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Cantares 1 - Comentario Crítico y Explicativo Conciso vs Mundo Hispano

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Cantares 1

CAPITULO 1

CANTICO I.—LA NOVIA BUSCA Y HALLA AL REY (caps. 1:1-2:7).

1. Canción de canciones—La más excelente de todas las canciones, idiotismo hebraico (Éxodo 29:37; Deuteronomio 10:14). Las primicias en la tierra de la “canción nueva” para ser entonada en la gloria (Apocalipsis 5:9; Apocalipsis 14:3; Apocalipsis 15:2). de Salomón—“Rey de Israel,” o de “Jerusalén,” no se agrega aquí, como en Proverbios 1:1 y Eclesiastés 1:1, no porque Salomón no hubiese ya ascendido al trono (Moody Stuart), síno porque su personalidad está escondida tras la de Cristo, el verdadero Salomón (equivalente a Príncipe de Paz) El Salomón terrenal no se presenta, lo que hubiera interrumpido la consecuencia de la alegoría. Aunque la novia lleva el papel principal en todo, la Canción no es suya, sino la de su “Salomón.” Es él quien la anima. El y ella, la Cabeza y los miembros, forman uno solo en Cristo. (Adelaide Newton.) Aarón lo prefiguró como sacerdote; Moisés como profeta; David, como rey sufrido; Salomón, como triunfante príncipe de paz. El campamento en el desierto representa a la Iglesia en el mundo; el pacífico reinado de Salomón, sojuzgados todos sus enemigos, representa a la Iglesia en el cielo, de cuyo gozo la Canción es primicias.

2. él—abruptamente. No lo nombra, como es natural a uno cuyo corazón está lleno de algún amigo muy deseado; así María Magdalena ante el sepulcro no nombró a Cristo (Juan 20:15), como si todo el mundo debiera saber a quién se refería, el único objeto principal de su deseo (Salmo 73:25; Mateo 13:44; Filipenses 3:7). ósculos—la señal de paz de parte del Príncipe de Paz (Lucas 15:20); “nuestra Paz” (Salmo 85:10; Colosenses 1:21; Efesios 2:14). de su boca—en señal del tiernísimo afecto. Que un rey permitiera que se le besara la mano, o su ropa siquiera, se tenía por grande honra; pero que él mismo besara a otro con su boca era honra la más grande. Dios en tiempos pasados ha hablado por la boca de sus profetas, los que habían declarado el casamiento de la Iglesia; la novia ahora anhela el contacto con la boca del Novio mismo (Job 23:12; Lucas 4:22; Hebreos 1:1). Asimismo la Iglesia antes del primer advenimiento anhelaba “la esperanza de Israel.” “el deseado de las naciones;” también el alma despertada anhela el beso de reconciliación; y además, aquel beso que es la señal del contrato matrimonial (Oseas 2:19), y de amistad (1 Samuel 20:41; Juan 14:21; Juan 15:15). tus amores—pruebas del amor, las caricias. vino—que alegra “el corazón apesadumbrado” del que está por perecer, de modo que “de su miseria no más se acuerda” (Proverbios 31:6). Así en sentido mejor, el amor de Cristo (Habacuc 3:17). El da la misma alabanza al amor de la novia, con la añadidura enfática de “cuán hermosos” (cap. 4:10). Jesús creó vino en su primer milagro (Juan 2), J dió vino por prenda de su amor en la última cena. El vino simbólico es su sangre, el espíritual, su Espíritu, el “nuevo” y mejor vino del reino (Mateo 26:29), que nunca podremos beber en exceso (Efesios 5:18; cf. el Salmo 23:5; Isaías 55:1).

3. Más bien, “Cuanto al sabio de tus ungüentos, es bueno.” (Maurer.) En el cap. 4:10, 11, el Esposo retribuye la alabanza de la novia en los mismos términos. tu nombre—el carácter y oficio de Cristo como el “Ungido” (Isaías 9:6; Isaías 61:1), como el “olor de ungüento” son las gracias que rodean a su persona (Salmo 45:7). Eclesiastés 7:1, en su sentido más pleno, se aplica a él. El santo aceite de la unción del sumo sacerdote, que era muerte para cualquier otro que lo fabricara (cf. Hechos 4:12). envuelve la exclusiva preciosidad del nombre del Mesías (Éxodo 30:23, Éxodo 30:31; así María quebró el alabastro de ungüento precioso sobre el Señor, con toda propiedad, Marco 14:5, tipificando el alabastro roto a su cuerpo, que, roto, difundió toda gracia): compuesto de varias especias, etc. (Colosenses 1:19; Colosenses 2:9); de suave olor (Efesios 5:2). derramado—(Isaías 53:12; Romanos 5:5.) por eso—a causa de la manifestación del carácter en Cristo (1 Juan 4:9, Joel 4:9, 1 Juan 4:19, Joel 4:19). Asimismo la penitente (Lucas 7:37, Lucas 7:47). doncellas—vírgenes, los puros de corazón (2 Corintios 11:2; Apocalipsis 14:4). El mismo hebreo se traduce “tus escondidos” (Salmo 83:3). El “ungüento del Espíritu “derramado” produce el “amor de Cristo” (Romanos 5:5). 4. (1.) El clamor del antiguo Israel por el Mesías, por eje., Simeón, Ana etc. (2.) El clamor del alma despertada por la atracción del Espíritu, al ver la hermosura de Cristo y su propia impotencia. Llévame—acércame a ti. El Padre atrae (Juan 6:44). El Hijo atrae (Jeremias 31:3; Oseas 11:4; Juan 12:32). “Atraer” y “hazme saber” (v. 7) califica reverentemente a la palabra “besar” (v. 2) correremos—ningún creyente desea irse solo al cielo. Nos convertimos como individuos; seguimos a Cristo como unidos en una comunión de santos (Juan 1:41, Juan 1:45). “La individualidad y la comunidad se reúnen en la novia. correr—su celo se inflama mientras ora (Isaías 40:31; Salmo 119:32, Salmo 119:60). Léase: “Correremos en pos de ti”; no delante de ti (Juan 10:4). Metióme el rey—(Salmo 45:14; Juan 10:16). El es el Sacerdote ungido (v. 3); Rey (v. 4). cámaras—se concede su petición aun más allá de sus deseos. No sólo se le permite correr en pos de él, sino que se la introduce en el pabellón más íntimo, a donde los reyes orientales admitían solamente a sus amigos más íntimos (Ester 4:11; Ester 5:2; Salmo 27:5). La erección del templo de Salomón fué la primera introducción de la novia en las cámaras permanentes, en vez de las migratorias, del rey. El cuerpo de Cristo en la tierra fué la segunda (Juan 2:21), por el cual los creyentes son metidos dentro del velo (Efesios 2:6; Hebreos 10:19). La entrada a la cámara de oración es el primer paso. Arras de la futura reunión en el cielo (Juan 14:3). Las cámaras de él son también de la novia (Isaías 26:20). Hay varias cámaras, en plural (Juan 14:2). nos gozaremos y alegraremos—el regocijo interno y externo, en ti—(Isaías 61:10; Filipenses 4:1, Filipenses 4:4). No en nuestra condición espiritual (Salmo 30:6). acordarémonos—más bien, celebremos con alabanza (Isaías 63:7). La mera memoria de goces espirituales es mejor que el goce actual de los goces carnales (Salmo 4:6). rectos—más bien, en rectitud, sinceramente te aman (Salmo 58:1; Romanos 12:9); como Natanael (Juan 1:47); Pedro (Juan 21:17); o bien, merecidamente. (Maurer.)

5. Morena—es decir, “como las tiendas de Cedar,” equivalente a oscuridad (Salmo 120:5). Ella saca la figura de las pieles de cabras negras con que los árabes escenitas (Cedar estaba en la Arabia Pétrea) cubren sus carpas (en contraste con la esplendente tienda oficial, en donde el Rey esperaba a su novia, de conformidad con la costumbre oriental); lo que tipifica la negrura del estado natural del hombre. Sentirse así, y con todo sentirse también uno en Jesucristo “tan hermoso como las tiendas de Salomón,” caracteriza al creyente (Romanos 7:18, etc.; Romanos 8:1); 1 Timoteo 1:15; “Yo soy el primero;” así dice ella no meramente: “era”, sino “soy,” aún negra en sí misma, mas hermosa a causa de la hermosura de él, de la que estaba revestida (Ezequiel 16:14). tiendas—cortinas: primero, los tapices y el velodel templo de Salomón (Ezequiel 16:10); luego, también, el “lino fino, que son las justicias de los santos” (Apocalipsis 19:8), la blanca vestidura nupcial provista por Jesucristo (Isaías 61:10; Mateo 22:11; 1 Corintios 1:30; Colosenses 1:28; Colosenses 2:10; Apocalipsis 7:14). históricamente negras tiendas de Cedar representan la Iglesia Gentílica (Isaías 60:3, etc.) Como la viña al final es quitada a los judíos, que no habían guardado la suya, y dada a los gentiles, así los gentiles son presentados en el comienzo del cantar; porque ellos estaban entre los primeros que buscaron al Señor (Mateo 2); los magos del oriente (Arabia, o Cedar). hijas de Jerusalem—profesores de religión, no la novia, ni “las vírgenes” ni contodo, enemigos; los invitados a las bendiciones evangélicas (cap. 3:10, 11; tan cerca de Jesucristo como para con toda probabilidad encontrarlo (cap. 5:8); deseosos de buscarlo con ella (cap. 6:1; cf. los caps. 6:13; 7:1, 5, 8). En el cap. 7:8, 9, el Amado de la novia viene a ser el amado de ellos; sin embargo, no de todos ellos (cap. 8:4; cf. Lucas 23:27).

6. Ella siente que su negrura es tanta que todos la miran fijamente. hijos de mí Madre—(Mateo 10:36.) Ella ha de olvidarse “de los suyos y de la casa de su padre,” es decir, de las relaciones mundanas de su vida no regenerada aún (Salmo 45:10); la habían maltratado (Lucas 15:15). Hijos de la misma madre, pero no del mismo padre (Maurer.) (Juan 8:41). Hicieron de ella mera guarda de viñas, por lo qur fué quemada del sol; así no guardó su propia viña, es decir, su hermosura. Así el mundo, así el alma (Mateo 16:26; Lucas 9:25). El creyente debe guardarse del mismo peligro (1 Corintios 9:27). Así, en vez de reproches como ésta podrá decir como en el cap. 8:12: “Mi viña es mía …”

7. ama mi alma—más intensamente que “las doncellas,” y “los rectos” (vv. 3, 4; Mateo 22:37). Para cumplir el objeto de la alegoría, se representa el campamento real en movimiento de parte en parte, en busca de verde pasto, bajo el Rey Pastor (Salmo 23). La novia, habiendo gozado la comunión con él en el pabellón, está dispuesta a seguirle en los trabajos y peligros; es movida por su amor invencible (Lucas 14:26); en esto se distingue del formalista (Juan 10:27; Apocalipsis 14:4). repastas—(Isaías 49:11; Hebreos 13:20; 1 Pedro 2:25; 1 Pedro 5:4; Apocalipsis 7:17). Ningún tipo solo expresa todos los oficios de Jesucristo, por tanto surge la variedad de figuras usadas para manifestar los múltiples aspectos de él; éstas serían harto incongruentes, si el Cantar se refiriese al Salomón terrenal. La relación de ella con él es peculiar. Ella oye su voz, y con nadie habla sino con él. Con todo, es al través de un velo; a él no lo Ve (Job 23:8). Si queremos alimentarnos, debemos seguir al Pastor al través de toda la anchura de su palabra, y no quedarnos en un solo lugar. al medio día—distinto a “repastas,” se dan períodos de descanso después de la labor (Isaías 4:6; Isaías 49:10; Ezequiel 34:13). La comunión en privado debe ir acompañada de la marcha con él en público. vagueando, etc.—más bien, “como una tapada con velo,” es decir, como una ramera, no la verdadera novia (Génesis 38:15). (Gesenius); o bien, como una enlutada (2 Samuel 15:30) (Weiss): o como una desconocida. (Maurer.) Todo denota el distanciamiento del Novio. Ella se siente extraña aun entre los verdaderos siervos de Cristo, correspondientes a “tus compañeros” (Lucas 22:28), mientras no lo tiene a él mismo presente. El espíritu opuesto a 1 Corintios 3:4.

8. si tú—Ella debía haber sabido (Juan 14:8). La confesión de su ignorancia y negrura (morena. v. 5) le lleva a llamarla la “hermosísima” (Mateo 12:20). Demasiado lejos la había llevado su celo por haber dejado él que “sus compañeros” siquiera tomasen el lugar de él (v. 7). Lamanda seguirlos, como ellos le seguían a él (1 Corintios 11:1; Hebreos 6:10, Hebreos 6:12); cumplir los mandamientos y el ministerio; que donde ellos están, él está (Jeremias 6:16; Mateo 18:19; Hebreos 10:25). Dejándose llevar no es la manera de encontrarlo. Fué de este modo, literalmente como Séfora halló a su novio (Éxodo 2:16). Ella sin vacilar pregunta a los guardas después (cap. 3:3). cabritas—(Juan 21:15.) Cristo ha de ser hallado en el servicio activo tanto como en la oración (Proverbios 11:25). cabañas de los pastores—los ministros en el santuario (Salmo 84:1).

9. yegua de … carros … Faraón—aquellos caballos eran notables por su hermosura, ligereza, y viveza, al Mar Rojo (Éxodo 14:15). Estas cualidades, que parecen pertenecer a los impíos, en realidad pertenecen a los santos. (Moody Stuart.) La alusión puede ser que se haga a los caballos de Egipto comprados por Salomón a gran precio (2 Crónicas 1:16). Así es redimida la novia del Egipto espiritual por el verdadero Salomón (Isaías 51:1; 1 Pedro 1:18). Pero la liberación de Faraón en el Mar Rojo concuerda con la alusión hecha al tabernáculo (caps. 1:5; 3:6, 7); con razón se pone al principio del llamado de Cristo. El ardor y la hermosura de la novia forman el punto de comparación; (v. 4) “correremos;” (v. 5) “codiciable,” eso es, hermosa. También, como los caballos de Faraón, ella forma una gran compañía (Apocalipsis 19:7, Apocalipsis 19:14). Como Jesucristo es tanto Pastor como Conquistador, así los creyentes son no sólo ovejas suyas, sino también, como Iglesia militante ahora, sus carros y caballos (cap. (Apocalipsis 6:4).

10. pendientes—(Ezequiel 16:11, Ezequiel 16:13.) Olerius dice; Las mujeres pérsicas llevan dos o tres filas de perlas sobre la cabeza, que caen desde la frente por ambas mejillas y debajo de la barba, de modo que la cara parece estar encajada en perlas (Ezequiel 16:11).

La comparación a caballos (v. 9) infiere la energía vital de la novia; este versículo, sus gracias excelsas (Proverbios 1:9; Proverbios 4:9; 1 Timoteo 2:9; 2 Pedro 1:5);

11. haremos—nosotros: la Trinidad, inferida por el Espíritu Santo, estuviese así o no en la mente del escritor de Cantares (Génesis 1:26; Proverbios 8:30; Proverbios 30:4). “Los judíos reconocieron a Dios por rey, y al Mesías por rey, al interpretar Cantares, pero no supieron que los dos son uno.” (Leighton.) “Haremos”—no meramente “daremos” (Efesios 2:10). de oro … de plata—El Señor se deleita en dar más “al que tiene” (Mateo 25:29). La corona de su obra la hace en nosotros (Isaías 26:12). Los “zarcillos” aquí son equivalentes a “pendientes” (v. 10), pero aquí, el Rey parece completar la vestidura de ella, añadiendo una corona de oro con clavos de plata, como en Ester 2:17. Corona o guirnalda así real como nupcial. El vocablo hebreo para esposa es la coronada (cap. 4:8; Ezequiel 16:12; Apocalipsis 2:10). La corona se da una vez en la conversión, en título, pero después en sensible posesión (2 Timoteo 4:8).

12. mientras—Es la presencia del Sol de Justicia lo que hace posibles las aromas de gracia del creyente. Fué su presencia en la mesa lo que hizo que dos mujeres sacasen para él sus ungüentos (Lucas 7:37; Juan 12:3; 2 Corintios 2:15). Cumplido históricamente en Mateo 2:11; espiritualmente en Apocalipsis 3:20; en el culto, en Mateo 18:20; y en la cena del Señor especialmente, porque la comunión pública de la Iglesia con él en la mesa entre sus amigos se menciona, pues el v. 4 se refiere a la comunión privada (1 Corintios 10:16, 1 Corintios 10:21); típicamente (Éxodo 24:9); el perfecto cumplimiento futuro (Lucas 22:30; Apocalipsis 19:9). La alegoría supone que el Rey ha terminado sus migraciones y está sentado con sus amigos en el diván. ¡Qué gracia el que se prepare para nosotros una mesa mientras aún militamos (Salmo 23:5)! mi nardo—No se jacta, pero reconoce por suya la gracia del Señor que obra en ella. Se regocija de que él se complazca de estas gracias (Filipenses 4:18). El nardo es una hierba común, emblema de la humildad.

13. manojito de mirra—preciosura (griego) abundante (1 Pedro 2:7). Un poquito siquiera de mirra era costoso; tanto más un manojito (Colosenses 2:9). Burrowes lo entiende por perfumador lleno de mirra líquida; el líquido obtenido por incisión daba a la planta su principal valor. que reposa—es la mirra lo que guarda en su seno, no el amado, así como el ramo de copher en las viñas (v. 14).

14. Racimo—Jesucristo es uno, pero múltiple en sus gracias. copher—o ciprés; acaso la alheña, cuyas flores olorosas crecen en racimos, de color blanco y amarillo confundidos; la corteza es oscura, y las hojas verde claro. Con ella las mujeres se adornan. La hermosura de Jesucristo. viñas—que viene con respecto a aquel que es “la vid”. El nardo era para el banquete (v. 12); la mirra quedaba en su seno continuamente (v. 13); el copher está en medio de las bellezas naturales, eclipsadas con todo por la hermosura del un Racimo el Señor Jesús preeminentemente sobre todas ellas. Engadi—En la Palestina Sur, cerca del Mar Muerto (Josué 15:62; Ezequiel 47:10), famosa por sus arbustos aromáticos.

15. hermosa—El discierne la hermosura de la que dijo: “Soy morena (negra)” (v. 5), a causa del pacto perpetuo (Salmo 45:11; Isaías 62:5; Efesios 1:4). ojos de paloma—grandes y hermosos en las palomas de Siria. Los rasgos prominentes de su hermosura (Mateo 10:16), la mansedumbre, inocencia, y constante amor, emblema del Espíritu Santo, quien nos cambia en su propia semejanza (Génesis 8:10; Mateo 3:16). Otra clase diferente de ojos (Salmo 101:5; Mateo 20:15; 2 Pedro 2:14).

16. La respuesta de la novia. Se atreve a llamarle amado, porque él así la llama a ella primero. Me llamas “hermosa;” si lo soy, no es de mí misma, todo es de ti (Salmo 90:17); pero eres hermoso en tu propia virtud (Salmo 45:2). suave—(Proverbios 3:17) para con tus amigos (2 Samuel 1:26). lecho … florido—el césped verde donde se sientan el Rey y su novia “para descansar a mediodía.” Así se le concede su petición del v. 7; un oasis verde en el desierto, que se halla siempre cerca de los manantiales en Oriente (Salmo 23:2; Isaías 41:17). El escenario es un quiosco, casa de verano. Históricamente, el descanso literal del Niño de Belén y de sus padres sobre el pasto verde recogido para el ganado (Lucas 2). florido—verde. Aquí hay una alusión incidental a la ofrenda, en el v. 15 (Lucas 2:24). De modo que el “cedro” y “ciprés” se refieren al templo (1 Reyes 5:6; 1 Reyes 6:15), tipo del templo celestial (Apocalipsis 21:22).

17. nuestra casa—Cf. nota del v. 16; pero en primer orden, el quiosco (Isaías 11:10), “el descanso de él.” El cedro es agradable a la vista y al olfato; duro, y nunca destruído por los gusanos. ciprés—también fuerte, duradero, y fragante, de un color rojizo. (Gesenius, Weiss y Maurer.) En contraste con las “tiendas” nómadas (v. 5), su casa es “nuestra casa” (Salmo 92:13; Efesios 2:19; Hebreos 3:6). La unidad perfecta de él con la novia (Juan 14:20; Juan 17:21). Hay el resguardo del techo principesco, del calor del sol (Salmo 121:6), sin la reclusión de paredes, y entre las bellezas naturales. El techo artesonado representa las excelencias maravillosas de su naturaleza divina.


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Cantares 1

I. TITULO, 1:1

El libro comienza con las palabras hebreas sir hassirim H7892, lit. “de todas las canciones, ésta es la canción,” es decir, la mejor o la más hermosa. El cual es de Salomón puede referirse a que Salomón lo escribió, lo editó o publicó, o que fue dedicado a él. También puede indicar que Salomón es el protagonista masculino de Cantares.

II. DESEO, 1:2-3:5

1. Preparación para el matrimonio, 1:2-2:7

A lo largo de toda esta sección, la pareja de enamorados intercambia expresiones de deseo, dudas, estímulo y expectativa en su juego amoroso. Aparentemente se trata de una mujer y un hombre que esperan casarse y anticipan con gran anhelo la consumación sexual de su amor.

(1) La amada, 1:2-4a. Las primeras palabras del libro son las de la muchacha enamorada que anhela los besos de su amado. Ella espera también su amor sexual (dode H1730), que le resulta más apetecible que el vino. En la cultura hebrea el vino era símbolo de una celebración gozosa. Al pensar en el nombre de su amado, la joven recuerda un perfume de gran valor que es derramado. Así es su aprecio por él. Tan atractiva es la personalidad de su amado que otras doncellas se sienten atraídas por él. En la antigüedad, existía la costumbre de frotar el cuerpo con aceite de oliva perfumado después de bañarse, especialmente para ocasiones festivas. El calor del cuerpo hacía que poco a poco el ungüento expidiera su aroma (Job 133:2). La joven enamorada, excitada por estos pensamientos, pide a su amado que la lleve a su dormitorio, ¡y que lo haga pronto! Es notable el poder que tiene el amor para atraer a los que se aman (ver Jer 31:3; Hos 11:4).

La preparación para el matrimonio Durante la época del noviazgo la pareja debe buscar maneras de fomentar la initimidad. Muchos matrimonios fracasan por falta de este elemento. En los Cantares hay pasajes que nos ayudan para fomentar la intimidad. Algunos dicen que es el tema del libro. Encontramos cinco niveles donde la pareja casada debe intimar: espiritual, sexual, intelectual, corporal y afectivamente. Muchas parejas luego de años de estar casados, ¡no lo están!

Sorprende ver el desconocimiento en muchos de los planos anteriormente mencionados. Cantares va promoviendo un conocimiento más íntimo entre jóvenes que están enamorados y piensan casarse.

(2) El cortejo nupcial,Hos 1:4b. Frecuentemente en el AT, las expresiones nos gozaremos y nos alegraremos están ligadas a la alabanza a Dios por su liberación. Aquí el objeto de la alegría es el amante. El coro imaginario parece alegrarse por lo que está ocurriendo en la intimidad de la habitación. Para ellos también el acto amoroso es más atractivo que la mejor de las celebraciones (más que del vino).

(3) La amada,Hos 1:5-7. Ella habla primero a otras doncellas de Jerusalén, y les expresa sus dudas sobre su atractivo físico. Como toda casamentera, se siente mirada por las demás mujeres, quizá de piel menos curtida que la de ella. Su piel está bronceada por el sol, quizá por ser una muchacha campesina que pasó mucho tiempo al aire libre. A pesar de sus temores, sabe que es bella como las tiendas en Quedar (ver nota de RVA), o como los cortinados (pabellones) que Salomón tenía en su palacio, también hechos con pelos de cabras negras. Luego la muchacha parece hablarse a sí misma (v. 6b), al reflexionar sobre su aspecto físico y las razones que justifican su rusticidad. La frase los hijos de mi madre estaría fuera de lugar si su padre viviera, por lo cual esta joven sería huérfana de padre. Sus hermanos eran muy estrictos y la obligaron a trabajar duro en las viñas de la familia todo el día. Probablemente esto ocurrió en las montañas del Líbano (Hos 4:8). No se dice en el texto por qué sus hermanos se enojaron con ella. La cuestión es que por cumplir con el deber impuesto ella no pudo prestar atención a su propia persona y a hacer realidad sus sueños: ¡Mi propia viña no cuidé! ¡La joven era una especie de Cenicienta! ¡Cuántas jovencitas en América Latina corren la misma suerte de esta morenita del norte de Israel!

Finalmente, ella habla al amado de su alma, a quien ha escogido amar profundamente. Se refiere a él como un pastor de ovejas. Ella quiere saber dónde puede encontrarlo sin perder el tiempo buscándolo por todas partes, errante como si fuese una prostituta (como con velo, como andaban las prostitutas en la antigüedad; ver nota de RVA). Ella quiere encontrarse con él al mediodía, cuando el calor es insoportable y hace que animales y seres humanos descansen en lugares sombreados. Esta jovencita campesina vive el drama de todas las muchachas de su edad. Se sabe bonita, pero tiene algunos complejos por su apariencia personal frente a otras jóvenes, quizá de un contexto más sofisticado y pulido. Con quien de veras se siente plenamente bien es con su amado pastor de ovejas. Tan ansiosa está por verlo que no puede esperar a la noche y le pide le informe en qué lugar hará su descanso de mediodía, para que pueda ir a verlo.

(4) El amado,Hos 1:8-11. Parece que el joven recibió el mensaje de su enamorada y ahora le contesta. Nótese qué bien conoce el amado a la joven, puesto que al complejo de ella, él responde llamándola la más hermosa de las mujeres. No será la última vez que la califique de esta manera. Luego, le da las instrucciones para que ella llegue hasta su lugar de descanso. Ella debe seguir las huellas del rebaño hasta cerca de las cabañas de los pastores. Es interesante que en sus indicaciones el amado utiliza palabras que en otros contextos tienen un evidente sentido erótico. La palabra hebrea para huellas H6118 se traduce talón o cascos en otros lugares (Gen 3:15; Gen 49:17), y ocasionalmente se utiliza como eufemismo para los genitales (Jer 13:22). Las cabritas son también símbolos sexuales, ya que servían como pago para una prostituta sagrada (ver Gen 38:17). El joven crea en su amada una expectativa para el encuentro amoroso.

El mismo se excita anticipando ese encuentro a mediodía en la frescura de un oasis. El hacerle saber a su amada el camino hacia el amor hace que él recuerde su hermosura y la exalte. Para él, ella es su yegua. En Hispanoamérica decirle “yegua” a una mujer significaría el peor insulto. Pero no en Israel, donde los caballos eran de un valor incalculable. Recuérdese que los caballos fueron uno de los tesoros más preciados de Salomón (1Ki 10:26-29). Además, según el hebreo, se trata de una yegua entre fuertes caballos de guerra. El joven le está diciendo a su amada que ella es como una hermosa yegua entre los corceles que tiran de los carros del faraón. ¡Su atractivo no puede pasar desapercibido! Una yegua crearía una intensa excitación entre los corceles reales. Ella es la compañía más hermosa a la que un príncipe pueda aspirar. La expresión amada mía aparece nueve veces en Cantares, siempre en labios del amante, y generalmente en relación con una declaración explícita de la belleza de la amada. El significado de la raíz verbal es guardar, cuidar de, atender, con énfasis sobre el placer y deleite que esta responsabilidad involucra. El joven enamorado quiere brindar a su amada el amor que ella no recibió de sus hermanos en su hogar (v. 6). Esta expresión de verdadero amor tiene que haber resultado sumamente alentadora y confortante para ella.

El amante sigue pensando en los arneses de una yegua, engalanados con joyas, metales preciosos, cuero, telas y plumas. Al hacerlo, compara estas imágenes de belleza decorativa con la belleza del rostro de su amada, que se ve resaltada por los ornamentos que lo rodean. De igual modo, su cuello luce precioso engalanado con collares. Tal es el entusiasmo del joven, que le promete mandar hacer otras joyas de oro y plata para obsequiarle. En todas las culturas de todos los tiempos los regalos han sido una manera adecuada de expresar amor. La belleza natural de la joven y el cuidado que ella pone en resaltarla con su arreglo personal, no sólo son un incentivo para la alabanza de él, sino también para que él se sienta movido a hacerle regalos.

El diálogo, elemento esencial

Un ejercicio pastoral que se usa frecuentemente al estar frente a la pareja es decirle al hombre que comience a hablar como si fuese su mujer; por ejemplo: Yo soy Estela y me gusta... a los cinco minutos de hablar llega el silencio, el desconocimiento hace su aparición. Luego le toca a la mujer, se coloca como si fuese su marido, comienza a hablar y a los cinco minutos... el silencio aparece nuevamente. No cabe duda, falta de INTIMIDAD.

(5) La amada,1Ki 1:12-14. Parece que finalmente ocurrió el encuentro amoroso tan esperado. La mujer se describe recostada junto al rey sobre su diván. Este era una especie de cama donde las personas se reclinaban para comer. La escena aparentemente es de un banquete íntimo. La mujer se perfumó con nardo, que era una fragancia aceitosa muy cara e insinuante. Con el calor del cuerpo, el perfume se iba liberando, mientras los dos comían juntos.

En este contexto de intimidad, la mujer responde a la comparación que hizo su amante (v. 9), con otras dos comparaciones: Por un lado, dice que él se parece a un manojito de mirra. La mirra era una resina que se obtenía de un árbol del sur de Arabia. Era la costumbre que la mujer llevara una bolsita de mirra alrededor del cuello durante la noche. Ella está diciendo que su amado, apoyado entre sus dos pechos, es como esa bolsita perfumada de mirra. La otra comparación dice que él es como un racimo de flores de alheña. La alheña es una planta común en Palestina, cuyas hojas se utilizaban como tintura de color naranja o amarillo, y cuyas flores son fragantes. El oasis de Enguedi (ver nota de RVA), “el lugar de las cabras salvajes”, fue por siglos un lugar de refrigerio para los viajeros. Las viñas se refiere a todo tipo de plantas que crecen allí, especialmente aquellas de las que se fabrican cosméticos y perfumes. Así como en 1:9 la yegua es el mejor de todos los equinos del faraón, aquí los productos de Enguedi son lo mejor de lo mejor. La muchacha devuelve los cumplidos de su amante en términos de lo mejor que ella conoce, las viñas (ver v. 6) de Enguedi. Siempre es bueno hablar de la persona que se ama usando los mejores términos y conceptos. Mucho mejor es decirle a él o ella las cosas más bonitas que puedan brotar de la mente y el corazón.

(6) El amado, 1:15. Nuevamente el amado pondera la belleza de su dama, volviendo a repetir su expresión de v. 9 (amada mía) y haciendo otra comparación, esta vez con una paloma. Según él, lo más bello de ella son sus ojos, que parecen dos palomas. La belleza de los ojos era tenida como expresión de perfección en una mujer (ver Raquel y Lea, Gen 29:17). La tradición rabínica identifica la belleza de los ojos con la belleza de la personalidad (ver 2:12, 14). Además, la paloma es símbolo de inocencia y pureza. Así era ella, como sus ojos, bella e inocente.

Intimidad afectiva 1:15, 16 Este es otro de los elementos pastorales rescatados en el libro de los Cantares. Desgraciadamente para el varón de nuestra cultura latina, intimar es algo así como "superficialidad", "trivialidad" o "algo de maricas". Una buena pastoral de la pareja debe revisar lo que es ser "hombre" según la Biblia.

Todos los varones estamos traumatizados, algunos más otros menos; hemos sido víctimas de mandatos y creencias de nuestros antepasados y de nuestra cultura actual.

Sí, no nos enseñaron lo que es ser varón, lo que es la masculinidad; o, mejor dicho, hemos sido golpeados con estereotipos que conciente o inconcientemente nos vendieron. Nos vendieron un catálogo sobre lo que es ser varón y mujer, y algunos creyentes confundidos hasta lo defendieron como "inspirado por el Espíritu Santo", siguiéndolo fielmente.

(7) La amada, 1:16-2:1. Ella no se queda corta en sus cumplidos a su amado. Al igual que la de él, su alabanza comienza con la expresión, ¡qué bello...! La palabra aparece catorce veces en Cantares, pero sólo aquí en su forma masculina y dirigida al amado. La expresión bello y dulce está cargada de ternura. Algunos se sorprenden de que en este contexto tan romántico, la mujer mencione un mueble propio del dormitorio, como es la cama. Sin embargo, la cama es símbolo de la relación sexual que corona el amor de la pareja. Al calificarla de frondosa, probablemente se esté refiriendo a una cama con baldaquino o dosel, y profusamente decorada con paneles tallados en maderas finas. Ella se conmueve con sólo pensar en el escenario de su amor. De igual modo, ella piensa en las vigas del techo de su casa y en los artesonados (adornos con molduras, que se ponen en los techos y bóvedas), que seguramente contemplará cuando se consume el acto de amor con su amado. La madera era escasa en Palestina, y sólo se usaba en los templos y palacios más lujosos (1Ki 7:1-8). El cedro seguramente provenía del Líbano, mientras que los cipreses serían enebros fenicios. Para esta mujer, la cama no representaba un lugar de tortura ni de experiencias desagradables. Por el contrario, para ella era el lugar deleitoso.

Se ha dicho que la casa es una extensión del cuerpo de la mujer. Una casa bonita, bien decorada y arreglada, no puede ser otra cosa que el resultado de una mujer que se siente ella misma como la rosa de Sarón. Sarón es la región de la llanura de la costa al sur del monte Carmelo. Allí crecía abundantemente una rosácea silvestre de color carne con un tallo sin hojas. El lirio de los valles se refiere a una planta de seis hojas o una flor de seis pétalos que crecía en los valles fértiles y húmedos. La belleza que la mujer se reconoce es como la de las flores silvestres: sencilla en su aspecto, pero atractiva. ¡Cuánta belleza hay en la mujer hispanoamericana, sencilla, humilde, la más de las veces pobre, pero llena de valor, nobleza y pasión!




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Comentario Bíblico Mundo Hispano

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