Cesa, hijo mío, de oír las enseñanzas Que te hacen divagar de las razones de sabiduría.
Hijo mío, si dejas de escuchar la instrucción, le darás la espalda al conocimiento.
El hijo que no hace más caso de los que lo reprenden, sólo puede rumiar malos pensamientos.
Hijo mío, deja de oír consejos Que te apartan de las palabras de sabiduría.
Si dejas, hijo mío, de oír la instrucción, te apartarás de las palabras de ciencia.
Cesa, hijo mío, de oír la enseñanza que te hace divagar de las palabras de sabiduría.