En aquel tiempo se dirá a Jerusalén: No temas; Sion, no se debiliten tus manos.
En ese día, la proclama en Jerusalén será: «¡Ánimo, Sion! ¡No temas!
Ese día le dirán a Jerusalén: '¡No tengas ningún miedo, ni te tiemblen las manos!'
En aquel día se dirá a Jerusalem: ¡No temas, oh Sión, Ni se debiliten tus manos!
Aquel día se dirá a Jerusalén: ¡No temas, Sión! ¡No desfallezcan tus manos!
En aquel tiempo se dirá a Jerusalén: No temas: Sión, no se debiliten tus manos.