús. Jacobo fue identificado como uno de los cuatro hermanos de Jesús (Mar 6:3 y comp. con Mat 13:55). También Pablo menciona los hermanos de Jesús con los apóstoles (1Co 9:5). Algunos comentaristas interpretan el v. 19 como que Pablo, aparte de Pedro, no vio a ninguno de los apóstoles excepto a Jacobo el hermano de Jesús (pero Jacobo no era apóstol). Si esta interpetación es correcta entonces hay un problema con la narración de Act 9:27 que dice que Bernabé... le llevó a los apóstoles. Notemos que la palabra apóstoles está en el plural y si Jacobo no era apóstol Pablo sólo vio a Pedro. Es mejor interpretar este versículo afirmando que Jacobo era un apóstol en el sentido general de la palabra y no como los doce apóstoles. El apóstol Pablo usa en otras epístolas el sentido general de la palabra (1Co 15:5-7; 1Th 2:6). Cuando Pablo menciona a los apóstoles probablemente incluye a Silvano y Timoteo que fueron mencionados en 1 Tesalonicenses. Dado que había apóstoles fuera del círculo de los doce, se proveía la oportunidad para los falsos apóstoles de ponerse el título de apóstoles (2Co 11:13; Apoc. 2:2). En su primer viaje a Jerusalén Pablo vio a Pedro y a Jacobo quienes eran considerados como apóstoles en el sentido general de la palabra. Estos dos siervos forman la palabra plural apóstoles mencionada en Act 9:27.

En su defensa, el Apóstol les asegura por medio de un juramento que él está diciendo la verdad (v. 20). Recordemos que Pablo se está defendiendo de acusaciones falsas que fueron inventadas por los judaizantes. Específicamente, él está defendiendo su evangelio que no fue transmitido por medios humanos, sino que fue dado directamente por el Señor. Según Act 9:20-22, el apóstol Pablo estaba predicando el evangelio que le fue encomendado por el Señor después de su bautismo en agua. Cuando visitó a Pedro y Jacobo, Pablo ya había estado predicando el evangelio por un largo tiempo.

Pablo continúa su narración en el v. 21 y les explica qué pasó después de su visita a Jerusalén (aquí se menciona por segunda vez la palabra griega epéita G1899 que se traduce después y tiene que ver con una progresión cronológica). El Apóstol fue primeramente a Cilicia, que es la región donde está Tarso. (No fue la intención de Pablo el escribir sus visitas a las regiones de Siria y Cilicia en manera cronológica, sino en orden de importancia, siendo Siria de más importancia). Según Act 9:29-30, la partida de Pablo de Jerusalén fue motivada por un grupo que estaba contra Pablo y procuraba matarle. Los hermanos en Jerusalén lo sacaron de la ciudad por el puerto de Cesarea rumbo a Tarso (región de Cilicia), donde predicó un tiempo hasta que Bernabé lo invitó a venir a Siria según Act 11:19-20 (Antioquía está en la región de Siria). El Apóstol se quedó como maestro en Antioquía y fue allí donde por primera vez los discípulos de Cristo se llamaron cristianos (Act 11:20-26). Después de enseñar un tiempo, el Espíritu Santo lo separó con Bernabé para emprender su primer viaje misionero (Act 13:1-3). Lo que el Apóstol insinúa al mencionar dos regiones lejanas de Jerusalén es su independencia de los apóstoles y de Jerusalén; su ministerio estuvo totalmente separado de las regiones donde prevalecía el ministerio apostólico de Jerusalén.

La ausencia de Pablo de las regiones de Palestina fue tan prolongada que las iglesias de Judea no conocían a aquel hombre transformado (v. 22). Las iglesias en Judea fueron formadas por la fuga de algunos cristianos en Jerusalén hacia Judea por la persecución que se llevó a cabo después de la muerte de Esteban (Act 8:1-2). Ellos no habían visto a Pablo después de su conversión pero sí oían que la misma persona que estuvo involucrada en la persecución de Hechos 8 ahora predicaba el nombre de Jesús que antes asolaba (v. 23). Las iglesias de Judea glorificaban el nombre de Dios al oír esta noticia. Era un testimonio que exaltaba el poder de Dios (v. 24). El punto que el Apóstol quería dejar claro es que después de su gran conversión, él no había dado su testimonio alrededor de Jerusalén, excepto las visitas a esa ciudad que mencionó. El era totalmente independiente de los apóstoles y de Jerusalén y totalmente dependiente de Cristo.




»

Comentario Bíblico Mundo Hispano

7000 Alabama St. El Paso, TX 79904, Copyright 2000 © Editorial Mundo Hispano

Síguenos en:



Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos