Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
Claro que no, a pesar de todas estas cosas, nuestra victoria es absoluta por medio de Cristo, quien nos amó.
Pero no; en todo eso saldremos triunfadores gracias a Aquel que nos amó.
Al contrario, en todas estas cosas somos más que victoriosos por medio del que nos amó.
En todas estas cosas salimos plenamente vencedores por medio de aquel que nos amó.
Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de Aquél que nos amó.