Castiga a tu hijo en tanto que hay esperanza; Mas no se apresure tu alma para destruirlo.
Disciplina a tus hijos mientras haya esperanza; de lo contrario, arruinarás sus vidas.
Corrige a tu hijo mientras haya esperanza; sino tú serás responsable de su muerte.
Castiga a tu hijo mientras hay esperanza, Pero no desee tu alma causarle la muerte.
Castiga a tu hijo mientras hay esperanza, pero no te excites hasta matarlo.
Castiga a tu hijo en tanto que hay esperanza, y no dejes que tu alma se detenga por causa de su llanto.