Dije: No se alegren de mí; Cuando mi pie resbale, no se engrandezcan sobre mí.
Dije en oración: «No dejes que mis enemigos se burlen de mí, ni que se regodeen en mi caída».
Yo dije: 'Que no se rían de mí, ni canten victoria si vacilan mis pasos'.
Digo por tanto: No se alegren a costa mía; No se insolenten contra mí cuando mi pie resbale
Pero en ti, Señor, espero, y tú me responderás, Señor, mi Dios.
Porque dije: Que no se alegren de mí: Cuando mi pie resbalaba, sobre mí se engrandecían.