Y morarán en ella, y no habrá nunca más maldición, sino que Jerusalén será habitada confiadamente.
Entonces Jerusalén, por fin a salvo, se llenará de gente y nunca más será maldecida ni destruida.
Ya no habrá peligro ni maldición para Jerusalén; sus habitantes vivirán tranquilos en adelante.
Y habitarán en ella, y nunca más será anatema; sino que Jerusalem será habitada confiadamente.
Habitarán en ella, y no habrá más anatemas, sino que Jerusalén será habitada en seguridad.
Y morarán en ella, y no habrá allí más destrucción; sino que Jerusalén será habitada confiadamente.