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Filipenses 1 - Comentario Crítico y Explicativo Conciso vs Mundo Hispano

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Filipenses 1

CAPITULO 1

INSCRIPCION. HACIMIENTO DE GRACIAS Y ORACIONES POR EL FLORECIENTE ESTADO ESPIRITUAL DE LOS FILIPENSES. SU PROPIA CONDICION EN ROMA, Y EL RESULTADO DE SUS PRISIONES EN LA EXTENSION DEL EVANGELIO. EXHORTACION A LA FIRMEZA CRISTIANA.

1. Timoteo—mencionado como bien conocido de los filipenses (Hechos 16:3, Hechos 16:10), y ahora presente con Pablo. No que Timoteo tuviese parte alguna en la redacción de la carta, porque Pablo luego usa el pronombre personal, “yo”, en vez del “nosotros” (v. 3). La mención de su nombre significa solamente que Timoteo se unió a los recuerdos afectuosos para ellos. siervos de Jesucristo—Pablo no se llama “apóstol”, como en la inscripción de otras Epístolas porque a los filipenses no hacía falta recordarles su autoridad apostólica. Escribe más bien, en un tono de íntimidad cariñosa. todos—así en v. 4, 7, 8, 25; Hechos 2:17, Hechos 2:26. Sugiere el afecto comprensivo que deseaba no olvidarse de ninguno de ellos. obispos—Sinónimo con “presbíteros” en las iglesias apostólicas, como aparece del hecho de que las mismas personas son llamadas “ancianos de la iglesia” de Efeso (Hechos 20:17), y “sobreveedores” (Hechos 20:28), griego, “obispos.” Y cf. Tito 1:5 con el v. 7. Esta es la primera carta de Pablo donde se mencionan obispos y diáconos, y la única en donde se los saluda por separado. Esto concuerda con el probable orden de los acontecimientos, deducido así de las cartas como de la historia. Mientras los apóstoles visitaban constantemente a las iglesias en persona o por medio de mensajeros, había menos necesidad de pastores regulares. Conformemente, las tres Epístolas pastorales, de fecha posterior a ésta, dan instrucción en cuanto al debido nombramiento de obispos y diáconos. Concuerda con esta nueva necesidad de la iglesia, cuando los otros apóstoles estaban muertos o apartados, y Pablo estaba por mucho tiempo en la cárcel, el que los obispos y diáconos fuesen prominentes por vez primera en la salutación introductoria. El Espíritu así intimaba que las iglesias habían de depender de sus propios pastores ahora que los dones milagrosos estaban dejando lugar a las providencias ordinarias de Dios, y había de ser retirada la presencia de los apóstoles inspirados, los dispensadores de estos dones, (1) (Paley. Horae Paulinae). “Presbítero” sugiere rango; “obispo”, los deberes de oficio [Neander]. Naturalmente, cuando los apóstoles que tenían la dirección principal, ya no estaban más, uno entre los presbíteros presidía y recibía el nombre de “obispo”, en el sentido más restringido y moderno; así como en la sinagoga judía uno de los ancianos presidía como “príncipe de la sinagoga”. Nótese que el apóstol se dirige a la iglesia, (esto es, a la congregación) más directament que a sus ministros presidentes (Colosenses 4:17; 1 Tesalonicenses 5:12; Hebreos 13:24; Apocalipsis 1:4, Apocalipsis 1:11). Los obispos cuidaban más bien de los asuntos internos, los diáconos de los externos, de la iglesia. El vocablo en plural demuestra que había más de un obispo o presbítero, y más de un diácono en la iglesia de Filipos.

2. Gracia … y paz—La misma forma de esta salutación sugiere la unón de judío, griego y romano. La salutación griega era “gozo” (chairein, así en Hechos 15:23; Santiago 1:1) afín del griego “gracia” (Charis). La romana era “salud”, término intermedio entre gracia y paz. La hebrea era “ paz”, que incluía la prosperidad temporal así como la espiritual. de … del—una sola preposición ocurre en el griego, lo que pone en vínculo más estrecho “el Dios Padre” y “el Señor Jesucristo”.

4. haciendo oracióntradúzcase: “haciendo mi oración,” o “pedido” por todos vosotros—La frecuente repetición de “todos” con “vosotros” indica que Pablo desea declarar su amor por todos por igual, y no va a reconocer ningunas divisiones entre ellos. con gozo—El rasgo característico de esta Epístola, como el amor lo es en Efesios (cf. v. 18; Santiago 2:2, Santiago 2:19, Santiago 2:28; Santiago 3:1; Santiago 4:1, Santiago 4:4). El gozo da animación especial a las oraciones. Esto señala su alta opinión de ellos, de que tenían todo cuanto le daba gozo y casi nada de lo que le diese pena.

5. La razón de su hacimiento de gracias a Dios (v. 3): “Por vuestra comunión (continua; eso es, real participación espiritual) en (lit., “con respecto a”) el evangelio desde el primer día (de ser partícipes de él) hasta ahora.” Los creyentes tienen la participación del Hijo de Dios (1 Corintios 1:9) y del Padre (1 Juan 1:3, Joel 1:3) en el evangelio, al llegar a ser participantes de la “comunión del Espíritu Santo” (2 Corintios 13:14), y ejercen aquella participación por actos de comunión, no sólo en la comunión de la cena del Señor, sino también en la santa liberalidad para con los hermanos y los ministros (2 Corintios 4:10, 2 Corintios 4:15 : “comunión en razón de dar y recibir”; 2 Corintios 9:13; Gálatas 6:6; Hebreos 13:16 : “de la comunión no os olvidéis”).

6. confiado—Esta confianza da nervio a las oraciones y hacimientos de gracia (v. 3, 4). de estola misma cosa que él pide (v. 4) es el objeto de su confianza de creyente (Marco 11:24; 1 Juan 5:14). Por tanto, el resultado está asegurado. el que comenzó—Dios (1 Juan 2:13, Joel 2:13). la (una) BUENA OBRA—Toda obra que Dios empieza, por cierto la acabará (1 Samuel 3:12). Ni aun los hombres comienzan un trabajo al azar. Cuanto más el que Dios empiece una obra es garantía de que la terminará (Isaías 26:12). Así en cuanto a la obra aquí especificada, el perfeccionamiento de la comunión (participación) de ellos en el evangelio (v. 5; Salmo 37:24; Salmo 89:33; Salmo 138:8; Juan 19:28; Romanos 8:29, Romanos 8:35; Romanos 11:1; Hebreos 6:17; Santiago 1:17; Judas 1:24). Como Dios no ha rechazado a Israel para siempre pero los castiga por un tiempo, así tampoco repudiará al Israel espiritual (Deuteronomio 33:3; Isaías 27:3; 1 Pedro 1:15). el día de Jesucristo—la venida del Señor, indicada por Dios en todo tiempo de la iglesia para ser considerada como cercana, ha de ser la meta puesta en la mente de los creyentes más bien que la muerte de ellos.

7. justo sentir esto—tener la confianza que ya expresé (vv. 4-6). de todos vosotroslit., “en vuestro favor”. La confiada oración de Pablo a favor de ellos fué que Dios perfeccionase en ellos su propia obra de gracia. por cuanto os tengo en el corazón—(v. 8: “os amo”), no la otra lección. “Por cuanto me tenéis en el corazón … siendo compañeros de mi gracia” (tanto en mis prisiones como en la confirmación del evangelio). La segunda mitad del versículo asigna la razón por qué los tenía en el corazón (cf. 2 Corintios 3:2; 2 Corintios 7:3): aun en sus prisiones, y en su defensa y confirmación del evangelio (tal cual él hacía constantemente en privado, Hechos 28:17; su defensa de sí mismo y la confirmación del evangelio necesariamente siendo conjunto, como da a entender el griego; cf. v. 17), a saber, “por cuanto sois copartícipes de mi gracia”; por cuanto participáis conmigo en la “comunión en el evangelio” (v. 5), y lo habéis manifestado, tanto sufriendo como yo a causa del evangelio (vv. 28-30), como impartiéndome de vuestros bienes (Hechos 4:15). Es natural y justo que yo ore así confiadamente por vosotros [Ellicott, y otros traducen: “me es justo pensar así por vosotros”], a causa de que os tengo en mis afectuosos recuerdos aun en mis prisiones, por cuanto participáis conmigo en la gracia del evangelio. Las prisiones no encierran el amor.

8. La confirmación del v. 7. en las entrañas de Jesucristo—“Cristo Jesús”, según los manuscritos más antiguos. Mi anheloso amor (así infiere el griego) por vosotros no es meramente del afecto natural, sino de la abnegación a Cristo Jesús. “No Pablo, sino Jesucristo vive en Pablo; por tanto, no se conmueve en las entrañas (“tierno amor,” Jeremias 31:20) de Pablo, sino de Jesucristo.” [Bengel]. Todo verdadero amor espiritual no es sino una porción del amor de Cristo, que conmueve a todos los que están unidos a él [Alford].

9. El tema de su oración por ellos (v. 4). vuestro amor—a Cristo, que produce amor no sólo para con Pablo, ministro de Cristo, como hizo, sino también de los unos por los otros, aunque no abundaba tanto como debía (Jeremias 2:2; Jeremias 4:2). ciencia—más bien, “conocimiento”, de verdad doctrinal y práctica. conocimiento—más bien, “percepción”, “sentido perceptivo”. El discernimiento espiritual, oído espiritual, tacto espiritual, gusto espiritual. El cristianismo es una planta vigorosa, no un almácigo de entusiasmo. El “conocimiento” y el “discernimiento” evitan que el amor sea mal juzgado.

10. Lit., “Con el fin de vuestra prueba (y luego aprobación y apropiación) de las cosas sobresalientes” (Romanos 2:18); no solamente las cosas que no son malas, sino las mejores de entre las buenas. No preguntéis solamente si son dañinas, sino si hay algo de bueno, y cuáles son las mejores. sinceros—de una raíz griega. Probados a la luz del sol y hallados puros. sin ofensa—no tropezadores; que corréis la carrera cristiana sin caer a causa de algún tropiezo, o sea, tentación en vuestro camino. para el día—De modo que cuando llegue el día de Cristo, seáis hallados puros y sin ofensa.

11. frutos—Los manuscritos más antiguos leen “fruto”. Así Gálatas 5:22 (cf. allí). En cuanto a las obras de justicia, tan múltiples como sean, son como un todo armonioso,” el fruto del Espíritu” (Efesios 5:9); “el fruto de justicia” (Santiago 3:18. con Hebreos 12:11); “fruto para santificación” (Romanos 6:22). que son por (medio de) Jesucristo—al enviarnos él el Espíritu de parte del Padre. “Eramos acebuches inútiles mientras no estábamos injertados en Cristo, quien, por ser la raíz viviente, nos hace ramas fructíferas” [Calvino]

12. que sepáis—Los filipenses acaso temerían que el encarcelamiento de Pablo impidiera la extensión del evangelio; por tanto les quita este temor. cosas que me han sucedido—más bien: “las cosas tocante a mí”. más (bien) en provecho—tan lejos mis prisiones de impedir el evangelio. La fe toma en luz favorable hasta aquello que parece adverso [Bengel] (v. 19, 28; Romanos 2:17).

13. mis prisiones … célebres—notorias, manifestadas, como padecidas a causa de Cristo. pretorio—el cuartel de la guardia pretoriana anexa al palacio de Nerón, en la colina Palatino de Roma; no el campamento pretoriano general fuera de la ciudad porque éste no estaba conectado con “la casa de César”, lo que demuestra el 4:22 ser el pretorio aquí aludido. El emperador era el “pretor”, o comandante en jele; naturalmente, pues, el cuartel de su guardia era llamado “el pretorio.” Pablo parece que ya no estaba alojado en su propia casa, encadenado a un soldado, como en Hechos 28:16, Hechos 28:20, Hechos 28:30, sino bajo estricta custodia en el pretorio; cambio que se hizo probablemente cuando Tigelino llegó a ser prefecto pretoriano. Véase mi Introducción. y a todos los demás—No “en todos los demás lugares” (con Crisóstomo). “Célebres a todos los demás” soldados pretorianos, por la instrumentalidad de los estacionados como guardia del palacio del emperador. los que de tiempo en tiempo eran relevados sucesivamente por otros. Ya hacía como dos años que Pablo estaba preso en Roma, de modo que tiempo había pasado para que se conociese por toda la ciudad su causa y el evangelio.

14. muchos—más bien “los más de los hermanos en el Señor—lo que los distingue de “los hermanos según la carne”, los coterráneos … judíos. Ellicott, etc … traducen: “… hermanos, confiados en el Señor …” con mis prisiones—“tomando ánimo por mi paciencia en mis prisiones”.

15. “Algunos … predican a Cristo hasta por envidia;” es decir, para llevar a cabo la envidia que abrigaba hacia Pablo a causa del éxito del evangelio en la capital del mundo, debido a su firmeza en su encarcelamiento; trataban por envidia de transferir el crédito por el éxito de él a sí mismos. Eran probablemente doctores judaizantes (Romanos 14:1; 1 Corintios 3:10; 1 Corintios 9:1, etc.; 2 Corintios 11:1). algunos también por buena voluntad—eso es, de entre “los hermanos” (v. 14); bien dispuestos algunos para con él.

16, 17. Los manuscritos más antiguos trasponen estos dos versículos y leen: “Estos (últimos), a la verdad, por amor (a Cristo y a mí) sabiendo (lo contrario a “pensando,” en la frase que sigue) que estoy puesto (por Dios; 1 Tesalonicenses 3:3) por la defensa del evangelio (v. 7; no por causa mía). Pero los otros por contención (más bien “de un espíritu faccioso”; “maquinación”; un espíritu de intriga, usando de métodos inescrupulosos para lograr sus fines; Nota, Gálatas 5:20; “egoístas” [Alford], anuncian a Cristo no sinceramente (en línea con “de un espíritu de intriga”, “de interés propio”); Lit., “no puramente”; no con intención pura; la levadura judía la pretendían introducir con el fin de glorificarse a sí mismos (Gálatas 6:12; pero cf. nota, v. 18), pensando (pero en vano) suscitar (así leen los manuscritos más antiguos) tribulaciones a mis prisiones”. El pensamiento de ellos era que, aprovechando mi inmovilidad, se exaltarían por su predicación judaizante y harían que yo y mi predicación cayéramos en menosprecio, dándome así aflicción de espíritu en mis prisiones; pensaban que yo, como ellos, buscaba mi propia gloria, y así esperaban humillarme por sus éxitos superiores a los míos. Pero se equivocaban completamente; lejos de afligirme en eso, “en ello me huelgo” (v. 18).

18. ¿Qué pues?—¿con qué resultado? ¿Tal proceder me molesta, como ellos pensaban? que no obstante—sus malos pensamientos acerca de mí, y sus intenciones egoístas, la causa que llevo en mi corazón es adelantada “en todas maneras” de predicación, sea “por pretexto (con un motivo indigno, v. 16) o por verdad (de puro amor a Cristo, v. 17), Cristo es anunciado; y en esto me huelgo, y aun me holgaré.” De esto parecería que estos maestros mayormente “anunciaban a Cristo”, no predicando “otro evangelio”, como los judaizantes en Galacia (Gálatas 1:6); aunque tenían probablemente algo de la levadura judía (nota, v. 15, 16, 17), su error principal fué su motivo envidioso y egoísta, no tanto un error de doctrina; si hubiese habido algún error de principio, Pablo no se hubiera holgado en lo hecho. La proclamación de CRISTO, hecho como se hiciere, llamó atención, y así debió servir de seguro beneficio. Así era posible que Pablo se gozara del buen resultado de las malas intenciones de ellos (Salmo 76:10; Isaías 10:5, Isaías 10:7).

19. se me tornará a salud—“Esto me resultará para salvación”. Esta proclamación de Cristo de todos modos resultará en mi bien espiritual. Cristo, cuyos intereses son mis intereses, es por ello glorificado; y así se adelanta la venida de su reino, el que, cuando venga, traerá completa salvación (Hebreos 9:28) a mí y a todos aquellos cuya “mira y esperanza” (v. 20) es que Cristo sea en ellos ensalzado. La colaboración de ellos lejos está de causarme a mí aflicción en mis prisiones (v. 16) como pensaban. Es claro que Pablo cita las mismas palabras de la Versión de los Setenta (Job 13:16), y se las aplica a sí mismo: “Esto se me tornará a salvación”. por vuestra oración, y por la suministración del Espíritu—El griego une íntimamente los dos sustantivos, empleando una sola preposición y un solo artículo: “Por la oración vuestra y suministración (consiguiente) del Espíritu de Jesucristo” (obtenida para mí mediante vuestra oración).

20. Conforme a mi mira y esperanza—El griego expresa “la expectación con la cabeza alzada (Lucas 21:28) y el cuello extendido”. Romanos 8:19 es el único lugar del Nuevo Testamento donde la misma palabra aparece. Tittmann dice: “En ambos lugares significa no la mera expectativa, sino el ardiente deseo de algún feliz resultado anticipado en circunstancias aflictivas”. El objeto de anhelo y esperanza que sigue, corresponde a “mi salvación” (de v. 19). en nada seré confundido—en nada tengo por qué avergonzarme de “mi obra por Dios ni de su obra en mí” [Alford.] O “no seré nada defraudado en mi esperanza, sino que la realizaré plenamente” [Estio]. Asimismo el vocablo aquí traducido “confundido” se traduce “avergonzado” en Romanos 9:33. con toda confianza—“toda” en contraste con “en nada”, y “confianza”, con “confundido.” ahora también—mientras “mi cuerpo” esté “en prisiones” (v. 17). Cristo—no Pablo, “será engrandecido”. por vida, o por muerte—Sea cual fuere el asunto, yo no puedo perder; tengo que ser quien gane en lo que suceda. Pablo no era omnisciente; con respecto a las consecuencias de lo que les pasaba, los apóstoles experimentaban la misma prueba de la fe y paciencia que nosotros.

21. Porque—en todo caso (v. 20) yo saldré aventajado, “Porque para mí …” el vivir es Cristo—Todo cuanto tengo de vida, tiempo y fuerza, es de Cristo; Cristo es el solo propósito de mi vida (Gálatas 2:20). el morir es ganancia—No el acto de morir, sino como el griego lo expresa (“el haber muerto”), el estado después de la muerte. Además de la glorificación de Cristo mediante mi muerte, que es mi fin primordial (v. 20), el cambio de estado causado por la muerte, antes de ser asunto de vergüenza, confusión (v. 20), o de pérdida, como mis enemigos suponen, será una “ganancia” positiva para mí.

22. si el vivir … esto, etc.—“Pero si el vivir en la carne (si) esto (digo, la continuación en esta vida, la que estoy estimando en menos) es el fruto de (mi) labor (eso es, la condición en la cual está envuelto el fruto de mi obra ministerial), entonces qué escogeré no sé” (no puedo determinar conmigo mismo, si se me diese la oportunidad de escoger, pues las dos alternativas son igualmente buenas). Así Alford y Ellicott. Bengel lo entiende como en la versión inglesa, con lo cual el griego concordará si se supone la existencia de una elipsis: “Si el vivir en carne (es lo que me tocará), esto (continuar viviendo) es el fruto de mi obra”, eso es, esta continuación en la vida será la ocasión de “obra” que será su propia recompensa o “fruto”; o este continuar viviendo yo tendré este “fruto”, a saber, “obra” en Cristo. Grocio explica “el fruto de la obra”, como un idiotismo, como que “vale la pena” si vivo en la carne, valdrá la pena, pues así la causa de Cristo es adelantada, “Porque para mí el vivir es Cristo” (v. 21; cf. 2:30; Romanos 1:13). La otra alternativa, a saber, “el morir” la trataremos bajo el texto 2:17, “si soy derramado”.

23. Porque—Los manuscritos más antiguos leen: “Pero”, “No sé qué escoger (v. 22), PERO de ambas cosas estoy puesto en estrecho (perplejo) (a saber, vivir, o morir), teniendo deseo de ser desatado (lit., “soltar el ancla”, 2 Timoteo 4:6) y estar con Cristo”. lo cual—Según los manuscritos más antiguos: “PORQUE es mucho mejor”, o según el griego: “mucho más preferible”; una comparación doble. Esto refuta la idea de que el alma duerme durante el tiempo de su separación del cuerpo. Demuestra también que, mientras que consideraba que la venida del Señor estaba en todo tiempo cercana, la muerte suya, sin embargo, era una contingencia muy probable. La vida eterna parcial está entre la muerte y el segundo advenimiento de Cristo; el prefeccionamiento, a dicha segunda venida. [El obispo Pearson]. El irse es mejor que el quedarse en la carne; el estar con Cristo es muchísimo mejor; una esperanza neotestamentaria (Hebreos 12:24). [Bengel].

24. quedar en la carne—seguir viviendo algún tiempo más. por causa de vosotros—A fin de serviros a vosotros, estoy dispuesto a renunciar a mi algo apresurada entrada en la bienaventuranza; el cielo no dejará de ser mío, por fin.

25. Sé—por las intimaciones proféticas del Espíritu. No sabía aún el resultado, en lo que concernía a las apariencias humanas (Hebreos 2:23). El sin duda volvíó de su primer encarcelamiento a Filipos (Hebreos 13:19; Filemón 1:22). gozo de la fe—El griego: “vuestro gozo de fe”.

26. Tradúzcase: “Para que vuestro motivo de gloria (o de regocijo) en Cristo Jesús abunde en mí (es decir, en mi caso; con respecto a mí, o para mí, concedido que fuí a vuestras oraciones, v. 19) por medio de mi presencia (parousía, la presencia de uno que viene) de nuevo entre vosotros”. Alford hace que el asunto de gloria sea la posesión del evangelio, recibido de Pablo, que abundaría, que estaría asegurado y aumentaría por su presencia entre ellos; de modo que “en mí” significa que Pablo es el obrador del material del crecimiento en Cristo Jesús. Pero “mi gloria en vosotros” (Hebreos 2:16) claramente es paralelo a “vuestra gloria en mí” aquí.

27. Solamente—Pase lo que pasare en cuanto a mi venida a vosotros, tened esta sola preocupación. Con suponer ésta o la otra contingencia futura, muchos se persuaden de que van a ser tal cual deben ser; pero es siempre mejor sin evasión alguna cumplir los deberes presentes en las circunstancias presentes. [Bengel]. que converséis—Cf. 3:20: “Nuestra vivienda (griego, “cíudadanía”) está en los cielos”. El griego indica: “vuestra conducta de ciudadanos (eso es, del estado celestial; “la ciudad del Dios vivo,” Hebreos 12:22, “la Jerusalén celestial”, “ciudadanos conjuntamente con los santos,” Efesios 2:19) sea como es digno …” para que … oiga—“Oír” a fin de incluír las dos alternativas (“o sea que vaya … ausente”), debe llevar el sentido de saber. en un mismo espíritu—el fruto de la participación del Espíritu Santo (Efesios 4:3). unánimes—el griego: “en una misma alma”, la esfera de los afectos; subordinada al “Espíritu”, la naturaleza superior y celestial del hombre. “A veces hay antipatías naturales entre creyentes; pero éstas son vencidas cuando hay no sólo unidad de espíritu, sino también de alma” [Bengel]. combatiendo juntamente—con esfuerzo unido.

28. intimidados—“espantados”, lit., dícese de caballos o de otros animales súbitamente alarmados; también de consternación repentina en general. que—“lo cual,” el que no os aterroricéis.” indicio de perdición—si ellos siquiera lo quisieran percibir (2 Tesalonicenses 1:5). Atestigua esto que, al contender fatalmente contra vosotros, no hacen sino precipitarse a su propia perdición, sin hacer aflojar vuestra constancia y fe unidas. a vosotros de salud—Los manuscritos más antiguos leen: “de vuestra salvación”; no meramente de vuestra seguridad temporal.

29. Porque—más bien, una prueba de que esto es una señal evidente (“indicio”) de parte de Dios, de vuestra salvación, “porque”a vosotros es concedido—dado como un favor, o don de gracia. La fe es el don de Dios (Efesios 2:8), no operada en el alma por la voluntad del hombre, sino por el Espíritu Santo (Juan 1:12). creáis en él—“Creerle,” sería solamente creer que él habla la verdad. “Creer en él” (griego: eis auton, es poner la fe en él, creer obtener por él la salvación eterna. Padecer por Cristo no sólo no es una marca de la ira de Dios, sino antes un don de su gracia.

30. habéis visto en mí—(Hechos 16:12, Hechos 16:19, etc.; 1 Tesalonicenses 2:2). Yo en nada soy intimidado (aterrorizado) por mis adversarios (v. 28); tampoco debéis serlo vosotros.


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Filipenses 1

I. EL MISIONERO Y SUS DISCIPULOS, 1:1-11

La primera sección de Filipenses establece claramente la calidez de la relación entre el autor y los destinatarios, la cual es importante tomar en cuenta para comprender el contenido de toda la epístola.

1. Saludo y definición del ser cristiano, 1:1, 2

Siguiendo las fórmulas literarias de su tiempo Pablo inicia su carta con una referencia a sí mismo como el autor e incluye a Timoteo, quien al momento de escribir lo está acompañando, y quien también había formado parte del equipo misionero que inició la predicación del evangelio en Filipos. En otras cartas Pablo se presenta a sí mismo como “apóstol”, pero aquí el término que usa, siervos de Cristo Jesús (lit. “esclavos”) le permite incluir a Timoteo. Además concuerda con el espíritu de humildad que es un tema que predomina en la carta, y coincide con el hecho de que en Filipos aparentemente no se discute la autoridad apostólica de Pablo.

La ciudad de Filipos Sin ser la capital de la provincia de Macedonia, Filipos era su principal ciudad. Su importancia se debía a sus riquezas mineras, de las que sobresalía el oro y la plata. Pero, además, debía su fama a su estratégica situación geográfica, que constituía una verdadera puerta de entrada a Europa.

Estaba situada sobre la famosa Vía Ignacia, a unos 14 km. de la costa del Mar Egeo. Antiguamente su nombre había sido "Ciudad de las Fuentes". Fue más tarde que el rey Filipo, o Felipe, de Macedonia, padre de Alejandro el Grande, hizo en ella muchas mejoras. Y fue en su honor que se le puso el nombre de Filipos.

Tiempo después el emperador Augusto César la distinguió con el privilegio de ser una colonia romana, lo cual la eximía de pagar tributos y le daba una organización parecida a Roma. Así, pues, sus habitantes ostentaban la dignidad de ser ciudadanos romanos con sus consiguientes privilegios.

En respuesta al llamado del "Varón Macedonio", Pablo y sus compañeros de ministerio llegaron a Filipos para establecer una iglesia que amaba y lo amaba, y que lo apoyó y sostuvo en todo su ministerio. Fue, precisamente, una ofrenda enviada por esta iglesia a Pablo, estando él preso en Roma, y por medio de Epafrodito, lo que dio oportunidad al Apóstol de escribir esta singular epístola, de la cual emana profundo amor cristiano y gozo en Cristo.

La carta va dirigida a todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos. Para Pablo, todos los creyentes están llamados a la santidad y son hechos “santos” por su relación con Cristo. La enseñanza sobre santidad tiene sus raíces en el AT que insiste en la santidad de Dios (Isa 6:3) y en el hecho de que el pueblo que pertenece a Dios está también llamado a ser santo (Lev 11:44; Lev 19:2; Lev 20:26), es decir a llevar un estilo de vida en obediencia a las demandas de Dios. Ese estilo distintivo es señal de una conciencia de pertenecer a Dios, y de estar por ello separado o apartado para vivir conforme al propósito divino. En el NT se describe de la misma manera la relación entre el creyente y Cristo. Esta relación transforma a la persona humana y le asigna una misión en el mundo, para la cual ha sido apartada. La expresión en Cristo que Pablo utiliza con mucha frecuencia se refiere precisamente a esa relación básica de salvación gracias a la obra de Cristo y, en consecuencia, de pertenencia a Cristo. Es la relación para la cual el lenguaje de Jesús en Juan 15 utiliza la metáfora de la vid y los pámpanos. Por eso también acierta Dios Habla Hoy cuando da como equivalente de la frase “en Cristo” la expresión “estar unido a Cristo”. Estar así en Cristo es entonces lo que define la esencia de la vida cristiana. La otra expresión en el Señor, que Pablo utiliza nueve veces en esta epístola, se refiere también a esta relación, pero carga el énfasis en las consecuencias de esta relación en la vida diaria (ver comentario a 1:14).

La referencia a todos los creyentes de Filipos viene antes de la frase con los obispos y diáconos. En la carta hay referencias específicas a los líderes de la congregación, sin embargo todos los santos están “con” ellos y no “bajo” ellos. Ya que se trata de una congregación mayormente gentil Pablo no usa aquí la expresión equivalente “ancianos” (presbúteros G4245), de raíz judía. En este punto es importante recordar que en el NT no hay ninguna indicación de que para Jesús o los apóstoles haya habido una idea de jerarquía institucionalizada, con la cual actualmente se asocian las palabras “obispos y diáconos” en algunas iglesias. Lit. las palabras se refieren más bien a la función, y como señala la nota de RVA, una traducción alternativa sería simplemente “con los que presiden y los que sirven”.

La salutación tradicional en el mundo grecorromano deseaba salud y alegría para el destinatario, mientras que la salutación judía recalcaba la paz (shalom). En su saludo Pablo combina elementos gentiles y judíos, gracia a vosotros y paz, pero le agrega un elemento nuevo y distintivo al especificar de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Lo que esto significa lo veremos desarrollado en el cuerpo de la carta, donde hay referencias a la paz de Dios (4:7, 9) y también una rica exposición acerca de la persona y la obra de Jesucristo, y su efecto y significado en la vida de los creyentes.

2. Una memoria edificante, 1:3-6

En las tres secciones que siguen Pablo va a mostrar cómo él recuerda a los filipenses (v. 3), lo que siente hacia ellos (v. 7) y el contenido de su oración por ellos (v. 9), ofreciéndonos así un retrato ejemplar de la actitud fundamental de un auténtico misionero. En las largas horas de la prisión, el Apóstol recuerda la iglesia que fundó en Filipos, y puede hacer memoria de personas y rostros que invariablemente lo mueven a gratitud: cada vez que me acuerdo de vosotros (v. 3) y a seguir orando por ellos con gozo y entusiasmo en cada oración. Esta memoria que anima, edifica y sostiene al misionero es más que el resultado de una simpatía afectiva. Pablo siente a los filipenses como compañeros de su labor y describe su relación con ellos usando un término de rico contenido teológico, vuestra participación en el evangelio. La palabra que aquí se traduce como “participación” es koinonía G2842, que otras versiones traducen “comunión”, es decir una relación de afecto y mutua pertenencia que deriva de la fe común en las buenas nuevas de Jesucristo.

El saludo de los cristianos 1:2

En la mayoría de sus cartas, Pablo usa un saludo característico, lleno de significado para los cristianos.

1. Gracia a vosotros...

Era la hermosa palabra griega u occidental, pero dando la connotación que esta palabra tenía. Gracia es el amor inmerecido de Dios, del que fuimos objeto al ser salvos. La relación del creyente con Dios es una relación de gracia. Pero también la palabra gracia se refiere al encanto, belleza y alegría que Cristo trajo a la vida.

2. Paz a vosotros. La palabra paz era usada comúnmente por los hebreos u orientales en el saludo. Pablo no la usa únicamente como saludo de protocolo. El anhelaba que la paz llenase sus corazones, como él mismo lo había experimentado en medio de las pruebas. Significando paz del alma, del corazón, de la conciencia. Paz que proviene de Dios nuestro Padre. Paz que llega a través de Cristo.

Gracia y paz, siempre en ese orden. Son vigentes aún en el mundo moderno, en medio de las circunstancias tan variadas de la vida actual.

Esta mutua pertenencia por la fe no es obra humana sino iniciativa divina (2:13) y se ha mantenido constante desde el primer día hasta ahora. El relato de Hechos recalca la iniciativa divina al narrar la conversión de Lidia, la primera creyente de Filipos, cuyo corazón abrió el Señor para que estuviese atenta a lo que Pablo decía (Act 16:14). De esta manera, la referencia a la fidelidad de los filipenses desde aquel día inicial va acompañada de la certeza respecto a la fidelidad de Dios. La convicción respecto a la fidelidad de el que en vosotros comenzó la buena obra, lleva a Pablo a afirmar con toda seguridad que esa obra llegará a buen término. La nota de plenitud o completamiento se expresa aquí en la traducción perfeccionará para el griego epiteléo G2005, cuya riqueza de significado puede también traducirse “la irá llevando a buen fin”, como lo hace Dios Habla Hoy. Esa plenitud se relaciona en este versículo con un tema que se repite de diversas maneras a lo largo de la carta: el día de Cristo Jesús. El autor parece dar por sentado que sus lectores entienden el término, de manera que no lo explica aquí. Pero hay toda una visión de la historia que ve el pasado, presente y futuro, y la propia vida, desde la perspectiva divina. Aquí como en todo su pensamiento Pablo refleja lo mucho que él depende de la herencia judía del AT dinamizada por la realidad de

Jesucristo. Para el AT Dios está en el comienzo mismo de la vida y de la historia humana, del universo y de la creación y sigue activo para completar su obra (Isa 48:12 ss.). Pablo ha tomado esta visión de la historia y la conecta con la venida de Cristo, quien aparece “en la plenitud del tiempo”. Ese Cristo, cuya obra va a ser magistralmente presentada en el cap. 2, es quien en el último día se manifestará como Señor y juez final y definitivo. El tiempo actual es tiempo de misión, con sus victorias y sus peripecias pero se vive a la luz de ese día final al cual Pablo alude repetidas veces y de diferentes maneras (1Co 3:13; 1Co 4:1-5; 2Th 1:10). Aquí Pablo puede aplicar esa visión al caso particular de los filipenses. Ha recordado el pasado, los comienzos de su vida como creyentes, refiriéndose al primer día, y ahora afirma su confianza en la victoria final del último día, garantizada por la acción de Dios mismo.

3. Comunión y añoranza,2Th 1:7-8

Pablo pasa ahora a reafirmar sus muestras de afecto por los filipenses al mismo tiempo que afirma cómo la memoria de ellos lo ha sostenido en la prisión. El sentir del v. 7 traduce el griego fronéo G5426, importante término que Pablo usa unas diez veces en esta carta (ver comentario en 2:5). Su cariño hacia los filipenses se ha ido construyendo como respuesta a las muestras específicas de amor fraterno que ellos le han hecho llegar (ver 4:15, 16) de manera que reafirma esa mutua pertenencia y dependencia de la gracia. Ellos han participado tanto de su sufrimiento como prisionero, como de su tarea misionera que no ha parado pese a su condición de tal. Aun desde su celda está ocupado tanto en un trabajo de proclamación apologética, defensa, como en el de discipulado y consolidación, confirmación del evangelio. El recuerdo de esta militancia común, hace que sin inhibiciones el Apóstol ponga a Dios como testigo para describir la añoranza que siente por ellos y que brota de un amor profundo mediado por Cristo Jesús. Esta es la que podríamos llamar una rica base afectiva sobre la cual son posibles tanto la tarea discipuladora como el nuevo desafío a un mayor crecimiento y abundancia. ¡Qué lejos está el Apóstol del frío profesionalismo de tantos ministros del evangelio y de la distancia social que suele separar a misioneros de nacionales!

4. La visión esperanzada del futuro, 1:9-11

La memoria y la añoranza llevan a Pablo a la oración intercesora. Aquí tenemos un resumen de lo que Pablo desea para los filipenses, y que en cierto modo es una síntesis de lo que va a desarrollar en toda la carta. Lo que constituyen sus peticiones en oración por los filipenses viene a ser un desafío a la plenitud y la madurez, un programa de crecimiento espiritual. En primer lugar (v. 9), que vuestro amor abunde, porque ya hay evidencia de que esta iglesia de Filipos tiene la marca del amor de Cristo, pero Pablo los desafía a ir más allá. Esto no significa el aumento de un sentimentalismo más efusivo, sino un amor que crece en conocimiento y en todo discernimiento. Usando nuestras imágenes tradicionales podríamos decir que no hay un contraste entre corazón y cerebro. Notemos que la abundacia del amor lleva a mayor sabiduría y claridad mental, capacidad para distinguir. Esa es precisamente la capacidad a la que se hace referencia en el v. 10, que como dice la nota de RVA podría traducirse también “para que podáis discernir lo que más vale”. Al comienzo de la vida cristiana se adquiere un discernimiento que permite escoger entre lo bueno y lo malo, pero llega un momento en la vida cristiana en que el gran dilema ya no es tanto entre lo bueno y lo malo, sino entre lo bueno y lo mejor. Eso requiere un discernimiento más agudo, señal de mayor madurez.

Una vida superior 1:10

1. Es una vida saturada de Cristo.

Es limpia, es amigable. Ama, perdona y sirve. Aprueba lo excelente y desecha lo inferior. Es fácil decidir entre lo bueno y lo malo. Más difícil es elegir entre lo bueno y lo superior.

2. Es una vida sincera.

Integra. Sin mezcla de impureza. La palabra proviene de los tiempos del Imperio Romano. En Roma se vendían templetes y objetos artísticos de mármol de una sola pieza. Pero algunos objetos tenían fisuras o defectos que se los emparejaba o disimulaba con cera y, una vez pulidos, semejaban ser íntegros pero, al sol, las imperfecciones se hacían visibles, o la cera se derretía. Otros eran "sinecera", sin cera. Estaban completos, sin faltas. Pablo pide que los cristianos vivamos vidas superiores, genuinas, verdaderas... sinceras.

3. Es una vida irreprensible.

Sin ofensa. Sin ser causa de tropiezo. Transparente. Vivir de tal manera que al llegar al día final no lleven la culpa de haber sido la causa por la cual otros tropezaron y cayeron.

Aquí la espiritualidad se relaciona directamente con la ética. La secuencia es clara: un mayor amor dará mayor discernimiento para poder llegar a ser irreprensibles, para no tener que temer un juicio adverso, no sólo desde el punto de vista humano, sino ante el juicio de Cristo mismo. Al mismo tiempo la vida no será una peripecia infructuosa sino una existencia fructífera. Como en todas las epístolas paulinas el fruto aquí no es algo cuantitativo que se pueda contabilizar como tantos convertidos o tantas horas pasadas en oración o tantas iglesias fundadas. Es más bien un fruto cualitativo, fruto de justicia. Además Pablo vuelve a reafirmar la iniciativa divina en este proceso, porque el fruto viene por medio de Jesucristo, y no busca la glorificación y la fama humana, sino la gloria y alabanza de Dios.

II. UNA MISION FRUCTIFERA, 1:12-26

La sección que sigue conecta con la anterior en forma muy propia del estilo paulino. Lo que enseña a sus discípulos, y espera de ellos, es lo que él mismo practica y ha visto realizarse en su propia vida: la unión indivisible entre práctica y teoría.

1. Peripecia del misionero y gloria del Señor, 1:12-20

En las epístolas de Pablo hay muchas referencias a sus sufrimientos y sus prisiones, pero cuando se las considera con detenimiento se percibe en el estilo que el móvil no es cierto masoquismo vanidoso. Ese es en particular el caso en esta sección en la cual la referencia a su prisión lleva una nota de regocijo y gratitud a Dios, y hasta de entusiasmo misionero. El v. 12 resume el efecto de sus peripecias: han redundado más bien para el adelanto del evangelio. Por un lado se ha hecho evidente que él no está en prisión como un delincuente común o un agitador social, sino por la causa de Cristo (v. 13), como un embajador en cadenas (Eph 6:20). De ello han tomado nota aun personas del Pretorio, término tomado del latín (praetorium), y que se refiere a la guardia especial o cuerpo de elite, encargada de cuidar la seguridad del emperador o los gobernadores. Entre todos los demás nos da a entender que la prisión de Pablo ha llegado a ser algo así como una cosa pública, bien conocida.

Por otro lado, y quizás precisamente al ver la indoblegable actitud de Pablo y la fuerza de su testimonio, la mayoría de los hermanos han tomado ánimo en el Señor y se han atrevido a predicar sin temor (v. 14). Que la prisión y el sufrimiento del misionero venga a ser fuente de valor y estímulo para la acción de los discípulos es algo que demuestra el cambio de perspectiva que brota de la relación con Cristo. Aquí aparece por primera vez la expresión en el Señor, que en esta epístola Pablo usa más veces que en ninguna otra, para referirse a una variedad de acciones y actitudes vinculadas a la relación fundamental con Cristo (Eph 2:19, Eph 2:24; Eph 3:1; Eph 4:1-2, Eph 4:4, Eph 4:10). Las expectativas y los planes respecto al futuro, la alegría por la riqueza de las relaciones fraternales, la resolución de las diferencias entre los hermanos, todo es posible gracias a esa relación con el Señor.

Ser ciudadano romano Augusto César hizo de Filipos una colonia romana, adoptando todas las costumbres, estilos y leyes que imperaban en Roma. Aún el idioma era romano. Al derecho de ser ciudadano romano se tenía acceso por haber nacido en Roma o en una de sus colonias. La ciudadanía también se conseguía por honores militares, o se compraba (ver Act 22:28). Act 16:20-21 denota el orgullo que este derecho confería a quien lo ostentaba. Pero, además, proporcionaba ventajas en la vida social, por la exención de ciertos impuestos, derechos civiles tales como ser castigado con azotes o ser detenido por la autoridad sin haber sido juzgado (ver Act 16:37-40 y 22:25-29). Podían, además, ejercer el derecho de ser juzgados en Roma misma o apelar al César (ver 25:10-12). Una ventaja importante de ser ciudadano romano era la posibilidad de viajar y desplazarse por todo el Imperio sin dificultad y amparado por la ley romana.

En este punto Pablo hace algo así como un pequeño paréntesis penoso. Sus sufrimientos no son causados sólo por los enemigos de fuera de la comunidad cristiana, sino también por rivales de dentro. Como para que no tengamos falsas ilusiones o visiones de color de rosa sobre la iglesia primitiva nos encontramos con esta referencia a predicadores que predican a Cristo por envidia y contienda (comp. con 2:3). A éstos Pablo atribuye la intención de añadir mayor aflicción a lo que él ya sufre como prisionero. Sin embargo, así como sus cadenas han tenido un efecto beneficioso desde el punto de vista de la misión, así también él busca el lado positivo de esta rivalidad interna, y afirma su regocijo ante el hecho de que de todas maneras Cristo es anunciado, sea por pretexto o sea de verdad (v. 18). Nótese que la RVA hace primero referencia a los que predican por amor (v. 16) y en segundo lugar a los que lo hacen por contención (v. 17). En este aspecto, y a diferencia de otras traducciones, sigue el orden de los manuscritos más antiguos ahora disponibles que corresponde mejor al estado de ánimo de Pablo que el texto comunica.

Hay algo sin embargo que es causa de mayor alegría, y es la esperanza de su liberación. El Apóstol parece tener base para pensar que su causa judicial, quizá su apelación ante el César, va a tener un resultado positivo. Este sentir lo atribuye tanto a las oraciones de los filipenses como a un apoyo y convicción que viene por obra del Espíritu de Jesucristo. Para Pablo cada fase de la misión cristiana es posible sólo por la acción del Espíritu. Ya hicimos referencia a la dirección del Espíritu en la misión para la entrada en Filipos (ver Introducción). La conversión de personas a Jesucristo es por acción del Espíritu (comp. Act 16:14 con 2Co 3:17 y 4:5, 6). Como en la sección anterior aquí también Pablo hace referencia al tiempo y a la fidelidad de Dios para no pasar vergüenza sino más bien tener plena confianza. No es sólo optimismo humano sino seguridad de que lo que acontezca con su cuerpo, su propia vida o su propia muerte, servirá de instrumento para exaltar a Cristo. Pablo está poseído de un realismo optimista, porque aunque la muerte parece rondar en el curso de la epístola y hay varias referencias a ella, lo que está claro es que el Apóstol no le tiene ningún temor; para él es como una serpiente o un escorpión que ya no tienen su aguijón letal (1Co 15:55-57).

2. Vivir y morir por Cristo,1Co 1:21-26

La referencia a sus prisiones y el posible desenlace de su situación como preso del Señor lleva a Pablo a escribir con el corazón en la mano, sacando a luz la riqueza de las convicciones íntimas que dan sentido a su vida. Si la vida está entregada a Cristo y se vive para su gloria, la muerte no es una amenaza ni causa terror (v. 21). Notemos los dos términos de este versículo clásico que ha inspirado a tantos: para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. Esta es la fibra de la que están hechos los pioneros de Cristo en todas las épocas. No se trata de una actitud de resignación, sino primero de una afirmación gozosa de plenitud de vida en Cristo, desde la cual la muerte se ve con una perspectiva diferente, como una ganancia. Cabe preguntarse: ¿Qué clase de ganancia? ¿En qué sentido se estaría ganando algo? Si una persona ya está “en Cristo” y goza de las bendiciones de esa relación que da sentido a su vida, la muerte no significa el fin de esa relación sino más bien la entrada en la plenitud de la misma. El hilo del pensamiento conecta naturalmente con la afirmación del versículo que sigue. Para Pablo hay una seguridad de que la muerte es sólo una partida que conduce a estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor (v. 23).

Sin embargo, Pablo expresa un tremendo deseo de seguir viviendo una vida útil y fructífera, especialmente al servicio de aquellas personas que quiere, como los filipenses (vv. 22, 24). De allí viene su dilema, sintiéndose como tironeado desde direcciones opuestas por ambos anhelos. Esta seguridad final y esta orientación básica de la vida están claras para él. Contra ese trasfondo, sin embargo, afirma su convicción presente de que Dios le va a conceder más tiempo para ministrar entre los filipenses (v. 25). Y una vez más, sin inhibiciones ni falsas modestias, expresa su convicción de que su presencia va a beneficiar mucho a los filipenses (v. 26). La presencia y la ausencia del Apóstol entre los filipenses va a ser un elemento muy importante de su razonamiento en la sección que sigue.

Cristo, realidad viviente 1:21

Cada cristiano ha de preguntarse: ¿Es Cristo una realidad viva en mi vida? ¿Es él el factor básico en mi ser? ¿Puedo ver su presencia divina en cada tormenta, en cada relámpago, en cada trueno estremecedor? ¿Puedo percibirle en la luz brillante del sol como en la noche oscura iluminada por la luna y las estrellas? ¿Le veo y le palpo a mi lado en las horas de tragedia y en las que la alegría y la belleza me rodean?

Si Cristo es así una realidad viviente, podré cantar gozoso en medio de las crisis y vislumbrar el cielo azul entre las nubes negras de la adversidad, la soledad y la tristeza.

Cuando el corazón está en estrecha relación con el Señor, cuando Jesucristo es el factor principal detrás de todos los detalles de la vida, se puede experimentar alegría y paz en todas las circunstancias de la vida, así como el poeta y el músico se inspiran y motivan en la fiereza de la tempestad o en el susurro del agua que corre y desciende entre las piedras del arroyo al pie de la montaña. Cristo, la realidad viviente, hará la diferencia en la vida que se abre a su llenura y plenitud.

III. LA MISION : COMUNION Y TESTIMONIO, 1:27-2:18

Esta larga sección constituye el meollo de la epístola. Dentro de ella ocupa un papel central el himno cristológico (2:5-11), pero es importante captar la unidad de todo el pasaje. Esta se advierte si colocamos en columnas paralelas los versículos con los cuales se inicia y se completa esta sección:

1:27, 28 2:12-18

presencia y ausencia del apóstol presencia y ausencia del apóstol

salvación y perdición salvación

creer y sufrir sufrimiento

conducta ciudadana luminares en el mundo

En medio de estos dos pasajes que recalcan algunos temas comunes está la referencia a Cristo, que le sirve como centro y eje, de manera que tenemos una sincronía típica del estilo de Pablo.

1. La agenda de la iglesia : unidad y testimonio, 1:27-30

La presente traducción (RVA) ofrece una versión diferente y más clara de la exhortación del Apóstol en el v. 27: procurad que vuestra conducta como ciudadanos sea digna del evangelio. En la palabra griega polítes G4177, que significa ciudadanía, encontramos la raíz pólis G4172, que efectivamente hace referencia a la ciudad. El verbo politéuomai G4176 se traduce lit. “conducirse como ciudadano”. Como se ha señalado en la Introducción, los filipenses eran muy conscientes de su ciudadanía y de los privilegios y responsabilidades que ella implicaba en vista de la situación especial de que disfrutaba Filipos como colonia romana. Esta es la imagen que Pablo usa ahora para referirse a las altas exigencias éticas del evangelio, la calidad de vida a la cual llama la fe en Cristo. Recurre de nuevo a esta familia de palabras en 3:20. Los valores del evangelio no se viven en la soledad de un convento en el desierto sino en medio mismo de la ciudad.

Queda claro entonces que la aceptación del evangelio no convierte a las personas en seres antisociales a quienes no les importa lo que pasa en el mundo que los rodea. Las demandas éticas del evangelio se expresan en una conducta ciudadana ejemplar, aunque en este pasaje Pablo no entre en detalles respecto al contenido de esa conducta. El relato de Hechos ofrece una interesante ilustración de este punto en la conducta de Pablo durante su misión en Filipos. La conversión de la muchacha adivina trajo como consecuencia un disturbio violento en la ciudad y el encarcelamiento de Pablo y Silas, seguido de la conversión del carcelero (Act 16:16-34). Luego de dicha conversión los jueces mandaron unos guardias a ordenar la liberación de Pablo y Silas, pero el Apóstol se negó a salir de la cárcel. Adujo que las cosas no se habían hecho conforme a la ley, deslindó responsabilidades y protestó porque se habían violado sus derechos de ciudadano romano (Act 16:37) El incidente terminó cuando los jueces admitieron su error y se disculparon ante Pablo y Silas, yendo personalmente a liberarlos (Act 16:38-39). Todo hace pensar que Pablo actuó teniendo en cuenta la situación legal de la iglesia que quedaba en Filipos, ya que no era bueno que tuviese como antecedente policial el haber sido fundada por un agitador y promotor de disturbios. La práctica del misionero refleja aquí sensibilidad pastoral y también clara conciencia de cómo conducirse como ciudadano. Hay un tono paternal en la referencia a que no es necesaria la presencia del Apóstol para que los filipenses se porten bien. Desde la distancia espera saber que están firmes en la lucha (ver comentario a 2:12).

El tema del conflicto conecta con el contraste que establece 2:15 entre la calidad de vida propia de la iglesia que es como la luz y la sociedad ambiente que es como las tinieblas. En 1:27, 28 la referencia al contraste es menos explícita pero igualmente clara y utiliza las ideas de salvación y perdición. El cristiano sabe que está en medio de una batalla pero no se debe dejar asustar o intimidar por los adversarios. Para poder enfrentar al mundo hostil el Apóstol aconseja por un lado el cultivo de la unidad: firmes en un mismo espíritu. Por otro lado enseña que es necesaria la disposición a sufrir por causa de Cristo, tomando el sufrimiento como un privilegio. Y aquí regresa a su propia práctica, a su propio sufrimiento y valentía en el conflicto. El término griego aquí traducido conflicto es agón G73, del cual deriva la palabra agonía, que no quiere decir únicamente los estertores previos a la muerte, sino como el filósofo español Miguel de Unamuno destacaba, la vida misma como un continuo combate. Esa vida de Pablo como una verdadera lucha los filipenses pudieron verla cuando él y sus colaboradores llegaron por primera vez a Filipos, y ahora a la distancia oirán noticias por Epafrodito y por la propia carta que les envía. Esa es la agenda que el Apóstol propone: unidad interna y testimonio valiente hacia afuera.




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Comentario Bíblico Mundo Hispano

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