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Colosenses 1 - Comentario Crítico y Explicativo Conciso vs Mundo Hispano

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Colosenses 1

SALUDO; INTRODUCCION; CONFIRMA LA ENSEÑANZA DE EPAFRAS; LAS GLORIAS DE CRISTO; ACCION DE GRACIAS Y ORACION A FAVOR DE LOS COLOSENSES; SU PROPIO MINISTERIO DEL MISTERIO.

1. por la voluntad de DiosGriego, “a través de”, etc., (véase Nota, 1 Corintios 1:1). Timoteo—(Véanse notas, 2 Corintios 1:1; Filipenses 1:1). Estaba Timoteo con Pablo cuando escribía esta carta. Había sido compañero de Pablo en su primer viaje por Frigia, donde estaba Colosas. Por lo tanto, parece que los colosenses le asociaban con Pablo en su afecto y el apóstol le incluye en la salutación de la Epístola. Ni el uno ni el otro, probablemente, habían visto la iglesia de los colosenses (véase cap. 2:1), mas en su gira por Frigia habían visto ciertos colosenses, tales como Epafras, Filemón, Arquipo y Apfia (Filemón 1:2), quienes, una vez convertidos, llevaron el evangelio a su ciudad natal. Colosas—Escrita en los manuscritos más viejos, “Colasas”. Así como “santos” da a entender unión con Dios, así “hermanos fieles” quiere decir unión con hombres cristianos. [Bengel]. y del Señor Jesucristo—Lección apoyada por algunos de los manuscritos más antiguos, omitida por otros de igual antigüedad.

3. Acción de gracias por “la fe, esperanza y amor” de los colosenses. Así también en las epístolas mellizas enviadas al mismo tiempo y por el mismo portador, Tiquico (Efesios 1:15). Damos—Yo y Timoteo. y Padre—Así algunos de los manuscritos más viejos. Mas otros mejores omiten el “y”, el cual se infiltró probablemente de Efesios 1:3. siempre orando por vosotros—con hacimiento de gracias (Filipenses 4:6). Véase el versículo siguiente.

4. Habiendo oído, etc.—El lenguaje da a entender que sólo había oído de ellos, sin haberlos visto (cap. 2:1). Véase Romanos 1:8. donde se usa un lenguaje igual acerca de una iglesia que nunca había visto. el amor … a todos—a los ausentes, como también a los que están presentes. [Bengel].

5. A causa de—debe unirse con las palabras inmediatamente anteriores, “el amor que tenéis a todos los santos a causa de la esperanza”, etc. La esperanza de la vida eterna nunca será en nosotros un principio inactivo, mas siempre producirá el “amor”. Los romanistas abusan de este pasaje, como si la esperanza de la vida eterna dependiera de las obras. Pero es un argumento falso. No resulta que nuestra. esperanza esté fundada en nuestras obras porque estemos motivados a vivir bien, puesto que nada es más eficaz para este fin que el convencimiento de la gracia libre de Dios. [Calvino] guardada—un tesoro guardado como para estar fuera de peligro de ser perdido (2 Timoteo 4:8). La fe, la esperanza y el amor encierran la suma del cristianismo. Véase v. 23, “la esperanza del evangelio”. de la cual habéis oído ya—es decir, en el tiempo cuando les fué predicada. por la palabra, etc.—Que la “esperanza” formaba parte de “la palabra verdadera del evangelio” (cf. Efesios 1:13), es decir, la parte del evangelio que os fué predicada.

6. El cual ha llegado hasta vosotrosGriego, “Que está presente entre vosotros”, es decir, que ha venido a vosotros, y queda con vosotros. El habla de la palabra como de una persona viva presente entre ellos. como por todo el mundovirtualmente, como para esta fecha se predicaba en las partes principales del mundo conocido en aquel entonces; potencialmente, como fué el mandamiento de Cristo de que el evangelio fuese predicado en todas las naciones y no fuera limitado, como lo era la ley, a los judíos (Mateo 13:38; Mateo 24:14; Mateo 28:19). Sin embargo, la verdadera lección y la de los manuscritos más viejos, es la que omite el “y” siguiente, así: “Como por todo el mundo fructifica y crece, como también en vosotros”. Entonces lo que se afirma no es que el evangelio haya sido predicado en todo el mundo, sino que está llevando frutos de justicia, y (como un árbol que lleva fruto y al mismo tiempo crece) está creciendo en números de convertidos por todo el mundo. la gracia de Dios en verdad—es decir, en su verdad y con verdadero conocimiento. [Alford].

7. Como habéis aprendido—Algunos manuscritos agregan “también”, que no pertenece al texto verdadero. Los copiadores que lo metieron en algunos manuscritos, habrán creído que Pablo había predicado el evangelio a los colosenses, lo mismo que Epafras, mientras que la omisión de “también” en los manuscritos más antiguos da a entender que Epafras solo fué el fundador de la iglesia en Colosas. de Epafras—de parte de él. consiervo—es decir, de Cristo. En Filemón v. 23, le llama “mi compañero en la prisión”. Es posible que Epafras haya sido arrestado a causa de sus obras entusiastas en Asia Menor: pero es más probable que Pablo le diera este título, como de su fiel compañero en su encarcelamiento (véase Nota, cap. 4:10, acerca de la suposición de MEYER). el cual es un fiel ministro de Cristo a favor vuestro—o mejor, “el cual es fiel a favor vuestro como ministro de Cristo”, insinuando que él no es uno que ellos debieran rechazar a favor de los maestros nuevos y errados (cap. 2). Algunos manuscritos antiguos leen, “a favor nuestro”. La Vulgata, con uno de los manuscritos más viejos, lee: “a favor vuestro”.

8. vuestro amor—(v. 4), “a todos los santos”. en el Espíritu—la esfera o elemento en que sólo se halla el amor verdadero, como distinto del estado de aquellos que “están en la carne” (Romanos 8:9). Mas aun ellos necesitaban ser incitados a un amor más grande (cap. 3:12-14). El amor es el primer fruto y el principal del Espíritu (Gálatas 5:22).

9. también nosotros—por nuestra parte. lo oímos—(v. 4). no cesamos de orar—Aquí afirma en particular por qué cosa ora; así como en el v. 3 menciona en general el hecho de que oraba por ellos. que seáis llenos—más bien, “que seáis llenados”; un verbo hallado repetidas veces en esta Epístola (cap. 4:12, 17). conocimientoGriego, “conocimiento completo y exacto”. Palabra sustantiva análoga al verbo griego “conocisteis” (v. 6). de su voluntad—acerca de cómo debéis caminar (Efesios 5:17), como también principalmente el conocimiento de aquel “misterio de su voluntad, según su beneplácito, que se había propuesto en sí mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos” (Efesios 1:9); la voluntad de Dios, por la cual se había propuesto eternamente reconciliar para consigo, y salvar los hombres por Cristo, no por los ángeles, como hasta cierto punto enseñaban los maestros falsos (cap. 2:18). [Estio]. Parece que había una falta de conocimiento entre los colosenses, a pesar de sus excelencias generales; por esto Pablo frecuentemente hace énfasis sobre este tema (v. 28; cap. 2:2, 3; 3:10, 13; 4:5, 6). Por otra parte, Pablo ensalza menos la sabiduría a los corintios, quienes ya estaban muy inflados en el alto concepto de sus conocimientos. sabiduría—a menudo mencionada en esta Epístola, como opuesta a la “filosofía” (falsa) y la “ostentación de sabiduría” (cap. 2:8, 23; véase Efesios 1:8). inteligencia—sagacidad para discernir lo que es apropiado para cada ocasión, lugar y tiempo. La sagacidad tiene por asiento “la inteligencia” o intelecto; la sabiduría es más general, y tiene su asiento en todo el ámbito de las facultades del alma. [Bengel]. “¿Quisieras tú saber que los asuntos en la palabra de Cristo son cosas reales? Entonces nunca las leas simplemente por amor del conocimiento”. [Citado por Gaussen]. El saber es deseable solamente cuando es sazonado por la “espiritual inteligencia”.

10. Para que andéis, etc.—El conocimiento verdadero de la voluntad de Dios es inseparable del caminar conformemente con esa voluntad. digno del Señor—(Efesios 4:1). agradándole en todo—literalmente, “para todo agrado”, a Dios, se entiende. fructificando en toda buena obra—Esta es la primera manifestación de que ellos “caminan dígnamente del Señor”. La segunda es su “crecimiento en el conocimiento de Dios” (o, como leen los manuscritos más antiguos, “creciendo POR el pleno conocimiento de Dios”). Entonces, así como se dice que la palabra del evangelio (v. 6) estaba “fructificando” y “creciendo” en todo el mundo, aun así como estaba haciendo en los colosenses desde el día en que ellos conocieron la gracia de Dios, así aquí es la oración de Pablo que ellos pudiesen continuar “fructificando” y “creciendo” más y más por el pleno conocimiento de Dios, cuanto más de aquel “conocimiento” (v. 9) les fuera concedido. El pleno conocimiento de Dios es el verdadero instrumento de expansión en el alma y la vida del creyente. [Alford]. La tercera manifestación de que caminan dignamente es (v. 11), que están “corroborados de toda fortaleza”, etc. La cuarta es (v. 12) que “dan gracias al Padre”, etc.

11. Corroborados”, etc.—El griego dice, “Siendo hechos poderosos en todo poder”. conforme a la potencia de su gloria—más bien, “conforme a la potencia característica de la gloria” de Cristo, aquí muy apropiada al argumento de Pablo, Efesios 1:19; Efesios 6:10, como las abundantes “riquezas de su gloria” en Efesios 3:16. Su potencia es inseparable de su gloria (Romanos 6:4). para toda tolerancia—o paciencia, como para alcanzar todo aguante paciente, una continuación perseverante, sufriente en la fe, a pesar de las pruebas de los perseguidores y las seducciones de los maestros falsos. largura de ánimo—para con aquellos que uno pueda repeler. La “tolerancia” o aguante, se usa hacia aquellos a quienes no se les puede rechazar. [Crisóstomo]. con gozo—sufrimiento gozoso (Hechos 16:25; Romanos 5:3, Romanos 5:11).

12. Dando gracias al Padre—Vosotros, los colosenses. Véase Nota v. 10; esta cláusula está unida con “que seáis llenados” (v. 9), y “que andéis” (v. 10). El nexo no es con “no cesamos de orar por vosotros (v. 9) dando gracias”. al Padre—de Jesucristo, y por lo tanto nuestro Padre por adopción (Gálatas 3:26; Gálatas 4:4, Gálatas 4:6). que nos hizo aptos—No lo hizo por un crecimiento progresivo en la santidad, sino una vez para siempre nos hizo aptos. No es primordialmente la obra del Espíritu que aquí se indica, sentido en que frecuentemente se usa este texto; sino la obra del Padre en colocarnos por adopción, una vez para siempre, en una relación nueva con él, es decir, la relación de hijos. Los creyentes aquí indicados estaban en diferentes grados de santificación progresiva; pero en relación con la aptitud aquí especificada, ellos todos por igual la tenían de parte del Padre, en Cristo su Hijo, estando como estaban “cumplidos en él” (cap. 2:10). Véase Juan 17:17; Judas 1:1, “santificados en Dios Padre”; 1 Corintios 1:30. Todavía, en segundo lugar, esta aptitud, completa de una vez, contiene en sí el germen de la santificación, más tarde desarrollada progresivamente en la vida por el Espíritu del Padre en el creyente. La vida cristiana de “celestialdad”—si se nos permite formar tal palabra en castellano—es la primera etapa del cielo mismo. Tiene que haber, y habrá, una aptitud personal para el cielo donde exista una aptitud judicial para la vida celestial. para participar, etc.—El griego dice: “para la porción (nuestra porción) de la herencia (Hechos 20:32; Hechos 26:18; Efesios 1:11) de los santos en luz”. La “luz” empieza en el creyente aquí, descendiendo del “Padre de las luces” por medio de Jesús, “la luz verdadera”, y es perfeccionada en el reino de la luz, la que incluye conocimiento, pureza, amor y gozo. Aquí se pone en contraste con “las tinieblas” del estado inconverso (v. 13; 1 Pedro 2:9).

13. de la potestad—“de entre la potestad”, de entre la esfera donde es ejercido el poder de Satanás. trasladado—Los así trasladados en cuanto al estado, son también transformados en cuanto al carácter. Satanás tiene un dominio organizado con varios órdenes de poderes de mal (Efesios 2:2; Efesios 6:12). Pero rara vez se usa el término “reino” para referirse a este dominio usurpado (Mateo 12:26); generalmente se limita para indicar el reino de Dios. tinieblas—ceguedad, odio, miseria. [Bengel]. su amado Hijo—más bien como el griego, “el Hijo de su amor”; el Hijo sobre quien reposa su amor (Juan 17:26; Efesios 1:6); en contraste con las “tinieblas”, donde todo es odio y antipatía.

14. (Efesios 1:7). redención—más bien como el griego, “la redención”, la nuestra. por su sangre—Omitido en los manuscritos más antiguos; probablemente metido por algún copiador por influencia de Efesios 1:7. remisión de pecados—tradúzcase como el original griego,los pecados”, los nuestros.

15. Los que han experimentado en sí mismos “la redención” (v. 14), ya conocen a Cristo en el carácter glorioso aquí descrito, como superior a los ángeles más encumbrados a quienes enseñaban los maestros falsos (cap. 2:18) que había de tributarse culto. Pablo describe a Cristo (1) en su relación a Dios y la creación (vv. 15-17); (2) en relación a la iglesia (vv. 18-20). Así como en aquella relación se considera a Cristo como el Creador (vv. 15, 16) y el Sustentador (v. 17) del mundo natural; así en ésta, como el origen y el apoyo de la nueva creación moral. imagen—semejanza exacta y representante perfecto. Adán fué hecho “en la imagen de Dios” (Génesis 1:27). Mas Cristo, el segundo Adán, reflejaba perfecta y visiblemente “al Dios invisible” (1 Timoteo 1:17), cuya gloria representó sólo en parte el primer Adán. “Imager” (eikσn) incluye “semejanza” (homoiosis); mas “semejanza” no incluye “imagen” “Imagen” siempre supone un prototipo, al cual no meramente se parece, sino del cual es tomada: el duplicado exacto, como el reflejo del sol en el agua; el niño, la imagen viva del padre. “Semejanza” da a entender el mero parécido; no el duplicado exacto y derivación como expresa la “imagen”, véase 1 Corintios 11:7. [Trench]. (Juan 1:18; Juan 14:9; 2 Corintios 4:4; 1 Timoteo 3:16; Hebreos 1:3). Aun antes de su encarnación Cristo era la imagen del Dios invisible como el Verbo (Juan 1:1) por quien Dios creó los mundos y por medio de quien Dios apareció a los patriarcas. De modo que su carácter esencial como siempre “la imagen de Dios”. (1) antes de su encarnación, (2) en los días de su carne, y (3) ahora en su estado glorificado, es, creo, considerado aquí por el verbo “es”. el primogénito de toda criaturaGriego “el primogénito de toda la creación”. Dice el Credo Niceno: “engendrado del Padre antes de todos los mundos.” Se da a entender prioridad y dignidad superlativas (Salmo 98:27): Nuestra versión podría parecer favorecer el arrianismo, como si Cristo fuese una criatura. Tradúzcase, pues: “Engendrado (lit. “nacido”) antes de toda la creación”, según el contexto, que da el motivo por el cual él es caracterizado así: “Porque por él fueron criadas”, etc. (vv. 16, 17). [Trench]. Esta expresión es entendida por Orígenes (tan lejos está el griego de favorecer las opiniones socinianas o arrianas) como que declara la divinidad de Cristo, y es usada por él como una frase para señalar la divinidad en contraste con su humanidad (B. 2, sec. contra Celso).

16. Porque—Esto da la prueba de que él no está incluído en las cosas criadas, mas es el “primogénito” antes de “toda creación” (v. 15), engendrado como el “Hijo del amor de Dios” (v. 13), anteriormente a todas las demás emanaciones, “porque” todas estas otras emanaciones vinieron de parte de él, y todo lo que fué creado, fué creado por él. por él—más bien como el griego “en él”, como el elemento condicional preexistente y que lo incluye todo. La creación de todas las cosas POR él es expresada más tarde y es un hecho diferente de éste, aunque entendido en éste. [Alford]. Dios se reveló en el Hijo, el Verbo del Padre, antes de toda existencia criada (v. 15). Aquel Verbo Divino lleva EN sí el arquetipo, o modelo, de todas las existencias, de modo que “EN él todas las cosas en los cielos y en la tierra fueron criadas”. El “en él” indica que la Palabra es la base ideal de toda existencia; el “por él”, más adelante, que Cristo es el instrumento que realmente lleva a efecto la idea divina. [Neander]. Su naturaleza esencial como el Verbo del Padre no es una mera dependencia de su encarnación, sino la misma base de ella. La relación original del Verbo Eterno con los hombres “hechos en su imagen” (Génesis 1:27), es la fuente de la nueva revelación a ellos por la redención, formada en su encarnación, por la cual él les restaura a ellos la imagen de él que se había perdido. “En él” da a entender algo anterior a “por” y “para él” inmediatamente después; las tres preposiciones señalan en sucesión el principio, el progreso y el fin. [Bengel]. todas las cosas—“El universo de las cosas”. Que la nueva creación no está indicada en este versículo (como interpretan los socinianos), es claro; porque los ángeles, que se incluyen en el catálogo, no eran criados nuevos por Cristo; y Pablo no habla de la nueva creación hasta el v. 18. La creación “de las cosas que están en los cielos” (así el griego) incluye la creación de los cielos mismos; “las cosas” anteriores son más bien nombradas, pues los habitantes son más nobles que sus moradas. Los cielos y la tierra y todas las cosas que están en ellos (1 Crónicas 29:11; Nehemías 9:6; Apocalipsis 10:6). invisibles—el mundo de los espíritus. tronos … dominiosseñoríos; los tronos son los más grandes. principados … potestades—más bien, “gobiernos, o autoridades”; ésos son más fuertes que éstas (véase Nota Efesios 1:21). Estas dos palabras se refieren a puestos respecto de las criaturas de Dios; “tronos y dominios” expresan una relación más elevada para con Dios, siendo carrozas sobre las cuales anda Dios ostentando su gloria (Salmo 68:17). Por este pasaje se establece la existencia de varios órdenes de ángeles. todogriego, “todas las cosas”. por decir todo el universo. fué criado—mejor, para distinguir el tiempo aoristo griego que aparece en la cláusula anterior, del tiempo perfecto aquí. tradúzcase, “han sido criadas”, que en el griego quiere decir, que “fueron criadas, y todavía subsisten como criadas”. Pues en la cláusula anterior la creación fué vista como un acto pasado en un punto de tiempo, y hecha una vez para siempre; pero aquí se ve, no simplemente como un acto histórico de creación en el tiempo pasado, sino como el resultado permanente ahora y existente eternamente. por él—como el agente instrumental (Juan 1:3). para él—como el gran Fin de la creación, conteniendo en sí mismo la razón por qué hay una creación y por qué es como es. [Alford]. El es la causa final como también la causa eficiente. La puntuación de Lachmann de vv. 15-18 es la mejor, por la cual “el primogénito de toda la creación” (v. 15) corresponde con “el primogénito de entre los muertos” (v. 18), formando el conjunto una oración, con las palabras “Todas las cosas por él fueron criadas y para él, y él es antes de todas las cosas, y por él todas las cosas subsisten, y él es la cabeza del cuerpo, la iglesia” como un paréntesis. Así pone Pablo primero el origen de la creación natural por él, y en segundo lugar, el de la nueva creación. El paréntesis se divide en cuatro cláusulas, dos y dos: las dos primeras apoyan la primera afirmación, “el primogénito de toda la creación”, y las dos segundas nos preparan para la afirmación de que él “es el primogénito de entre los muertos”; las dos primeras corresponden con las dos últimas en su forma: “Todas las cosas por él … y él es” y “por él todas las cosas … y él es”.

17. (Juan 8:58). Tradúzcase como el griego: “Y él mismo (EL grande) es (entendiéndose su ser esencialmente divino) antes de todas las cosas” en el tiempo como también en dignidad. Ya que él es antes de todas las cosas, es también aun antes del tiempo, es decir, desde la eternidad. por élgriego, “en él”, (como el elemento condicional de la existencia, v. 16). [Alford]. subsisten—No sólo fueron llamadas a la existencia desde la nada, sino que son mantenidas en su estado presente. El Hijo de Dios es el conservador, como también el creador de todas las cosas. [Pearson]. Bengel explica con menos probabilidad: “Todas las cosas en él se juntaron en un sistema: el universo halló su perfección en él” (Isaías 41:4; Apocalipsis 22:13). Véase en cuanto a Dios. Romanos 11:36, lenguaje similar; por lo tanto Cristo tiene que ser Dios.

18. La revelación de Cristo a la Iglesia y la nueva creación, como el originador de ambas. él—Enfático, él mismo. No los ángeles en oposición a la doctrina de los maestros falsos acerca del culto a los ángeles, y el poder de eones o emanaciones espirituales (imaginarias) de parte de Dios (cap. 2:10, 18). cabeza del cuerpo … la iglesia—La iglesia es su cuerpo por virtud de que él ha entrado corporalmente en comunión con la naturaleza humana [Neander] (Efesios 1:22). El mismo Ser quien es la Cabeza de todas las cosas y seres por medio de la creación, es también la cabeza de la iglesia en virtud de ser “el primogénito de entre los muertos” y “las primicias” de la nueva creación entre los hombres. el que es—es decir, porque él es el principio. [Alford]. Más bien, esto es el principio de un párrafo nuevo. Así como el párrafo anterior, que trató de su originación de la creación física, empezó con “Quién es” (v. 15), así éste, que trata de su originación de la nueva creación, empieza con “Quien es” antecediendo un paréntesis que cierra el párrafo anterior, incluyendo dicho párrafo (véase Nota, v. 16) desde “todas las cosas fueron criadas por él”, hasta “Cabeza del cuerpo, la iglesia”. La cabeza de reyes y sumos sacerdotes era ungida, como el asiento de las facultades, fuente de la dignidad y original de todos los miembros (según la etimología hebrea). Así Jesús por su unción fué designado como Cabeza del cuerpo, la iglesia. el principio—es decir, de la nueva creación, como también de la vieja (Proverbios 8:22; Juan 1:1; véase Apocalipsis 1:8); el principio de la iglesia de los primogénitos (Hebreos 12:23) como siendo él mismo el “primogénito de entre los muertos” (Hechos 26:23; 1 Corintios 15:20, 1 Corintios 15:23). Es triple la primogenitura de Cristo: (1) Desde la eternidad el “primogénito” del Padre (v. 15); (2) Como el primogénito de su madre (Mateo 1:25); (3) Como la cabeza de la iglesia, místicamente engendrado del Padre, como si fuera a una vida nueva, el día de su resurrección, que es su “regeneración”, como también la futura resurrección de su pueblo será su “regeneración” (es decir, la resurrección que fué empezada en el alma, extendida al cuerpo y a toda la creación, Romanos 8:21) (Mateo 19:28; Hechos 13:33; Apocalipsis 1:5). La filiación y la resurrección son relacionadas de la misma manera, Lucas 20:36; Romanos 1:4; Romanos 8:23; 1 Juan 3:2, Joel 3:2. Cristo por resucitar de entre los muertos es la causa eficiente (1 Corintios 15:22), como habiendo obtenido el poder, y la causa ejemplar, por ser el modelo (Miqueas 2:13; Romanos 6:5; Filipenses 3:21) de nuestra resurrección, pues la resurrección de “la Cabeza” consecuentemente incluye la de los miembros. para que en todo—“todas las cosas”, que el escritor resume en v. 20. tenga el primadoGriego, “EL MISMO venga a ser el que tenga el primer lugar”, o “tenga la precedencia”. Están incluídas ambas ideas, la prioridad en el tiempo, y la prioridad en la dignidad: ahora en el mundo regenerado, como antes en el mundo de la creación (v. 15). “Engendrado antes de toda criatura”, o “primogénito de toda criatura”, o toda la creación (Salmo 89:27; Juan 3:13).

19. agradó—en el original se sobreentiende “a Dios” en él—en el Hijo (Mateo 3:17). toda plenitud—más bien como el griego, “toda la plenitud”, es decir, de Dios, todo lo que hay de excelencia divina en Dios el Padre (cap. 2:9; Efesios 3:19; véase Juan 1:16; Juan 3:34). Los gnósticos usaban la palabra “plenitud” por el conjunto de emanaciones, o poderes angélicos, que provienen de Dios. El Espíritu, prescientemente, advierte a la igleisa por medio de Pablo que la verdadera “plenitud” mora en Cristo solo. Esto da el motivo por qué Cristo toma la precedencia sobre toda criatura (v. 15). Por dos motivos Cristo es el Señor de la iglesia: (1) Porque la plenitud de los atributos divinos (v. 19) mora en él y por esto tiene él el poder para gobernar el universo; (2) Porque (v. 20) lo que él ha hecho por la iglesia, le da el derecho de presidirla, habitase—como en un templo (Juan 2:21). Esta permanencia de la divinidad en Cristo es el fundamento de la reconciliación por él. [Bengel]. De ahí el “y” (v. 20) une como causa y efecto las dos cosas, la divinidad en Cristo y la reconciliación por Cristo.

20. El orden del original griego se conserva bien en nuestra versión castellana, “Y por él (Cristo) reconciliar (completamente] (véase Nota, Efesios 2:16) todas las cosas (todo el universo de las cosas) a sí (a Dios el Padre, 2 Corintios 5:19) pacificando (pacificando Dios el Padre) por la sangre de su (de Cristo) cruz”, es decir, por la sangre derramada por Cristo en la cruz: el precio y la garantía de nuestra reconciliación con Dios. La frase bíblica, “Dios reconcilia al hombre consigo”, da a entender que Dios quita por la sangre de Jesús la barrera que interpone la justicia de Dios a la unión del hombre con Dios (véase Nota, Romanos 5:10; 2 Corintios 5:18). Así la versión de los Setenta de 1 Samuel 29:4, “¿Con qué se reconciliaría a su señor?” es decir, reconciliar a su señor a sí aplacando su ira. Así Mateo 5:23. por él—“por medio de él” (el agente instrumental en la nueva creación, como en la creación original): repetido enfáticamente para traer la persona de Cristo a una posición de eminencia, como la Cabeza igualmente de las dos creaciones. lo que está en la tierra como lo que está en los cielos—Los ángeles buenos, en un sentido, no necesitan la reconciliación con Dios; y los ángeles caídos están excluídos de ella (Judas 1:6). Pero probablemente la redención tiene efectos en el mundo de los espíritus, los cuales no conocemos. Por supuesto, su acto de reconciliarnos a nosotros y reconciliarlos a ellos, tiene que ser por un proceso diferente, puesto que no tomó sobre sí la naturaleza de los ángeles como para ofrecer una propiciación por ellos. Pero el efecto de la redención en ellos, como él es la Cabeza de ellos y también la nuestra, es que por ella ellos son traídos más cerca de Dios y así alcanzan un aumento de bienaventuranza [Alford], y vistas más amplias del amor y sabiduría de Dios (Efesios 3:10). Toda la creación subsiste en Cristo y por esto, toda la creación es afectada por su propiciación: la creación pecaminosa es estrictamente “reconciliada” de su enemistad; la creación impecable, relativamente distante de la pureza inacercable de Dios (Job 4:18; Job 15:15; Job 25:5), es elevada a una participación más íntima con él, y en este sentido más amplio es reconciliada. Sin duda, también, la caída del hombre, después de la caída de Satanás, es una sección de un círculo mayor de mal, de modo que el remedio de la primera caída afecta la posición de los ángeles, de entre los cuales cayeron Satanás y sus huestes. Habiendo los ángeles visto en esto la magnitud del pecado, el infinito costo de la redención, la exclusión de los ángeles caídos de ella, y la incapacidad de toda criatura de establecerse en su propio poder, ahora son puestos fuera de la posibilidad de caer. Entonces queda en pie la definición que formuló Bacon, de la Jefatura de Cristo: “La Cabeza de la redención para el hombre; la Cabeza de la preservación para los ángeles.” Algunos suponen que Satanás, antes de su caída, gobernaba esta tierra y el reino animal preadámico; de ahí su maldad contra el hombre, quien sucedió al señorío de esta tierra y sus animales, y de ahí, también, el que asumiera Satanás la forma de serpiente, la más astuta de la tribu de animales. Lucas 19:38 dice expresamente “paz en el cielo” así como el resultado de la redención terminada, así la “paz en la tierra” fué el resultado de su comienzo en el nacimiento de Jesús (Lucas 2:14). Bengel explica la redención en que no fué sólo la reconciliación de Dios, sino también de los ángeles, apartados de los hombres a causa de la enemistad de los hombres contra Dios. Efesios 1:10 está de acuerdo con esto: Esto es verdad, mas sólo parte de la verdad: así también lo es la opinión de Alford, mas sólo parte de la verdad. La reconciliación verdadera, o la restauración de paz en los cielos, lo mismo que en la tierra, es expresada por Pablo. Mientras aquella sangre de la reconciliación no fuese realmente derramada, lo que se opone (Malaquías 3:8) a las acusaciones de Satanás, sino sólo prometida, Satanás podría alegar su derecho contra los hombres delante de Dios día y noche (Job 1:6; Apocalipsis 12:10); de ahí resulta que él, Satanás, estaba en el cielo mientras no se levantaba el entredicho contra el hombre (véase Lucas 10:18). De modo que el mundo de la tierra y del cielo debe a Cristo solo la restauración de la armonía después del conflicto y el sometimiento de todas las cosas bajo una sola Cabeza (véase Hebreos 11:23). El pecado introdujo desacuerdo no sólo en la tierra, sino también en los cielos, por la caída de los demonios; trajo a las moradas de los santos ángeles una pérdida, no positiva sino privativa, una retardación de su desarrollo más alto y perfecto, de gradación armoniosa y consumación perfecta. Los ángeles por sí solos no eran más capaces que los hombres de vencer a los perturbadores de la paz y de echar a los demonios; es sólo “por medio de EL” y “la sangre de su cruz”, que fué restaurada la paz en el cielo; es sólo después de que Cristo haya alcanzado plena y legalmente la victoria que Miguel (Apocalipsis 12:7) y sus ángeles pueden arrojar del cielo a Satanás y sus demonios (cap. 2:15). Entonces el punto del argumento de Pablo contra el culto a los ángeles es, que los ángeles mismos, así como los hombres, dependen de Cristo, el único objeto verdadero de culto. [Auberlen].

21. Los colosenses están incluídos en esta reconciliación general (véase Efesios 2:1, Efesios 2:12). extraños—alejados de Dios y la salvación: objetivamente desterrados de Dios, a través de la barrera que interponía la justicia de Dios contra vuestros pecados; subjetivamente apartados por la enajenación de vuestra misma voluntad, lejos de Dios. El primero es el pensamiento prominente (véase Romanos 5:10), como el segundo lógicamente resulta, “enemigos de ánimo”. “La enajenación efectiva hace enemigos habituales”. [Bengel]. de ánimoGriego, “en el entendimiento” o “pensamiento” (Efesios 2:3; Efesios 4:18), por decir “en vuestro entendimiento”. en malas obras—más bien como el griego, “en las malas obras”, las vuestras (las malas obras eran el elemento en el cual subsistía vuestra enemistad). ahora emperoA pesar de la anterior enajenación, ahora que ha venido Cristo, Dios os ha reconciliado completamente, o restablecido nuevamente en su amistad (así el griego, véase Nota, v. 20).

22. En el cuerpo de su carne—el elemento en que tuvieron lugar sus sufrimientos reconciliadores. Véase v. 24. “las aflicciones de Cristo en mi carne” (1 Pedro 2:24). Los ángeles que no tienen cuerpo de carne”, no son de manera alguna nuestros mediadores reconciliadores, como afirman vuestros maestros falsos, sino EL, el Señor de los ángeles, quien ha tomado sobre sí nuestra carne, para poder hacer en ella expiación por nueestra humanidad caída. por medio de muerte—muerte que sólo pudo suceder en un cuerpo de carne como el nuestro (Hebreos 2:14). Esto da a entender que él tomó sobre sí nuestra humanidad verdadera y completa. La “carne” es la esfera en la cual pudieron realizarse sus sufrimientos (véase v. 24; Efesios 2:15). para haceros—(Efesios 5:27). El fin de su expiación reconciliadora por medio de la muerte. santos—positivamente; y en relación con Dios. sin mancha, e irreprensibles—negativamente. “Sin mancha” en nosotros, como Cristo mismo, nuestra Cabeza (1 Pedro 1:19). “Irreprensibles” (palabra griega por los que no dan motivo para ser llevados ante algún tribunal de justicia) es en relación con el mundo de afuera. Aquí se trata de la santificación como el fruto; la justificación por la reconciliación de Cristo, como el árbol que ha venido antes (Efesios 1:4; Efesios 5:26; Tito 2:14). Al mismo tiempo, aquí se considera nuestra santificación como perfecta en Cristo, en quien fuimos injertados en la regeneración o conversión, y quien “nos ha sido hecho por Dios … santificación” perfecta (1 Corintios 1:30; 1 Pedro 1:2; Judas 1:1); no una santificación meramente progresiva, la cual es el desarrollo gradual de la santificación que Cristo es hecho para el creyente desde el principio. delante de él—en la presencia de Dios, en la aparición de Cristo.

23. Si—“Presumiendo que permanecéis”, etc.; no de otra manera seréis así presentados en su venida (v. 22). fundados—fijados sobre un cimiento (véase Nota, Efesios 3:17; Lucas 6:48). “Fundados” se refiere al cimiento sobre el cual descansan los creyentes; “firmes”, a su propia estabilidad (1 Pedro 5:10). 1 Corintios 15:58 tiene las mismas palabras griegas. sin moveros—“no removidos” por los maestros falsos. de la esperanza del evangelio—(Efesios 1:18). que habéis oído: el cual es predicado a toda criatura … del cual yo Pablo soy hecho ministro—Son tres argumentos contra el que fuesen “removidos del evangelio”: (1) Que lo habían oído; (2) La universalidad de la predicación del evangelio; (3) El ministerio de Pablo en el evangelio. En lugar de “a toda criatura”, los manuscritos más viejos leen, “en toda la creación”. Véase “por todo el mundo”, v. 6; “todas las cosas … en la tierra” v. 20 (Marco 16:15); de modo que él da a entender que el evangelio del cual les exhorta a “no moverse” tiene esta señal de la verdad: la universalidad de su anuncio, que está de acuerdo con el mandato y la profecía de Cristo mismo (Mateo 24:14). Por “es predicado”, Pablo no sólo quiere decir “que está siendo predicado”, sino que realmente ha sido predicado, como hecho cumplido. Plinio, no muchos años des pués, en la famosa carta al emperador Trajano, escribió: “Muchos de toda edad, rango y sexo, son traídos ante el tribunal, porque el contagio de esa superstición (el cristianismo) se ha extendido no sólo por las ciudades, sino por las aldeas y la campiña”. (El autor, al afirmar como “hecho cumplido” la predicación a “todas las criaturas”, evidentemente se funda en el tiempo aoristo de la palabra “predicado”. Pero el tiempo aoristo en griego sólo se refiere a tiempo pasado en el modo indicativo. Fuera del modo indicativo, es decir, en el modo subjuntivo, optativo, y en el participio, no indica el momento del tiempo. Aquí tenemos un participio aoristo pasivo que bien puede referirse a la acción de predicar en tiempo pasado, presente o futuro, o todos los tiempos juntos, cronológicamente entendidos. Algún crítico podría atacar este punto como un error o falsedad en la Biblia, si entiende la acción como la entendió nuestro autor. Nota del Trad.) del cual … soy hecho ministro—El respeto por mí, ministro de este evangelio universal, debería induciros a no ser removidos de él. Además, da a entender que el evangelio que oísteis de Epafras, vuestro “ministro” (v. 7), es el mismo del cual “yo fuí hecho ministro” (v. 25. Efesios 3:7); si os movéis de él, abandonaréis la enseñanza de los ministros del evangelio reconocidos, a favor de maestros falsos, sin la debida autorización.

24. Que—Algunas versiones dicen “quien”. Pero es omitido en los manuscritos más antiguos. Entonces: “Ahora me gozo”, etc. Para ensalzar la gloria de Cristo como superior a todo, menciona sus propios sufrimientos a favor de la iglesia de Cristo. “Ahora” está en contraste con “fuí hecho ministro”, en tiempo pasado (v. 23). por vosotros—“a favor de vosotros”, para que seáis confirmados en confiar sólo en Cristo (a la exclusión del culto a los ángeles) por la glorificación de Cristo en mis padecimientos (Efesios 3:1). cumplo en mi carne lo que falta—lit. “las deficiencias”—todas las que faltan de las aflicciones de Cristo (véase Nota, 2 Corintios 1:5). Cristo “se aflige en las aflicciones de su pueblo” (Isaías 63:9). “La Iglesia es su cuerpo en el cual él está, vive, y por lo tanto también sufre”. [Vitringa]. Cristo había de soportar ciertas aflicciones en este cuerpo figurado, lo mismo que en su cuerpo literal; éstas eran las que “faltaban de las aflicciones de Cristo”, las cuales Pablo “cumplía” o llenaba. Sus propios padecimientos meritorios en expiación por el pecado fueron todos cumplidos completamente en la cruz. Pero su iglesia (su segundo yo) tiene fijada toda su medida de aflicciones. Cuanto más sufría Pablo, miembro del cuerpo, tantas menos quedaban para que las soportaran los demás miembros; dándoles a ellos, la comunión de los santos, un interés en los sufrimientos de él. Es en referencia a las aflicciones de la iglesia, las cuales son “aflicciones de Cristo”, que dice Pablo aquí, “Yo cumplo las deficiencias”, o “lo que queda atrás de las aflicciones de Cristo.” Ella es afligida con el fin de promover su crecimiento en santidad y su perfección en Cristo. No se pierde ni un padecimiento (Salmo 56:8). Todos los miembros tienen un interés mutuo en los sufrimientos de todos (1 Corintios 12:26). La inferencia de Roma, por lo tanto, es completamente falsa, de que la iglesia tiene un acopio de los méritos y expiaciones de Cristo y sus apóstoles, de entre los cuales ella puede dispensar indulgencias, pues el contexto no hace referencia alguna a sufrimientos en expiación de pecado y productivos de méritos. Los creyentes deben considerar sus sufrimientos menos en relación a sí mismos como individuos, y más como integrantes de un gran conjunto, que lleva a cabo el perfecto plan de Dios.

25. soy hecho ministro—resumiendo el hilo desde v. 23. “del cual fuí hecho ministro”. dispensación—la mayordomía encomendada a mí para administrar, en la casa de Dios, la iglesia, a toda la familia de creyentes, los bienes de mi Señor (Lucas 12:42; 1 Corintios 4:1; 1 Corintios 9:17; Efesios 3:2). en orden a vosotros—con miras a vosotros, los gentiles, esta dispensación me fué dada (v. 27; Romanos 15:16). para que cumpla—para traer la palabra de Dios a todos: el fin de su mayordomia: “he llenado todo del evangelio” (Romanos 15:19). “La plenitud de Cristo” (v. 19 y de los tiempos (Efesios 1:10) le obligaba a hacerlo”. [Bengel].

26. el misterio—(Notas, Efesios 1:9; Efesios 3:5). El “misterio”, antes oculto, ahora revelado, es la redención para todo el mundo gentil, lo mismo como para los judíos. “Cristo en vosotros (gentiles) la esperanza de gloria” (v. 27). desde los siglos—“escondido de los seres humanos desde los siglos y edades”. Mejor traducido, “desde edades y generaciones”. “Edades” son largos períodos sucesivos señalados por los diferentes órdenes de seres y etapas en la creación. La palabra griega “eones” era la palabra usada por los gnósticos por las emanaciones angélicas que salen de Dios. El Espíritu por medio de Pablo, prescientemente, en oposición al error gnóstico ya naciente (cap. 2:18), enseña que el misterio de la redención estaba escondido en los propósitos de Dios en Cristo, tanto de los seres angélicos (véase Efesios 3:10) de las “edades” preadámicas, como también de las “generaciones” humanas subsiguientes. manifestado a sus santos—a sus apóstoles y profetas primeramente (Efesios 3:5), y por medio de ellos a todos sus santos.

27. quiso Dios—o “le agradó a Dios hacer conocer”. Pablo lo resuelve todo en la buena voluntad de Dios, para que el hombre no se gloríe sino en la gracia de Dios. qué—falta en nuestra versión castellana. “¡Qué grande e inagotable! las riquezas de la gloria de este misterio—Pablo acumula frase sobre frase para recalcar la grandeza de la bendición en Cristo que concede Dios a los gentiles. Véase cap. 2:3, “todas las riquezas de cumplido entendimiento”. Efesios 3:8, “las inescrutables riquezas de Cristo”; Efesios 1:7, “las riquezas de su gracia.” “La gloria de este misterio ha de ser la gloria de la cual os hace partícipes de esta verdad antes escondida y ahora revelada, en parte ahora, mas especialmente cuando Cristo venga (cap. 3:4; Romanos 5:2; Romanos 8:17; Efesios 1:18). Este sentido del texto es apoyado por lo siguiente: “Cristo en vosotros la esperanza de la (así el griego) gloria”. Cuanto más baja fué la degradación de vosotros los gentiles, tanto más alta es la riqueza de la gloria a la cual os eleva el misterio revelado. Vosotros estabais “sin Cristo y sin esperanza” (Efesios 2:12). Ahora tenéis a “Cristo en vosotros la esperanza de la gloria” ya mencionada. Alford hace que “Cristo entre vosotros” responda a “este misterio entre los gentiles”. Pero la cláusula entera, “Cristo EN vosotros (Efesios 3:17) la esperanza de la gloria”, responde a “este misterio,” y no a toda la frase “este misterio entre los gentiles”. Lo que fué hecho notorio “entre vosotros los gentiles” es, “Cristo en vosotros (ahora por fe como vuestra vida escondida, cap. 3:3; Gálatas 2:20) la esperanza de la gloria” (vuestra vida manifiesta). El contraste (antítesis) entre “CRISTO EN VOSOTROS” ahora como vuestra vida escondida, y “la esperanza de gloria” que ha de manifestarse después, requiere esta traducción.

28. anunciamos—predicamos, proclamamos. amonestando … enseñando—“Amonestando” se relaciona con el arrepentimiento, se refiere a la conducta de uno, y se dirige principalmente al corazón. “Enseñando” tiene que ver con la fe, se refiere a doctrinas, y se dirige principalmente al intelecto. Estas son las dos cabezas de la enseñanza evangélica. a todo … todo hombre—sin distinción de judío o gentil, grande o pequeño (Romanos 10:12). en toda sabiduría—con toda la sabiduría en nuestro método de enseñar que poseemos: así explica Alford. Pero v. 9 y cap. 3:16 favorecen la opinión de Estio, que la refiere a la sabiduria comunicada a los que son enseñados; sin ocultar nada, mas instruyéndolos a todos en el perfecto conocimiento de los misterios de la fe que es la verdadera sabiduría (véase 1 Corintios 2:6; 1 Corintios 12:8; Efesios 1:17). que presentemos—(Nota, v. 22)—en la venida de Cristo. todo hombre—Pablo es celoso de que los maestros falsos no seduzcan ni una sola alma de entre el pueblo de Cristo en Colosas. De este modo cada individuo entre ellos debería ser celoso por sí mismo y por su vecino. Aun un alma es de valor incalculable. perfecto en Cristo—quien es el elemento en unión viva con quien solo puede cada creyente hallar la perfección: instruído perfectamente (Efesios 4:13) en doctrina, adulto o maduro en la fe y práctica. “En Cristo”, como “Jesús” está omitido en los manuscritos más antiguos.

29. En lo cual—más bien, “para lo cual”; es decir, para “presentar todo hombre perfecto en Cristo.” trabajo—esfuerzo activo. No “proclamo” solamente a Cristo, mas trabajo también. combatiendo—en “conflicto” (cap. 2:1) de espíritu (véase Romanos 8:26). La misma palabra griega se usa de Epafras (cap. 4:12) “combatiendo … en oración” (nuestra versión incolora, “solícito por vosotros en oración”) lit., “agonizando por vosotros en oración”, “esforzándose como en la agonía de una contienda”. Así Jesús en Gethsemaní cuando oraba (Lucas 22:44). Así “porfiad” (Lucas 13:24, la misma palabra griega, “agonizad”). Así Jacob “luchó” en oración (Génesis 32:24). Véase “contienda”, griego, “agonía” o “esforzarse ardientemente”, 1 Tesalonicenses 2:2. según la operación de él—Pablo protesta que tiene poder para “combatir”, “agonizar” en espíritu por sus convertidos, sólo hasta donde Cristo obra en él y por él (Efesios 3:20; Filipenses 4:13). poderosamente—lit., “en poder”.


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Colosenses 1

I. INTRODUCCION, 1:1-11

Colosenses es como cualquier otra carta. Está formada por un saludo, un cuerpo y una despedida. El saludo o introducción es bastante largo, algunos inclusive sostienen que esta introducción va hasta 2:5. Así, el comentarista Lohse sostiene que en esta introducción tenemos el saludo (1:1, 2), el buen estado en que se halla la comunidad (1:3-8), una petición con un himno (1:9-20), aplicaciones a la comunidad (1:21-23) y algo acerca del ministerio del Apóstol (1:24-2:5). Por razones de simplificación nosotros hemos dividido esta larga introducción; la trataremos hasta 1:11. De allí en adelante la estudiaremos como parte del cuerpo o el tema de la carta.

1. Saludo 1:1, 2

Aquí nos enfrentamos al primer desafío de la carta. Un saludo pastoral que merecería una atención aparte; veremos los puntos fundamentales. Pablo, una personalidad apasionante que invita a un estudio aparte, escribe no como un “hermano de la iglesia”, está escribiendo como un “ministro eclesiástico”, conocido como tal y también por los colaboradores de él, en este caso el hermano Timoteo. Pablo aclara y especifica el derecho que tiene para escribir la carta: Su autoridad radica en que él es apóstol.

Avanzando un poco nos dice que él es apóstol... por la voluntad de Dios, un sentido de vocación y llamado que predominó en Pablo y que ya se está poniendo a un lado en nuestra época de profesionalismo. Pablo siempre estuvo consciente de su llamamiento y bajo esta convicción realizó todo su ministerio. No era apóstol por capacidad, conveniencia o necesidad de empleo o posición, era apóstol por la voluntad de Dios (Rom 1:1). En el saludo está incluido su discípulo Timoteo, otra personalidad que merece nuestro estudio. Timoteo no es apóstol, es hermano, título diferente pero no menos importante. Hace énfasis en una relación de creyentes, que también tiene con toda la iglesia (v. 2), a quienes posiblemente no había visto antes.

Saludo : “Gracia“Rom 1:2

Gracia es favor, pero no a personas merecedoras, como la madre. Tampoco es favor inmerecido, como el que se hace al pobre mendigo. Gracia es favor más excelso, favor desmerecido, como el que se hace a un malvado que ha dado muerte miserablemente a un ser querido, y que en vez de inferírsele el castigo que se merece, se le otorga perdón y se le colma de bondades. Este es el significado del vocablo excelso —gracia— del saludo que nos recuerda la infinita misericordia de Dios para con nosotros, enemigos de él en malas obras, al perdonar nuestros delitos y pecados, mediante el sacrificio de Cristo en la cruz, en pago de nuestras culpas.

Hay algunos elementos destacables en el v. 2. En Romanos, Filipenses y Colosenses Pablo hace un énfasis mayor en los individuos que en las congregaciones, comparando con las cartas escritas en un tiempo más temprano de su ministerio: Tesalonicenses, Corintios y Gálatas en donde muchas veces es un tanto despersonalizado. La iglesia es de individuos a quienes escribe, pero parece que Pablo se daba cuenta de que ahora las iglesias estaban constituyéndose más en una institución religiosa, perdiendo el significado de la individualidad de cada creyente.

Los colosenses son santos y fieles: dos calificativos que no significaban ninguna característica especial, apenas son sinónimos de creyentes. Santos hace sobresalir la idea de que son apartados para Jesucristo, es decir que como creyentes deben vivir de acuerdo con esta santidad; lo mismo se puede decir de fieles: Creyentes que deben manifestar su condición de tales en el mundo. Con este título nos unimos a aquel pueblo fiel descrito en el AT (Exo 19:5-6). Pablo dice que este estado no es por nuestro esfuerzo, sino solamente en Cristo.

Su saludo termina uniendo la fórmula griega (gozo = cáiro G5463) que lo ha cristianizado (gracia = cáris G5485), con el saludo hebreo shalom, traducido paz (eiréne G1515). Estas cosas no son subjetivas sino que la gracia se convierte en amistad con Dios, la paz es la tranquilidad, una posesión de los dones divinos. La gracia no es un mero sentimiento de Dios, sino un regalo de Dios por medio de Jesucristo; la paz no es un estado de ánimo, una paz del espíritu, sino paz objetiva, algo que podemos ver y que debemos hacer (Mat 5:9).

Los siguientes versículos se pueden dividir en dos secciones: la primera en la que Pablo da gracias a Dios (Mat 1:3-8), y la segunda en la que Pablo no cesa de orar y pedir (Mat 1:9-11); una acción de gracias y una petición.

2. Acción de gracias 1:3-8

Estos versículos no son presentados como una serie de conceptos o definiciones, sino que fluyen dependiendo el uno del otro. Son una especie de grada, cada idea se va desarrollando en la siguiente.

Las acciones de gracias van dirigidas al Padre, el autor de la gracia y la paz, el autor de todo, quien nos ha dado todo (1Co 3:7). Pero también no es el Dios que tiene a Jesucristo como “un dios”, sino que Jesucristo, la segunda persona de la trinidad, es el Señor, el dueño de todo. Es a Dios a quien se dirige su oración por medio de Jesucristo el Señor; esta es la “fórmula” de las oraciones en las primeras comunidades cristianas. Esta oración se realiza ya que habían recibido buenos informes de parte de Epafras de lo que estaba sucediendo. Pablo era realista: Hay cosas buenas pero también hay cosas malas y hay que decir las dos sin temor ni vergüenza.

Inmediatamente Pablo considera lo que algunos han llamado las “virtudes teologales” del cristiano: amor, fe y esperanza; aquí las presenta de una manera diferente. Las dos primeras son una unidad y la tercera no se expresa como virtud, sino como la causa para las dos primeras. La fe y el amor están fundamentados en la esperanza (Heb 6:19).

La fe de los colosenses no era solamente “fe”, sino fe en Cristo Jesús (v. 4a). Esta fe no se limita a lo que uno cree o quiere obedecer y se sujeta, sino que es una forma de vivir. Cristo es la esfera en la que se ejercita la fe; es una unión vital con Cristo. Por eso Pablo no usa la forma común de “creer en (eis) Cristo” o hacia Cristo, sino “creer en (en) Cristo” o dentro de Cristo. La fe en Cristo es una forma de vivir (1Th 1:3). Por eso el segundo elemento de la trilogía que estamos considerando es el amor. La fe solamente actúa en el amor (Gal 5:6). Tenemos que desterrar de nuestra mente la fe etérea e irreal. La fe verdadera es la que se ve, principalmente en el amor, el amor que se tiene hacia los hermanos. De esta manera se puede decir que el vínculo entre los creyentes no son meros sentimientos o cosas “espirituales”; el vínculo entre los creyentes es el amor que se refleja en hechos. En el v. 4 Pablo ha entrado ya en un primer aspecto de la vida comunitaria de una congregación: el amor objetivo.

Deberes para con el evangelio 1:5-7

1. Oírlo.

2. Fructificar en él.

3. Permitirle que crezca.

4. Aprender por medio de los siervos del Señor.

La esperanza se halla definida más tarde como Cristo mismo (1:27). Así eliminamos de raíz aquellas nuevas ideas que tratan de definir la esperanza como un optimismo por la vida, o tal vez como un triunfalismo o sencillamente como ciertos eventos que uno quiere que sucedan. Esta esperanza es la salvación que se aguarda y que tenemos reservada en los cielos, definida más ampliamente en Rom 8:24-25. Se debe aclarar que esta esperanza no es algo nebuloso que aguardamos sino una certeza: Un reino que ya ha irrumpido en la humanidad por intermedio de la persona, ministerio y obra de Jesucristo, al que ya hemos sido trasladados. Inmediatamente Pablo nos dice que esta esperanza ya ha sido anunciada en el evangelio que es definido como verdad. El evangelio tiene como contenido básico una promesa hecha en el AT, un cumplimiento en Jesucristo y una esperanza en su segunda venida.

El evangelio no puede ser resumido en una frase y Pablo no pretende hacerlo, apenas da ciertas cualidades. Ya hemos dicho que es verdad, en su esencia es verdadero, real, no fantasioso. Luego lo describe diciendo que este evangelio ha llegado a ser parte de los colosenses, que está presente en el interior de cada creyente. Estamos hablando de un evangelio dinámico, tan dinámico que está llevando fruto y creciendo. Debemos pensar aquí que nos está hablando del evangelio, más tarde en el v. 10, donde se usan estas mismas palabras, nos habla de las personas. Primeramente, y antes de pensar en ellas dando fruto y creciendo, debemos pensar que es el evangelio mismo el que da el fruto y crece. No olvidemos que primero es Dios el que actúa y él mismo es el que da el crecimiento.

Pablo nos habla de dos “ambientes” en donde el evangelio ha actuado: en todo el mundo y entre vosotros (v. 6). El primero no es tanto un sitio geográfico; está hablando de este siglo presente en donde Satanás es el que gobierna. Es en este mundo donde ha penetrado el evangelio, que fuera de la iglesia se mueve poderosamente. Otro ámbito de su obra es el grupo de creyentes. El evangelio no es solamente un mensaje para el no creyente, es el mensaje para el creyente en donde crece y lleva fruto.

En los vv. 6 y 7 hay también una progresión: Oísteis... comprendisteis... aprendisteis. No es suficiente recibir sonidos, es indispensable escuchar con atención pero sobre todo hay que penetrar con inteligencia en los conceptos (epiginosco G1921); solamente así podemos decir que hemos aprendido. Al poner en práctica lo que se oye y lo que se comprende estoy viviendo el evangelio. Se cierra el círculo diciendo que la esencia del mensaje del evangelio es la gracia. No hay mérito humano, de allí toda esta gran acción de gracias.

Finalmente llegamos al instrumento humano en la transmisión del evangelio: Epafras. Mucho se ha dicho de él y mucho se discute de su identidad. Podemos decir a ciencia cierta que era compañero de prisión de Pablo (Film. 23), pero sobre todo era un consiervo, título que se le asigna al mismo Pablo (Rom 1:1) y que los une con los grandes personajes del AT como Moisés (Jos 1:2) o a los profetas (Amo 3:7). Es también un fiel ministro. No sabemos más de Epafras pero aquí tenemos mucho para imitar.

Esta acción de gracias termina mencionando a la tercera persona de la Trinidad. Los colosenses se aman en el Espíritu (v. 8), el único que puede producir un verdadero amor entre los creyentes (Gal 5:22). Nuevamente no es un amor basado en simpatía y conocimiento, sino un amor que nace del Espíritu Santo.

Andando como es digno del Señor 1:10

1. Agradándole en todo.

2. Llevando fruto en toda buena obra.

3. Creciendo en el conocimiento de Dios.

3. Petición, 1:9-11

Lo primero que llama la atención es la repetición del verbo orar (vv. 3, 9). Pablo oraba, esta es la lección mayor del pasaje. Al recorrer las líneas del pasaje se ve cómo deben ser nuestras oraciones por nuestras iglesias de hoy. Algunos piensan que aquí hay solamente repeticiones de formalismo, pero sin duda estamos frente a un modelo de oración.

En la oración de Pablo hay dos propósitos: ser llenos de la voluntad de Dios y andar como Dios se merece. La primera parte está saturada de términos que parecen abstractos, pero no lo son. Seáis llenos implica un control sobre el individuo (Eph 5:18). Este control debe ser del conocimiento (epígnosis G1922, “sobreconocimiento”), que es una palabra clave de esta carta, y que se usa en 1:9, 10; 2:2 y 3:10. Este es un conocimiento más profundo y completo en contraste con el simple conocimiento que algunos se habían puesto como meta y propósito de su vida. Este “sobreconocimiento”, que no era un mero discernir conceptual, sino un conocimiento personal de Dios, brota del trato experimental con una persona más que con un concepto (Grossi). Estamos hablando de conocer la voluntad de Dios. Esto es más que hablar y pedir a Dios, es que estemos atentos al mensaje que él tiene para nosotros. Este tema lo desarrolla Pablo en otros pasajes como Rom 12:1-2; Eph 5:17; Eph 6:6; Gal 4:12 y 1Th 4:3; 1Th 5:18.

Además, el conocimiento debe estar saturado de sabiduría (sofía G4678). Esta es otra palabra clave de Colosenses:1Th 1:9, 1Th 1:29; 1Th 2:3; 1Th 3:16 y 4:5). Esta sabiduría se revela en Jesucristo y también la plena comprensión o inteligencia. La voluntad de Dios no es algo místico e inexplicable sino algo que puede ser razonado. Todo esto es espiritual, es decir controlado y guiado por el Espíritu Santo. No se trata de una sabiduría y comprensión humanas, es algo que se origina en el Espíritu Santo (1Co 2:6-16).

El segundo propósito es que andéis como es digno del Señor (v. 10). El tema del andar es prominente en el NT, enseñando que la vida del cristiano no es solamente agradable a Dios en “las cosas de la iglesia”, sino en todo. Nuestra vida en forma completa debe serle agradable; el creyente que anda en la voluntad de Dios lo muestra en su comportamiento en el diario vivir, principalmente fuera de la comunidad cristiana congregada para adorar. Esto es precisamente lo que nos dice a continuación: de manera que produzcáis fruto. Esto no es solamente ganar personas para Cristo, sino sobre todo y antes que nada es hacer toda buena obra. El creyente que está caminando dignamente hace buenas obras y deja ver a las personas que el Espíritu Santo y Jesucristo están obrando en él (Joh 15:1-17; Gal 5:22), y también está creciendo en el conocimiento de Dios, es decir en una relación personal con él.

Finalmente no nos exige sólo a nosotros, sino que Dios ha hecho ya mucho y nos da las herramientas para salir adelante: fortalecido con todo poder (v. 11), es decir dejando que el poder del Espíritu Santo fluya en nuestra vida (Eph 1:19-23). Este poder que tenemos opera según su gloria, es decir según la suma de todas las perfecciones divinas (Eph 3:14-21). Dios nos ha dado toda la capacidad; dependerá de nosotros que produzca perseverancia (upomoné G5281), la capacidad de salir triunfante en los conflictos y paciencia (makrothumía G3115), el espíritu que espera lo mejor aunque esté en conflicto. Y por último vivir con gozo (cará G5479); no nos demanda entonces un sufrimiento estoico.

II. SALVACION EN CRISTO, 1:12-2:10

Luego de la larga introducción que ha incluido los saludos pertinentes, las acciones de gracias y finalmente las peticiones, el autor comienza a desarrollar el tema de la carta. ¡Qué mejor manera de iniciar la discusión que afirmar la salvación que tenemos en Cristo! De ella nos va a hablar en forma detallada, empezando con una descripción del acto salvífico en sí mismo, en donde encontramos enclavado uno de los himnos cristológicos más importantes del NT. Luego trata sobre su compromiso con la salvación y los salvados para terminar esta sección en 2:6-10 con ciertas implicaciones prácticas de todo el acto salvífico.

Se debe haber notado que nos hemos apartado de la puntuación de RVA y hemos preferido seguir la puntuación del Nuevo Testamento griego de SBU. Hemos incluido la frase con gozo en el v. 11, porque allí se completa la simetría en las cuatro frases preposicionales en el griego, que están modificando a la forma verbal que seáis fortalecidos, a saber: con todo poder, conforme a su gloriosa potencia, para toda perseverancia y paciencia y con gozo.

1. El acto salvífico, 1:12-23a

Una nueva forma con un participio inicia este párrafo. Es la misma palabra con que comienza el v. 3, damos gracias. La mejor forma de explicarnos un acto de salvación por gracia y solamente por gracia es empezando con una palabra de gratitud hacia el Padre. Esta gratitud es básica y fundamentalmente porque nos hizo aptos. La palabra usada aquí (ikanóo G2427) sólo aparece además en 2Co 3:6, en donde se traduce nos capacitó, lo que aclara el sentido de este pasaje. La gratitud al Padre es debido a la capacitación que nos ha dado para recibir la herencia. Doble gracia: capacitación para recibir y la herencia misma (note que hemos preferido nos en lugar de os la variante textual que nos ofrece la nota de RVA). La terminología usada aquí tiene un corte veterotestamentario, para referirse a lo que recibimos. Sin duda, esta herencia colectiva hace referencia al ámbito del más allá de la salvación, por la connotación que tiene la palabra luz en el contexto (ver Eph 1:18).

Mucho se ha hablado sobre el himno cristológico. El comentarista Bornkamn sostiene que se trata de un himno de acción de gracias que se conocía desde mucho tiempo antes de Pablo y que se cantaba en lo que llamamos la cena del Señor. La mayoría concuerda en que este material no tuvo origen en Pablo, sino que él usó algo que ya tenía la iglesia del primer siglo. No sabemos por cierto si esto fue o no fue así, pero sí podemos confirmar que si no lo conocían antes, después que Pablo escribió a los colosenses este himno fue muy popular entre los creyentes.

Su estructura también ha sido muy debatida. El comentarista Lohmeyr propone una estructura que me parece muy reconciliadora: dos estrofas de siete esticos cada una y una declaración de tres esticos a manera de introducción.

Notamos entonces que el himno tiene una declaración para luego cantar a Jesucristo como mediador de la creación, luego otra declaración y un nuevo cántico a Jesucristo como mediador de la redención. Este es un himno cristológicocósmico, es decir que estamos frente a un Cristo que es el redentor pero también a un Cristo que está actuando en el mundo aquí y ahora. Hay un equilibrio perfecto entre los dos conceptos. Pablo, al usarlo aquí, pretende afirmar el valor cosmológico de Cristo frente al sistema que habían levantado los colosenses, poniendo al Salvador a un lado o compartiendo su puesto con alguien o algo más. Este himno constituye el centro de toda la carta y es un reflejo de toda su teología.

Me parece importante seguir en este punto a D. Senior quien ve en el himno cuatro aspectos de la cristología cósmica: El himno da al Cristo resucitado un papel central en toda la creación. La conexión que se establece entre el señorío de Cristo sobre el cosmos y su señorío sobre la iglesia es preponderante. El énfasis está en la reconciliación universal mediante la muerte y la resurrección de Jesús. El señorío cósmico de Cristo conduce no sólo simple o primariamente a una naturaleza renovada, sino también a una humanidad renovada. Podemos afirmar que estos cuatro aspectos abren la puerta para una teología bíblica misionológica de Pablo, que constituye una de las inquietudes de nuestro continente que se despierta a la tarea misionera mundial.

Procedamos a analizar el himno siguiendo la estructura mencionada. La declaración inicial la podemos dividir en tres frases que indican lo que ha hecho Dios por nosotros. La primera frase nos dice que Dios ha hecho un acto de liberación. Estas palabras implican un acto de rescate de una situación muy conflictiva. Esta situación de conflicto se da al estar bajo el poder de las tinieblas. Autoridad aquí se usa como sinónimo de tiranía. Se puede ver esta frase usada en Luk 22:53 donde está presente la idea de desorden. La terminología de este pasaje nos recuerda que el creyente antes de serlo estaba esclavizado al pecado, que la naturaleza pecaminosa nos tenía cautivos, pero ahora en Cristo Jesús nos ha otorgado libertad de esta situación y nos ha traído a la luz. El grito de victoria es que esta frase y la siguiente declaran que la liberación y el traslado al reino es una acción terminada y pasada.

Esto nos conduce a la segunda frase. La obra del Padre no solamente ha sido la de sacarnos, sino también la de meternos. En el original es fuerte el énfasis con las dos preposiciones opuestas: Nos saca desde adentro (ek) para trasladarnos hacia adentro (eis). La vida del cristiano no es solamente abandonar algo, sino también comprometerse en algo. Regresemos al texto. El traslado que ha sucedido en el creyente es de una tiranía hacia el reino. La figura que se tiene en mente con la palabra “trasladar” es la costumbre que se tenía en los reinos orientales de llevar cautivos a un grupo de personas para que se encontraran más controladas en otro reino.

El reino es posiblemente el tema central del NT. El reino de Dios, descrito ahora como reino de su Hijo amado (v. 13), se refiere aquí al reino de Cristo y no al reino de Dios por el énfasis cristológico de la epístola. No es un reino de ángeles o de sencillas criaturas, es el reino del Hijo. La traducción literal de esta última parte sería “el Hijo de su amor”, es decir en quien ha depositado su amor tan especial.

Aquí debemos hacer un alto para mencionar algo más sobre el reino. Permítanos mencionar un concepto desarrollado por René Padilla quien dice que reino es “el poder de Dios en acción entre los hombres por medio de una persona y su ministerio”. Este fue el mensaje anunciado en el AT, fue el contenido del evangelio que llegó en Jesucristo, que se manifestó visiblemente en sus milagros y en sus reprensiones a los demonios como símbolo de que su poder ahora ya está actuando en el mundo. El reino de Dios ha irrumpido en la historia y demanda de nosotros tener un real compromiso que nos traerá conflicto con los valores del mundo. Finalmente nos recalca que este traslado ya sucedió, no debemos esperar solamente un fin escatológico para disfrutar y vivir en el reino. Sí, estamos esperando su cumplimiento pleno, pero ahora ya estamos viviendo en el reino. Como alguien ha dicho, tenemos que vivir el “todavía no” del reino en el “ya” del reino.

La tercera frase de esta primera declaración nos habla en forma concreta de la obra de Cristo. El cómo es que podemos disfrutar del traslado descrito en el v. 13; lo tenemos, es una declaración de certeza, sólo por la obra del Hijo. La figura de cautividad continúa; ya no es un asunto de historia, ahora el énfasis con la redención es el ser filántropo o movido a misericordia. Se ha pagado un rescate para lograr la libertad. El esclavo o cautivo no puede negociar su libertad, de allí que él necesita una intervención externa para solucionar el problema. Esta frase no da ninguna ocasión para discutir sobre la persona a quien se paga el rescate. Entrar en ese punto sería intrascendente, debido a que inmediatamente se dice en qué consiste esta redención por medio del uso de una frase apositiva. La redención, entonces, es el perdón de los pecados, eso es lo céntrico; no queremos decir que son sinónimos, sino que en las dos tenemos la obra de Cristo en beneficio nuestro.

La declaración ha terminado, es el momento de pasar a ver la primera estrofa del himno que nos habla de una exaltación al mediador de la creación. Las dos primeras líneas (v. 15) nos dicen quién es este mediador: El es la imagen y él es el primogénito. Analicemos estas frases.

La primera es un rompimiento del sistema lógico: él es imagen de algo que no se puede ver; lo lógico es que él fuera la imagen de algo que se puede ver. Muchos consideran a Dios como un ser distante, pero Pablo nos dice que se ha acercado a la creación en su imagen: Jesucristo. Esto quiere decir que Jesucristo es la verdadera y máxima revelación del Padre (Joh 1:18); el rostro invisible de Dios se hizo ver a los ojos de los hombres en el rostro de Jesús. El mismo Jesús dijo a Felipe: El que me ha visto, ha visto al Padre (Joh 14:9). Pero el concepto de imagen (eikón G1504) entre los judíos estaba relacionado también con el concepto de sabiduría como una dimensión mediadora que tomaba rasgos personales. Ella se personificaba y era la imagen de Dios. Remitimos al lector a los libros de sabiduría del AT. La expresión imagen es frecuentemente usada para explicar lo que es el lógos (Joh 1:1) en las obras de Filón.

Hay que notar también el uso del tiempo presente él es, no fue, ni será sino es, hablándonos de un Cristo preexistente, un Cristo eterno que ahora ha llegado a la creación.

La siguiente línea nos presenta un problema. Algunos ven aquí a Jesucristo como el primer ser creado, pero no es así. Gramaticalmente no se trata de un genitivo de origen (Col 1:18) o de posesión, sino de un genitivo de referencia, que se podría traducir así: “Primogénito con referencia a toda la creación.” Pero también para entender esta frase debemos verla a la luz del AT. El primogénito no era necesariamente el primer nacido, sino más bien era un título con ciertos privilegios que se daba a un hijo. El era el representante del padre de familia, el que recibía todo y el responsable de administrar los bienes del padre. Esto se ve muy claramente ilustrado en la historia de Jacob y Esaú, y cómo el segundo perdió su primogenitura o sus privilegios. La palabra primogénito (protótokos G4416) a más de hablarnos de prioridad o de ser el primero, también hace referencia a su soberanía sobre toda la creación. Entonces Jesucristo no es el primer creado, sino el que está sobre toda la creación.

Las líneas siguientes nos dan las dos razones por las que él tiene esta primogenitura de la creación (v. 16ae). En él (en auto) fueron creadas todas las cosas: significa que todas las leyes y propósitos que guiaron la creación residen en él (Lightfoot). La palabra eterna, aquel que es la imagen, el Cristo, es el punto de reunión de toda la creación. No hay un solo elemento que escape de su soberanía. Si hablamos de cosas que están en nuestro contorno, él es el creador; si hablamos de cosas que están fuera de nuestra realidad presente, él es el creador, de lo que vemos y de lo que no vemos. Luego pone en la lista de lo que ha sido creado “en Cristo” a una jerarquía angélica (ver el uso que se da a estas palabras en pasajes paralelos como Eph 1:21 y 6:12); también es la interpretación aceptada por la mayoría de los eruditos y además es la terminología seguida en la angelología judía.

No debemos buscar aquí ninguna explicación fantástica sobre lo que es cada uno de estos ángeles. Sólo se reconoce que estos seres espirituales, en quienes parece que los colosenses confiaban, no son potencias metafísicas independientes en el sentido del dualismo. Están destinadas, a priori, a ser sometidas a Cristo.

Declaraciones de la deidad de Cristo 1:15-23

1. Cristo es la imagen del Dios invisible, v. 15a.

2. El es el primogénito o principio de la creación, v. 15b.

3. El es el creador del universo, v. 16.

4. El es eterno, antes de todo, v. 17a.

5. El es el sustentador de todas las cosas, v. 17b.

6. El es la cabeza de la iglesia, v. 18.

7. El es el primogénito de los muertos, o de la resurrección, origen de la nueva vida, v. 18b.

8. En él habita toda la plenitud de la Deidad, v. 19 (2:9).

9. El es el reconciliador de la humanidad consigo mismo, vv. 20, 21.

10. El es el santificador de la raza pecadora, vv. 22, 23.

La segunda declaración que introduce la segunda estrofa es un cántico a Jesucristo como mediador de la redención. Este derecho a ser llamado como tal, comienza en la afirmación de que todo fue creado por medio de él y para él (v. 16). Una combinación similar se usa en Rom 11:36. El énfasis que se hace aquí es que él es el alfa y también la omega de la creación, no solamente el principio sino también el final (Apoc. 22:13). Aquí hay una observación interesante. En el comienzo del v. 16 se usó el verbo “crear” en tiempo aoristo, que indica una acción terminada y describe el acto de la creación; ahora, al final del v. 16 se usa el tiempo perfecto, que significa una acción realizada pero que continúa hasta el presente: la creación se sigue relacionando con el Creador.

La siguiente línea de la declaración sigue afirmando más acerca de Jesús. Hay un uso enfático del pronombre con el verbo, acentuando la personalidad y declarando su preexistencia. Finalmente dice que en él todas las cosas subsisten (v. 17), es decir que él es el que pone armonía y unidad a la creación, eso que hace a la creación algo organizado. Ya no se puede decir más. Aquí tenemos una declaración completa de lo que es Jesucristo, lo que origina la segunda estrofa del himno, indicando las implicaciones para el objeto de la redención.

El es el Señor de la iglesia, y esto lo dice con la frase él es la cabeza del cuerpo (v. 18). Nuevamente él es enfático. De una manera muy especial él tiene autoridad sobre la iglesia.

La palabra principio (arcé G746) tiene algunas implicaciones. Primero se debe notar el uso del enfático él es. Este título principio es otra manera de describir la encarnación de Cristo, siempre en la relación que tiene con la iglesia. Hay otros pasajes donde se describe a Jesús con este término: Act 3:14; Act 5:31; 1Co 15:20, 1Co 15:23. Este título es un absoluto que no admite nada antes de él.

Nuevamente se usa el término primogénito (lit. primogénito salido desde los muertos). Esta frase se usa también en Rev 1:5, en donde se menciona a Jesucristo como el soberano de toda la tierra. La primogenitura de entre los muertos, su resurrección, está vinculada íntimamente con ser la cabeza (Eph 1:19-23). Su resurrección no tiene paralelo, no porque no ha habido otras resurrecciones, sino que él es el único que resucitó para no volver a morir; de allí que es primogénito.

Esta primogenitura tuvo un propósito, la manifestación histórica de su supremacía. La resurrección es la confirmación dentro del marco histórico de que Jesús es el Mesías. El Señor Jesús es el primero de todo: Señor del universo, Señor de la iglesia, Señor de todo. Cristo es todo lo que el creyente necesita, no hace falta nada más; el “primero” no puede compartir su supremacía con nadie.

La línea siguiente en el poema, v. 19, nos conduce a una nueva cumbre en el cántico, una nueva conclusión. Todo lo que se ha dicho aquí es cierto, y se resume en una nueva frase rica en palabras profundas. Se debe decir que la palabra Padre no se halla en el original, pero es necesario ponerla para dar sentido a lo que se quiere expresar. Jesús es el máximo agrado o complacencia del Padre (Mar 1:11). Agradó sólo se usa como el buen propósito de Dios, y el propósito del Padre fue que en Jesús habitara la plenitud. El verbo “habitar” (katoikéo G2730) significa morar para siempre, es decir que aquí se niega de raíz que Dios estuvo solamente un tiempo en Jesús. En él estaba, está y estará habitando la plenitud de Dios. Esta última palabra (pleróma G4138), también es un término teológico técnico que implica la totalidad de la divinidad, como también en 2:9. Se ha discutido mucho este término, pero podemos decir, sin temor a equivocarnos, que Pablo lo utilizaba como la plenitud de la naturaleza divina que reside en Cristo de tal modo que nada de la deidad le falta. Siguiendo al comentarista M. Barth, se puede decir que el término hace referencia al concepto bíblico de la presencia de Dios manifiesta en el mundo.

La grandiosidad de Jesús no es que se contentó quedando como la plenitud, sino que siendo tal decidió Dios reconciliar todas cosas (2Co 5:19). Lo que hizo Dios en Jesucristo es cambiar la hostilidad y enemistad por el amor, amistad y obediencia. Lo que estamos afirmando es que no fue Dios el que se reconcilió, siempre es el hombre quien debe ser reconciliado con Dios. Dios sólo es el que toma la iniciativa. El único camino para esto era la sangre de la cruz, no había otra alternativa para hacer la paz. Jesucristo tenía que pagar el precio de la redención para hacernos libres; nuestra esclavitud al pecado es tal que solamente un precio de esta magnitud puede ser el camino de la paz. Con estos versículos vienen muchos conceptos que están involucrados: redención, reconciliación, propiciación, justificación. Todo es obra de Dios, y de Cristo la plenitud de la deidad.

El himno termina (siguiendo el orden del texto griego) con una frase que ha despertado grandes polémicas: Tanto sobre la tierra como en los cielos. Algunos han querido ponerla como base para una redención a los ángeles u otros seres no humanos. No creemos que haya suficiente base en este pasaje para afirmar esto, sino que se trata de una metáfora que nos señala que la obra de la cruz tiene un alcance universal sobre la humanidad. Un Dios infinito no puede tener una redención limitada. El triunfo de la cruz es garantizado por Jesús, quien es Dios mismo.

Podríamos resumir este himno con esta frase de Erasmo: “La creación del mundo fue un trabajo de poder pero la redención del mundo fue un trabajo de misericordia.”

Como corolario al himno existe una aplicación muy personal para la iglesia de los colosenses en los vv. 21-23. A veces pensamos que la obra de reconciliación es tan amplia que nos olvidamos que es también muy particular, se aplica a cada individuo. Esta reconciliación implica no sólo una buena noticia sino que también tiene un propósito moral; el evangelio, el mensaje de reconciliación es un llamamiento a una vida diferente. Hay un fuerte énfasis en el uso de las frases en otro tiempo con ahora; apartados y enemigos con ahora os ha reconciliado; malas obras con santos, sin mancha e irreprensibles.

El v. 22 hace hincapié en que toda esta grandiosa bendición de la reconciliación no sucedió en una dimensión etérea, sino que ha sucedido en la historia, en la encarnación de Dios, por medio de la muerte en la cruz. No estamos hablando de apenas emanaciones gnósticas o algo por el estilo, Pablo habla de cuerpo físico para dar énfasis en lo material. Igual nuestra santidad y el ser sin mancha e irreprensibles, no las podemos hacer sencillas características “espirituales”, sino características que se deben dar en el creyente aquí y ahora.

Paz por la deuda pagada 1:21

Era yo muy jovencito. Mucho anhelaba poseer una máquina de escribir, pero era muy pobre. Decidí ir a una casa comercial que vende artículos para oficinas. Allí estaba como empleada una señorita que me conocía.

Le expliqué que anhelaba poseer una máquina de escribir, pero que debido a la falta de recursos, le agradecería que me recomendara con el gerente a fin de que me la diese al crédito. Así lo hizo y el gerente ordenó se me entregara una.

Empecé a hacer abonos muy cumplidamente; mas perdí mi modesto trabajo y no pude continuar abonando. Bueno, me preocupé, hice diligencias sin poder solucionar mi problema. Procuré venderla y no conseguí quien me la comprara. La cosa transcendió y un buen profesor que yo tenía se dio cuenta de mi necesidad, se dirigió a donde el gerente y canceló toda mi deuda. Cuánta fue mi alegría y paz porque mi deuda fue pagada; cómo agradecí a mi maestro su generosidad.

Así es la paz que viene al pecador cuando por fe descansa en que Cristo pagó la deuda de los pecados mediante su sangre que derramó en la cruz.

Bendito sea el Salvador. Si usted recibe a Jesús como el que pagó por usted, también quedará tranquilo, ahora y cuando sea juzgado, porque la Escritura dice: Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.

La razón de que esto sucederá es que sencillamente van a permanecer, no es una condición. RVA es correcta en poner como primera opción de traducción la frase por cuanto, en lugar de a condición (v. 23). No quiere decir que el creyente no deba vigilar su fundamentación, pues es su deber hacerlo si ha experimentado la reconciliación. Pero no todo queda en las bendiciones que tenemos, sino que el pensamiento se orienta a la esperanza del evangelio, esperanza que a los colosenses les dice que debe ser perseverada, y que ya la había hallado en él.

Finalmente, para cerrar el círculo —que se comenzó con la proclamación del reino de su Hijo, se siguió trazando hablándonos de la obra de Cristo en la creación y en la iglesia y se aplicó inmediatamente de una manera personal por medio de la reconciliación en Cristo— termina diciendo que hay una esperanza en este evangelio. Pero como si Pablo no se pudiera detener en un evangelio que permanece encerrado en uno, lanza el desafío misionero, un evangelio abierto para todos.

Todo este pasaje nos ha hablado del señorío cósmico de Jesús, como cabeza y mediador de la creación. En la actualidad esto no es otra cosa que la libertad personal del creyente y el progresivo influjo del reino de Dios en nuestras sociedades.

2. Compromiso por la salvación, 1:23b-29

Esta división comienza con una especie de título: Pablo llegó a ser ministro del evangelio. RVA ha tenido que aumentar la palabra evangelio para explicar con precisión a qué se refiere y tratar el v. 23b como una unidad aparte. El Apóstol desea hacer sobresalir el compromiso que él tiene con la tarea de predicar el evangelio. La descripción que se da a sí mismo es de ministro (diákonos G1249), que sería mejor traducir como servidor. Nuevamente Pablo se cuida de quedar como servidor de algo que podríamos decir es etéreo, nada demostrable. Por eso usa inmediatamente en el v. 25 la misma expresión de servidor (ministro), pero ahora de la iglesia pues esto sí se puede ver y de esto precisamente nos va a hablar. El tuvo un compromiso con el mensaje de salvación para la iglesia y para el mundo.

Pablo no se podía atrever a pedir a los colosenses algo que él no podía hacer. Ya en el v. 11 les había dicho que tuvieran perseverancia y paciencia en medio de los conflictos; ahora él puede decir que vive así. No era un gozarse en los padecimientos, sino en que estos padecimientos eran por los colosenses, de ninguna manera era un sufrimiento para la salvación. Pablo jamás podía decir que la expiación de Cristo fue incompleta, que sus sufrimientos no fueron suficientes para traer la salvación; afirmar esto sería ir en contra de las enseñanzas de todo el NT. Para entender este pasaje es necesario ir haciendo algunas aclaraciones aparte de la ya indicada.

Es importante pensar en las palabras que se usan. No está hablando de la pasión de Cristo: RVA bien traduce tribulaciones. No está haciendo mención a su muerte expiatoria y vicaria en la cruz. Esto sencillamente se refiere a que Cristo durante su ministerio no experimentó toda clase de sufrimiento, y esto es lógico. Pablo, teniendo un ministerio más extenso en tiempo que el de nuestro Señor Jesucristo, pasó por una mayor cantidad y diversidad de sufrimientos. Es en este sentido, y sólo en este, que Pablo completó las tribulaciones de Cristo (v. 24). Esta idea no es ajena a Pablo, la podemos ver en Rom 8:17. Aun más: Nosotros estamos llamados a seguir completando estas tribulaciones (2Co 1:6-7). En ninguna parte de la Biblia hay base para afirmar que ya no vamos a sufrir, todo lo contrario, Pablo decía en Act 14:22 : Es preciso que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios. Tampoco quiere decir que debemos buscar las tribulaciones, ellas vendrán solas si somos fieles a las demandas que nos hace el evangelio y a las demandas que nos impone el vivir bajo el reino de Dios.

Hay otro concepto que debe ser tratado aquí, así tendremos más claro este pasaje: es lo que el comentarista Lohse llama “el servicio vicario”. Es decir, que cuando nos comprometemos con la salvación como lo hizo Pablo, vendrá un deseo de que nuestro trabajo y tribulaciones sean para que otros no pasen por lo mismo y poder consolar así a los creyentes (2Co 1:5-7). Hay un paralelismo entre mi propia carne, el cuerpo de Pablo, y el cuerpo de Cristo. Una vez más Pablo se apropia en su causa, en el aquí y ahora de lo que está pasando con la iglesia. No es solamente una preocupación “espiritual” sino que llegó hasta las últimas consecuencias.

Pablo considera su responsabilidad como sencillamente el cumplimiento de un servicio. Dios le dio una responsabilidad para que fuera un administrador y él lo está cumpliendo. No es un cargo para tener Señorío sobre la iglesia, sino que es un siervo. Así se debe considerar cualquier responsabilidad en la congregación: siervo de Dios y en favor de la iglesia. No hay posibilidad de un ministerio sin estas dos caras de la misma moneda. Pero además el compromiso que Pablo tiene es con el propósito de cumplir lo que dice la Palabra de Dios. Sencillamente el trabajo de Pablo era para cumplir la voluntad de Dios. Por otro lado la tarea que debe cumplir está relacionada o es la proclamación de la Palabra de Dios, no tiene otras alternativas. Como les decía a los efesios, Pablo no rehusó predicar todo el consejo de Dios (Act 20:27), aunque esto no le trajo muchos admiradores. Pero esta era su mayordomía de servicio para Dios y la iglesia.

En el último párrafo encontramos un énfasis en una proclamación universal, que se va desarrollando poco a poco. Empieza diciendo que su mensaje es un misterio (mustérion G3466), palabra que en primer lugar está en aposición con palabra de Dios. En segundo lugar no quiere decir algo que está reservado sólo para los iniciados como lo entendieron las religiones de misterio, sino que significa que es una verdad que no se conocía antes, pero ahora ya es revelada, una verdad que si no tenía una revelación especial no podía ser conocida. Este misterio es revelado a sus santos (v. 26), es decir a todos los creyentes. Existe un contraste entre había estado oculto y ha sido revelado. Esta última palabra tiene el sentido de “ser manifestado”, es decir que salió a la luz para que se pueda ver. Estamos en la cumbre del mensaje de salvación, es un mensaje universal.

El v. 27 nos da a conocer el contenido del mensaje: primero, es por la voluntad de Dios, no de Pablo ni de nadie; es lo que Dios quiere. Segundo, este mensaje es la riqueza de la gloria, es la presencia de la gloria de Dios entre nosotros, es Emanuel. Tercero, este mensaje de riqueza y gloria no se limita solamente a un grupo de privilegiados, sino que ha roto las separaciones y alcanza a todos; el ser humano tiene la posibilidad de disfrutar de esto y los gentiles están incluidos en el plan de Dios. Cuarto, y último, el contenido de este misterio es Cristo en vosotros (v. 27). Lo fantástico en esta declaración es que Dios no sólo está con los hombres, sino que está en los creyentes y solamente siendo así es que podemos esperar el vivir en gloria aquí y allá. La unión con Cristo es la única garantía.

Inmediatamente de hacernos conocer este mensaje universal, Pablo no quiere conformarse en que se conozca solamente por un pequeño grupo de creyentes, sino que alcance a todos. Nótese la cantidad de veces que se usa la palabra “todo”: Cuatro veces, tres de las cuales modifican a algo. La proclamación de Cristo está formada, según este pasaje, por dos elementos: uno de amonestación (lit. “meter en la mente”), que nos hace pensar en el imperativo bíblico (que también es un don de Dios) del arrepentimiento o cambio de mentalidad; esta sería la parte negativa. Pero también hay una parte positiva que es la instrucción, que debe ser en las cosas de la vida: Cómo vivir, cómo aplicar los principios bíblicos en nuestro concepto. Esto nos recuerda a la fe como respuesta del hombre a la gracia de Dios por lo que él ha hecho. El propósito final es que todo hombre sea perfecto. Hay dos cosas que hay que destacar: Perfectos es estar equipados o preparados, y Dios quiere que estemos listos para enfrentar los problemas que nos plantea la vida; por otro lado, para este propósito no hay excepciones, todos pueden hacerlo. Dentro del cristianismo no es posible una doble ética, todos, los llamados laicos y los no laicos, pueden alcanzar este equipamiento o madurez.

Perfecto en Cristo Jesús 1:28

1. Su perfección viene de Dios, Job 18:32.

2. La perfección de Dios es su norma, Mat 5:48.

3. La Palabra de Dios es la regla, Jam 1:25; 1Ti 3:16.

4. El amor es el vínculo de la perfección, Col 3:14.

5. Se demanda a los siervos del Señor, Gen 17:1; Deu 18:13.

6. La paciencia conduce a la perfección, Jam 1:4.

7. El siervo del Señor ha sido puesto para perfeccionar a otros, Eph 4:12.

El pasaje termina diciendo que “el compromiso por la salvación” no es fácil. Pablo había trabajado hasta el cansancio. La palabra usada aquí (esforzándome, agnízomai G75) significa hasta quedar agotado. La proclamación de Cristo exige todo lo que tenemos, toda nuestra fuerza. De esta palabra se deriva nuestro vocablo “agonía”. Pero no estamos solos en esta tarea, nuestro esfuerzo es posible solamente por el poder que se tiene en Jesucristo. Dios nos ha puesto una meta muy grande: nos exige a todos el trabajo hasta la agonía, pero nos da todo su poder para cumplir la meta.




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Comentario Bíblico Mundo Hispano

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