Tan pronto como escuché que me llamabas, saludándome, mi bebé saltó de alegría dentro de mí.
Porque tan pronto como llegó la voz de tu salutación a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre.
Cuando escuché tu saludo, el bebé saltó de alegría en mi vientre.
Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de alegría en mis entrañas.
Porque he aquí, en cuanto la voz de tu salutación llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre.
Porque mira: apenas llegó a mis oídos tu saludo, el niño saltó de gozo en mi seno.